n/a: tarde pero aquí esta jeje.
Caminar junto con mi maleta no es molesto, pero caminar junto con la persona que te has besado es demasiado incómodo.
Miro con un poco de envidia a los estudiantes que entran a sus cabañas ¡A solas!, todos hablan con sus amigos y todo pero al final del día vuelven a "casa" solos. Y, pues, yo aquí compartiendo la misma cabaña con Theo... me voy a matar de la incomodidad.
Una pregunta pasa por mi cabeza: ¿Hay más de una habitación? O sea, se supone que una cabaña es individual pero como hubo un error al menos deben darnos la más grande, ¿No?
-April – escucho esa sexy voz.
Camino más rápido.
-No me hables.
Un viento que pasa por el pasillo de las puertas golpea mi cara. Pedazos de mi pelo quedan enredados en mi boca.
Agh.
-April.
Gruño y me volteo hacia Theo.
-¿Qué, Theo? – me cruzo de brazos – no vamos a hablar de nada de lo que ha pasa-
-April – él me interrumpe. Levanto mis cejas expectante. Ese maldito hoyuelo aparece en sus mejillas, de nuevo. Theo señala hacia atrás – te iba a decir que ya nos pasamos la cabaña. Según la hoja que nos dieron es la cabaña "56".
Tragándome mi dignidad, miro hacia mi lado y aparece el número de cabaña número "62".
-Ah – digo volviéndome a mirarle – en ese caso, devolvámonos.
Empiezo a caminar dejándolo atrás pero escuchando el momento exacto en el que suelta una carcajada.
Estoy segura que parezco una viejita regañona mientras me regaño entre mis adentros. ¿Hablar? En serio, April. Debí haber esperado a que Theo me hubiera dicho por qué me estaba llamando y no hacer especulación. Debí parecer un completa loca.
Caminamos hasta llegar a la cabaña; Theo se demora un poco más en llegar debido a que va más detrás de mí.
-¿Tienes las llaves? – le pregunto mirando a mi alrededor. Ya no hay nadie, además de nosotros.
-Sí, espera.
¿Por qué? ¿Por qué, Diosito, Theo tiene que tener una voz tan varonilmente sexy?
Theo rebusca entre sus bolcillos de su pantalón. Su cabello castaño casi rubio se mueve con el viento que me azoto momentos antes. Aunque sus ojos estén mirando sus manos, sus iris aún es visible y por eso puedo ver un poco del azul de sus ojos. Theo se muerde el labio como si estuviera bastante concentrado buscando las llaves de la cabaña...
-Espero que hayas disfrutado de la vista – dice cuando levanta sus ojos azules hacia mí. Yo ruedo los ojos y él saca las llaves – aquí están.
Me muevo hacia atrás y lo dejo abrir la cerradura. En mis adentros, ruego por qué hayan dos habitaciones.
La puerta hace un Click y se abre. Theo entra primero y yo después, al entrar, abro mis ojos como platos.
-¡Sí! – grito mientras que Theo me mira extrañado. Lo volteo a mirar y señalo 2 puertas – hay dos habitación.
Theo asiente lentamente y mira hacia delante. Agarro mi maleta fuertemente y camino hacia una de las habitaciones.
-Me pido esta – señalo la de la derecha.
Theo se encoje de hombros y camina hacia la habitación de la izquierda.
Con una sonrisa en la cara, abro la puerta derecha. Mi sonrisa se va en un dos por tres.
Es un baño.
Es un pinche baño.
Abro mi boca y observo el lavabo y la taza del baño.
¿Por qué nada sale como lo planeo?
Me volteo lentamente lamentándome. Doy tres pasos y llego a la habitación, no toco, no debo por qué.
Apenas abro la puerta lo primero que veo es una espalda desnuda, la espalda desnuda de Theo. Su cuerpo esta de espaldas pero se voltea al oírme gruñir.
-¿Tanto me extrañaste? Yo ya sabía que no podías durar ni un minuto sin mí, April.
Estúpido arrogante.
Su sonrisa malévola aparece y yo trago saliva.
-Es un baño – él frunce el ceño – mi habitación es un baño.
Él hace un puchero fingiendo lastima – bueno... - Theo señala la cama – nos tocara compartir, ni modo.
No es tan malo, April, no es tan malo... ¿Cierto?
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