EL OTRO OT, el que pudo ser y...

By aurart24

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¿Qué pasaría si, en lugar de los chicos que todos conocemos, los nuevos concursantes de OT2017 hubiesen sid... More

Presentación
Capítulo 1: El casting final
Capítulo 2: El casting final. Entrevistas
Capítulo 3: Gala 0. Chapa y pintura
Capítulo 4: Gala 0. ¡Cruza la pasarela!
Capítulo 5: El Chat
Capítulo 6. Primeras horas. Reparto de camas
Capítulo 7: Primeras horas. Primera noche
Capítulo 8: Primeras horas. Normas y rutinas
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Capítulo 9: Primer repaso de gala

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By aurart24

Esperaban expectantes mientras Mimi y Ricky seguían peleándose con el ordenador, intentando que la maquina pudiera abrir los videos que acababan de subir desde realización. Era una ley universal, no importa cuanta formación o conocimientos técnicos tenga alguien que ejerce como profesor, cuando esté ante los alumnos el profesor siempre será incapaz de hacer funcionar cualquier elemento tecnológico a su alcance. Tanto Agoney como Roi se acercaron también a la escena mientras Ana sacaba la cabeza por la puerta llamando la atención de Júlia para que pudiera ayudarlos con aquel pequeño percance.

—Casi que mejor que no se vea... —murmuró Thalía, temerosa por las imágenes que se avecinaban. Había pasado muy mala noche imaginando ese momento— Con lo que me dijeron los del jurado prefiero no verlo...

—No digas eso —contestó Aitana a su lado, fingiendo un temple que no sentía— Yo también la cagué pero quiero verlo igual, no hay otra.

—Eso es verdad.

—No os preocupéis chicas, es normal para alguien amateur como vosotras, con el tiempo iréis cogiendo tablas, a mí me pasaba igual—dijo Nerea con su tinte de soberbia siempre presente. Aitana la miró con el entrecejo fruncido pero por una vez se mordió la lengua, esa chica tenía un punto odioso... Pero en el fondo empezaba a pillarle el punto y sabía que era su manera de intentar se amable— Pensad que solo podéis ir a más a partir de ahora.

Ninguna de las dos contestó al comentario de la rubia. Segundos después, vieron entrar a Júlia, al fin, pensaron. La chica se acercó al ordenador y en menos de un minuto puso solución a los problemas técnicos, los profesores lo celebraron y regresaron a sus puestos para empezar, está vez, de verdad.

—¡HABEMUS VIDEOS! —gritó Ricky contenta, tratando de destensar el ambiente— Antes de nada quiero deciros algo, no sus preocupéis con lo que vais a ver. Osease, hay pequeños desastrillos y cosillas así más apañaicas pero que no os deprimáis porque con esos buñuelitos habéis entrado, tenéis que quererlos y cuidarlos para mejorar aquí dentro. ¿Vale? Esto solo acaba de empezar. Vamo allá.... A ver... ¡Aitana, bonita!

Al oír su nombre sintió cómo su cuerpo se tensó y miró a su alrededor nerviosa, tratando de anticipar y observar las reacciones de sus compañeros. Era consciente de su desastre, del ridículo que hizo, tan solo deseaba que aquel momento pasase lo más rápido posible... Nadie decía nada, todos permanecieron en silencio observando la actuación de una Aitana que no pudo evitar esconderse y taparse la cara con las manos en el momento de lapsus con la letra. ¿Por qué tenían que estar tan callados? Si al menos pudiera sacar la tensión bromeando y riéndose todos juntos de aquel esperpento... Sintió un contacto en la espalda, acariciando su hombro, se giró sobresaltada encontrándose con la sonrisa de Miriam y Mireya que trataban de animarla un poco. Aitana también les sonrió y, algo más relajada, la mirada viajó inconscientemente hasta Cepeda, quien observaba la pantalla con atención. ¿Qué pensará? ¿Estará riéndose por dentro de mí? Cómo si la hubiera podido escuchar Cepeda la miró de golpe, asustándose un poco al encontrarse con su mirada y bajándola casi al instante, tratando de disimular. Qué idiota... pensó Aitana, sonriendo, escuchando al resto aplaudir tras su actuación.

—¿Y bien? ¿Qué te ha parecido? —preguntó Ricky expectante.

—¿Que qué me ha parecido? Pues una mierda, que me va a parecer —dijo Aitana riéndose, tratando de sacarle hierro al asunto— Ha sido un cuadro, pero al menos terminé, no se... Por decir algo bueno.

