Dipper se dejó caer al suelo, aún muy confundido por lo que acababa de vivir.
¿Cómo lo había hecho Bill? El castaño se quedó unos segundos pensativo, para luego suspirar mientras una pequeña y nostálgica sonrisa se formaba en sus labios.
Probablemente no lograría adivinar lo que el rubio había hecho y cómo lo había hecho, pero por lo menos, ahora tenía el alivio de saber que Bill estaba buscándolo, lo cual significaba que de todas maneras lo encontraría, pues si algo sabía de Bill Cipher, era que nunca se rendía, al menos no en las cosas que le importaban realmente.
Se sentó algo exhausto, apoyando su espalda en la pared, cerrando los ojos casi involuntariamente.
Por un momento, aquel dolor en el pecho había desaparecido totalmente, sin embargo, nuevamente se estaba haciendo presente, lo cual hacía sentir al castaño aún más débil.
No había alcanzado siquiera a descansar un minuto, cuando de pronto, sintió cómo la puerta de la habitación era abierta, dejando pasar al demonio que lo había secuestrado hace tan poco tiempo.
Inmediatamente abrió los ojos, poniéndose alerta.
-¿todavía sigues ahí?- preguntó el pelinegro- te creía más curioso.
Antes de que el menor pudiese replicar, el otro chico encendió las luces del lugar, dejando ver a Dipper por primera vez la habitación en la que se encontraba.
El castaño lentamente recorrió el lugar con la mirada, era bastante amplio, y ciertamente no podía decirse que era feo, aunque tampoco era bello, o al menos no como la habitación que tenía en la mansión.
-¿te gusta?- preguntó el chico, con una sonrisa torcida.
Dipper no respondió.
-no puedo creer que estuvieses todo este tiempo a oscuras en un rincón, simplemente pudiste haber buscado el interruptor- dijo con algo de burla- Dios, me haces quedar como un monstruo.
Eres un monstruo, le habría gustado decir a Dipper, pero prefirió callar, no quería meter la pata antes de que Bill llegara... Porque Bill llegaría.
-¿no vas a decir nada?- preguntó el demonio alzando una ceja, pero sonriendo de todas maneras.
-¿do-dónde estamos?- preguntó el castaño, maldiciéndose internamente el haber tartamudeado.
El demonio soltó una pequeña carcajada disfrazada de suspiro.
-no interesa el donde estemos- dijo mientras caminaba hacia el chico y se agachaba para quedar a su altura- lo único que importa es que vayas aceptando que vas a pasar acá un laaaargo tiempo... pero creo que ya estás acostumbrado a cosas así, ¿verdad?- dijo para luego tocarle la punta de la nariz con el dedo.
-¿por qué me haces esto?- preguntó el castaño con el ceño fruncido, mirándolo con desconfianza.
-la verdad no te entiendo Dipper, ¡deberías estar agradeciéndome!- respondió el chico algo molesto, poniéndose de pie- te salvé del demonio que te ha tenido secuestrado durante ¿cuánto?, ¿un año? -dijo con veneno en cada palabra- Ahora mismo deberías estar más feliz que nunca, ¡pero en cambio, estás reclamándome!, ¿y sabes por qué?, porque te lavaron el cerebro Dipper... Bill Cipher te lavó el cerebro... no te atrevas a negarlo.
-Bill... Bill no tiene nada que ver en esto.
-¡Bill tiene todo que ver en esto!, ¿cómo no eres capaz de siquiera admitirlo?
-¡pudiste haberme dejado en Gravity Falls!- replicó el castaño con rencor.
-¡y él te hubiese llevado de vuelta con él antes de que siquiera llegaras a tu casa!
-¿¡y a ti por qué te interesa tanto lo que me pase!?
El demonio se quedó en silencio un par de segundos, mirando al castaño, más bien... analizándolo.
-bueno... Supongo que era obvio que algo así pasaría- dijo ignorando la pregunta del menor- después de todo, estuviste mucho tiempo solo... con el Cipher como única compañía. Supongo que no puedo culparte... nadie podía hablarte, nadie podía acercarse a ti, ni siquiera podían dirigirte la mirada. Todo porque tu "Rey Cipher" te quería solo para él, ¿no es así?
Dipper se limitó a mirar el suelo.
-aunque tengo que admitir que ése demonio sí que te deseaba con locura- prosiguió- después de todo, te secuestró, te prohibió volver a ver a tu familia, te obligó a casarte con él, a darle tu...
-¡ya basta!- dijo el castaño sin dejar de mirar el suelo- soy... soy consciente de todo lo que Bill me ha hecho, ¿está bien? No... no necesito que me lo estés recordando... Es sólo que... no puedo evitarlo- unas pocas lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas- ...no puedo evitarlo... Yo...
-no es necesario que sigas- lo interrumpió el pelinegro- porque la verdad, no quiero seguir escuchándote, simplemente no me interesa en absoluto.
Dipper se limpió las lágrimas con la muñeca, sin levantar la cabeza, sin dejar de sollozar.
