Capítulo 2

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Ross

Entré a casa y allí estaba Rydel, justo en el living acomodando algunas cosas de la mudanza.

Me acerqué a ver que hacía, estaba sacando los cuadros de fotografías familiares de las cajas y los acomodaba en el enorme mueble que acababan de meter los chicos de la mudanza a la casa, sonreí las ver las fotos y recordar los días en que fueron tomadas cada una de ellas.

—Te vi hablando con esa chica— dijo en cuanto me vio entrar.

Sabía que era lo primero que iba a decirme.

—¿Hablas de la vecina? — pregunté y asintió.

—Parecía como si ya se conocieran. ¿Hay algo que quieras contarle a tu hermana favorita? — preguntó mi curiosa hermana mientras levantaba las cejas intentando sacarme información sobre quién era ella.

—Eres mi única hermana— reí — La conocí hoy, justo antes de llegar a este vecindario.

Expliqué esperando que fuera suficiente aunque sabía que no funcionaría, Rydel quería detalles, solo asintió.

—¿Cómo se conocieron? — preguntó mirándome con intriga y dejando los cuadros de lado para prestarme toda la atención posible.

Suspiré, no quería recordar como había pasado todo, pero no tenía salida ahora.

—Venía en la patineta de regreso de casa de Calum y justo cuando venía por la esquina estaba ella allí, parada en medio de la banqueta. No la había visto pues justo iba recién a dar la vuelta por esa calle, estaba parada ahí al inicio de la calle a la que di la vuelta y no me detuve a tiempo, choqué con ella, ella cayó y su teléfono salió volando, prácticamente se rompió— suspiré.

Mi hermana contuvo una risa y yo solo negué con la cabeza indicándole que no era gracioso.

—Nuestro primer día aquí y ya le debes un celular a la vecina— bromeó aunque técnicamente era verdad.

Yo no lo encontraba para nada gracioso.

—No fue mi culpa— excusé— Rocky me llamó diciendo que ya venían para acá y al final me perdí. Debí venirme con ustedes en lugar de ir a casa de Calum.

—Que eso te sirva de lección para que aprendas a hacerme caso, hermanito— despeinó mi cabello— Como sea, la chica se veía bastante amigable. Creo que iré a saludarla más tarde, tal vez podamos ser amigas— dijo mientras subía las escaleras con otra caja en sus manos, rumbo a su habitación.

Mi hermana era la única chica en la familia y claro que era difícil para ella serlo. A veces nos preguntaba a nosotros que vestido era más lindo o de que color debería pintarse las uñas, solo éramos cuatro tontos chicos que no sabían de moda y obviamente nunca le gustaban nuestras respuestas pero era lo que había y debía conformarse con eso.
Es por eso que le entusiasmaba tanto a Rydel el conocer amigas nuevas, necesitaba más chicas en su vida.

Tomé algunas de las cajas que eran mías e igualmente, me dirigí a mi habitación.
Al llegar, me tomé una foto con las cajas en las manos, foto que después subí a mi historia con la leyenda "las mudanzas no son mi cosa favorita".

Dejé el teléfono de lado y comencé a desempacar lo poco que podía, pues aún faltaba que los chicos del camión de mudanzas bajaran algunos muebles y mi habitación estaba vacía. Solo habían unas pequeñas repisas en la pared y el clóset.

Me había quedado pensando en ______, curiosamente ahora seríamos vecinos.
Sonreí ante la bonita coincidencia.

Ella se me hacía una chica bastante linda en todos los aspectos y la forma en la que nos conocimos no era la mejor, así que sin duda alguna tenía que pensar en una forma de acercarme a ella y esta vez, sin romper su teléfono.

Más Que Amigos (Ross Lynch ) /Terminada/ (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora