Insulin by Mink (NamGi)

By MinkBangtan

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YoonGi no quiere que NamJoon se entere de lo que siente por él por dos razones poderosas que lo dejan con poc... More

1. ¿Nervioso?
2. ¿Cómo pudo haber dicho eso?
3. ¿Por qué?
4. ¿Vas a sentarte?
5. ¿No era posible, cierto?
6. ¿Cuándo vas a decirle?
7. ¿Hacia dónde debemos ir?
8. ¿Por qué no lo compruebas por ti mismo?
9. ¿Joder, es que acaso estaba soñando?
10. ¿Confías en mí?
11. ¿Acaso estás ansioso?
12. ¿Hyung...?
13. ¿Cómo qué clase de cosas?
14. ¿En qué momento había cambiado tanto?
15. ¿Por qué justo eso?
16. ¿Por qué habría de importarte?
17. ¿Qué pensarían de él?
18. ¿Debería estar feliz o llorar como un idiota?
19. ¿No estaba siendo demasiado tonto?
20. ¿Debía ser valiente, cierto?
21. ¿Acaso perdía algo con intentarlo?
22. ¿Qué significaba?
23. ¿Por qué todo comenzaba a sentirse tan diferente?
24. ¿Era real?
25. ¿En qué piensas, hyung?
27. ¿Quizás amando demasiado?
28. ¿Acaso no era así de generosa la vida?
29. ¿Solo sugestión o mal presentimiento?
30. De lo que estoy hecho.
31. Insulin somos nosotros

26. ¿De nuevo?

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By MinkBangtan

NamJoon lo miraba atentamente, con esos ojos curiosos y YoonGi sintió que todo se le revolvía, porque el chico era la cosa más hermosa que existía y significaba tanto para el mayor, que solo un poco de cercanía bastaba para hacer que todo su mundo se volteara de cabeza.

Fue totalmente consciente de esa mano tocando ligeramente su abdomen y de esos ojos expresivos, pícaros, mirándolo directo, casi como si supieran un secreto que él desconocía.

La cercanía se sentía bien. Rayos, YoonGi era la persona más feliz en ese momento y no necesitaba de nada más.

Sí, quizás el amor dolía en verdad y joder, él no podría pasar por la parte fea de querer a NamJoon, otra vez. No soportaría que un día el chico llegara y le dijera que después de todo, sí lo quería solo como un amigo... No, él no podría soportarlo, pero a pesar de todas las inseguridades, YoonGi no cambiaría ese instante.

- Vamos, ¿en qué piensas? - insistió el chico y Min no quería exponer sus tontos miedos. No cuando todo parecía estar casi perfecto.

- En nada, no seas chepito.

- ¿Que no sea qué? - preguntó, sus cejas levantadas en un ceño de evidente confusión que en él se veía adorable. Cuánto desearía poder darle un beso... siquiera un solo beso. Pero Min no podía hacerlo, no quería arriesgarse, tenía miedo de joderla de nuevo.

- Que no seas entrometido, vamos, recuéstate.

- No quiero. ¿Qué? ¿Te pongo nervioso? - preguntó el menor, moviendo las cejas de forma divertida y YoonGi sonrió.

- En todo caso, serías tú el que debería estar nervioso - dijo jactándose, fingiendo una indiferencia que no sentía porque todo su cuerpo estaba rígido, su corazón latiendo demasiado rápido al estar tan cerca del menor.

- ¿Por qué yo? De acuerdo con lo última evaluación, quien está en una posición un poco " vulnerable" eres tú - argumentó NamJoon, desviando la mirada hacia YoonGi quien seguía recostado completamente en la cama, mientras el menor se alzaba un poco encima del cuerpo del rubio.

- Vamos, ¿de verdad crees que esto es una posición "vulnerable"? - dijo YoonGi, sonriéndole algo sádicamente aunque por dentro sintiera que estaba muriendo de nervios.

NamJoon sonrió, mostrando esos hoyuelos y YoonGi tuvo problemas fingiendo que no estaba a punto de sufrir un ataque.

- Por supuesto que sí, es decir, si quisiera inmovilizarte en este momento, podría hacerlo en cuestión de segundos y muy probablemente, hyung, estarías debajo de mí antes de que siquiera te des cuenta qué está pasando - explicó el menor. YoonGi podía ver esa mirada divertida y esa sonrisa torcida... sintió escalofríos y luchó realmente por no exteriorizar lo mucho que el menor lo afectaba en ese instante.

