Asistente [Omegaverse] [VERSI...

By KiwiAllison

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Asistente (Stony Shipper/Omegaverse) Novela original de Jesigarciacalvario Tony es un omega muy independien... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9 [Maraton 1/5]
Capítulo 10 [Maraton 2/5]
Capítulo 11 [Maraton 3/5]
Capítulo 12 [Maraton 4/5]
Capítulo 13 [Maraton 5/5]
Capítulo 14
Capítulo 15 [1/2]
Capítulo 15 [2/2]
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18 Maraton 1/4
Capítulo 19 (parte 2) Maraton 3/4
Capítulo 20 Maraton 4/4
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26 [Parte 1]
Capítulo 26 [Parte 2]
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30 [Maraton 1/3]
Capítulo 31 [Maraton 2/3]
Capítulo 32 [Maraton 3/3]
Capítulo 33 [Maraton 1/2]
Capítulo 34 [Maraton 2/2]
Capítulo 35
Última Y Única Nota
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39 [Final]
Epílogo

Capítulo 19 (parte 1) Maraton 2/4

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By KiwiAllison

Dedicado a @brendadead (no me salió tu user hermosa, lo siento :'c)



Entrar a la casa de Rogers n de noche era extraño. Entrar detrás de él lo era aún más. Pero nada le ganaba a ir allí para follar. Tony estaba aterrado, cuando habían estado a punto de hacerlo en su oficina él no se lo había esperado pero ahora que sabía lo que iba a suceder no podía no ponerse nervioso. Cuando Steve encendió las luces se percató de que sólo tenía su camisa puesta lo que significaba que se había dejado su saco en el bar. Esperaba que sus amigos lo hubiesen recogido.






- Ah, era una buena camisa - oyó al alfa decir detrás de él así que se giró para intentar entenderlo. Lo vio quitándose el saco del traje con la cabeza agachada, mirando el cuello de su camisa que estaba manchada con sangre. Parpadeó sorprendido porque con la poca luz que había en el coche no se había dado cuenta de la mancha.






- ¿Es tuya? - preguntó preocupado mirando el líquido rojo. Los rasguños que tenía en el cuello el secretario parecían ser heridas superficiales así que no estaba seguro. El alfa colgó su saco en un perchero y sacudió la cabeza.




- No. Es de aquel imbécil.




- No tenías por qué pegarle - murmuró Tony bajando la vista al piso, le había parecido una estupidez lo que había hecho.




- Si, tenía que hacerlo. Nadie toca lo que es mío.




El omega apretó la mandíbula cuando lo oyó. ¿Por qué se le había metido eso en la cabeza? No le pertenecía a él ni a nadie porque no era un maldito objeto. Alzó la vista hacia el alfa tomando fuerzas para enfrentarlo.





- No soy tuyo.






El secretario esbozó una sonrisa irónica mientras se quitaba la camisa de dentro del pantalón.







- Sí, como digas - comentó como si no fuera algo importante mientras se acercaba hacia él lentamente.




Tony se cruzó de brazos cuando entendió que le daba la razón para no discutir.






- No te pertenezco maldita sea - dijo alzando el tono de voz por la frustración que sentía. Quizás no había sido buena idea el ir a su casa, el alfa nunca dejaría de ser odioso.




Tony sonrió levemente cuando quedó frente a él. El omega giró la cabeza para no tener que mirarlo cuando su olor lo aturdió. ¿Cómo podía oler tan bien alguien tan insoportable? Eso debería estar acorde a la personalidad de cada uno, joder. El alfa agarró sus brazos descruzándolos a la fuerza y segundos después cayeron a cada lado de su cuerpo cuando los soltó. Tony suspiró mientras giraba el rostro hacia él, dándose por vencido. Tampoco quería


seguir peleando con él. El alfa lo tomó del cuello con una mano y lo acarició suavemente. El omega hizo una mueca cuando vio cómo se le estaba hinchando el ojo a su jefe, volviendo a sentirse culpable por ello.






