La Parca seguía estudiando con detenimiento el cariño que ambas brujas se profesaban. Se cuestionó varias preguntas pero en sus pensamientos no había una respuesta en común.
—Estar rodeada de malas personas ha formado lo que soy y lo entiendo—La Parca suspiro—Pero no puedo comprenderlo Miss Cavendish, es tan curioso como esas palabras como el cariño y la protección tienen en concepto para usted, yo las veo desde una definición en general y vacía y usted lo interpreta como un significado empírico. Estúpida teoría la que me he formado—La muerte se burló de sí misma—Parece que tengo mucho que aprender.
La Parca visualizo la imagen de Darrelle, se cuestionó si podría experimentar lo que Diana sentía ahora mismo, codiciaba tener las mismas emociones que pasaban por la psique de la rubia, tener a una persona entre sus brazos y cerrar los ojos mientras las emociones fluían. También le eran incomprensibles las palabras mirándolas de un lado superficial, aun cuando la joven pareja no lo viera de ese modo.
—He vivido mucho del lado podrido de la realidad, ¿Cómo será vivir en el lado bueno de ella?
Mientras la Parca se mantenía centrada en aquella pregunta, Diana y Akko habían terminado de besarse y solo se encontraban abrazadas.
—Esto...—Dijo Akko mientras cerraba los ojos y recargaba su cabeza en uno de los hombros de Diana—Se siente bien.
—Quizás si te hubieras dado cuenta de mis sentimientos en boca de alguien más, evitarías verme a la cara.
— ¿De qué hablas? —Akko abrió los ojos y se alejó del abrazo para estudiar a Diana—Yo no huiría y ¿De quién me podría enterar?
—De Amanda por ejemplo. Ella jamás cierra la boca cuando tiene un chisme que contar, lo haría como revuelo si se enterara. Conociéndote sé que estarías confundida, además creo que decírtelo ahora valió la pena.
La castaña se puso a meditar las palabras de Diana, una parte de ella deseaba contradecirla por la sed carnal de competencia y la otra solo estaba de acuerdo. Luego la confusión la invadió y sus ojos se fueron directo a los orbes azules de la rubia.
—Esto es muy raro para mí.
— ¿Lo ves? —Diana sonrió al acierto de sus pensamientos predecibles—Ahora estas confundida.
—No lo estoy—Se defendió negando con una mueca indignada y derrotada a las palabras tan asertivas de la ojiazul. No lo quería admitir en frente de su rival pero muy en sus adentros sabía cuánta razón tenía.
Una risa aflautada surgió de los labios de Diana—Solo tu interior—Levanto el dedo índice y lo centro en el pecho de Akko—Sabe que tengo razón.
Ante aquella frase, Akko no respondió a las palabras asertivas de la rubia. La castaña solo se limitó a bajar la vista como respuesta. Una parte de ella deseaba ser algo diferente, ganar más valentía sin la presencia de los tropiezos internos. Pero los miedos de dar el siguiente paso perturbaron su conciencia, ¿De verdad Diana me ama? Se formuló la cuestión, peleando contra sus contrariedades la otra parte solo le respondía con reproches, obviamente me ama, si no lo fuera ¿Entonces por qué me besaría en primer lugar?
Luego de una batalla consigo misma levanto la vista fijándose en la postura serena y calmada de Diana. Parecía que la confusión momentánea de Akko no había perturbado en lo más mínimo a la rubia.
—Diana...—Se detuvo, sentía que se mordería la lengua si mencionaba una palabra más.
—Tranquila—Diana sonrió y levanto su mano sosteniendo de manera suave la mejilla de la castaña—Hasta ahora he aprendido a vivir y aceptar ese lado tuyo, el tiempo que hemos estado en Luna nova me ha enseñado eso.
—Pero te lo quiero decir—Akko sostuvo la muñeca de Diana, le preocupaba que este momento se perdiera y por alguna razón ese momento terrible se cumpliría—Me resulta extraño todo esto hablando honestamente—Tomo una pausa de silencio y estudio a Diana con cuidado, temía que se decepcionaría de la manera en que tomaba el inicio de la conversación, sin embargo lo único que se llevo fue la sorpresa de la naturalidad con que Diana actuaba sin perder la serenidad en su mirada—Pero creo que me gusta, no—Negó con la cabeza— quiero decir que me gusta y jamás creí sería correspondida por mi rival. Confieso que sentí y siento lo mismo por ti, pero también está la inferioridad que me dominaba, no quería perder ante ti, ser la chica débil en todos los ámbitos inclusive en el amor que ocultaba no era algo que debía mostrar.
— ¿Por tus inseguridades? —Cuestiono Diana de manera inexpresiva.
—Así es, honestamente tenía miedo que todo esto se tratara de una broma de tu parte—Suspiro llena de alivio.
—Akko—La mirada de Diana se ensombreció —Jamás haría una broma con eso, recuérdalo desde ahora—Miro de manera decepcionada el semblante de Akko.
