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By proteccmin

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Lo que nos unía era una mezcolanza extraña entre sexo, alcohol y mucho, mucho rap. • heterosexual. • + kth. •... More

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on stage.
extra: 00.
on stage: ya disponible.

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By proteccmin


—¿Seguro que quieres ir?

Mi sonrisa se asentó junto al recorrido de mi mano sobre el hombro de Yoongi. Él torció los labios y se rascó la nuca observando todo el alboroto tras de mí. Los chicos de DNH hablaban animosamente mientras guardaban el equipo que nos pertenecía para llevarlo al estudio, dispuestos a disfrutar de las merecidas (y diminutas, para qué mentir) vacaciones en grupo por el fin de semana.

El éxito de nuestras presentaciones lo valía. La energía con la que empezamos y terminamos el show se contagió a tal nivel que los presentes pidieron otra canción en la que terminé uniéndome, rapeando al lado de Kyum y Namjoon.

Probablemente está de sobra recalcar lo increíble que fue, pero jamás me voy a cansar de recordarlo. Al bajar del escenario la gente se acercaba a nosotros a conocernos, a felicitarnos, y por primera vez experimenté lo que significaba ser reconocida por amantes del hip-hop pues en más de una ocasión me hablaron de lo mucho que les había gustado no sólo esta sino alguna de mis presentaciones en otros eventos.

Mis ganas de celebrarlo eran tan o más grandes que las de los tontos detrás mío, pero la diferencia recaía en que yo no lo expresaba de una manera tan... disparatada.

—No —Yoongi bufó, respondiendo finalmente mi cuestión.

—¿No quieres o no estás seguro?

—¿Cuál fue tu pregunta, genia?

—Joder, Yoongi —suspiré—. Si no quieres no pasa nada, ¿está bien? Podemos vernos el domingo que regrese al apartamento.

—No es eso, idiota —resopló, parpadeando tan lento que por un momento pensé que iba a quedarse dormido de pie—. ¿A nadie le jode que vaya?

—¿Por qué les jodería? —rodé los ojos con una sonrisa—. Les he preguntado ya y dicen que está bien. La cosa aquí es si a ti te jode ir.

—Ya sabes —pausó luego de un prolongado sonido gutural, dejando de mirarme—. Pero quiero salir contigo.

—¿Estás pidiéndome una cita?

—Eres tonta.

Reí por lo bajo dejando un golpecillo en el pecho de Yoongi, que al ver mi reacción se dedicó a entornar la mirada seguramente cansado de escucharme. Aún si no quería parecer una maldita pesada sabía que tenía que serlo, de lo contrario jamás recibiría una respuesta sólida sobre si quería ir o no al viaje de DNH conmigo.

—No estás obligado a ir —retomé dejando suaves pellizcos sobre sus brazos por encima de la chaqueta—. Y si vas tampoco estás obligado a socializar; no si no quieres. Ellos van a respetar si es que no te apetece hablar en todo el fin de semana, ¿sabes?

Yoongi resopló. Parecía un viejo cansado de negarse a comprar las galletas de una niñita exploradora. La simple comparativa me hizo reír por lo bajo mientras apretujaba suavemente la punta de su nariz, buscando molestarlo un poquito más.

—Ya, vale —susurró a regañadientes sosteniendo mi muñeca para evitar que siguiera tocándole la cara.

—¿Qué?

—Que está bien. Voy contigo y esas mierdas.

Aún si traté de evitarlo mi sonrisa se multiplicó al escuchar sus palabras. Me mordí el labio inferior mientras dejaba un pequeño apretón sobre una de sus mejillas con la mano que no tenía sostenida. Yoongi gruñó dando un paso para atrás a la par que chasqueaba la lengua y dejó un pequeño manotazo sobre el dorso de mi mano, impidiéndome por completo volver a tocarle.

—Voy a ayudar a guardar las cosas, ¿sí? Si quieres puedes esperar afuera con Taehyung y el resto.

—¿Vas a tardar?

—No creo —fruncí el ceño con ligereza. Le notaba ansioso y suspiré para dar una última oportunidad a retractarse en caso de que de verdad le jodiera ir al viaje conmigo—. Yoongi, si no te apetece ir en serio no tienes que...

—Cállate ya. Quiero follar fuera de la ciudad. No me hagas cambiar de opinión.

