El concierto estaba por terminar.
—Muchas gracias Nueva York, nunca nos decepcionas. Nos veremos muy pronto — dijo Ross mientras todos tocaban sus instrumentos como despedida.
Luego de eso los chicos bajaron del escenario, Ryland salió del control de luces y llegaron hasta donde estábamos Vanni, Andrea y yo.
—Eso fue increíble — les dijo Andrea completamente emocionada.
—Muchas gracias — le respondió Ross con una sonrisa — y a ti _____, ¿Qué te pareció?— me preguntó Ross.
—Es el primer concierto de ustedes al que vengo y he quedado asombrada, tienen mucho talento — respondí.
—Es el primero pero no el último al que vendrás, te lo prometo— me dijo Ross.
Luego de eso los chicos comenzaron a recoger sus cosas para volver al hotel. Andrea había vuelto sola a casa, Ross se ofreció a acompañarla al igual que yo pero ella simplemente no quiso y se fue sola, igual no vivía muy lejos del teatro.
Cuando ya estábamos en el hotel subí directamente a mi habitación, Ross subió conmigo y los demás se quedaron algo atrás platicando del show. Al principio creí que Ross había subido conmigo para ir a su habitación pues nuestras habitaciones estaban en el mismo piso, vaya sorpresa me llevé al darme cuenta de que en realidad fue conmigo hasta mi habitación.
—Antes de que digas algo, se que te estás preguntando el porque he venido hasta tu habitación — dijo Ross como si me hubiera leído la mente mientras ambos estábamos frente a la puerta de mi habitación.
—¿Ahora puedes leerme la mente?— bromee.
—Hay una sorpresa para ti ahí dentro, quiero ver tu reacción y por eso he venido— explicó —abre la puerta ya y no hagas esto más difícil que estoy muriendo de nervios — dijo con una sonrisa nerviosa.
Confundida le hice caso y abrí la puerta.
Encendí la luz para poder ver mejor pues ya era algo noche y todo se veía oscuro, al encender las luces de la habitación miré hacia abajo, había un camino hecho con pétalos de rosas que guiaba hasta la terraza de la habitación.
Volteé a ver a Ross algo confundida y él con la mirada me indicó que siguiera el camino y mientras lo hacía el caminaba detrás de mi.
Llegamos hasta la terraza y me di cuenta de lo estaba pasando.
Había una pequeña mesa y sobre ella una vela, 2 copas, un vino y un enorme ramo de flores bastante lindas, junto a la mesa había un pequeño pizarrón con la pregunta "¿puedo ser tu novio?" y 2 casillas con las respuestas "sí" y "no", además de un plumón para responder dicha pregunta. Al rededor habían varios globos y decoraciones y el piso también tenía más pétalos de rosas, los cuales formaban un corazón.
Yo no podía creer lo que estaba pasando, solo me quedé de pie, frente a la mesa observando todo a mi alrededor y mientras yo seguía en shock, Ross aprovechó para encender la vela y entregarme el ramo de rosas.
—Esto es algo que quería hacer desde hace mucho tiempo pero no sabía cómo. Se que tal vez es algo sencillo pero quería que fuera algo privado y lindo, la decoración no es lo mío pero de verdad lo intenté. Todo lo preparé solo, hice lo que pude y bueno, espero te guste. Esto es para ti— me entregó las flores.
Ya había recobrado la cordura así que acepté las flores gustosa aunque aún sin poder creerlo.
—Y bueno, ¿Qué dices? ¿Podemos ser novios?— dijo Ross con una sonrisa.
Sin pensarlo 2 veces tomé el plumón y respondí la pregunta en el pizarrón marcando la casilla con el "sí".
—Claro que podemos— le dije a Ross cuando terminé de responder en el pizarrón.
Luego de aceptar volví a dejar las flores sobre la mesa y abracé a Ross, quién no podía estar más feliz con mi respuesta.
—¿Te parece si brindamos? Para eso traje el vino — me dijo Ross cuando nos separamos.
—Claro— respondí.
Ross sirvió el vino en las copas que estaban ahí y me entregó mi copa.
—Por nosotros — dijo para luego chocar ligeramente su copa con la mía y darle un sorbo al vino.