—¡Exacto! —gritó Mimi contenta, asustando a algunos despistados— ¡Ole tu papo!

—Bueno, primero tenemos que disculparnos porque alguien la pifio en sonido y nos dio mucho coraje, uff —explicó Ricky sintiéndose un poco mal por ella sabiendo que aquel error le había afectado a lo largo de la actuación— Pero seguiste adelante. ¡Qué valiente fuiste! Con dos ovarios seguiste cantando, porque eso me pasa a mí con 18 añitos y me voy patitas abajo allí en medio.

—Vocalmente ¡COCHINILLO! Estuvo bien teniendo en cuanta lo que sucedió —añadió Ana, satisfecha— ¿Diste clases de canto o algo antes?

—¿Yo? Qué va, nada, cero patatero cantaril.

—Pues tiene mérito lo que hiciste ayer, puedes estar orgullosa —contestó Ana sin dejar de sonreírle. Aitana asintió más relajada, parecía que hoy no iban a juzgarlos demasiado duro...

—A ver sister, es verdad todo lo que dicen pero a nivel de interpretación fuiste un pequeño cuadro —dijo Roi rompiendo la dinámica positiva. Los demás profesores le miraron de reojo y Aitana notó como la sangre empezaba a hervirle. Una cosa es que ella hablara de su desastre pero... ¿Quién era ese notas para llamarla cuadro, a ella?— ¿Qué? Es la verdad.

—Claro, como para interpretar estaba yo... Si quieres te hago un Shakespeare entre el rap y el estribillo, no te jode... —estalló Aitana, cruzándose de brazos. Cepeda sonrió, ya estaba la Aitana autentica de vuelta.

—Ui... No te lo tomes tan a pecho, chica... Pero si no es nada grave es solo algo que debemos trabajar y mira tú por donde que para eso estoy yo aquí. ¡Tchas! —argumentó Roi con efecto sonoro incorporado.

—No te ralles —susurró Thalia, a su lado, ofreciéndole una mano que Aitana rechazó enfadada. Miraba a aquel personajillo con rabia, suficiente tenía con tratar de salvar su actuación con todo lo que sucedió como para recordar que debía interpretarla... Menudo imbécil...

—Vas a comerte tus palabras —dijo Aitana mirándolo fijamente, desafiando a Roi quien parecía ignorar el tono de la chica y el dedo que le señalaba directamente a él— La semana que viene lo vas a flipar, como que me llamo Aitana Ocaña.

—¡Ellaaaaaa, poderosa! —saltó Miriam sin poder reprimirlo, superando ya el batacazo por la asignación del tutor.

—Está bien que esto te sirva de motivación —la animó Mimi, quien había comentado un par de cosillas con Agoney— Estábamos hablando que trabajando un poquito creemos que podrías llegar a tener una presencia escénica brutal... Falta solo un poco de confianza y llevar esa actitud tuya que mola mucho allí encima del escenario.

—¿Contenta? —se atrevió a preguntar Ricky, Aitana solo asintió, aún enfurruñada— Pasemos a la siguiente, Miriam.

La gallega estaba como un flan, sabía que había hecho una buena actuación, que no perfecta, pero lo que le ponía de los nervios era poder escuchar la valoración de Ana, poder saber por primera vez que pensaba la canaria sobre ella. La iba mirando de reojo, tratando de identificar si estaba o no conforme con la actuación, tratando de leer más allá de la expresión relajada que tenía la canaria en el rostro. Cuando todos aplaudieron se relajó al verla sonreír y se quedó embobada viendo su rostro.

—¿Y bien? ¿Miriam? —preguntó Ricky, insistiendo— Cariño, dinos algo.

—Ah sí, la actuación —reaccionó la gallega al notar el golpe de su compañera en el muslo— Pues estoy contenta, estaba muy nerviosa y más o menos salió algo decente. No sé, me gusta.

—De nuevo, a nivel vocal estuvo bien pero a nivel interpretativo... —empezó a decir Roi, gesticulando mucho al hablar— faltó un algo, faltó verdad. Algo que digas... ¡Guau! Y te atrape, que te haga viajar ¡Zas! Algo que digas... Es-pec-ta-cu-lar.

—Puede ser...