Yoongi era un tipo con las prioridades bien claras.

—Pues vas a tener que descubrir cómo follar con un arbusto, idiota.

Le sonreí ahogando una risa ante el pequeño golpe en el pecho que le propiné. Yoongi también sonrió cómplice, dando media vuelta para alejarse del pasillo del backstage y volver al evento hasta que terminara mis deberes. Me quedé observando su espalda y negué una vez desapareció de mi vista, completamente atontada ante sus palabras. Parecía algo obvio pensar que querría joder conmigo estando fuera de la ciudad, pero su desfachatez para decir ese tipo de cosas era impresionante.

Mordiéndome el labio me giré y adelanté a donde los chicos de DNH, siendo recibida por una sonrisilla juguetona de Kyum que me empujó del hombro suavemente, como si quisiera tirarme de la nubecilla esponjosa en la que Yoongi me había dejado con su presencia.

—Con que él es el afortunado, ¿eh?

—Oh, joder, no...

—¡Los vi besándose, Seori! —Marvel bramó señalándome con su dedo índice—. Todos lo vimos. No puedes negarlo. ¡Ah! Qué competencia tan difícil me has puesto. ¿Crees que debería teñirme de rubio? Si es tu tipo definitivamente podría considerarlo.

—Preferiría mil veces que estuvieses con Taehyung —Boi bufó entretenido. No supe si lo decía en serio, pero había notado que desde que le presenté con Yoongi había cierta... tensión por su parte.

—No "estoy" con nadie —reclamé rodando los ojos—. No es mi novio de todas maneras.

Dije lo último tan bajo que apenas y Kyum, que estaba próximo a mí, pudo escucharme. Me adelanté a las enormes cajas con cables y equipo en general, disponiéndome a enredar y ordenar todo para no sufrir al desempacar en el estudio.

—Ha dicho que sí quiere ir con nosotros —anuncié relamiéndome los labios sin dejar mi trabajo de lado—. Ya sé que me lo dejaron claro antes, ¿pero de verdad no hay problema?

—No pasa nada, Seori —Minwoo rió ante mi evidente nerviosismo, sobándome la espalda al pasar tras de mí—. Es bienvenido, lo sabes.

—Sólo eh... mira, cómo te lo digo —Kyum se adelantó a tomarme por el hombro mientras se pasaba la lengua por el labio inferior para al final chasquearla con cierto dramatismo—. Vamos a necesitar que modulen el volumen por la noche. Tú sabes, no todos vamos a llevar acompañante y pues eso de comer pan frente al que no tiene nunca es de buena educación.

—¡Yah, imbécil!

Me dispuse a lanzarle la esquina de uno de los cables que estaba enredando pero Kyum fue más veloz y corrió a esconderse tras el único sillón en medio del lugar. No pude evitar reír con el ceño fruncido. Quien negase que estaba rodeada de idiotas era seguro el dios idiota máximo en el universo.

—Tú y Marvel son los únicos que van solos. Saquen sus propias conclusiones —Boi le molestó con media sonrisa en el rostro. Los implicados se miraron soltando luego un gruñido de asco compartido. Me reí un tanto más fuerte, compartiendo una cómplice palmada estilo high five con Boi.

—¡Ya está! —Marvel levantó ambas palmas, como si se rindiera ante la vida—. Lo siento Seori, pero tendré que llevarme a alguien de por aquí. ¡Pero no lo veas como un engaño! A la única que amo es a ti, bebé.

—Con una mierda. ¿Voy a ir yo solo?

Todos reímos ante la reacción y el gesto derrotado de Kyum, quien chasqueó la lengua levantándonos el dedo medio bien en alto. Me alivió saber que, por lo menos, no iba a ser la única con acompañante. Seguro que eso serían buenas noticias hasta para Yoongi, porque de menos no iba a sentirse como el único bicho raro en medio de un montón de gente desconocida.

• •

El camino fue toda una odisea. Al ser prácticamente quince personas para transportar fuera de Seúl optamos por que algunos se fueran en la furgoneta del estudio y el resto (que tuviese la posibilidad, como en el caso de Yoongi y yo) en autos separados.

Estaba tan de buen humor que me ofrecí a manejar hasta la finca, pero él se negó a saber por qué. Supuse que buscaba enfocar su ansiedad social entre volantazos o pisotones inadvertidos al acelerador así que le dejé hacer en santa paz.

