El reloj de mi pared marcó las once de la noche en punto. Cambié mi uniforme a uno más oscuro y salí por el pasillo de las habitaciones tratando de no hacer mucho ruido. El toque de queda era a las doce, así que tenía poco tiempo. Casi nadie recorría los pasillos. Una que otra pareja diciéndose cosas al oído mientras cuchicheaban.
Pasé por el sector del simulador, mi querido simulador. Seguí con el sector cuatro, uno que otro tipo entrenaba con un pase para quedarse después del toque de queda. El área de descanso estaba algo concurrida ya que se preparaban para volver a las habitaciones. Pasé tratando de pasar desapercibido.
El sector tres estaba vació, muy pocas veces habían accidentes que necesitaban médicos, ya que la medicina es tan avanzada que con una sola gota de no sé qué nos recuperábamos. Otro secreto del comité.
Caminaba por el pasillo sintiéndome tan afortunado de no haberme topado con nadie hasta que una linterna alumbro mi cara.
-Alto ahí. -Dijo una voz grave acercándose. Me quedé quieto sintiendo un escalofrió recorrer mi cuerpo.
-¿Qué hace un muchacho por aquí a estas horas de la noche? -Preguntó un tipo de unos veinte y muchos mirándome con la linterna alumbrando el pasillo. Mirándolo a los ojos intenté buscar una mentira convincente.
-Mi madre, trabaja en seguridad y se le han quedado unos papeles importantes para un informe del comité, estaba cansada así que me pidió que viniera por ellos y que volviera a su habitación. -Dije tranquilamente sonando muy seguro.
-¿Cómo se llama tu madre? -Preguntó mirándome pensativo.
-Es una pelirroja muy linda... -Murmuré evitando dar los datos personales, eso sería un problema.
-Pelirroja...pelirroja... ¡Ya sé quién es! -Dijo sonriendo. Vaya mamá, tienes un admirador. ¿O te estará confundiendo con otra?
-Puedes continuar, pero ve rápido por favor. -Dijo siguiendo el camino del pasillo.
Cuando lo vi girar suspire más relajado y me apresuré a entrar al área dos, seguridad. Hackeando mi pulsera, copié la vestimenta de los trabajadores de seguridad y me adentré por el pasillo a paso seguro pero con la frente en el piso. Saludé a algunos con un movimiento de cabeza pero todos parecían tan concentrados en sus pantallas que ni caso me hicieron, una ventaja.
Mire los alrededores y me encontré con un cartel #Prohibido. Exactamente donde debía ir.
Caminé lento hacia la puerta y cuando estuve en frente miré sobre mi hombro para cerciorarme que ningún ojo curioso me viera. Todos seguían igual.
Al lado izquierdo de la puerta había un pequeño panel donde había que dibujar un patrón para poder entrar.
¡Gracias comité! Los aborrezco.
Estuve pensando un buen rato que sería lo que debía poner.
Eres un imbécil. Rodé los ojos y conecté de manera ilegal el mando de mi muñeca para lograr entrar, espere unos segundos y Hualá.
La puerta se abrió y entre rápidamente. Estanterías por todos lados, con pequeños discos por cada cajón.
Que moderno...
Suspiré, tardaría horas en encontrar lo que estaba buscando... o tal vez no...
Sonreí y camine hasta el penúltimo estante de la izquierda.
TRASLADADOS.
No muy secreto.
Tomé algunos pequeños CD y los metí en mis bolsillos, seguramente abría una computadora por acá que me dejara revisarlos. Caminé evitando estantes hasta que di con una computadora, o eso supuse que era, todo un dinosaurio.
Prendí la maquina después de varios intentos, debía admitir que lo positivo de nuestra tecnología era la rapidez con la que funcionaba.
Un fondo simple de color morado oscuro como el de la nave cubrió la pantalla con su logo. Introduje uno de los CD y esperé a que esto tuviera alguna reacción en la pantalla. La pantalla cargó un recuadro negro dejándome verlo a él.
¿Papá?
Sacudí la cabeza sin entender, ¿Papá fue uno de los trasladados?
0,001 En marcha.
-Dígame señor Park, ¿En verdad cree haber encontrado la posibilidad de volver a la Tierra? -Preguntó uno del comité anterior. Lo reconocía ya que cuando pequeño nos obligaban a escuchar sus charlas para aprender el protocolo.
-Por supuesto, es simple lógica... con los años la Tierra a evolucionado por las reacciones químicas de las bombas, pero eso no sería un problema para nosotros ya que tanto tiempo expuestos en el espacio nos ha dado una fortaleza distinta a la de nuestros antepasados. -Explicaba mi padre frente a una gran pantalla con números. ¿Podemos regresar? - Nuestra tecnología nos ayudará a protegernos de cualquier amenaza presente por las especies si es que aun hay.