- Deberías ponerte hielo - murmuró concentrado en mirar su ojo morado. Tony sacudió la cabeza


rápidamente.




- Para mañana ya va a estar sanado.





Alfas y su suerte de curar más rápido que otras razas. Tony pensó que aún así se veía algo chocante la hinchazón en su rostro y que probablemente le estaría doliendo en esos momentos.




- No sabes nada de nosotros ¿o sí? - comentó en un tono apacible el secretario, probablemente refiriéndose a su raza y Tony se sonrojó un poco porque los omegas solían conocer bien las características de los alfas, pero él no porque era... extraño. Negó con la cabeza como respuesta segundos después - Puede que te enseñe un par de cosas - dijo Steve esbozando una sonrisa pícara que hizo estremecer al omega. Es tan condenadamente sexy.




Steve no esperó ni un segundo más para pegar su boca a la suya. Tony cerró los ojos mientras


disfrutaba de la calidez del contacto. El alfa no estaba apurado esta vez, quedaba claro que él


ejercía el control pero lo besaba de forma delicada, tironeando apenas de sus labios. Tony suspiró después de que el gusto metálico a la sangre de Steve se deslizara por su paladar. De nuevo se sintió compungido porque el alfa estuviese herido. Pero cuando inspiró de nuevo el olor del alfa provocó que su cuerpo relajara y no pudo pensar en nada en concreto además de que realmente necesitaba probar todo de él. Entreabrió sus labios tentando a que Steve introdujera su lengua en su cavidad bucal y gimió cuando este lo hizo.







El alfa tomó con la mano que le quedaba libre su cintura posesivamente y el beso subió de intensidad rápidamente. Tony aferró sus manos a la espalda del alfa mientras intentaba mantenerse en pie. Steve no se lo ponía muy fácil, lo empujaba con todo su cuerpo para que no cupiese espacio donde pudiera pasar aire entre ellos mientras su lengua arremetía ferozmente contra la suya. Cuando sintió que se trastabillaba hacia atrás el alfa lo sostuvo para que no se cayese como si supiera lo que iba a pasar y separó su rostro del suyo con un apenas perceptible gruñido.







- A mi cuarto. Ya - ordenó impaciente antes de tironear del labio inferior de Tony con sus dientes.


Este pensó que estaba perdido, no le cabían dudas de que Steve sería como una droga para él y


nunca iba a poder decirle que no a nada.





Gimoteó cuando Steve se separó de él de un tirón sintiéndose vacío de repente. Miró alrededor


para tratar de adivinar por dónde sería el camino hacia su habitación, Tony le señaló la escalera


sin hablar y entendió rápidamente que tenía que subir. Cuando llegó arriba el pasillo estaba en


penumbras así que paró de caminar porque no sabía a dónde ir. Segundos después el Alfa estaba colocado detrás de él y podía sentir su aliento chocando contra su cuello, su erección


contra su pierna, sus manos aferradas en sus caderas. Tony suspiró temblando por la cercanía


del Alfa.





- Malditos supresores - murmuró Steve dando una inspiración sonora sobre su piel. Tony lloriqueó


cuando lo escuchó porque pensó que quizás ya no lo deseara por no oler tanto a omega como antes. Bufó cuando se dio cuenta de lo que había hecho, estaba dejando que sus instintos lo controlaran y eso no podía significar nada bueno.





Steve lo guió hasta su habitación sosteniéndolo por la cintura lo cual le pareció gracioso porque no sabía qué tan posesivo podía ser el secretario. Lo soltó para encender la luz y se quedó junto a la cama de dos plazas moviendo sus pies con nerviosismo. No pudo ver mucho más del inmobiliario, sólo podía pensar en lo que iba a pasar a continuación y en que no sabía qué demonios hacer. Si fuera otra persona... pero es Rogers, joder.