—Miriam no te preocupes —dijo Ana viendo la cara de la joven algo desanimada con el comentario del gallego— A mí me encantó cómo lo hiciste, me pareciste ¡PUTA! preciosa en el escenario y de voz, excepto un abuso de vibrato en algún momento, estuvo también muy bien, puedes estar orgullosa.

Escuchó las voces de Mimi y Ricky comentar algo más pero Miriam ya había desconectado, su cerebro estaba al borde del colapso, de la sobrecarga con las sinapsis revolucionadas tratando de contener todo el torrente de estímulos que invadían en ese instante su cabeza. Preciosa.... Preciosa.... Puta preciosa había dicho para ser exactos. Se sentía eufórica, pletórica, la mujer más maravillosa del universo acababa de decirle que era puta preciosa y eso más de lo que jamás hubiera imaginado. Su crush no solo le había dicho preciosa, sino que encima le dice que se sintiera orgullosa. ¿Me explicas? Pensó desde su nube de felicidad absoluta. Osea... ¿Podía ser aquel día más perfecto? Quería gritar, saltar, celebrar ese momentazo, necesitaba soltar la euforia que contenía en su cuerpo ahora tembloroso. Cómo todos los días fueran así podría desmayarse de un momento a otro, marcarse un Cepeda y morirse allí mismo.

—Tía... —susurró Mireya, dándole golpecitos en el muslo. Miriam parpadeó, volviendo a la realidad, viendo cómo todos la observaban esperando algún tipo de respuesta. Mierda...

—Eh... perdón...

—Digo que si ya está todo —repitió Mimi con un tono seco. Miriam se limitó a asentir, algo avergonzada, aunque en el fondo le daba tan igual todo... Miró a Ana y ambas sonrieron con complicidad, en ese instante perdimos a Miriam.

—Bueno, pues vamos con el trombón —dijo Ricky sonriendo, dando play al video.

Todos observaron la actuación en silencio, fue una sorpresa en directo pero seguían alucinando que un chico cómo Alfred, así un poco volado y disperso, fuera capaz de realizar una actuación con tanto peso y empaque como la que se marcó aquella noche, era algo increíble. Alfred por su parte parecía estar poseído, reviviendo la noche anterior, mirando la pantalla con los ojos a medio cerrar, retorciéndose y gesticulando como sintiendo cada nota, cada segundo de música. Se escucharon algunas risitas y susurros, aquel chico era curioso hasta para eso, moviéndose con esa pinta de estar flotando entre la música, de estar siempre en otra dimensión superpuesta a la realidad. Finalmente al acabar el video rieron al verlo salir del trance, con su expresión desorientada, sin entender los comentarios.

—Bua tío, nen, no sé... Me mola pero no ¿Sabes? —sorprendió diciendo un Alfred claramente incomodo con lo que acababa de ver.

—No, no entiendo para mí está genial... Si no te explicas... —contestó Ricky tratando de descifrar alguna cosa.

—Pues que sí, mola, pero falta... Me falta.... —trató de explicar moviendo las manos, gesticulando sin saber decir ni mostrar nada definido, nada que alguien en un estado normal pudiera entender.

—Sí, sí, eso... —dijo Roi señalándole con el dedo, emocionado. Sin poder controlarse se levantó, sintiendo la necesidad de acercarse al chico, de tocarle... — Es eso... Lo veo...

—¿Me sientes, verdad? Jo tío, nen, no se expresarlo, es ese... esa... ¿Sabes? —balbuceó Alfred mirándole a los ojos, levantándose sin romper la conexión.

—Sé —replicó Roi asintiendo, visiblemente emocionado mientras ambos se miraban, en pie, cogiéndose las manos— Créeme, lo sé... Vamos a buscarlo y a encontrarlo juntos. ¿Vale?

—Gracias.

—Gracias a ti por sentir, por esa esencia que encontraremos juntos, te lo prometo —susurró abrazándose al muchacho, agarrándose ambos con intensidad, con fuerza, como si temieran perderse y no encontrarse nunca más. Al separarse se miraron de nuevo, con los ojos brillantes, sin necesidad de palabras, ni gestos, sin decir nada. Se observaron unos segundos más hasta que finalmente, lentamente se soltaron y regresaron cada uno a su sitio, claramente satisfechos, sin que el resto hubiera entendido nada de lo que había sucedido en aquella sala.

—Qué las gusta un drama —susurró Miriam alucinando con la escenita.

—Se ha aliado con el profe chungo, y parecía tonto... —musitó Nerea mirándole de reojo.