—Lo siento—Contesto de una manera apenada y culpable—Es mi culpa que todo esto sucediera.
— ¿Qué sucediera qué?
—Bueno—Se rasco la cabeza de manera nerviosa—Que yo te gustara de ese modo, no sé cómo no lo note antes—Se sinceró —Si lo hubiera sospechado antes entonces habría intentado algo.
Una risa melodiosa surgió de los labios de la rubia y volvió a sonreír con plenitud—Eres demasiado distraída para notarlo y ahora que lo sabes—Sujeto ambas muñecas de la castaña—No quiero que te arrepientas o te retractes más tarde. Solo quiero preguntarte una cosa ¿Estás segura de lo que sientes por mí? —Borro la sonrisa y la seriedad y esperanza se reflejó en sus pupilas azuladas.
La pregunta no parecía sorprenderle a la castaña, lo que si llego a inmutarla fueron los rasgos tan serios y maduros notados en la tez de Diana, todo iba tan rápido como si la pregunta fuera una propuesta de matrimonio.
—Estoy segura de lo que siento por ti—Hablo Akko extendiendo una sonrisa segura y neutra—No hay nada que me haga más feliz ahora mismo que oír tu pregunta, por supuesto que estoy segura de lo que siento por ti—Extendió una mano y sujeto con suavidad la mejilla de su compañera—Quiero que hagamos muchas cosas juntas.
— ¿Cómo qué? —Sus mejillas se ruborizaron mientras volvía la sonrisa en sus labios.
—Mmm—No tomo mucho para que la castaña lo pensará y se encogió de hombros— ¿Qué tal si viajamos a Japón?
—Tu país natal, suena como una buena idea. Recuerdo que la última vez que fui solo era una niña...—Se detuvo sabiendo el hecho que su rival no tenía idea de su fanatismo a Shiny Chariot—No recuerdo mucho de ese último viaje—Esquivo los ojos cautelosos de la castaña y los enfoco a las estrellas.
— ¿No recuerdas algo que te gustara? —Las facciones de Akko se tornaron curiosas y atentas.
—Bueno—Carraspeó—Tal vez el remen o el teriyaki, no recuerdo hablando honestamente.
—Entonces necesitas que hagamos una exploración completa de buenos restaurantes y zonas turísticas, solo así te llevaras el mejor recuerdo—Akko se entusiasmó sabiendo que Diana le ocultaba algo—Nos divertiremos—Pensó que aquel secreto que pudiera estar escondiendo lo descubriría más adelante, no tenía prisa en saberlo deseando darle tiempo en que su confianza se volviera más estrecha.
Aliviada Diana bajo la mirada y complacida enfoco sus pupilas cruzándolas con las de Akko—Me encantaría, espero tu buena guía y gustos gastronómicos en la cuidad.
—Puedes estar segura que lo haré, aunque no te llevare a esos restaurantes caros a los que van los burgueses, ¿Sabes cuánto se tiene que invertir en un platillo? —Negó con desaprobación y los escalofríos la recorrieron tan solo imaginar los platillos con los altos precios.
—De acuerdo—Diana emitió una risa silenciosa—No soy exigente, mientras sea una cena contigo no importa donde sea
—No solo una Diana, habrá muchas más—Akko se aproximó y le brindo un beso corto en la zona de sus labios—La ventaja es que mis gustos en platillos son deliciosos.
— ¿De verdad? —Pregunto notándose el brillo emocionado en sus ojos mientras sujetaba con ambas manos las caderas de Akko—He probado muchas cosas deliciosas, pero lo más exquisito y dulce que me ha gustado hasta ahora es esto—Fue directamente a los labios de Akko introduciendo su lengua y así disfrutar el contacto.
Al principio la técnica que empleaba Diana tomo desprevenida a la castaña. En respuesta Akko se limitó abrir los ojos durante unos instantes y cerrarlos a los pocos milisegundos. De manera automática extendió los brazos rodeando la nuca de la rubia mientras la aprisionaba entre un abrazo profundo y significativo.
Aprovechando que su encanto surtía efecto en la castaña, Diana retiro una mano de las caderas de Akko y la bajo en dirección de su muslo izquierdo. Con aquel gesto termino por levantarle la falda de una parte. El tacto de la piel de Akko resulto ser cálida sabiendo que la mano de Diana estaba helada, todo gracias a la noche refrescante.
El contacto solo provoco un salto de estremecimiento en Akko y se alejó un poco—Tu mano.
— ¿Mi mano? —Sonrió con malicia.
—Esta fría y...—Cerro los ojos ejerciendo presión sobre sus parpados.
Contenta de mirar el rostro excitado de la castaña, Diana siguió con su objetivo elevando más la mano al norte hasta llegar al punto que deseaba tocar. La humedad era escasa, buscando saciar su libido uso dos de sus dedos comenzando a masajear de arriba hacia abajo el centro de los labios, aun cuando solo una prenda se interpusiera en su objetivo ella continuo.
