— ¿Empezar a qué? —Cuestiono Diana disimulando su miedo con una sonrisa desafiante.
—A mostrarle porque requiero de sus servicios señorita, usted bien sabe que no hago esto por gusto—Guardo silencio dejando unos instantes a la rubia confundida—Oh tal vez si lo hago un poco por diversión. Pasando ese detalle esto la beneficiara, se lo puedo asegurar.
—He dicho que me niego rotundamente, tienes a otros que pueden cumplir con tu trabajo sucio, apuesto a que si les ofreces poderes infinitos o una inmortalidad sin envejecer lo harán.
—Si pero yo no quiero a ninguno de ellos, usted parece muy satisfecha con sus habilidades y puedo decirle lo increíble que considero la cantidad de tiempo que invirtió para practicar y estudiar los encantamientos, me resulta fascinante. También sé que usted no ambiciona aquellos poderes que deseo darle.
—Así es, todo esto me es una molestia ¿Por qué tendría que escucharte en primero lugar? Si te debo un favor entonces dime ¿Cuál es?
Una risita fluyo acompañado del castañeo de los dientes en la Parca— ¿De verdad desea saberlo? Se lo pregunto porque esto podría perjudicarla y quizás se haga a la idea que deba escucharme.
—No necesito responder a eso. Se de antemano que a ti no te importa en lo más mínimo como esto que me ocultas, afecte en mis emociones—Se rio con desgana y continuo mirando al ser espectral como un obstáculo.
—Tiene razón, si sus emociones son lastimadas por la estaca imaginaria de mi paladar no es algo que me interese en lo absoluto—Sus carcajadas siniestras y cínicas se esparcieron en aquel inframundo congelado—Creo que me divertiré observando como usted palidece de la desesperación.
—Entonces habla, sé que nada bueno saldrá de tu boca de todas maneras—Se aventuró a mencionar nerviosa y con la certeza que nada bueno iba a venir de aquellas palabras.
—De acuerdo, como usted lo desee. Me pregunto si ¿Se le hace familiar una alumna de esta academia llamada Atsuko Kagari?
Inmediatamente de escuchar el nombre de su rival en la voz espeluznante de la muerte, Diana en reflejo levanto su varita volviendo a realizar un hechizo al azar y de una manera impulsiva. Si ponía en medio a su amor platónico no iba a detenerse aun cuando sus fuerzas y su magia la abandonaran.
—Te prohíbo que le pongas un dedo encima—Advirtió Diana encrespada y exaltada—Si lo haces no me importara usar mis últimas reservas de magia y morir en el proceso.
Su risita socarrona y maquiavélica inundo de nuevo el lugar—No me dejo continuar después de hablar, maravilloso lo que haría por salvar a esa inocente. Que noble de su parte encontrarme alguien como usted que está dispuesta a todo incluso de sacrificarse. Pero debo rechazar su muerte, mis planes para usted son otros más allá de buscar llevármela conmigo.
— ¿Qué quieres? —Apretujo sus dientes y fulmino con fiereza al vacío de la túnica negra—Sí vas tras Akko te aseguro que buscare exterminarte de cualquier modo.
—Tranquilícese, no le haré daño a esa niña. Tampoco vine aquí para amenazar de muerte a ninguno de sus conocidos. Hacer eso solo sería algo cobarde y desesperado de mi parte—Levanto su mano negra dándose golpecitos en la barbilla— Digamos que lo mío lo baso más en un negocio donde utilizo el trueque. Usted me da algo a cambio y yo...
—Y tú me das algo a cambio, lo sé perfectamente, también sé que esto es algo que te beneficie más a ti que a mí.
—Oh, pero ¿en qué concepto me tiene? —Fingió decepción y desilusión—Puede que me vea como una ser malvada y oscura, pero también tengo sentimientos.
—Sentimientos que utilizas a tu beneficio, no caeré en este juego. ¿Ahora dime porque deseas que yo haga ese trabajo?
—Porque aquella alma a la que busco llevarme destella luz autentica. Es imposible para mí aproximarme a un inocente y realizar mi trabajo.
—No entiendo ¿Por qué no puedes?
—Porque aquella alma es la más pura que existe, solo alguien que desafié ese poder de la luz puede acercarse a ella, alguien que lo iguale y noto que usted representa esa otra luz.
— ¿Y quién es esa persona que destella esas energías?