Era tan extraño como curioso pensar en lo intranquilo que se ponía con las reuniones sociales pero, a su vez, lo fanático que era de emborracharse o fumar maría hasta el hartazgo en ellas. Si me lo preguntaban, para mí no tenía pizca de sentido pero se trataba de Yoongi y, como todo en él, no iba a buscarle uno.

Por un momento me pasó por la cabeza que la razón de su ansiedad podría deberse a que, prácticamente, estábamos comportándonos como una pareja real. Estábamos en ese punto donde se presenta a los amigos para ir a pasarlo pipa en un viaje más de estilo adulto que adolescente. Después vendrían las presentaciones familiares y, aunque estaba segura de que Yoongi jamás me llevaría a Daegu a conocer a los suyos, se sentía como si estuviésemos a pocos pasos de ingresar por ese desconocido y tenebroso camino.

El simple pensamiento me hizo relamerme los labios, nerviosa. Miré a Min y resoplé todo el aire de mis pulmones captando su atención casi de inmediato.

—¿Qué? —me preguntó en un gruñido y atribuí su antipatía a su coloquial falta de tacto, para nada a uno de sus repentinos y jodidos cambios de humor.

—Nada —encogí los hombros—. Pensaba.

—¿En qué?

—En cosas.

—No te hagas la interesante.

—¿Sólo a ti te sale? —sonreí poniendo los ojos en blanco. Yoongi chasqueó la lengua escondiendo una sonrisa ladina—. Cosas sobre nosotros, Yoongi.

Pareció sorprendido, incluso temeroso de preguntar a qué me refería. Entornó los ojos luego de borrar su pequeña sonrisa e hizo un gesto con la cabeza, invitándome mudamente a continuar. Encogí los hombros mientras recargaba mi sien sobre mi mano hecha puño en el marco de la ventana entreabierta. El viento que se colaba por la ranura era agradable y no lo suficientemente fuerte como para revolverme el cabello hasta dejarlo como un nido de pájaros.

—No sé. Estamos en un punto extraño.

—Siempre hemos estado en un puto punto extraño, Seori.

—¿Entonces sí que lo sabes? Pensé que no te dabas cuenta.

—No soy idiota —soltó un resoplido seco parecido a una risilla—. ¿Pero por qué eso importa ahora?

"Porque ahora te quiero demasiado, imbécil" fue la respuesta que me guardé amarrándome la lengua lo más fuerte que pude. No era un tema desconocido para mí pero desde que habíamos decidido mantener esto... lo que fuese que tuviéramos, la imagen de Yoongi había cambiado mucho para mí. Ya lo había mencionado antes, pero ahora el hecho de imaginarme siendo su "novia" no parecía desagradable ni terrorífico.

Quizás... quería ir un poco más en serio con Yoongi.

Quizás quería realmente... estar a su lado por mucho tiempo. Crecer junto a él.

—¿Seori?

No supe cuánto estuve en silencio, pero su mirada interrogante me hizo saber que no habían sido un par de segundos como creí. Crucé los brazos abrazándome a mí misma y sonreí de medio lado, recargando mi nuca sobre el cabecero del asiento para mirarlo. ¿Sería capaz de decírselo? Claro que sí. Pero sacar el tema a colación acarreaba tantas cosas que ni siquiera estaba segura si debía intentarlo. Es decir, se trataba de Min Yoongi, no de cualquier buen samaritano que pudiese encontrar fuera de una iglesia un domingo a las nueve de la mañana. Su reacción podía ser tanto buena como... terrible.

Podría aceptarlo o rechazarme rotundamente.

—¿Para ti importa? —tanteé terreno. Tal vez no era lo que él esperaba, pero prefería intentar esto antes de cagarla. Yoongi enarcó una ceja mirándome por el rabillo del ojo y bufó suavemente, pasándose una mano por el cabello de la nuca.

—¿Por qué me contestas con una pregunta? Joder. Eso no se hace.

—Curiosidad. Sólo quiero saber —encogí los hombros sin dejar de sonreír—. Da igual si no quieres contestar, supongo que eso también es una respuesta.

—Creo que no es un tema para tratar en el puto coche, Seori —rió. Torcí los labios con sorpresa. Entre todas las reacciones, su risa no estaba en la lista de posibilidades dentro de mi cabeza.