Todo parecía irreal, estaba ocurriendo lo que tanto había soñado. Le di un trago al vino para animarme a lo que estaba por hacer.
Dejé mi copa sobre la mesa para después quitarle su copa a Ross y ponerla junto a la mía, así él podría tener sus manos libres para lo que estaba por ocurrir.
El me miró algo confundido pero no me cuestionó nada y sin pensarlo más, lo atraje hacia mí y lo besé. Él siguió con el beso y mientras yo enrollada mis manos sobre sus hombros atrajendolo más a mí, él me sujetaba por la cintura haciendo de este un mágico primer beso.
Era la primera vez que nos besábamos.
—No sabes lo mucho que habia deseado besarte desde hace tiempo — me dijo cuando nos separamos aún sin quitar sus manos de mi cintura.
—Yo también lo deseaba, por eso te besé. No iba a esperar a que tú lo hicieras, yo también puedo dar el primer paso— reí haciendo que Ross soltara una pequeña risita también.
Ross se acercó lentamente a mí y volvió a besarme.
—Tú me robaste un beso a mí, yo te robo uno a ti. Es lo justo— dijo luego de separarnos.
—Sigo sin poder creer que tú hiciste todo esto solo.
—Rydel me ayudó a planearlo, yo solo lo puse en práctica. Por eso me fui después del ensayo, tenía que venir a decorar todo para que cuando volvieras tuvieras esta linda sorpresa. Rydel me ayudó mucho, también Vanni. Ellas me dejaron poner todo aquí en su habitación y además accedieron a dejarnos solos mientras te lo pedía, por eso se quedaron atrás — explicó.
—Me encantó, muchas gracias.
—La verdad es que estoy enamorado de ti desde hace un tiempo y necesitaba decírtelo ya. Ese día que te invité a cenar y te dije que solo éramos amigos te mentí, te había invitado a cenar justo para contarte lo mucho que me gustabas pero ya sabes que pasó esa noche y no pude decírtelo — suspiró —Rydel me dio la idea de pedirtelo aquí, en este viaje.
—Debo confesarte que también llevo tiempo enamorada de ti y ese día que me dijiste que solo éramos amigos me sentí fatal, yo quería ser tu novia y eso me destruyó.
—Lo siento— frunció los labios— pero ya no importa, lo único que importa ahora es que por fin estamos juntos — besó mi frente.
Nos quedamos un rato más hablando en la terraza, tenía una hermosa vista a la ciudad. Luego de eso, decidimos salir para darles a todos la noticia.
Ross me dijo que todos nos estarían esperando en el restaurante del hotel para cenar así que bajamos y sí, ahí estaban los demás.
Ross y yo llegamos tomados de la mano, lo que de inmediato los hizo a todos darse cuenta de que ya éramos novios.
—Dales la noticia tú — me susurró Ross cuando llegamos con lo demás.
—Chicos, creo que es algo obvio pero igual me gustaría informarles que Ross y yo ya somos novios— dije para luego besar la mejilla de Ross.
Todos nos aplaudieron y felicitaron.
—Por fin — exclamó Rydel — ambos se morían de amor por el otro, ya era hora.
(...)
Hoy volvíamos a L.A. y Andrea nos acompañó al aeropuerto para despedirnos. Tal como lo dijo Ross, era un viaje corto solo para dar el concierto y al día siguiente ya estábamos de regreso.
Habíamos llegado a casa de los Lynch hace una media hora, estábamos en el living comiendo un poco de la pizza que los chicos habían ordenado pues acabábamos de llegar y estábamos hambrientos y cansados, cocinar no era una opción.
—Chicos les tengo una sorpresa, papá y mamá me llamaron y dijeron que llegarán muy pronto, ya están en la ciudad— dijo Rydel emocionada.
Si había notado que los padres de Ross nunca estaban en casa pero nunca pregunté por qué pues prefería no incomodar, no sabía si a ellos podía molestarles hablar de eso.
—Rydel ¿dónde están sus padres?— le pregunté finalmente.
—Mis padres se fueron a Colorado por casi un año— respondió ella.
Tan solo unos minutos después se escuchó un auto estacionarse frente a la casa y todos se levantaron de sus lugares y salieron, habían llegado sus padres.
Yo estaba algo nerviosa pero aún así, me levanté y seguí a Ross.
