- Me voy a sentar aquí y no quiero que estés encima de mi o mis cosas, ¿entendido?.- Por supuesto que después de todo su teatrito se fue a sentar al único asiento disponible que era en mi escritorio. No le contesté nada y solamente me recorrí como si su tocar me quemará. Si lo que quería un club de bienvenida, se equivocó de lugar.
(...)
- Gracias por esta clase chicos. Vamos a salir todos en orden para el evento de bienvenida de la rectora.- La segunda clase se me había ido volando, entre que le contaba a Alice todo lo que había pasado y lo odiaba en silencio, se me había ido el tiempo.
Mientras todos empezaron a salir, por un momento me quedé parado enviando un mensaje y el muy idiota me empujo con el hombro, lo que hizo que se me cayera el celular. Escuché su burlona risa mientras recogía el celular.
-...idiota.- Murmuré.
-¿Algo que decir?.- El tipo podrá ser una mierda de persona, puede ser un engreído, un idiota, pero sus ojos eran otra cosa. Me perdí por completo en su mirada, era una combinación de verde con miel que jamás había visto.- Eso creí.- No pude decir nada más y el solo se dio la media vuelta y salió del salón.
-Sam, ¿estás bien?.-
- Si, no importa.- Revisé que mi celular estuviera bien y di un buen respiro. Aún seguía un poco atrapado en la mirada de Alexander.
- Vámonos, hay que ir al auditorio.-
- Oh si, vamos.- Dije y nos encaminamos al auditorio. Max y yo llevábamos un buen rato de ser amigos. Al principio fue un poco difícil que se abriera mi pero ya que había agarrado confianza nos habíamos hecho casi tan unidos como Alice y yo. Nos podíamos pasar horas hablando de cualquier cosa sin cansarnos, pero de un tiempo para acá todo había cambiado. Max había vuelto a su fase "tímida", al menos conmigo ya que con Alice todo seguía igual entre ellos.
- ¿Oye Sam te puedo decir algo?- Dijo Max mirando hacia el suelo.
- Sí, ¿qué pasa?-
- Solo... me encanta que nos haya tocado juntos. Tenía el presentimiento de que no iba a ser un buen semestre pero me hiciste cambiar de opinión.- Max siempre tenía las palabras perfectas para sacarte una sonrisa. Era un gran amigo. Aún no entendía como siendo tan buen partido no conseguía una novia.
Toda la Academia estaba reunida para la asamblea. Se supone que teníamos que sentar por nuestros salones pero nadie nunca hacía caso de esa regla y cada quien aprovechaba para sentarse con quien se le antoja, por supuesto que Max, siendo el niño alumno estrella que es, si seguía las reglas y se fue directo a sentar al área de nuestra clase. Yo me había quedado en las últimas filas del auditorio, Alice y yo siempre nos sentábamos en el mismo lugar para poder salir cuando se pusiera aburrida la situación o platicar sin que ningún maestro nos dijera nada.
"Alice ya estoy en nuestro lugar de siempre, ontas :p?"
Era el quinto mensaje, era más que obvio que no iba a aparecer así que decidí sentarme solo en el fondo. Al menos así nadie me podía molestar mientras veía el celular. Quien si me sorprendió con su presencia fue Alexander, que a pesar de que toda la última fila estaba vacía se había ido a sentar junto a mi. No le iba a dar más atención de la que ya había tenido en el salón así que por primera vez en tres años hice lo que nunca creí hacer, le puse atención a la estúpida asamblea de bienvenida.
La directora nos dio el mismo discurso de todos los años, donde nos deseaba suerte y compromiso y blah, blah, blah. Mencionó la llegada de una maestra de Japón para la clase de Aritmética, que fue lo único gracioso de toda la ceremonia, el ver como casi se le salían los pechos al depravado del profesor de química con la maestra nueva.
- Ya para terminar y no entretenerlos más tiempo, les informo que este año la Academia cuenta con un nuevo sistema de seguridad que consta en nuevas cámaras de video en los pasillos y entradas principales de los edificios, guardias en cada entrada y salida así como en los baños, todos y cada uno de ellos armado para evitar cualquier tipo de incidente. Quiero aclarar que esto es solo por precaución, no nos gustaría algún tipo de incidente en este nuevo periodo de estudio.- A todos en la asamblea nos había tomado por sorpresa lo que decía la rectora. Vaya, hemos tenido un par de peleas e incluso robos de celulares, pero nada que llegue a estas medidas de seguridad.
Pude notar que algunos maestros estaban igual de sorprendidos que los estudiantes, pero me di cuenta de dos maestras susurrando y volteando "sigilosamente" hacía mi dirección. Una de las maestras era Nancy que claramente se veía muy preocupada. No entendía nada. ¿Por que me estaban viendo de esa manera? ¿Que pude haber hecho para que piensen que tengo que ver con esto? Pero entonces una risa grave tétrica y rasposa rompió el silencio. Fue entonces que recordé, que no estaba solo, y que me di cuenta que no era a mi a quien las maestras veían con miedo. Estaban viendo a Alexander. Pero eso aún no me respondía alguna de mis dudas. ¿Por qué se veían tan espantadas? ¿Qué tenía que ver Alexander en todo esto?