— ¡Ahh!—Akko sujeto con fuerza los hombros de Diana mientras inclinaba su cabeza hacia arriba, todo en respuesta de las sensaciones desconocidas y agradables que la rubia le regalaba.
Diana se aproximó al oído de Akko y susurro la siguiente pregunta— ¿Cómo se siente?
Akko no se tomó el atrevimiento de responder. Sus labios vaginales se encontraban hinchados y con el dolor excitante que la envidia. Deseaba que Diana hiciera lo que tenía pensado hacer lo más pronto posible.
—Diana...—
— ¿Sí? —Susurro mientras sonreía de manera maliciosa y satisfecha.
—Date prisa, por favor.
—Créeme que lo haría—Sus labios se fueron besándola en el cuello además de chuparlo—Pero—Levanto la mirada a un punto del cielo y frunció el ceño de una manera que se molestó al estudiar la figura flotante de la Parca—Alguien indeseada nos observa.
—Qué...—Akko reacciono sorprendida, aunque el momento no duro cuando sus fuerzas se alejaron quedando en completo desmayo debido a un hechizo que Diana ejerció sobre ella.
La rubia sabiendo lo que ocurriría sujeto a la castaña de la cintura evitando que su cuerpo se fuera al suelo. Luego la risilla siniestra y aterradora de la Parca lleno el lugar, una que nadie podría escuchar aunque tuvieran el mejor aparato auditivo del mundo. Solo Diana podía verla y escucharla a la perfección.
— ¿Por qué se detuvo Miss Cavendish? Estaba resultando muy entretenido lo que ambas estaban haciendo.
Diana retiro la mano que tenía entre los muslos de la castaña y la subió sosteniendo su cabeza—Por dos razones, la primera es porque no tolero que una entidad fantasmal y pervertida nos mire.
—Oww eso me dolió —Comento mientras fingía duelo— ¿Y cuál es la otra razón? —Una risa maliciosa surgió de sus encías huesudas.
—Creo que ya lo sabes, ibas a utilizar el ridículo hechizo para que Akko olvidara la razón que nos llevó a estar a solas—Miro a la Parca de un modo desafiante—Jamás permitiré que arruines las cosas de ese modo.
Con las correctas afirmaciones de la rubia, la Parca soltó otra risa complacida e impresionada, más no de burla. Aun y cuando Diana interpretara de manera incorrecta las risas improvisadas de la Parca.
—Tiene razón, me gusta hacer una que otra travesura pero creo que su afirmación es más divertida—Se aproximó con demasiada rapidez llegando a escasos milisegundos a la rubia.
La velocidad con que se había trasladado la Parca, asusto de cierto modo a Diana. Sin embargo no quería verse débil y vulnerable, así que intento recuperar el control acallando los latidos de su corazón, latidos que surgieron a las habilidades escalofriantes y abrumadoras de la Parca.
—Será mejor que dejemos a su novia dormir en su cómoda cama—La muerte chasqueo los dedos.
No tomo ni un milisegundo cuando el cuerpo de Akko desapareció de las manos de Diana. Sorprendida con el hecho Diana fulmino con dureza y fiereza a la Parca, luego como resultado saco su varita.
— ¿Dónde es...
—Descuide—La Parca interrumpió su cuestionamiento—Como he dicho, solo la lleve a su habitación para ahorrarle algunos problemas, como la maestra Finnelan por ejemplo, ahora mismo ella está recorriendo los pasillos de la academia y si la viera llevar a una estudiante como Atsuko Kagari en estos momentos, aun cuando no son compañeras de cuarto, haría muchas preguntas y ambas estarían en un aprieto—Su risa burlona no tardo en presentarse.
—Y bien—Diana paso a otro tema, no quería admitir que la Parca tenía razón.
—Supongo que tengo razón a juzgar la frustración en su cara—Se mofo con alevosía—Pero, ya ha llegado el momento de abandonar los juegos y poner las manos a la obra Miss Cavendish.
—Lo sé—Respondió con la mirada ensombrecida y culpable, sabía que era el momento de cumplir con la primera petición de la Parca— ¿A dónde tengo que ir? —Levanto la mirada y segura de sí misma fulmino a la Parca.
—No hay necesidad que se lo diga, cuando yo misma la llevare—La Parca extendió una de sus manos esqueléticas y sujeto el hombro de Diana—Nos vamos.
Tanto Diana como la Parca habían desaparecido de las instalaciones de la academia de brujas. Finnelan quien daba su ronda nocturna de recorrido solo noto el aire despedido sin sospechar que una de sus estudiantes junto a la Parca había abandonado aquella esencia.
Continuara...
Hola a todos aquí yo, Dark.
Otro capítulo de esta fantástica historia.
Voto a las y los lectores fascinados y como siempre, dejo un video que me inspiro a escribir el cap.
Cuídense a todos y espero sus comentarios.