—Hola chicos— dijo la madre de Ross mientras bajaba del auto.
—¡Mamá!— dijo Rydel mientas corría a abrazarla.
Todos los chicos corrieron hacia sus padres para saludarlos y abrazarlos. Yo no sabía que hacer, no podía creer que ya conocería a los padres de Ross, era demasiado pronto.
—¿Te molesta si te los presento?— dijo Ross llegando a mi lado una vez que terminó de saludarlos.
—No, vamos.
Llegamos hasta sus padres y Ross comenzó a hablar
—Papá, mamá, ¿Recuerdan a la chica de la que tanto les hablé? _____, nuestra vecina— les dijo Ross a sus padres y ellos asintieron— bueno, quiero presentárselas cómo oficialmente mi novia, ayer después del concierto se lo pedí— les contó Ross con una sonrisa.
¿Así que Ross les había hablado de mí? ¿Qué les habrá dicho?
—Mucho gusto, aunque ya me presentó Ross, también quiero hacerlo yo. Soy ______ Miller, novia de Ross — les dije con una sonrisa.
—El gusto es nuestro, yo soy Stormie, la madre de Ross. Eres muy linda, Ross no exageraba cuando dijo que eras la más preciosa— me sonroje ante el comentario de la madre de Ross.
—Sí, que linda novia tienes Ross. Yo soy el padre de Ross, Mark— se presentó también.
—Muchas gracias. Vivo en la casa de a lado, si necesitan algo con gusto pueden decirme— les dije y asintieron— ¿Me disculpan? También acabamos de llegar y debo ir a dejar mis cosas a casa.
—Ve tranquila, nena— me dijo amablemente la madre de Ross.
—Ross, ¿me acompañas?— le pregunté.
—Claro— dijo y tomó mi maleta para ir a mi casa.
Llegamos a la casa y le dije a Ross que era mejor que hoy no estuviéramos juntos todo el día, así él pasaría más tiempo con sus padres que no había visto en mucho tiempo, así que me preparé la cena e invité a Laura a cenar y a dormir a mi casa pues desde la noche de ayer ella me había dicho que quería verme para felicitarme y charlar un poco.
Laura y yo nos habíamos hecho más cercanas y nos llevábamos muy bien, a pesar de que ella era ex novia de Ross. Laura me confesó que tuvieron una relación algunos meses pero que se dieron cuenta de que simplemente congeniaban mejor como amigos así que decidieron quedarse así y se llevan muy bien.
—Rydel me contó la noticia, felicidades. Ya era hora— dijo Laura cuando llegó a mi casa.
Sabía que se refería a que por fin era novia de Ross.
—Muchas gracias, todo fue muy lindo.
—Tienes que contarmelo todo.
Después de contarle vimos una película y después fuimos a dormir, tenía 3 habitaciones de sobra así que Laura estaba muy cómoda teniendo una habitación para ella sola.
Al día siguiente me desperte a las 8:30 am, me duché y me vestí.
Después despertó Laura.
—Buenos días _______— me dijo Laura entrando a la cocina donde me encontraba yo preparando el desayuno.
—Buenos días Laura— le dije con una sonrisa.
Laura se ofreció a ayudarme y preparamos el desayuno juntas, en ese momento llamaron a la puerta, abrí y era Ross.
—¿Cómo está la chica más linda del mundo?— me preguntó.
—Bien, estaba preparando el desayuno— respondí.
—Hola Ross, buenos días— dijo Laura desde la cocina.
—Oh, hola Laura— dijo Ross— bueno, las dejo pues sólo venía a decirte que hoy saldré con mis padres y no podré estar contigo, aún no se a que hora volveré— me informó.
—Bueno, está bien ya que no los habías visto en mucho tiempo. Pasatela bien— respondí.
—Gracias, ya me esperan en el auto así que debo irme — dijo y me dio un corto y tierno beso para después irse.
—Awww son tan tiernos— exclamó Laura cuando entré de nuevo.
Cuando ya estaba listo el desayuno comenzamos a comer y de repente tocaron el timbre de nuevo, se me hacía raro pues no esperaba a nadie pero aún así decidí ver quién era. Me llevé una gran sorpresa cuando abrí esa puerta...