—¿Por qué? ¿Vas a matarnos... de la impresión?

—Eres un asco haciendo chistes. Ni lo intentes.

—Algo se me pegó de Seokjin, qué decirte. No le conoces mucho pero es el rey de los chistes malos.

Se me escapó una risotada que estaba luchando por retener al ver su gesto entre molesto, entre perturbado, entre divertido. Yoongi por lo general no era muy expresivo pero cuando se lo proponía ponía unas caras que le sacarían hasta la más pura de las carcajadas a su reflejo en el espejo. Me mordí la lengua observándole y mi sonrisa se ensanchó cuando sus cejas se fruncieron antes de que decidiera volver la vista al frente.

No dejé de observarle. Tal vez no se enteró porque cuando susurré su nombre para hacerle mirarme de nueva cuenta se sorprendió al recibir un beso fugaz de mi parte; sin embargo me asombré más que él cuando sentí que me tomó de la nuca para no permitir que me alejara de sus labios, besándome tan profundo que por un momento pensé que moriríamos a mitad de la carretera pues, estoy segura, dejó de mirar el camino por lo menos durante cinco segundos seguidos.

• •

Cuando Minwoo había mencionado una "finca" familiar en definitiva no me había hecho una imagen ni por asomo cercana a lo que era el lugar en realidad. No tenía idea de que Snatch, el DJ estrella de DNH, viniese de una familia tan bien acomodada. Que claro, el apellido Kang era muy sonado en Seúl, pero aparentemente él venía del mejor y más puro linaje de aquel patronímico.

Para empezar, el lugar era enorme y de tres plantas. Tenía una grandísima y bonita terraza llena de pasto verde que daba a una alberca demasiado limpia y bien conservada para ser real. Rodeada por un asador, varios camastros y uno que otro parasol blanco gigante. No estaba segura si llegaríamos a disfrutar de ello porque la noche estaba por caer y el clima no era demasiado caluroso, pero supuse que los chicos se las arreglarían para terminar dándole uso así estuviésemos a menos cuatro grados centígrados.

El interior de la casa no tenía nada que pedirle a esos lugares de vacacionar donde solían ir los protagonistas de los mejores dramas de la KBS, aunque yo supiera poco y nada del tema. De contextura moderna y exquisito sentido de la decoración, no me fue muy difícil deducir que el padre o la madre de Minwoo se dedicaba de lleno a la arquitectura o diseño de interiores. La verdad es que me causaba hasta un poco de conflicto caminar por ese suelo reflejante e impoluto, porque tenía la impresión de que al dar un paso en falso se rayaría o peor aún, se partiría en dos.

—Están en su casa —Minwoo nos invitó a pasar, caminando por la sala como si el lugar fuera la cosa más normal del mundo. Aferrado a su mano iba su novia, una chica que ya conocía gracias a que había ido a un par de presentaciones de DNH. Era muy bonita, buena, alta y extranjera. Minwoo al parecer se había ganado la lotería de la vida con el simple hecho de existir. Como Seokjin. Era inevitable mirarlo y no pensar en lo mucho que me recordaba a él.

—Woah, han cambiado el jardín. ¡Mira qué chulo ha quedado! ¿Esas sillas son nuevas? —Marvel se apresuró a la puerta corrediza que conectaba con la terraza casi pegando las manos ahí de no ser porque Kyum le frenó con un golpe en la nuca ante el que su acompañante rió. Al final Marvel sí que había conseguido llevar a una chica que conoció en el evento pero que, al parecer, era muy fan suya y lo había acosado unas cuantas veces hasta que él terminó por hacerle caso. Una cosa rara y turbia, si tuviese que opinar.

—No pongas las manos en el puto vidrio que la vez pasada tuvimos que tallarlo por quince minutos para quitar tus mugrosas huellas —le regañó Kyum, quien no traía el más radiante humor gracias a la falta de acompañante. Pobrecillo.

Yoongi estaba callado, observando a los alrededores tan sorprendido pero, he de decir, más complacido que yo. No cabía duda que este tipo de lugares eran su estilo, aunque seguro la decoración sería un poco más desastrosa y con letreros de "swag" regados por aquí y por allá porque... bueno, se trataba de Yoongi.