- O bien podría darte la vuelta en un segundo y tenerte debajo de mí. Ni siquiera te darías cuenta de qué pasó hasta que ya no puedas moverte del todo - dijo y sintió una sacudida al imaginar a NamJoon inmovilizado, debajo de su cuerpo y a merced de lo que a su sucia mente se le antojara.

Sí, definitivamente debía parar ahora mismo con ese jueguito tonto. Vamos, que Min no era inocente y sabía a donde terminaría ese juego si seguían hablando de eso.

- Aunque dudo que siquiera lo logres - dijo NamJoon, mofándose en su cara - debo admitir que me gustaría verte intentarlo.

- Créeme, no te gustaría verme intentarlo - dijo, dándole una mirada de suficiencia. Ignoró lo rápido que le latía el corazón y el mar de sensaciones que sentía en todo el cuerpo.

NamJoon lo afectaba más de lo era sano reconocer y saber que el menor sentía aunque sea un poquito de todo eso que él estaba experimentando, le trajo calidez a su pecho.

Él alzó una ceja, retándolo y esa mirada determinada no le dio buena espina. YoonGi contuvo su aliento cuando el chico decidió alejar la mano que se posaba en su abdomen y llevarla, muy lentamente, hasta el borde de su camiseta. Kim pasó los dedos tentativamente por el borde, trazándolo de derecha a izquierda y cuando finalmente llegó hasta el otro lado de la tela, lo tomó entre sus dedos y lo levantó un poco, exponiendo solo una pequeña porción de blanca piel.

Se quedó inmóvil. Una parte muy grande de sí mismo sabía que debía decirle que parara, que lo que menos necesitaban los dos en ese momento era algo de contacto físico y que ambos eran conscientes de lo mal que les había ido la última vez que intentaron tener algo.

A pesar de que sabía que estaba cometiendo un error, permaneció en silencio, su mirada moviéndose de los dedos del menor en su abdomen hacia la mirada del chico posada fuertemente en ese pequeño espacio de piel desnuda. Ni siquiera era un gran trozo, bueno, no hasta que vio al chico tragar grueso antes de subir un poco más la camiseta, hasta que estuvo un poco más arriba de su ombligo.

Escalofríos lo recorrieron de pies a cabeza y fue vergonzoso que no hubiese podido frenar a su cuerpo de mostrarlos. NamJoon volteó a verlo a los ojos en cuanto pareció sentir la breve vibración que dejó escapar su cuerpo y YoonGi sintió su cara enrojecer.

Bien, si NamJoon quería probar un punto, ya lo había hecho.

- Ok... - dijo, odiando que una sola cosa tan pequeña como esa, hubiera hecho que su cuerpo reaccionara de esa manera - quizás sí es una posición vulnerable. Ganas -. Dijo, sabiendo que si no paraba en ese instante, iba a hacer cosas que no sería prudente hacer.

En lugar de responderle, NamJoon puso su palma completa contra su piel y acarició suavemente en la zona, haciéndolo sentir temeroso pues con sólo eso, NamJoon podría incluso lograr que cierta parte se endureciera y de verdad, nadie quería ver eso.

Pero el tacto era tan ligero, tan dulce que YoonGi quiso que el chico siguiera tocándolo. Estaba a punto de dejar de pensar en nada más que no fuese NamJoon.

Las manos de Nam se sentían ásperas contra su piel, tocando lento pero ansiosamente  por todo lugar desnudo ante él y cuando su dongsaeng volteó a verlo directamente a los ojos, YoonGi contuvo la respiración al notar el deseo que se reflejaba en su mirada.

- No, tú ganas - dijo, con la voz más ronca y áspera de lo usual y eso hizo que Yongi sintiera que ya no podría evitar una erección en los próximos segundos - quien está en una posición vulnerable soy yo.

NamJoon lo miró fijamente, haciendo que YoonGi se sintiera expuesto, desnudo ante esos hermosos ojos y quiso no pensar tanto, quiso decirle a ese hombre que le regalara un beso, solo uno porque estaba realmente necesitándolo.

Aspiró con fuerza cuando él  llevó su mano más allá de la piel expuesta, subiendo con sus toques por debajo de su camiseta hasta llegar a su pecho. Se estremeció cuando el menor pasó tentativamente por uno de sus pezones.