—Un pequeño niño que ha invalidado las leyes entre la vida y la muerte, su nombre es Tom o de cariño Tommy.
— ¿Un niño? —Endureció sus facciones y cautelosa fulmino a la parca—Me niego totalmente a cumplir tu trabajo.
—Oh, pero Miss Cavendish aun no termino de relatarle toda la historia.
—No me importa, yo no planeo ensuciar mis manos para matar a un inocente, quizás tú mente retorcida crea que esto es algo normal porque eres la Parca pero yo no.
— ¿Entonces cree que mis actos son solo por diversión? —Se mofo de tal manera que sus burlas ahogaban en ecos la gran biblioteca prohibida—Usted no tiene la menor idea de lo que habla, sin embargo el tema a discutir no es mi juicio. Quiero que escuche mis razones y usted juzgara si tiene razón en tomar esa decisión o no.
—De cualquier forma si me niego harás que cumpla con tu capricho, te lo advierto Parca, si le tocas un pelo a Akko te las verás conmigo—Hablo recta y de forma formidable.
La parca volvió al silencio evaluando el valor emanado de la ojiazul, cuando anteriormente percibió miedo en ella. Detecto que ella sería todo un personaje que lograra cambios extraordinarios, avances que pasen en la historia de la magia y esta plática no era la excepción ya que la Parca elegía su historia.
—Descuide, no tengo ningún motivo para ir tras esa niña en este momento, las almas que abandonan el cuerpo y las cuales me llevo solo son parte de la lista que mantengo, una que me ayuda a elegir el orden en que los vivos tienen que abandonar este plano.
—Entonces no me puedes obligar—Frunció las cejas y evaluó con cautela cualquier movimiento de la parca—Tu simple discurso me dice quién eres y faltar a tu reglamente no es algo que te permitirías.
—Así es, sigo la ética y soy muy profesional en mi trabajo, como cualquier oficio que requiere acatar reglas y estatutos. Las acciones hablan por uno y yo soy quien decido que acciones tomar dependiendo de la situación, ¿Por qué cree que la hice leer esos hechizos de la separación de cuerpos?
—Porque quieres que escoja uno de esos 5 maleficios y hechizar a ese niño que deseas llevarte.
—Correcto y hay algo que debo reiterarle hermosura de ojos celestes. Amenazar es algo que jamás he llevado a cabo y puede estar segura que no lo haré. Solo los cobardes y desesperados lo utilizan como último recurso y antes lo deje en claro. Le recomendaría que se tranquilice primero y escuche mis razones.
Un gruñido se escuchó de los la boca de Diana y se dirigió de camino a uno de los ventanales enormes que rodeaban la biblioteca prohibida.
— ¿Tiene pensado escapar por una de esas ventanas? —Volvió hablar la Parca preguntando en el proceso.
—No, estoy en el tercer piso y sin escoba no es posible huir de ti, tampoco estoy loca para arrojarme ya que eso solo te beneficiaria y me llevarías al plano de los muertos—Suspiro con pesadez y fastidio—Solo estoy tomando tu consejo, necesito tranquilizarme.
—Perfecto, le daré una hora para que vuelva a tomar la calma que necesite. Además le recomiendo que no pierda el tiempo pensando en cómo liberarse de mí. Usted y yo sabemos que no puede escapar, no hasta que cumpla con el trabajo que le he encomendado.
—No tengo la menor idea de qué favor has hecho por mí—Levanto la mirada y observo como la luna se asomaba de entre las nubes—Y en caso de que lo llevaras acabo, entonces perdería credibilidad la reglas que sigues con tanto empeño.
—No estoy faltando a ninguna regla, pero, puedo hacer una pequeña excepción con el favor que haré para usted a futuro.
Una posible suposición llego a sus pensamientos y con los nervios de punta soltó esa pregunta— ¿Acaso voy a morir?
—No—Hablo la Parca rosando su aliento frio sobre el lóbulo de la oreja.
Diana se petrifico por unos instantes comenzando por sentir una corriente electrizante en todo su cuerpo. No deseaba darse vuelta porque ahí hallaría a la misma Parca detrás y a unos cm de ella. La rubia temía lo peor, si su muerte no era destinada aun en aquella lista entonces tenía que ser alguien más quien pasara por ese crudo destino.
— ¿Alguien que conozco morirá?
—Sí, pero no tiene caso que se lo diga porque le borrare los recuerdos.