Al mirarlo no pasó desapercibida la forma en que tanto Boi como su acompañante nos observaban desde atrás. Nunca había preguntado, pero tenía la impresión de que la chica que iba con él era más o menos lo mismo que yo era para Yoongi. Se notaba lo loco que Boi estaba por ella, pero su maldito miedo al compromiso no le permitía dar un paso más allá de la amistad con derechos. Como quiera, ese no era el punto. Simplemente no podía ignorar la manera en la que ambos nos miraban, como si estuviesen buscando respuestas a una pregunta de la que sólo ellos tenían consciencia.

Con las cejas ligeramente enarcadas busqué los ojos de Boi, que nada más se percató de que le miraba sacudió los hombros como para restarle importancia al asunto. A pesar de que le pregunté sin usar mi voz si había algún problema él insistió en negar con la cabeza, aunque su penetrante mirada se esforzaba por decirme lo contrario.

—Pueden subir sus cosas a las habitaciones —Minwoo retomó la palabra mientras Namjoon entraba por último a la casa cerrando la puerta tras de sí.

Al final él tampoco había llevado un acompañante, aunque no le veía especialmente desilusionado por ello. Namjoon era de esas personas que disfrutaban tanto de la compañía como de la soledad y no tenía problema alguno en convivir sólo en términos amistosos con quien se le cruzase enfrente.

Por ello y otras tantas razones más sentía que Namjoon era mi hermano perdido separado al nacer.

—¡Yo pido la de...!

—Es la primera vez que Seori viene, así que le toca esa, Marvel —Kyum interrumpió el gritillo de Marvel, echándose su mochila al hombro para caminar hacia las escaleras.

—¿La qué cosa? —pregunté intrigada. Namjoon rió colocándose junto a mí y a Yoongi mientras chasqueaba la lengua.

—La habitación principal del segundo piso. Siempre nos la turnamos pero por ser su primera vez aquí les toca usarla.

—¿Tiene algo especial?

—Uff, no te imaginas —Boi hizo una seña con la mano para complementar su tono, dando a entender que la dichosa habitación estaba más que bien—. Es una pasada.

—¿Y tú, Minwoo? —estaba confundida. Minwoo sonrió luego de dejar un beso sobre la mejilla de su novia mientras la tomaba por la cintura y con su mano libre se echaba su mochila y el bolso de ella para subir las escaleras.

—Él tiene su suite presidencial en el tercer piso Seori, ¿qué esperabas? —Boi rió invitando a su novia-no-novia a subir con él—. Van a cenar, ¿no? Nos vemos en cuarenta aquí abajo para ayudarle a Minwoo a preparar todo.

—Sí, vale.

Asentí. Boi subió luego de un "cool" siendo secundado por Marvel. Al final sólo nos quedamos Yoongi, Namjoon y yo en el primer piso hundidos en un silencio que, aunque para mí no era incómodo, para ellos seguramente sí.

—Ah, creo que no pude presentarlos bien... con todo el ajetreo del evento y eso —me aclaré la garganta y me puse el cabello tras las orejas con nerviosismo—. Nam, él es Yoongi. Yoongi, él es Namjoon, mi productor.

—Hey, un gusto —Namjoon estiró y estrechó su mano con un apretón amistoso. Noté cómo Yoongi, por encima de su coloquial inexpresividad, se esforzó por evitar poner cara de "te odio" frente a Namjoon.

—Igualmente.

—No sé si me estoy confundiendo pero tú estás en el underground también, ¿no?

Yoongi asintió estoico luego de un par de segundos en silencio. No sabía si tocar el tema era irritante para él, pero estaba segura de que Namjoon no lo hacía con intenciones de molestarlo. De hecho llegué a pensar que querría invitarle a unirse o colaborar con DNH, aunque conociendo a Yoongi había muy pocas posibilidades de que aceptase.

—Es un gusto encontrar a más personas como nosotros —noté que Namjoon estaba conteniendo lo que en realidad quería decir, aunque no estaba segura de lo que era—. Bueno, les dejo descansar un rato que el día ha sido pesado y seguro que Seori quiere darse un baño.

Nos sonrió mostrando los bonitos hoyuelos de sus mejillas. Yo asentí agradeciéndole en voz baja y, luego de una corta reverencia sólo con la cabeza partió escaleras arriba en absoluto silencio. Yoongi también se despidió con una pequeña inclinación hasta que Namjoon se perdió entre las paredes blancas del segundo nivel de la casa.