- Eres tan hermoso - dijo NamJoon con esa jodido voz ronca, acomodándose un poco mejor al lado del cuerpo del rubio y pasando su palma ahora por todo su torso desnudo. No supo qué responder, así que se puso rígido cuando sintió que su cuerpo comenzaba a reaccionar.

Le llevó todo su autocontrol, no tirar a NamJoon sobre su espalda y cubrirlo con su propio cuerpo. Escalofríos lo recorrieron cuando el menor tomó uno de sus pezones entre sus dedos y tiró de él suavemente. No pudo evitarlo, sintió su sangre hervir y cuando se dio cuenta, su pene estaba duro y listo para tomar lo que sea que fuera.

- Deja de jugar - advirtió entre dientes el rubio cuando el chico jugó un poco más en su pecho, sin embargo, en lugar de apartarse, se vio a sí mismo alzando un poco más su camisa, dándole el acceso que el chico quisiera.

Maldijo cuando el pequeño hijo de puta se inclinó y  lamió tentativamente uno de sus rosados pezones .

- Estás tan duro - medio gruñó NamJoon, osando chupar su piel desnuda y succionar en su pecho. Eso lo avergonzó... lo avergonzó demasiado, porque él normalmente no jugaba con esa parte de su cuerpo, mas sus dos putos pezones parecían que habían escogido ese jodido momento para ser hiper sensibles.

¿Y qué le pasaba a su dongsaeng? ¿Por qué decía esas cosas de esa forma tan directa? Min admitía ser algo... "vulgar"...  cuando tenía sexo o estaba "jugando" con alguien, nunca había sido del tipo reservado, pero Nam sacaba su parte más tímida y aun desconocía si eso le molestaba o no.

Se mordió el labio cuando él tocó su erección por encima del pijama, demostrando que efectivamente, YoonGi estaba duro. Fue un toque algo breve, ligero pero suficiente para hacerlo perder el poco autocontrol que tenía. Simplemente no podía tener a su dongsaeng besando y tocando su cuerpo de esa forma y quedarse sin hacer nada.

Los toques del menor eran ligeros y calientes pero  algo dudosos y eso le hizo caer en cuenta de lo que estaba pasando. Sería estúpido solamente regresar a lo de antes, más que estúpido, YoonGi tenía miedo de que NamJoon exigiera algo que él no estaba dispuesto a dar y le daba miedo porque una parte de él aún pensaba que Nam, a pesar de lo que decía sentir, aún se enojaría con YoonGi  por no ceder en el aspecto sexual.

Sí, una cosa era aceptar a NamJoon y otra, que de la noche a la mañana ese estúpido miedo que tanto odiaba, hubiera  simplemente desaparecido de su mente. Después de todo, algo así no se olvida fácilmente o quizás era YoonGi quien había sido demasiado frágil como para permitir ser  dañado de esa forma.

No, no podían continuar con eso.

- Por más que me guste que me toques - dijo,  sabiendo que no quería detenerse aun - creo que debemos parar -. Le sorprendió demasiado que hubiera podido hablar coherentemente cuando luchaba contra la urgencia de bajarse el pijama  y tocarse a sí mismo; NamJoon provocaba sus instintos más carnales y aunque quería al chico, también lo deseaba quizás excesivamente y eso lo hacía el doble de  difícil.

La mano de NamJoon se congeló, en sí,  todo el cuerpo del hombre lo hizo.

- ¿Por qué deberíamos parar? - preguntó, algo cauteloso.

Ambos sabían el por qué y YoonGi detestaba tener que decirlo en voz alta.

- Sabes... yo no...  - empezó, ignoró su excitación el tiempo suficiente como para ordenar sus palabras pero por más que las adornara para que sonaran bonitas,  el resultado era el mismo - ... Lo que quiero decir es que no quiero volver a lo mismo de antes.

Lo dijo,  lo dijo y el corazón comenzó a latirle asquerosamente rápido. Él era inseguro y no pudo evitar sentir que iba a decepcionar a NamJoon, que el chico pensaría que no valía la pena estar en una relación - si es eso lo que estaban construyendo a partir de ahora-  si iban a andar "de mano sudada" como si ambos fueran vírgenes o inocentes. ¿Y qué sería de él si NamJoon no estaba de acuerdo?

Lloraría. Estaba seguro que no podría levantarse de una devastación igual o peor de la que había dejado NamJoon a su paso cuando se había marchado. No, Min lo quería demasiado como para superar algo así y tal vez estaba siendo algo obsesivo, pero una segunda decepción como esa, lo dejaría roto sin esperanza de algún día poder repararse.

