-Rápido, April, vas tarde – escucho gritar a mi hermano.
Me volteo en la comodidad de mi cama y tapo mi cabeza con mi almohada. Cierro los ojos intentando volver a conciliar el sueño y dormir.
Alguien abre mi la puerta de mi habitación y yo suelto un quejido.
-¿No escuchas a tu hermano, April? – dice mi padre.
Me destapo la cara y lo veo arreglándose la corbata para ir a su trabajo.
-No es tan tarde – digo con voz mañanera.
-¿Qué no? – aparece mi hermano ya arreglado – falta media hora para que empiecen las clases, April.
Abro mis ojos como platos y me levanto de mi cama. Paso al lado de mi hermano y mi padre y entro a mi baño para darme una ducha.
No mentiré, siempre he sido muy impuntual. Siempre hago todo lo posible para llegar temprano a clases pero no sé qué me pasó hoy. Ayer me dormí muy tarde por estar pensando en Theo.
Al terminar de bañarme, agarré una tostada y salí por mi puerta. Llegue al ascensor y hundí varias veces el botón de bajar para que llegará rápido.
-Mierda – murmuro moviendo mi pie por el estrés. Voy demasiado tarde.
Después de unos segundos, el ascensor llega. Entro rápidamente y hundo el botón del primer piso e intento cerrarlo.
Pero un pie lo detiene.
Mi respiración se detiene por un momento y no quiero que sea quien estoy pensando.
-Yo también voy tarde, tonta – es mi hermano.
Suelto la respiración que estaba aguantando y asiento.
¿Creías que era Theo, April?
-Claro.
Tale hunde el botón de cerrar y el ascensor empieza a cerrar su puertas.
Hasta que una voz suena.
-¡Esperen, esperen¡ – es Ollie.
Rayos.
La cabellera rubia de Ollie aparece junto a su sonrisa blanca. Mira a mi hermano y le guiña un ojos coqueta.
-Asco – digo quitando la mirada.
Ollie se ríe y entra al ascensor. Antes de que este cierre, lo llama.
-Theo, ven.
Yo adentro, veo a Theo aparecer al frente del ascensor. Su cara es monótona, y tiene los labios en forma de una línea recta.
Ollie se hace un lado para que Theo pueda entrar. De repente, el ascensor se vuelve un espacio muy pequeño.
Theo me mira cuando da un paso y forma una sonrisa que demuestra una sola cosa: malicia.
-Ollie – la llama – creo que no cabemos aquí.
Ollie frunce el ceño mirando a Theo - ¿De que hablas, Theo? Claro que cabemos aquí.
Theo, mirándome, niega con la cabeza.
-Ok, yo me bajo – dice mi hermano – bajaré por las escaleras.
Tale sale del ascensor y junto a Ollie – yo igual.
Perfecto, ahora quedaste sola con Theo en un ascensor, April.
Escuchar a mi sarcástica conciencia no ayuda en nada.
Theo entra al ascensor aún con esa sonrisa que me saca los nervios de punta. Él se acomoda al otro lado de donde estoy yo y apoya su espalda contra la pared.
¿Qué planeas, Theo?
El ascensor se cierra y yo miro a otro lado intentando entretenerme. Siento los ojos de Theo mirándome pero yo lo ignoro. No tengo ni la menor idea de por qué mi corazón late tan fuerte pero lo disimulo.
De reojo veo que Theo se mueve hacia mí. Por fin me decido por mirarlo pero no veo mucho porque él se estampa contra mí.
Theo me besa. Estoy impactada. Sus labios se mueven con los míos y yo logro reaccionar tiempo después.
Me mueve hasta la pared del ascensor, coge mis manos y las pone encima de mi cabeza. Con una mano me agarra de cadera y continua besándome.
Su beso es salvaje y delicioso. Pero termina muy rápido.
Justo cuando suena el timbre de que el ascensor a llegado al primer piso, Theo se separa.
-Creo que te lo debía ¿no? – dice entre jadeos.
Yo suelto un respiro - ¿no se suponía que era un abrazo?
No sé cómo logre decir eso. Theo ha logrado sacarme todo el aire de mis pulmones con un solo beso.
Un beso que te encantó, April.
Theo se encoge de hombros y se muerde el labio – esto está mejor.
Sin decir nada más, se da la vuelta y sale.
Yo me quedo viendo cómo se va, aún pegada contra la pared.