—Joder, parecía que iban a comerse la boca —soltó Marina algo decepcionada viendo lo que acabó sucediendo.

—Bueno... Pues nada, ya si eso algún día nos contáis —exclamó Ricky visiblemente desorientada— ¿Mejor pasamos al siguiente, no? Juan Antonio, prepárate.

Otra vez callados, escuchando, sufriendo al notar que desde el primer segundo el chico empezó fuera de tono como le señalaron en la gala y fue incapaz de solucionarlo, de recuperar el tono correcto a lo largo de la canción. Juan Antonio miraba la pantalla tenso, golpeando enérgicamente el pie contra el suelo, soltando alguna queja mientras apretaba los puños a más no poder. Estaba enfadado, rabioso y lo último que quería era escuchar lo que nadie tuviera que decirle sobre su actuación. Estaba a la defensiva, esperando el envite.

—¿Y bien? —inquirió Ricky notando el ánimo del chico.

—¿No lo ves? Pues pensaba que estaría aun peor. Sí, me fui de tono pero el resto, bien —dijo sin creerse él mismo sus palabras, tratando de sacarle hierro al asunto pero incapaz de mirarles a los ojos, consciente de la realidad.

—Fue un error importante —empezó a decir Ana, con prudencia— ¡JODER! Pero creo que podemos intentar descubrir por qué sucedió...

—¿Tú que crees? —preguntó Ricky interesada, Juan Antonio estaba cada vez más colorado y agobiado.

—Y yo qué sé ¿No sois vosotros los profesores? ¡No quiero hablar más de eso, no voy a decir nada más, nada, nada más, hostia! —gritó enfadado, soltando la rabia que le producía no haberlo clavado cómo en los ensayos. Los demás le miraban en silencio, algo sorprendidos, aunque conscientes del esfuerzo titánico de autocontención del muchacho.

—Tranquilo, lo dejamos aquí ¿Vale? Lo hablamos después en tutoría si quieres —cortó Mimi, viendo al chico más afectado de lo que quería dejar ver. Él asintió, mordiendo el labio, claramente agobiado y enfadado con el mundo.

Tras unos instantes bastante tensos siguieron visionando los videos, tanto Thalia como Cepeda recibieron algunas críticas sobre todo por afinación aunque destacaron la presencia que mostraron, sobretodo en el caso de Cepeda.

—Mira, voy a confesar —dijo Roi mirándole fijamente— No esperaba nada bueno de ti, Cepeda, pero vi algo... Vi esa chispa... De normal me pareces lo más insulso de la vida, cariño, pero allí encima... Es como si dejaras de ser un soso para estar casi bueno, es increíble.

Cepeda notó el color subirle hasta las mejillas, no sabía dónde mirar, menos cuando sus compañeros empezaron a reír y bromear sobre su nivel de pivonazo en el escenario y lo bien que salía en la tele. Notó el brazo de Alfred rodearle los hombros, aunque no escuchó sus palabras que seguro serían alguna coña o vacile. Cepeda apenas prestaba atención a nada, en ese instante solo quería desaparecer, odiaba ser el centro de atención más aún cuando había halagos o comentarios positivos de por medio. No estaba acostumbrado a recibirlos y siempre se sentía incómodo y fuera de lugar al escucharlos. Levantó la mirada, buscándola, sin saber que pretendía encontrar. No pudo ocultar la decepción al verla, ignorándolo, sin mirarle, hablando de cualquier tontería con Thalía sin prestar atención al único momento de "gloria" que estaba viviendo él desde que llegó a aquel lugar. Joder... Ni puto caso me hace... Se lamentó, reprochándose al instante por esperar nada de su parte. ¿En serio creía que alguien cómo Aitana estaría pendiente de él? Negó con la cabeza y volvió la atención a los profesores que comentaban riéndose alguno de sus movimientos en el escenario.

Por su parte Aitana no pudo despegar la mirada de la pantalla en cuanto el chico empezó a cantar. ¿Ese era Cepeda? No recordaba haberlo visto así en directo, si parece que esté bueno incluso... Pensó durante unos breves segundos que negaría durante el resto de sus días. ¿Qué me pasa? ¿Qué estoy pensando? Negó con la cabeza, molesta, enfadada con el hecho de haber siquiera pensado algo así.

—Jolin, no parece él —susurró Thalía, a su lado. Los profesores empezaron a comentar pero ellas seguían ajenas al resto— Tienen razón, parece que esté bueno en la TV...