Esa era la parte fea de querer, que uno sentía que moría si no estaba con esa persona y Min no quería eso.

- Yo tampoco quiero volver a lo de antes - dijo Kim y su corazón se estrujó cuando Nam se incorporó, sentándose a su lado.

Fue consciente de su sonrojo, su camisa levantada y apuñada hasta más arriba de sus pezones y de su erección presionando desvergonzadamente contra el pijama que andaba. Si no supiera  del gran bulto en el propio  pijama de su dongsaeng o de la mirada lujuriosa y algo confundida que ahora le estaba dando, nadie sospecharía que el  chico acababa de poner su mano sobre la erección aún vestida de alguien.

- ¿Entonces...? - preguntó, con el aliento pesado. A pesar de sus desolados pensamientos, estaba excitado y no podía evitarlo, deseaba que NamJoon lo tocara. Quería cumplir al menos alguna  de sus fantasías más locas, alguna que implicaba a NamJoon masturbándolo o tomándolo con su  boca.

- Entonces solo dejamos de pensar en eso y no actuamos como actuamos antes. Quiero tocarte,  quiero besarte ... te deseo, como nunca he deseado a nadie y te quiero más de lo que alguna vez podría siquiera haberlo imaginado, hyung. No vamos a volver a lo de antes, porque antes te traté como a un segundo cuando siempre fuiste mi primero.

NamJoon se acercó de nuevo, acariciando  suavemente una de sus mejillas y mirándolo con unos ojos expectantes, llenos de una ternura que pocas veces veía en ellos... ¿estaba pidiendo permiso de algo? Min sintió que su corazón explotaría en cualquier segundo. Su mano tembló cuando la alzó y tomó la mano de Nam entre la suya, adorando el cálido contacto.

- Te quiero tanto... - No pudo evitar decir y eso lo avergonzaba un poco. Sintió su cara arder en un segundo y maldijo internamente por ser tan cursi y sensible cuando se trataba del chico al frente de él.

NamJoon sonrió y se sonrojó,  se veía adorable y sexy y Min estaba a punto de molestarlo  con eso cuando él se inclinó y presionó un beso largo en su rosada mejilla. El acto lo descolocó en el buen sentido, un calor increíble lo recorrió de pies a cabeza.

No aguantó más. Cuando Nam hizo ademán de separarse, Min lo agarró del cuello, atrayéndolo. Plantó sus labios sobre los labios del chico y casi juró que electricidad había recorrido cada célula suya en ese instante.

Como si eso fuera incluso posible, su corazón latió más de prisa y su propio cuerpo se sintió revitalizado, como si hubiese encontrado agua en un desierto demasiado amplio. No sabía ni qué sentía. Sintió amor, eso sin duda lo hizo, sintió pasión, necesidad, devoción por un hombre que había hecho que se sintiera miserable y que también lo había llevado a las nubes.

NamJoon gimió. El chico decidió tirar todo su antiguo pensamiento de "No debemos tocarnos" con sólo un sonido de su parte y YoonGi sintió su pene endurecerse más al oírlo.

Kim tenía razón, estaba tan duro, él lo ponía tan duro.

Min lo besó repetidas veces, sólo un beso ligero tras otro antes de abrazarse a su cuello y obligarlo a estar más cerca, atrayéndolo hacia abajo. NamJoon cedió sin resistencia alguna, pronto estando casi encima de YoonGi, sólo impidiendo aplastarlo al sostenerse de un brazo.

Le mordió el labio y su pene se sacudió cuando NamJoon gimió para él, abriendo sus propios labios  para que su hyung pudiera devorarle la boca.  YoonGi quería hacerle tantas cosas, quería amarlo de tantas formas.

Min amó saborearlo, golpeando suavemente su lengua contra la del chico y sintió que iba a correrse sólo con eso, que no necesitaría nada más que NamJoon dándole y correspondiéndole su beso para que su semilla manchara sus pantalones.

No estaba exagerando, sintió su presemen mojar la tela delgada de su boxer y deseaba más de Kim a cada segundo.

- Acómodate mejor - dijo, jadeando y abriendo sus piernas para que el chico pudiera ponerse entre ellas.

NamJoon gimió notablemente al verlo hacer eso y YoonGi más tarde le preguntaría por qué eso le parecía tan emocionante, por el momento, sólo quería sentirlo tanto como fuera posible.