—Gracias —murmuré echándome la mochila al hombro.

—¿Por qué? —cuestionó extrañado, siguiendo mi paso por las angostas escaleras—. No es... ¿muy joven para ser productor?

—Es un genio —le escuché chasquear la lengua aún si mantuve la vista hacia arriba, sonriendo de medio lado. Probablemente le había dado en su orgullo de Min—. Y gracias por no ser un cabrón con él. Creí que le pondrías otra cara, sinceramente.

No dijo nada pero a mitad de la escalinata sentí cómo de manera descarada me dio un golpecillo en el trasero con la palma abierta, ocasionando que el ruido ahogado (pero no del todo apagado) de su mano contra mi jean oscuro resonara por el segundo piso.

—Estás loca si piensas que ha sido gratis —dijo con voz ronca en mi cara cuando me detuve, mirándolo con los labios bien abiertos y una ceja enarcada, completamente ofendida.

—Eres un...

Me calló. Pero me calló con un beso tan pero tan profundo que casi me olvido de darle el merecido golpe en el hombro cuando nos separamos, y aún si su mueca fue de dolor espontáneo no logré borrarle la amplia sonrisa de encías rosadas que me contagió como si se tratase de un molesto, soso e incurable resfriado.

• •

La cena, como era de esperarse, fue un jodido manjar. Las habilidades culinarias de Minwoo combinadas con los mejores ingredientes y unas tantas botellas de cerveza hicieron que en el ambiente jamás se sintiera hielo a pesar de que Yoongi estuvo merodeando silenciosamente durante toda la comida y su preparación.

Se había comportado bastante mejor de lo que me había imaginado en primera instancia. De hecho en algún punto me sentí culpable por dudar de él y sus dotes sociales, pero los años de universidad (para qué mentir: los años a su lado en general) me habían grabado a fuego lo jodido que era para él convivir con grupos que no conocía y no le interesaba conocer.

Los chicos de DNH también habían puesto su granito de arena para que la situación no fuese incómoda pues, básicamente, nadie hizo preguntas de más. Nunca nos pidieron explicar nuestra relación, ni cómo nos conocimos ni ninguna de esas mierdas que solían ponerme incómoda. Siendo honesta detestaba recordar el momento en que me había fijado en Yoongi para algo más allá de una simple follada porque me hacía tener presente lo perdida que estaba por él hoy día.

Lo que sí fue inevitable mencionar fue el hecho de que Yoongi rapeaba y producía en el underground como nosotros. Aunque pensé que el más oportuno para cuestionar sobre el tema sería Namjoon, Boi me sorprendió siendo quien planteó la duda. Aparentemente él sabía que Yoongi era "Suga"; aún si Yoongi no tenía ni la más mínima idea de quién era "Supreme Boi". Kyum y Namjoon reconocieron su nombre mientras que Minwoo y Marvel jamás habían escuchado de él (y para mi fortuna y la de todos, Yoongi no se mostró particularmente ofendido ante la situación).

No hablamos de que solíamos producir juntos, sin embargo. Quizá era un tema bastante incómodo porque al llegar el "¿y por qué dejaron de hacerlo?" había que dar demasiadas explicaciones y ninguno de los dos tenía ganas de eso; aunque supuse que sería muy obvio por lo que les había contado alguna vez a todos en la furgoneta de DNH: que solía producir junto a un rapero underground y por azares del destino sólo él interpretaba nuestras creaciones.

Noté que a medida que se iba desenvolviendo la noche (y los tragos), Boi dejaba de mirarnos a mí y a Yoongi como si intentase atravesar nuestros pensamientos para ponerle más atención a su novia-no-novia y disfrutar del viaje. Lo mismo pasó con los demás (incluyendo al mismo Min), que con la presencia de un poco de alcohol en su sistema empezó a hablar, a reírse y convivir al punto de importarle una mierda si nos veían demasiado cerca o incluso besándonos.

Y estando tranquila con eso, yo también me deshinibí.

—¡Perdiste, Seori! Ya está, ¡otro trago para ti!

Me reí como histérica mientras negaba con la cabeza y me balanceaba hacia atrás en el asiento, aferrándome a su vez al brazo de Yoongi para esconderme tras su hombro como si eso fuese a salvarme de mi horroroso destino. Por lo menos tres docenas de vasos pequeños descansaban en la mesa al centro de la espaciosa sala al momento en que el reloj marcaba puntualmente las dos de la madrugada.