—Sigue siendo Cepeda, tía, es un virgen con cuarenta años.

—No es tan viejo, no seas exagerada. ¿Por qué eres tan mala con él? ¿Te gusta el pajillero o qué?

—¿¡Pero qué dices, por favor!? —exclamó Aitana desde la indignación, fingiendo indiferencia y menosprecio aunque la pregunta realmente la había alterado más de lo que dejaba ver— ¿Le has visto? Madre mía, el Kevin le da mil vueltas al muchachillo este.

—Ya, claro...

—No me mires así y no vuelvas a insinuar eso, nunca más —amenazó con semblante serio, con un tono de voz frío y contenido que consiguió su cometido. Thalía tragó saliva, por lo poco que se conocían había aprendido que más le valía no cabrear a su nueva compañera. Sin decir más asintió y dio por zanjada aquella conversación.

Siguieron con la revisión de los demás videos, de nuevo, todos parecían bastante correctos con algún que otro fallo pero los profesores se mostraron conformes. Marina había impresionado con su voz, aunque le señalaron la falta de seguridad y soltura en el escenario, Mireya era el caso contrario, se veía una estrella allí encima pero debía acabar de controlar la voz, Raoul evidenciaba la falta de experiencia pero veían en él muchas posibilidades. Nervioso ante los comentarios, el chico pasó por alto el gesto satisfecho y expectante de su profesor canario, quien le guiñó el ojo en varias ocasiones. Por su parte Nerea recibió también una valoración positiva, la chica se mostró en todo momento satisfecha aunque se molestó con la coña que tenían los profesores referente a sus años de conocidísima carrera profesional. ¿Se estaban riendo de ella tan descaradamente?

—Ai, que hartá de reír... —dijo Ricky casi sin aire por el cachondeo con Nerea... La chica seguía empecinada en su carrera cuando nadie del gremio sabía nada al respecto, un misterio— Vamos con Amaia, cariño.

Todos volvieron a callar, fijándose en la actuación de la chica. Amaia observaba atenta, viéndose en pantalla, gustándose más de la cuenta, acariciando su cuerpo al mirarse. Empezó por las piernas, subiendo y bajando por los muslos pero enseguida sintió la necesidad de subir un poco más. Verse actuar siempre la ponía muy cachonda. Alfred, a su lado, pareció darse cuenta de lo que sucedía. Joder con la Amaieta, nen... Pensó, suspirando, sintiendo cómo la sangre empezaba a llegar donde no debería. Cepeda también se percató de todo, ambos olvidaron completamente la pantalla para fijar su vista en la chica que se sentaba a su lado, notando el calor que empezaba a contagiarles. Alfred notó la mano de Amaia subir más de la cuenta y el sudor frío que empezaba a caer por la frente de Cepeda, con la mirada medio ausente. Se estaba mareando. Reaccionó al instante, en un intento de salvar la integridad física de su amigo agarró la mano de la chica para frenarla, pillándola por sorpresa, mirándolo sin comprender.

—Aquí no, nen, frena —susurró Alfred señalando al gallego con la cabeza, Amaia miró hacia aquella dirección y asintió, enfurruñada. Cepeda que apenas reaccionó desvió la atención a otro lugar, tratando de pensar en cualquier otra cosa. Casi le perdemos, pensó Alfred, aliviado de no revivir un episodio como el de la noche anterior.

—Me debes una —escuchó decir a Amaia cerca de su oído, arrastrando las palabras, provocándolo. Iba a contestar cuando el video acabó y los profesores dirigieron las miradas a su compañera. Alfred soltó su mano de golpe y aplaudió junto al resto, como si nada. No pudo evitar sonreír, con la adrenalina aun en el cuerpo. Le caía bien la Amaia esta...

—¿Entiendes el comentario del jurado ahora? —preguntó Ricky, ajena a todo lo que había sucedido durante el visionado. Amaia se encogió de hombros— Vocalmente es impecable, tienes un control de escenario que dices... Ole tus ovarios, pero es demasiado sexy.

—Es un sexy muy obvio —interrumpio Mimi, mirándola directamente— Está muy bien que tengas ese punto de estar cachonda, me encanta y a mí me pone mogollón, pero como artista quizás te interesa más lo sensual que lo sexual. ¿No?

—Eres total, estas muy salida y me encanta —se apuntó Roi, provocando la risa del resto— Pero sí, tanta obviedad puede cansar, no podemos ser tan fáciles. ¿Me entiendes? Vamos a vender misterio, morbo. ¿Me sigues?