— ¿Quién es? dímelo—Cuestiono con la voz temblorosa y nerviosa
—Si le digo de quien se trata ¿Cumplirá con el trabajo que le encomiendo?
Los bellos de su piel se erizaron con aquel aliento frio helado que le susurraba desde la parte baja del lóbulo. No sabía qué hacer, era como si estuviera entre la espada y la pared, técnicamente la propuesta de la Parca parecía un método de negociación al igual que una orden viniendo de su parte.
—No estoy segura—Diana bajo la mirada y la ensombreció—De nada sirve que te diga un no, ni las miles de veces que trate de negarme. Me estas obligando a terminar con la vida de un inocente.
—Tal y como lo menciona—Elevo las mangas de su túnica y sostuvo ambos hombros de la ojiazul causándole un sobre salto—Así es, le recomiendo que no me toque e intente apartar mis dedos esqueléticos, yo en cambio puedo tocarla sin que le cause daños.
— ¿Quién morirá? dímelo ahora.
—Bella ojiazul no se lo diré si no recibo una respuesta a mi...
— ¡Dímelo de una vez! —Grito con estallos de ira.
—Bueno, creo que me retractare porque sé que no podrá evitar cumplir con mi petición. Se trata de su joven amor platónico, Atsuko Kagari.
Abrió los ojos más grandes y sorprendidos cuando la escucho. Sin importarle que aquella presencia espectral pudiera afectarla, se giró y miro y saco su varita de nuevo. Antes de realizar un ataque impulsivo se tuvo que guardar aquellos instintos primitivos y pensar con claridad.
—Tú me habías dicho que no le pondrías una mano encima ¿Por qué te arrepientes? Oh ¿es que acaso también tu desesperación de que siga ese pedido absurdo nublo tu juicio?
—Nada de eso—La Parca retrocedió un paso para respetar las distancias—Dije que tenía una lista y un orden para todos aquello que abandonan el plano de la vida, pero jamás dije quien sigue de ese orden y al parecer la señorita Kagari cumplirá con el fin de su destino en unos 3 meses.
—Akko morirá en 3 meses—Detuvo su respiración por unos instantes— ¿Por qué? ¿Quién causara su muerte?
—Esa es la parte que me complace explicar, hay dos individuos que provocaran su fin. Uno de ellos se llama Darrelle y es un dragón hipergigante que representa la oscuridad, las galaxias no son nada comparadas con su gran tamaño. Ahora mismo él se encuentra dormido en una invernación milenaria en el paraíso celestial.
— ¿Quién es la otra entidad que causara su muerte? —Cuestiono sin perder la calma.
—Usted misma—La muerte se mofo de soltar aquellas palabras como primer paso y así excitarse con la desesperación en su prisionera.
En cuanto a Diana, ella se quedó petrificada cuando esas palabras le entraron a los oídos. ¿Matar a su amor platónico? ¿Qué motivos futuros la llevarían a realizar aquel acto imperdonable?
—Debes de estar jugando conmigo o quizás engañándome—Reafirmo la rubia de forma escéptica—Debe ser una trampa viniendo de ti, estoy segura.
—Ninguna trampa o engaño mi bella celeste, todo lo que digo es la verdad. La lucha que tendrás contra Darrelle y la ambición de eliminarlo te llevaran a sacrificar a lo que más amor le tienes.
— ¿Por qué yo buscaría eliminar a un dragón de la oscuridad? Sinceramente no me involucrare en ese asunto.
—Lo siento pero su batalla ya está destinada, al igual que lo está esa jovencita de ojos carmesí.
— ¡¿Qué?! ¿Akko también participara en esto? No lo permitiré.
Otra ricita surgió como flauta en la voz espectral de la Parca—Usted no tendrá la voluntad de detenerla, esa chica de ojos carmesí es persistente al igual que lo es usted, ambas son muy interesantes. Alguien que no tiene valor alguno en las prácticas magias y otra que es perfecta en todos los ámbitos.
Continuara...
Hola a todos, aquí to, Dark
Capítulo nuevo de este fic.
Lamento la demora en cuanto al capítulo pero aquí esta.
Espero un voto por las y los lectores fascinados y aparte sus comentarios.
Arriba esta el vídeo de la versión original del tema Dust In te wind con el grupo de Kansas.
Bueno eso es todo, cambio y fuera.