Finalmente paró de reír y lentamente se acerco a mi oreja. Sentía como su respiración viajaba desde mi cuello hasta mi cabeza, su olor de tabaco y loción me inundó por completo. No me podía mover o decir algo, fue entonces que me dijo con la voz más ronca posible:
- Yo soy el incidente que no quieren que ocurra.- Tardé un segundo en procesar a lo que se refería y entonces fue que recordé lo que mi mamá me había dicho antes de venir. "Alguien peligroso" "Viene de un reformatorio" Ella se refería a él. Intenté no demostrarle miedo y lo volteé a ver buscando una respuesta menos tétrica pero el ya estaba con la mirada hacia delante, orgulloso de todo el miedo y conmoción que había logrado.
(...)
Dos meses más tarde todos en la Academia se habían intentado acostumbrar a la presencia de Alexander, pero claro a mi me costó mucho más. Quise demostrarle que su jueguito de aterrorizar a todos no funcionaba conmigo y solo me enfoque a ignorarlo.
- Se me pasó súper rápido el día- Dijo Max mientras me esperaba en la puerta del salón. Ahora que Alice estaba en otra clase, Max y yo nos habíamos hecho más cercanos que antes y a pesar de que me la pasaba muy bien junto a él, había días en los que solo esperaba que dieran las 4:30 para poder platicar con Alice en lo que nuestros choferes llegaban por nosotros.
- Si, creo que extraño un poco los primeros días de clase, donde no me tenía que preocupar por sacar la derivada o cosas por el estilo.- Después de guardar mis cosas iba a ir a ver a Alice a su entrenamiento, pero de último momento me dijo tenían una emergencia en el representativo de voleibol y no me iba a poder ver así que decidí irme un rato a casa de Max para adelantar la tarea.
Saliendo del edificio pude ver que cerca del área de fumar estaban Alexander y su bola de amigos, que no era nada más que los idiotas del equipo de soccer y alguno que otro idiota que también se creía superior a los demás. Igual que siempre solo teníamos que ignorarlos y seguir nuestro camino, pero Alexander nos tapó el paso.
- Están de suerte. Hoy hay fiesta en mi casa y como estoy de buen humor están invitados.- Dijo burlón y nos extendió un papel muy arrugado que tenía su nombre y una dirección.
- No gracias. Ya tenemos planes.- Dije desinteresado devolviéndole su papel.- Y suenan más interesante que ir a lo que sea que sea esto, pero gracias.-
- ¿Tenemos planes?- Por supuesto que Max no había entendido la mentira y lo tenía que arruinar.
- Así es, vamos a ir al cine y luego a otra fiesta. - Y fue entonces que volví a encontrarme con su mirada. La primera vez no supe que había causado en mí, pero esta vez estaba casi seguro que eran "mariposas". No sabía con exactitud por que, pero algo causaba en mí.
- Como quieran, me importa una mierda o no si van, si se desocupan de sus planes tan "cool" pueden ir, es en mi casa.- Se alejó y al llegar con sus amigos empezó a hablar como si no hubiera pasado nada.
Llegando a casa de Max, mi celular empezó a sonar como loco por los miles de mensajes de Alice disculpándose por no haberse podido quedar conmigo hoy, cosa a la cual ya me estaba acostumbrando. Siempre era una excusa diferente, un problema, una emergencia o algo por el estilo, y aunque se que los dos tenemos cosas que hacer a veces era un poco cansado buscarla sabiendo perfectamente bien que me iba a ignorar. Me tiré en la cama de Max exhausto de todo. En tan solo dos meses me había pasado de todo, me estaba yendo del asco en una materia, cada día me distanciaba un poco más de mi mejor amiga y ahora siento "mariposas" cuando el tipo que viene de un reformatorio me ve. A pesar de que nunca he tenido una relación seria o un tipo de niño el cual me gusté, jamás esperé que me gustará alguien como Alexander. ¿Me gusta Alexander? Hace un par de meses estaba aterrado por que me hiciera algo, ¿y ahora tengo ganas de ir a su casa?
-Y ¿que película vamos a ver?- Dijo Max sacándome de mi mente. Se me había olvidado por completo lo que había dicho con Alexander, pero me sorprende que Max no se haya dado cuenta que todo era una excusa para hacer enojar a Alexander.
- La verdad no creo que tenga ánimos para ir al cine. Estoy muy cansado, el día fue desastroso, tengo mucha tarea de Física que terminar y otras materias de las que no entiendo nada. No se me antoja nada-
- ¿O prefieres ir a la fiesta de Alexander, a bailar y tomar mucho alcohol ilegal y juntarnos con los matones amigos de Alexander? Jajaja.- Sabía muy bien que Max solo hablaba de broma, pero si la vida te da limones, haz limonada.
- Pues no suena mal y si tanto insistes, acepto. ¿Pasas por mi a las nueve?.- Max estaba estático, se veía que estaba muy confundido. Yo empecé a guardar mis cosas rápido y me dispuse a irme para prepararme para más al rato.
- ¿Vale? Supongo que nos vemos al rato- Yo solo le sonreí y me fui dispuesto a lo que fuera que fuera a pasar en la fiesta.