Cuando alzó la vista vio al alfa quitándose los zapatos y levantó su pierna para imitarlo porque no


se podía estar quieto pero éste le echó una mirada reprobatoria. Se quedó parado intentando descifrar qué estaba haciendo mal.






- Acuéstate. Yo voy a desvestirte - decretó el alfa mirándolo totalmente serio. Tony vaciló, es que... ¿en serio iba a seguir dándole órdenes? Él podía quitarse la ropa solo. Los ojos celestes de Steve seguían fijos en los suyos intimidándolo así que prefirió hacerle caso.





Cuando se sentó sobre el borde de la cama el alfa había arrojado su camisa al suelo así que tragó saliva cuando tuvo su torso desnudo frente a él. Tan masculino que duele pensó mientras veía que Steve le quitaba una de sus zapatos muy despacio. Cuando empezó a hacer lo mismo con la otra Tony empezó a inquietarse, necesitaba volver a pegarse a su cuerpo o no iba a poder seguir respirando.





Demonios.





Steve desabrochó sus jeans cuando ya estuvo descalzo y bajó suavemente la tela por sus piernas, instándolo a que levantase sus caderas para poder deslizarla mejor. Tony le hizo caso y se estremeció cuando las manos del alfa rozaron sus piernas suavemente. Se sentía tan indefenso que daba pena pero a la vez era placentero dejar que el alfa tomase el control de la situación. Sus pantalones cayeron al suelo y él se arrastró hacia atrás cuando Steve se subió, arrodillado, a la cama. De un momento a otro tenía al alfa encima de él besándolo con impaciencia. Le abrió camino a su lengua dentro de su boca cuando se lo exigió y no pudo evitar soltar un gemido. Steve besaba tan rudo, tan demandante... tan bien. No comprendió cómo el alfa le había quitado su camisa segundos después, sólo podía sentir sus manos recorriendo su torso, apretando su cintura, rozando sus pezones, su lengua luchando contra la suya y su respiración chocando contra su rostro.







No había vuelta atrás, se había perdido en los brazos de Steve y ya no respondía de lo que hacía. Tocó, estrujó y arañó su espalda queriendo meterse dentro de su piel. Más, necesito más. Gruñó cuando Steve separó su boca de la suya para bajar los besos por su cuello, mordiendo delicadamente la zona de vez en cuando. Tony vibraba debajo del alfa mientras echaba su cabeza hacia atrás para facilitarle la tarea. Oh joder, muérdeme ya pensó dejándose guiar por sus instintos al tiempo que soltaba un grito ahogado. Todo su cuerpo le pedía a gritos que el alfa lo marcara y se retorcía inquieto para que lo hiciese. Pero Steve no se detuvo más en su cuello y


recorrió su torso con su boca, chupando, lamiendo, llenándolo de saliva, provocando que el omega se retorciera aún más.





El alfa le quitó los boxers de un tirón dejando al descubierto su prominente erección. Tony se sonrojó cuando vio a Steve morderse el labio inferior mientras miraba su bulto.



-Oh dios. ¿Seguro eres omega? - preguntó esbozando una sonrisa juguetona. Mierda, quiero


golpearlo.




No pudo pensar más porque cuando quiso acordar Steve había metido su miembro en su boca en


un solo movimiento y había empezado a chupar. Ah, mierda. Mierda, mierda, mierda. Era literalmente la mejor mamada que le habían dado en su vida. La boca de Steve era cálida, mojada y tan profunda. Demonios, no sabía cómo podía estar cabiendo todo su pene en ella. Y Steve lo miraba, el hijo de puta lo miraba con satisfacción y Tony casi podía adivinar lo que estaba pensando. Ah, pero le importaba un carajo si se creía dueño de él en esos momentos mientras siguiera comiéndole la polla tal como lo


estaba haciendo.