El silencio reinó en la habitación por lo que pareció una eternidad.
-Dipper... ¿Tu recuerdas qué tipo de demonio soy yo?- dijo de pronto el demonio con un tono de voz más cálido.
El castaño levantó la cabeza con el ceño fruncido, para luego hacer una corta negación con la cabeza.
-yo soy un demonio de la mente, mi querido Dipper, lo cual significa que puedo meterme a tu cabeza cuando y donde quiera...-dijo lentamente, como disfrutando cada palabra.
Dipper se levantó y echó hacia atrás instintivamente, sin dejar de mirar al demonio, sorprendido, y también algo asustado.
-n-no te atrevas...
-podría hacerte odiar al Cipher en menos de un segundo... podría hacerte creer que asesinó a toda tu familia delante de tus ojos, y tú ni siquiera te lo cuestionarías.
Dipper no sabía qué decir, y aunque intentaba ocultarlo, estaba asustado, ¿realmente el demonio era capaz de hacerle eso?, ¿o es que acaso lo decía simplemente para asustarlo?
-pero no lo voy a hacer, ¿y sabes por qué?- dijo como esperando una respuesta que sabía que nunca llegaría- porque quiero que te des cuenta solo, quiero que entiendas que Bill Cipher es un ser aborrecible, quiero que vuelvas a pensar en él de la misma manera que lo hacías antes de que todo esto sucediera. Quiero. Que entres. En razón.
El demonio lo miraba sombríamente. No importaba lo que tuviese que hacer, el pelinegro iba a lograr que aquel chico odiara al imbécil del Cipher... Y entonces todo saldría perfecto... Tenía todo perfectamente calculado...
Tenía que ser todo perfecto.
Dipper evitaba mirarlo a los ojos, no quería ni imaginar lo que pasaba por la mente de Jaden. Simplemente sentía que estaba jugando con él, sentía que el demonio quería utilizarlo. Tal vez tenía razón. Peto no lo dejaría, no dejaría que aquel extraño se metiera en su cabeza.
De pronto, un movimiento brusco lo sacó de sus pensamientos: vio cómo Jaden se ponía alerta de repente, mirando la nada con los ojos bien abiertos.
-imposible- musitó el demonio, en un tono casi inaudible.
Un millón de posibilidades pasaron por la mente del castaño, sin saber si tenía que sentirse preocupado o aliviado de lo que preocupaba al pelinegro.
De pronto, la mirada de Jaden se dirigió a Dipper, sin cambiar su expresión.
Esto no estaba dentro de sus planes...
Apenas le había dado tiempo para confundir un poco al castaño.... No había tenido el tiempo suficiente para hacer las cosas bien.
Pero no podía seguir huyendo... ya no.
De todas maneras... sabía que este momento iba a llegar tarde o temprano... aunque la verdad, esperaba que fuese más tarde que esto.
Pero ya no importaba, sin duda esto cambiaba todos sus planes, lo cual le molestaba enormemente, pero no lo detendría. No dejaría que lo afectara.
De todas maneras iba a salirse con la suya. Costase lo que costase.
Mientras tanto, Dipper veía al contrario entre confundido y preocupado, sin saber qué pensar, pero sin atreverse a preguntar.
-Dipper- dijo de pronto el demonio, con un tono que provocó que un pequeño escalofrío recorriera la columna del castaño- en verdad esperaba hacerte entrar en razón... en verdad quería hacerlo por las buenas, créeme. Pero, dados los acontecimientos, lamentablemente voy a tener que ir por la opción más rápida.
Dipper se alejó del pelinegro lo más rápido que pudo, dispuesto a escapar, pero antes de poder salir de la habitación, sintió una extraña fuerza ejerciendo presión sobre él.
Y luego se aquello, todo se volvió negro.
¡Hooola!, ¿cómo están?, ¿les gustó el capítulo?, espero que si jejeje.
Lo subí lo más rápido que pude, de verdad que si.
Wow... Ya llegamos a los 40k... ¡40K!, en verdad esto me emociona muchísimo, muchas gracias a todos, los amo demasiado <3.
Agradezco a todas las maravillosas personitas que están leyendo esto y que son pacientes conmigo :3, que me regalan lindas opiniones y también a las que logran hacerme sonreír con sus comentarios <3.
Como siempre agradecería que votaran y en especial que comentaran, es que en verdad aaaaamo sus comentarios (dato curioso: mi sueño ambicioso es llegar a 1k de comentarios en un capítulo, sé que es un poquito imposible, pero por algo es un "sueño ambicioso" jejeje).
No sé si lo notaron, pero intenté hacer éste capítulo un poquito más largo que de costumbre (ya que me reclaman que los capítulos son cortos), pero al final solo tiene 500 palabras por sobre el promedio de mis capítulos, sin contar esto, obviamente (sé que no es mucho, pero lo intenté <3).
De todas maneras, es muy probable que suba otro capítulo éste fin de semana, así que ahí lo compenso.
Y bueno... Creo que de mi parte eso es todo....
¡Nos leemos luego!