Sintió la erección de NamJoon presionar contra  sus muslos mientras él se posicionaba y gimió roncamente cuando por fin pudo sentir el pene de Nam presionando contra su propio miembro.

Su dongsaeng se estremeció, cerrando los ojos y besando su cuello... ambos se quedaron un segundo completamente inmóviles antes de que Nam empujara sus caderas hacia adelante, moviendo su pelvis contra la del rubio.

YoonGi sintió que esa era la mejor cosa que le había pasado nunca. NamJoon era algo pesado contra su cuerpo, pero la sensación era agradable y excitante y cuando el chico comenzó a empujar con fuerza, YoonGi sólo podía gruñir y morderse el labio, intentando no correrse al segundo.

Acarició la nuca de NamJoon cuando este hundió su cara en su pecho aún desnudo; se encontró a sí mismo abriendo un poco más las piernas, dándole más espacio para que sus miembros se presionaran juntos.

- T- tu pantalón- dijo, tratando de bajarle el pijama a su dongsaeng y un segundo después, odió haberlo dicho pues Nam se retiró un poco.

Estaba a  punto de quejarse cuando NamJoon se puso de rodillas, bajando de un solo movimiento, su pantalón y boxer, dejando su hinchada erección a la vista. YoonGi se sintió ansioso, ya había visto ese pene antes y como un jodido necesitado, sintió la urgencia de lamer ese presemen en la gruesa punta, pero eso lo haría en otro momento.

Deslizó su propio pijama hasta sus muslos, liberando su propia erección y su cuerpo dio una sacudida cuando NamJoon osó acariciarse a sí mismo un poco,  al verlo desnudo.

- Ven aquí - exigió, estirando su mano y suplicando que él continuara de una vez por todas con eso que había comenzado.

Quería correrse, sentía la urgencia de hacerlo y elevó sus caderas, dándole la bienvenida a NamJoon cuando este se acomodó de nuevo entre sus pálidos muslos. Rio un poco cuando Nam se quejó de su
boxer, diciendo que era incómodo y se los quitó por completo en un rápido movimientos antes de acomodarse de nuevo.

Gruñó  cuando este embistió contra sus caderas, sus penes desnudos ejerciendo una fricción que iba a volverlo loco.  Su dongsaeng jadeaba pesadamente  en su cuello, besando o mordiendo la zona de vez en cuando y YoonGi sintió que iba a correrse cuando Nam agarró sus caderas  con fuerza, obligándolo a doblar sus rodillas, abriéndose un poco más para él y entonces era todo.

La presión en sus pesados testículos era demasiada, el peso de Kim contra su cuerpo era exquisito y ese contacto en su caliente parte baja, hicieron más que  suficiente para hacerlo correrse. Se corrió con fuerza, se corrió mucho y su semen manchó sus abdómenes. Sintió electricidad recorrerlo, oleadas de placer le siguieron y gimió el nombre de NamJoon  sin restricción porque no había nadie que le impidiera hacerlo.

El calor en su vientre era inmenso, escalofríos lo recorrieron y aún cuando él estaba en una nube de placer, fue consciente de NamJoon acelerando sus propios movimientos, agarrando la carne de sus caderas con más fuerza, hasta que sintió que iba a dejarle marcas y tras unos pocos segundos, sintió la cálida sensación de nuevo, el semen de su dongsaeng manchándole el abdomen y el pecho.

Sus respiraciones eran pesadas y NamJoon se dejó caer sobre su cuerpo apoyando su rostro contra su cuello,  al parecer, importándole demasiado poco el hecho de que ambos estaban sucios. Acarició el cabello del chico, con los ojos cerrados y dando grandes bocanadas de aire.  Su mente estaba en medio de la inconsciencia y se preguntó cuando fue la última vez que había disfrutado tantísimo al masturbarse con alguien...

No había nadie, las mejores experiencias sexuales que había tenido las había tenido con el mismo chico que descansaba aún entre sus piernas...  sí, nadie podía compararse a Kim NamJoon y esa increíble manera de hacerlo adorar y desear cada parte de él.

Estaba a punto de dejarse caer en la inconsciencia completa, cuando sintió a NamJoon morderle suavemente el cuello. Se estremeció de pies a cabeza cuando él  susurró suavemente en su oído.

- ¿De nuevo?

*

*


Mink Bangtan

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