Tony se percató de cuánto se estaba lubricando cuando Steve introdujo lentamente un dedo en


su agujero. Sintió apenas una molestia al principio porque el alfa continuaba dándole sexo oral mientras recorría el grosor de su ano suavemente. Dejó caer su peso hacia atrás entregándose al


mar de sensaciones que lo inundaban. Steve lamió la punta de su pene antes de dejarlo caer sobre su vientre. Tony se mordió el labio inferior cuando vio la sonrisa cínica con que lo observaba el alfa cuando quitó su dedo índice de su culo también.





- No voy a follarte hasta que me lo pidas, Tony - dijo Rogers mientras lo forzaba a abrir sus piernas alzándolas con sus manos. Todavía tenía sus pantalones puestos. ¿Cómo podía seguir llevándolos cuando el omega sentía que ya podría acabar? Uf, lo detesto - ¿Lo entiendes? - preguntó mirándolo a los ojos haciendo que Tony asintiera con la cabeza asustado. Pedir, lo tengo.





Jadeó cuando el alfa empujó su dedo dentro de él nuevamente. Steve tiró su cuerpo sobre él mientras comenzaba a mover su dedo fuera y dentro de su agujero frenéticamente. Besó su cuello y arañó uno de sus muslos con su otra mano. Tony no podía


moverse, quería con todas sus fuerzas devolverle las caricias a su jefe pero sólo podía gemir y retorcerse debajo de él. Su jefe, demonios, sonaba tan incorrecto que lo ponía a mil.





- ¿Sabes las veces que soñé con esto? - murmuró a escasos centímetros de su oído el alfa - Ah, mierda. No sabes lo que me gusta tenerte así para mí.




Tony ronroneó de sólo pensar en que estaba gustándole al alfa. Oh, tómame. Toma todo de mí.


Joder pensó estremeciéndose cuando el alfa palpó su punto más sensible mientras el calor lo inundaba completamente. Tanto, tanto calor.





- Maldición. Estás muy mojado - farfulló entre dientes el alfa introduciendo otro de sus dedos


dentro del ano de Tony . Este gimió más fuerte mientras Steve rozaba su próstata una y otra vez.


Ahí, justo ahí.




- Oh, demonios - maldijo arqueando su espalda provocando que su torso todo sudado chocara


contra el de Rogers - Por favor, Steve - balbuceó como pudo - Steve, por favor.






- ¿Qué? - preguntó el alfa elevando su cabeza, que estaba enterrada en su cuello, para mirarlo -


¿Qué Tony? - insistió esbozando una sonrisa burlona.




- Argg, vamos - gimió alzando sus caderas para acompañar el movimiento de los dedos de su


amante - Mierda.




- Dime.




- Fóllame - pidió en un jadeo mientras seguía frotándose contra él - Dios, ahora. Por favor.






Steve retiró sus dedos al tiempo que le daba un mullido beso en los labios y se separó de él.


El omega esperó restregando su culo contra las sábanas, estaba a punto de morir de la calentura


que tenía. Creyó que era probable que el alfa hubiese roto sus pantalones por lo rápido que se los


había quitado. Después lo vio bajándose los ajustados bóxers que llevaba puestos y se le cortó la respiración cuando divisó la polla de Steve. Eso no va a caber en mi culo, de ninguna manera.




Muy, muy grande.



El alfa no le dio tiempo a arrepentirse porque tardó menos de un segundo en subirse sobre él otra


vez. Alzó más sus piernas mientras alineaba su pene en la entrada de Tony, quien había dejado que el miedo volviese a aflorar de adentro suyo. Realmente iba a hacerlo con Steve, no era una broma, no eran sueños húmedos, él estaba metido dentro de su cama de verdad.





- Deja de pensar - ordenó el alfa aparentemente fastidiado y él frunció el ceño porque no podía


creer que siguiese leyéndole la mente con tanta facilidad - No voy a hacerte daño - dijo de una


forma que quizás pretendiese ser amorosa pero había sonado igual de imperativo que siempre -


Pero no me pidas que vaya despacio.