Sentía como si me hubiese empinado la mitad de los vasos yo sola aunque en realidad ni un cuarto de ellos me pertenecía. Yoongi chasqueó la lengua riendo conmigo y pegó su mejilla a mi frente tirando desde mi brazo para sacarme de mi momentáneo escondite. Marvel y Kyum me animaron a gritos y palmadillas mientras los demás reían atentos a mis movimientos.

—¡Yah! ¡Ya no quiero jugar esta mierda! —me quejé riendo entre un evidente puchero, dejando el pequeño puñado de cartas a un costado. Sentía que casi arrastraba las palabras al hablar de lo ebria que estaba—. ¡Renuncio!

—¡No, no, no! No puedes —Marvel levantó su dedo índice y lo movió frenéticamente, casi cayéndose del asiento al hacerse hacia adelante. Estaba tan jodido como yo—. ¡Si renuncias tienes que brincar a la alberca como castigo!

—¡Pero eres imbécil!

—No, no. Esas eran las reglas —Boi negó también, dando un trago al vaso que su chica le extendió desde encima de sus piernas. Joder, hacían tan bonita pareja que me molestaba pensar que no eran novios en verdad—. ¡Reglas son reglas!

Gimoteé a la par que marcaba más el puchero en mis labios y recargué mi barbilla contra el hombro de Yoongi que no había parado de mirarme. Hice mi mejor mueca de corderito degollado y sacudí su brazo con los míos, pretendiendo estar al borde del llanto.

—Yah, Yoongi... diles algo.

—Pero si te metiste en esta mierda tu sola —rió con la voz ronca. Él también estaba borracho, pero mucho (mucho) menos que yo a pesar de haber tomado casi la misma cantidad de alcohol. Idiota. ¿Cómo podía ser perfecto en todo?

—¿Entonces te lanzas a la alberca conmigo?

—Seori... —volvió a reírse. Probablemente de todos los presentes era él quien más estaba disfrutando de mi show como la borracha en turno.

—¿Qué? —fingí un sollozo y ladeé la cabeza hasta recargar ahora la mejilla en su hombro—. Anda. Yo por ti me hundía en una tina con hielos. Con lo mucho que odio el agua helada y todo.

—Mírala qué mona es cuando se emborracha —Kyum canturreó entre risas, ocasionándome un chasquido de lengua que sonó tan alto que, estuve segura, se escuchó hasta Seúl.

—¡Que no estoy borracha!

—No, no. Estás borrachísima, Seori —Minwoo rió luego de un beso corto con su novia. Abrí la boca con indignación y me toqué el pecho, señalándolo luego a él con el dedo índice.

—Lo esperaba de todos menos de ti, Kang Minwoo. ¡Esto es traición!

—No hay forma de ayudarte, hermana —Boi complementó uniéndose a las risas para luego asentir mirando a Yoongi, como si le señalara con la barbilla—. ¿Está o no está ebria, Suga?

—Como una puta cuba.

—¡Alta traición!

Más risas se hicieron presentes ante mi grito; incluso Namjoon que había estado callado durante todo ese rato, se rió de mis estúpidos lloriqueos.

—¡Entonces voy a echarme a la maldita alberca yo sola!

Me paré como si trajera resortes en los pies —mareándome terriblemente en el proceso— y me aventuré a caminar hasta la puerta de vidrio corrediza esquivando vasos de plástico y botellas en el suelo. Tragándome las ganas de devolver toda la cena ahí mismo, siendo una puta guerrera, me aferré al marco de la misma al abrirla señalándolos a todos con mi dedo índice y los ojos entrecerrados, como Maléfica a punto de tirar su maldición sobre el pueblo del rey Stéfano.

—Si todos son unos cobardes como para no lanzarse no es mi puto problema. ¡Gallinas! Les voy a enseñar. ¡Woo Seori les va a enseñar!

En mi cabeza estaba llevando a cabo el acto más heroico del siglo; brincaría dentro de la maldita piscina y brillaría como con partículas de oro desde dentro por ser la puta ama y terminar ese estúpido juego de cartas y bebidas de una vez por todas... por lo menos para mí.