-Señor Park, su inteligencia desborda lo humano... ¿No le parece sospechoso? -Comentó otro del comité.
Youngbae guardo silencio observándolos buscando las palabras para responder.
-Saben perfectamente que no estamos solos, jamás lo estuvimos... la galaxia tiene tantos secretos por descubrir que ni siquiera mil generaciones descubrirían todo, tenemos tres opciones señores. -Dijo mi padre firmemente. -Volvemos a la Tierra para rehacer lo que nuestros antepasados destruyeron con su egoísmo. Hacemos un plan de investigación hacia otro planeta para vivir en uno nuevo o... nos perdemos en el espacio siendo una especie en decadencia en la oscuridad del universo.
Los del comité presente se observaron entre si decir ninguna palabra, parecían comunicarse con la mirada.
-Estamos contigo Youngbae pero no podemos volver a la Tierra. -Dijo el capitán que se encontraba sentado a un lado.
-¿Nos perderemos en la oscuridad? -Murmuró Youngbae frunciendo el ceño.
-No, buscaremos otro planeta. -Dijo el capitán.
La grabación termino ahí haciendo que me sobresaltara.
Mi padre quería regresar a la Tierra... no lo podía creer. Pero si los del comité accedieron a buscar otro planeta porque aun seguíamos en esa jodida nave.
Puse la siguiente grabación.
-La atmósfera de la Tierra con el pasar de los años se ha vuelto aun más fuerte de lo que creíamos, lo único que necesitamos para sobrevivir en ella es saber si es que alguna otra especie podría ponerse en guerra hacia nosotros. -Comentó un amigo de papá, lo recuerdo un poco.
-Sea lo que esté en nuestro lugar en la Tierra, pronto vendrá por nosotros en paz o no, porque supondrán que en algún momento volveremos. -Dijo Papá mascando la punta de un lápiz.
-Es bueno saber eso señores. -Dijo el capitán entrando de la nada y disparándoles.
-¡NOOO! -Grité viendo la pantalla.
Ellos asesinaron a mi padre... me mintieron... nos mintieron a todos...
Mis puños se apretaron y unas lágrimas brotaron de mis mejillas cayendo a los costados de mi boca que era una mueca.
Saque el CD y puse el siguiente, me sorprendió ver el día que nos informaron su muerte.
-Lamentamos informar que en la misión de expansión hemos perdido tres buenos hombres que querían más para nosotros, querían un gran futuro... pero antes de morir un informe de ellos nos ha dicho que la Tierra y los demás planetas de la galaxia no son seguros para nosotros... no tenemos más alternativa que seguir con el plan Dolid, lamentamos la perdida para las familias... y esperamos que sigan apoyándonos. -Dijo el capitán en la pantalla en la sección de descanso.
Saqué el CD y lo guardé en mi ropa junto a los otros dos, esos idiotas asesinaron a mi padre... los humanos no han cambiado, nada es diferente... todos son unos jodidos egoístas.
Caminé cabizbajo cuando estuve fuera de la gran habitación y pasé por al lado de los vigilantes que seguían preocupados por lo suyo. Camino a mi habitación lo único que pensaba era en acabar con ellos... con todos esos engendros que asesinaron a mi padre. La gente de la Dolid no puede confiar más en ellos, sabia que tendría que destruirlos de alguna manera.
Una vez en mi cama decidí que lo más certero era mostrar las grabaciones en la gran pantalla mañana la hora donde todos se reunían.
Un golpe en mi puerta me sobresaltó y la puerta se abrió dejando ver a dos guardias con el General , ¿Qué hacían ellos aquí?
-¿Park Jimin? -Preguntó el General mirándome.
-¿Sí? -Dije frunciendo el ceño.
-Serás trasladado. -Dijo con una extraña mirada.
-¿Qué? -Exclamé levantándome de la cama por lo cual los guardias me apuntaron protegiendo a ese hombre, era uno de los nuevos en el comité.
-Hemos estado observándote Jimin y hay algunas cosas que nos gustaría cambiar de ti. -Comentó el General tranquilo.
-¿Me asesinarán cómo a mi padre? -Escupí con rabia dejándolo anonadado.
-¿Cómo sabes eso? -Dijo celosamente acercándose a mí.
-Entonces no lo niega... hijos de puta. -Gruñí siendo golpeado por uno de los guardias.
-Mañana vendrán por ti en la tarde para llevarte... espero que no seas muy apegado a tu madre... mocoso... -Dijo entre dientes saliendo de mi habitación.
Observé desde el piso cómo se alejaba y los guardias salían cerrando la puerta.