Literal. Lo siguiente que hizo fue introducirse dentro del omega de un tirón y este ahogó un grito


en su garganta por la sorpresa. Steve no estaba siendo amable, no lo era en la vida cotidiana


entonces no sabía por qué se le había ocurrido que podía llegar a serlo en la cama. Sin embargo


el alfa esperó a que se amoldara a la nueva sensación. La polla de Steve llenándolo dolía un poco pero nada comparado con la excitación que llevaba acumulada. La idea de su jefe follándolo hasta que le faltara el aire hizo que se meciera debajo de él. El alfa tomó eso como una señal para empezar a moverse dentro de él; brusco, fuerte, penetrante. Tony gimió mientras cruzaba sus piernas detrás de la espalda de Steve y sus ojos no podían mantenerse en nada concreto porque la sensación de la polla caliente de su jefe dentro de él lo extasiaba. Con cada embestida sentía que llegaba más profundo, hasta lugares que siquiera conocía de su propio cuerpo. Más, más adentro, por favor pensó retorciéndose debajo del alfa, embriagándose con su aroma. Este lo penetraba con fuerza agarrando sus caderas para alzarlo cada vez que su pene volvía a enterrarse en él provocando que Tony quisiese gritar.




- Oh, mierda. Te odio - jadeó el omega enfocándose en el rostro de Steve. Su mandíbula apretada, su cabello pegado a su frente, sus ojos lujuriosos - Te odio tanto - balbuceó antes de soltar un sonoro gemido. Odio cómo me haces sentir, tan bien. Oh, hijo de puta.




Los labios del Alfa se curvaron en una apenas perceptible sonrisa al tiempo que tomó de los


glúteos a Tony para alzar más sus caderas. El cuerpo del omega vibró por completo cuando esto


provocó que el alfa embistiera directamente su próstata. ¿Cómo sabía que estaba ahí? Maldito,


maldito.




- ¿Cuánto me odias? - preguntó con un tono burlón el alfa sin dejar de moverse rudamente dentro de él. Tony se mordió el labio inferior mientras se arqueaba para facilitarle la tarea a Steve. Oh,


ahí. Justo ahí, joder quiso responder pero se contuvo.





- Ah... uf, mu-mucho - balbuceó entre gemidos arrepintiéndose de haberle dicho que lo odiaba


porque le había dado pie al juego sucio que estaba tramando. Pero ¿a quién engañaba? Quería jugar con él.



El alfa apoyó uno de sus codos sobre la cama sosteniendo una de sus piernas todavía, pegando


su torso al del omega mientras continuaba penetrándolo a toda velocidad.




- ¿Así? - murmuró junto a su oído y soltó una especie de risita. Tony pensó en lo irónico que era que se burlara de él incluso en esos momentos - ¿Así es lo que me odias?





Si, así. Maldición, si. Te odio, te odio, te odio.


Luego todo de vuelve borroso. Lo único que puede sentir es a Steve. Steve meciéndose dentro de


él, Steve dando mordiscos en su cuello, Steve apretando su cintura. Y quiere más, necesita más.


Dámelo, dámelo todo. Joder. El presemen chorrea por su polla que ruega por atención. Tony intentó llevar una mano hacia su miembro pero Steve fue más rápido e interceptó su muñeca colocándola sobre la cama nuevamente. Oh, por favor. Quiero correrme, por favor pensó el omega mirándolo con ojos suplicantes. Steve clavó sus ojos en los de él y soltó un suave gruñido mientras volvía a alzar las piernas del omega todavía más arriba. Entraba y salía de él una y otra vez, más y más rápido si eso era posible. Tony supo que el alfa estaba cerca también porque la presión que ejercía en sus piernas era tanta que probablemente le dejara marcas.



-Yo soy tu Alfa, Tony - gruñe de forma posesiva luego de darle una profunda estocada que hizo al omega tener que aferrarse a las sábanas para sentirse todavía en ese planeta.