Hacía frío pero eso no me impidió llegar hasta el borde de la misma. Por supuesto que no estaba pensando con claridad pues en ningún momento me pasó por la cabeza las consecuencias si me lanzaba a una temperatura así, pero es que no me dio ni tiempo de preocuparme al sentir una mano sobre mi muñeca, sosteniéndome de saltar.

Me sorprendió girarme y ver a Yoongi, porque en ningún momento pensé que iría a detenerme. No era algo que él haría regularmente. Yoongi siendo Yoongi me hubiese dejado meter el pie en la mierda y luego, con un poco de suerte, me hubiese pasado un pañuelo para alejarse diez kilómetros y no ver cuando toque limpiarme.

Yoongi siendo Yoongi no me hubiese mirado ni sonreído de la manera en que lo hizo y Seori siendo Seori no se hubiese sentido como una maldita colegiala frente a su jodido oppa.

—¿Qué haces, tonta? —rió mientras hablaba. Hace un tiempo había descubierto que esa era una de mis máximas debilidades.

—Me tiro al agua en señal de amor propio. ¿Y tú?

—¿Amor propio? —volvió a reírse y tiró de mí suavemente, alejándome del borde de la piscina—. Vas a coger un resfriado de la puta madre si te lanzas ahí. Eso no es amor propio.

—¡Que lo es! —chillé en un susurro pequeñito haciendo un puchero con los labios—. Es amor a mi estómago, a mi hígado y a mi dignidad. Todo en uno, ¿me entiendes?

Yoongi negó y rió a la vez, deslizando la mano de mi muñeca a mis dedos para enredarlos con los suyos. Hizo un movimiento con la cabeza para indicarme que entráramos de nuevo a la casa pero le retuve dando un paso corto hacia el frente hasta pegar la punta de nuestros zapatos.

—Seori, ¿qué...?

—No me gusta, pero así como te puto quiero a ti me quiero a mí y no voy a dejar que esos idiotas se salgan con la suya. No voy a tomar un trago más de alcohol. ¡Ni uno! ¡Y les voy a demostrar que no soy una cobarde!

Sus ojos pasaron de mí al interior de la casa, donde todos nos observaban como si fuésemos animales tras las vitrinas de un zoológico. Mi puchero se hizo un poco más grande mientras fruncía el ceño. Yoongi volvió a mirarme, sentí cómo recorrió mi rostro para sonreír de medio lado al final, aunque no supe si fue por mis palabras o la confesión que había soltado sin percatarme.

—Eres una cabezota.

—Pero me quieres así... ¿no?

Su sonrisa se ensanchó con el paso de los segundos y rodó los ojos cuando me pasé la lengua por los labios. Di un pequeño paso hacia atrás, haciéndole retroceder conmigo. Me tenía sin cuidado si no estaba respondiendo de inmediato porque su gesto era totalmente digno de admirar.

Sin decir nada me tomó de la nuca para aproximarme a sus labios, besándome de forma lenta y profunda. Poco me importó que nos estuviesen mirando desde el interior de la casa. Yoongi, a sabiendas de eso, dio un paso hacia adelante provocándome retroceder. Lo próximo que supe es que estábamos cayendo al cúmulo de agua que no pareció tan fría... al inicio.

Nos hundimos y aún con eso Yoongi no paró de besarme. Fui yo la que se separó de sus labios para soltar un bufido buscando sacar el agua que se me había metido a la nariz a la par que castañeaba suavemente los dientes. Me sostuve de sus hombros liberando pequeños sonidos gracias al frío mientras Yoongi bajaba sus manos a mi cintura y pegaba nuestras frentes.

—Espero... que esto sea respuesta suficiente, idiota —murmuró sorbiéndose la nariz, reteniéndose de reír o gruñir como si fuese a hacerle perder calor.

Con lo bien que sabía que Yoongi odiaba el frío en general... lo era.

No me abstuve de sonreír. Tampoco de rodear su cuello con mis brazos provocándole pegar la espalda al borde de la piscina para fundirme en su boca como si no hubiese mañana. Afortunadamente nadie dentro de la casa nos molestó y el reloj avanzó y avanzó con nuestros labios unidos, casi hasta que sentí los dedos arrugados por tanta agua y cloro aferrada a mi piel.

• • •

Hola bebés ♥ es probable que este cap tenga segunda parte. Les invito a seguirme en instagram (@proteccmin) para enterarse de cositas porque HJSBADHASB se viene bueno. Las amo, muak ♥

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