—Creo que sí... En el escenario es como que me excito un montón —explicó tan natural ella, sintiendo la respiración pesada de los chicos a su lado, pero ella les ignoró– No puedo controlarlo, me sale así.

—Y es maravilloso, solo queremos que ese lado de perra esté más controlado —saltó Mimi entusiasmada con la idea. Amaia asintió, algo pensativa, a ella le había encantado y no estaba tan segura de querer cambiar nada en su actitud o su imagen...

—Para acabar, veamos a Martí —anunció Ricky con la voz emocionada. Todos hicieron silencio, claramente impacientes por ver la que fue la actuación de la noche. Martí, desde un rincón alejado rodó los ojos con indiferencia.

—Tío, eres la hostia —dijo Alfred en cuanto empezó a cantar, de nuevo sumergiéndose en la música, dejándose llevar. Aquel tipo hizo magia.

—Me encanta tu rollo alternativo —se atrevió a añadir Marina. El chico era tan cool y distante con el resto que los demás apenas le conocían ni habían hablado con él. Dirigirse a Martí era como hablarle a un ser inaccesible, a alguien que por actitud parecía jugar en otra liga, como si fuera el único conocedor de un secreto que podía acabar con el gobierno del país. Vale, igual se había venido arriba al final, pensó Marina, pero el tipo era tan increíble que parecía mentira que estuviera allí dentro con ellos y no triunfando ya fuera.

—Ui, ya ves... —susurró Martí desganado. ¿En serio? ¿De dónde salía esa gente? Ni siquiera cantó, tenía tanta desgana que se limitó hablar la canción, sin vocalizar, con pereza hasta para respirar. No tenía intención alguna de hacer nada bueno y todo le salió tan mal que empezaba a temer no poder salir de allí tan pronto como quería...

Finalmente acabó aquel horror, según Martí, pero el resto parecía incomprensiblemente entusiasmado, aplaudiendo. Thalía y Marina se dirigieron a él para felicitarle, algo cortadas, pero con ganas de agradarle, empezaban a admirar a su compañero quien se había ganado el respeto de todos los presentes. Incluso Nerea tuvo que tragarse el orgullo y admitir el talento del muchacho, aplaudiendo a alguien con sinceridad por primera vez. Vaya pandilla de locos, pensó Martí, viendo el drama allí montado.

—Tío, eres un crac —empezó Agoney, emocionado por la actuación— Sentí que teníamos a un artista haciendo magia. A nivel de presencia, de todo... No tengo palabras.

—Estoy de acuerdo con todo lo que te dijo el jurado, lo hiciste perfecto, pero lo mejor es que había aquella cosa que no se puede explicar —comentó Mimi, sonriendo.

—Bueno, creo que estaremos todos de acuerdo. ¿No? —dijo Ricky, mirando a los profesores que asintieron al unísono, cortando aquella retahíla de halagos— ¿Tú quieres decir algo?

—¿Puedo abandonar el programa? —preguntó completamente en serio, mirando a Ricky a los ojos, consciente que al menos ella era conocedora de su situación. Tras unos segundos de silencio tenso todos estallaron en risas, interpretando aquel grito de socorro como una salida ingeniosa y graciosa por su parte— Lo digo en serio, eh.

—Ai Martí, eres increible —dijo Ricky con disimulo, siguiendo la broma, pero el rubio la miraba fijamente esperando su respuesta— ¿Cómo vas a abandonar? Por favor, mi arma, que cosas de desir, tu familia no te lo perdonaría.


—Ya veo... —contestó Martí, entendiendo perfectamente el mensaje. Sonrió, si no podía abandonar entonces no tenía más opción que hacerse expulsar.

—Pues hasta aquí —anunció Ricky alzándose, señalando con el gesto al resto de profesores que debían imitarla— Nosotros nos vamos un rato, tenéis libre hasta la hora de comer y luego quedamos a las cuatro a la sala de aquí al laíto para el reparto de temas. Qué sus vaya bien, aprovechad para acabar de instalaros y conocer las clases y tal...

Poco a poco el resto de profesores fueron despidiéndose y abandonando el lugar, comentando entre ellos las diferentes reacciones y anticipando todo lo que sucedería aquella tarde con los nuevos temas. Seguro que más de uno iba a llevarse una sorpresa no demasiado agradable...


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¿Empieza el tiempo libre, empezaran los problemas?

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