Mierda, sí. Lo que quieras, sí.




- Dilo - exigió el alfa apretando los dientes como si estuviese enojado. ¿En serio? Él apenas podía


hablar, no servía de nada lo que dijese en esos momentos.




- Mmm... si - gimió el omega sin poder articular nada más.




- Dilo, Tony - le ordenó Steve volviendo a soltar un gruñido mientras se enterraba otra vez en su cuerpo. Tan profundo, tan caliente que Tony creyó que iba a desmayarse. Su forma demandante de actuar le recordó que era el secretario quien estaba follándolo. No tenía nada de ética y eso lo hacía ver aún más atrevido.




- Sí, Dios sí - gritó Tony entre gemidos moviendo sus caderas para chocar contra las del Alfa, acompañando sus embestidas - Eres mi Alfa. Si, eres mi alfa Steve, sí.




Pídeme lo que quieras, te entrego todo. Maldición.


Se aferró a la espalda de Steve y enterró sus uñas en su piel. Un espasmo recorrió su cuerpo cuando llegó al orgasmo y el semen brotó de su pene salpicando su abdomen. Se estaba corriendo sin estimularse y aún así nunca se había venido tan mal. Siguió maldiciendo entre gemidos mientras se retorcía sobre las sábanas. Steve no detuvo sus embestidas y Tony pensó que su cuerpo le pedía más todavía.




- Oh... por favor. Dámelo, por favor - rogó entre sonidos guturales dejándose guiar completamente


por sus instintos. Él siquiera sabía lo que era un nudo de un alfa pero quería atarse a Steve con


todas sus fuerzas. Lo quería todo para él y en todo momento. No podía respirar otra cosa que no fuera Steve. Es mío, dámelo. Sólo mío.




Steve gruñó cuando se vino y Tony sintió las gotas calientes de semen impactar contra su cavidad interna. Y entonces la polla de Steve se siente aún más grande en su interior provocando que una nueva oleada de calor lo inundase. Se estaba sofocando. El olor de Steve lo llenaba por todos lados, estaba más cerca de él de lo que lo había estado nunca a alguien. Márcame. Alfa, márcame pidió internamente su instinto de omega. Joder, lo deseaba demasiado. Necesitaba estar ligado a ese Alfa de por vida. No podía pensar en nada más, no quería estar en ningún otro lado que no fuese con Steve, Steve. Steve. Steve.




- ¿Estás bien? - preguntó Rogers sosteniéndose con sus manos sobre la cama mientras lo miraba desde arriba de él. Tony desvió la mirada unos segundos cuando pensó que podría llegar a estar haciendo algo mal. Sino ¿por qué le preguntaba eso?





- Sí - contestó volviendo a mirar al alfa. Estaba más que bien, nunca había estado mejor de hecho. El alfa parecía sorprendido repentinamente - ¿Qué pasa?





- Es sólo que... nunca un omega había aceptado mi nudo - murmuró aparentemente dolido. Tony


se sorprendió de lo frágil que parecía en esos momentos. Por otro lado no había entendido nada


de lo que le había dicho. ¿Qué demonios significaba eso?





- Yo... no entiendo. Lo siento - se disculpó avergonzado y segundos después sintió los labios del Alfa impactar contra los suyos.




- ¿No te duele nada? - preguntó incorporándose de nuevo el alfa, él sacudió la cabeza como respuesta - No sé cómo funciona pero se supone que si tu cuerpo acepta el nudo no provoca dolor. Pero... no es lo habitual.




- Ah... o sea que estoy fallado.




- Definitivamente - concordó el alfa esbozando una sonrisa burlona - Pero encajas perfecto conmigo.





Tony se sonrojó automáticamente al escucharlo. Claramente estaban encajados en esos momentos porque el alfa estaba anudando dentro de él pero... era demasiado hermoso pensar que Steve podría creer que estaban diseñados para estar juntos. Maldición, no puedo enamorarme de este hombre.

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