"Atracción, duda y angustia primero; abismo y pasión después."
-María Dueñas.
-¡Al menos tiene un televisor! – grita Theo desde la cocina.
Sonrío inconscientemente mientras me termino de poner unos pantalones cortos. Salgo de la habitación y encuentro a Theo en el sofá con los pies entrecruzados en una mesa.
Observo la sala de la cabaña - ¿Cómo no nos habíamos dado cuenta de esto?
Theo salta desde el sofá al escuchar mi voz. Cuando me mira me provoca reírme.
-Deberían decirte fantasma.
Lo fulmino - ¿Solo porque te asuste?
Él sonríe hacia un lado y un hoyuelo se posa en su mejilla.
-No, – me mira de arriba abajo – es que te falta broncearte, April, parece un vampiro.
Frunzo los labios y agarro una almohada del sofá, se la tiro mientras él se ríe.
-Y tu pareces un... eres como un...
Rayos. ¿Por qué? ¿Díganme porque mi cerebro está fallando tanto?
Theo sonríe de nuevo y se levanta del sofá, eso solo me demuestra lo alto que es. Con esa estúpida sonrisa hacia un lado, se posa al frente mío.
-Theo Elgort: 1; April: 0
-Como sea – digo.
Me doy la vuelta para agarrar la bolsa que Theo trajo hace unos minutos; pero no logro llegar porque unos grandes brazos me agarran de la cintura. Suelto un chillido cuando caigo en el sofá.
Es muy incómodo, Dios.
¡Deja de pensar en eso, estúpida, Theo está encima de ti!
Sí, Theo está encima mío y yo no sé cómo reaccionar. Sus ojos me miran con una mirada burlona, tan cerca puedo notar unas pequeñas pecas en sus mejillas que solo le dan una mirada de ternura. ¡Pero de ternura no tiene nada, es como el diablo en persona!
Diablo baja-bragas, querrás decir, April.
-Bájate de mí, Theodore.
Theo hace una mueca – sabes que odio que me digas así.
Sonrió con inocencia - Por algo es que te lo digo, ¿No?
Theo rueda los ojos pero no se le nota fastidiado. Los segundos son tan incomodos que me remuevo.
-Bájate, Theo.
-Tú no quieres que me baje.
-Sí, si quiero.
Mentirosa.
Theo me mira esperando alguna reacción, o simplemente mirando mi cara.
-¿Desde cuando tienes pecas, April?
Frunzo el ceño - ¿Pero que...?
Theo sonríe antes de pararse – ¿Cómo haces para sonrojarte tan rápido, o sea, tú lo decides o...?
Me levanto con la boca abierta.
-Pregúntale a Google, no a mí, gran imbécil.
Me doy la vuelta y voy por la bolsa de comida.
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n/a: estén atentos, más tarde actualizo otro capítulo :v