Era una linda mañana en Bogotá, las aves cantaban mientras el sol se asomaba a lo lejos y los rayos se reflejaban en la ventana de la habitación de Daniela Calle, quién acostumbraba a dormir hasta que su mucama la despertara todas las mañanas, Calle era una chica de 16 años con una estatura de 1,68m, sus ojos eran marrón al igual que su cabello, su piel estaba tan hidratada que había tomado un brillo precioso, y su cutis era perfecto, cada mañana tenía su rutina antes de ir al colegio, sin embargo ahora dedicaba más tiempo a su rutina debido a que ya no asistía.
—Buenos días señorita —Dijo la mucama de Calle mientras entraba a la habitación y abría las cortinas de su ventana, dejando pasar a la luz del sol, el cual pegaba ahora en la cara de Calle -Es hora de levantarse —Añadió la mujer y luego se retiró
—Buenos días —Dijo Calle con su voz ronca sin siquiera haber abierto sus ojos, luego procedió a estirarse y a beber un vaso con agua que estaba en su buró, Calle era muy estricta y cuadriculada cuando de su físico se trataba, además corría con la suerte de que todo lo que necesitaba lo conseguía. Calle se dirigió a su baño, lavó su cara, se bañó, lavó sus dientes y se preparó para ir al gimnasio, el cuál por supuesto no podía faltar en su muy lujosa casa.
—Buenos días ratoncito —Dijo su padre desde la azotea —Como amaneciste? —
—Hola Pa —Respondió Daniela antes de dirigirse hacia su padre para darle un abrazo de buenos días —Hola Sofi —Dijo Calle a la novia de su papá que también se encontraba tomando el sol
—Melissa me preguntó que querías para el menú de hoy —Preguntó Germán a Calle quién organizaba una fiesta en la noche con los amigos de su colegio al cual ya no asistía
—Dile que le daré la lista cuando termine los ejercicios —Dijo Daniela a su padre mientras le daba un sorbo a su botella con agua y se dirigía al gimnasio, en el cuál pasó una hora y media antes de ir a ducharse de nuevo para llegar a la azotea más tarde.
—Creo que hoy no va a llover, Daniela —Dijo Iván, el asistente de su padre a Calle.
—Espero que no, Iván —Respondió Calle mientras miraba la ciudad desde donde estaba, su casa se prestaba para observar todo lo que pasaba en Bogotá, en la azotea se tenía una vista increíble y Calle amaba observar todo lo que pasaba, especialmente amaba cuando había atardeceres de esos anaranjados y cuando era de noche porque se veía la ciudad muy iluminada.
—A que hora llegan tus amigos? —Preguntó Iván curioso, tratando de hacer conversación con la chica, ya que no se llevaban de la mejor manera, Calle tenía cierto rencor hacia él, y él siempre le llevaba la contraria a Calle.
—Pronto —Respondió Calle con un tono frío el cual acostumbraba a usar cuando se trataba de Iván.
—¿Todos vienen en auto, cierto? —Preguntó el asistente de su padre, mientras Calle rodaba sus ojos.
—¿Qué sermón me vas a dar ahora? —Dijo Calle como un intento para que Iván se callara o se fuera, porque no quería escucharlo ni mucho menos hablar con él.
—Deberías tener auto ya —Respondió el hombre
—Deberías dejar de darme ordenes como si fueras mi padre, pero no pasa —Contestó enojada Calle sabiendo hacia donde se dirigía Iván con sus palabras.
—Tu padre te ofreció uno —Dijo Iván con una media sonrisa —Deberías aprovechar la oferta —
—Yo no puedo esperar al día en que mi padre te despida —Añadió Calle enojada —Tú no me das ordenes Iván —Decía Calle mientras con cada paso iba acorralando a Iván contra el balcón— Puede que mi padre deposite toda su confianza en ti, pero yo no estoy de acuerdo en que andes por toda la casa vigilando todo lo que pasa alrededor y ganando dinero por eso, odio que mi padre te pague por vigilarme —Añadió y la espalda de Iván había chocado contra el pequeño balcón.
—Yo amo ser pagado por eso, Dani —Dijo Iván haciendo enfurecer más a Calle, y provocando que la chica se dirigiera a su habitación enojada.
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Poché había ido de compras con su hermana y su padre todo el día, habían dejado su casa desde la mañana para dirigirse a comprar ropa, Poché también había aprovechado para hacerse el tatuaje que tanto quería hacerse desde que su madre había muerto, el cuál era la palabra "mamá" con letra de su propia madre, su padre al principio no parecía muy contento con la idea de ver a su hija tatuada, sin embargo, sabía la intención con la que se hacía el tatuaje y por eso le dio permiso. La familia se dirigía a su casa de vuelta después de un largo viaje de compras.
—¿Quién tiene la llave? —Preguntó Juan Carlos a sus hijas antes de llegar a la puerta de su casa
—Yo no la tengo —Respondió Valentina a su padre tratando de buscarla en sus jeans
—Yo tampoco —Dijo Poché, la cuál apenas se veía debido al montón de bolsas que la tapaban por ser tan pequeña
—Ya las encontré, tranquilidad pueblo —Dijo Juan Carlos antes de abrir la puerta de la casa
—¡Hogar dulce hogar! —Exclamó Poché en voz alta antes de lanzarse al sofá y estirar sus pies.
—¿Me ayudas con mis bolsas? —Preguntó Valentina a su padre mientras Poché recibía una llamada por teléfono.
—¡Hola, perdida! —Se trataba de Mario al otro lado del teléfono
—Hola Mario —Respondió Poché mientras se dirigía a su habitación, cerrando la puerta detrás suyo —¿Cómo estás hoy? —
—Estoy bien Pochas, un poco cansado por el entrenamiento de la mañana, pero estoy bien ¿y tú? —Preguntó Mario Ruiz desde Medellín.
—Hoy fui de compras, de hecho, vengo llegando —Respondió Poché enseñándole las bolsas con compras a su mejor amigo.
—¿Que hora es por allá? —Preguntó Mario a Poché.
—Sabes que tenemos la misma zona horaria —Respondió la chica con todo burlón.
—Entonces son las cuatro de la tarde —Respondió Mario con una sonrisa en su rostro
—Sip —Dijo Poché utilizando el mismo gesto.
—Oye mira.... —La señal de Mario se había ido y la llamada había sido cortada
—¿Qué miro? —Se dijo Poché a si misma con una risa. Poché salió de su habitación hacia el comedor de su casa.
—Quiero ver tu blusa puesta —Le dijo Valentina a su hermana mayor
—Ahorita bebé —Respondió Poché
—Y... ¿Qué cuenta Mario? —Preguntó Juan Carlos con una sonrisa, Juan Carlos amaba a Mario también, siempre decía que esperaba que Mario y Poché fueran más que amigos.
—Nada —Respondió Poché a su padre —Literalmente se le cortó la llamada —
—Extraño a ese muchacho —Dijo Juan Carlos con una sonrisa que Poché interpretó
—Somos dos —Añadió Poché sonriendo también.
—Somos tres, familia —Dijo Valentina lo cuál causó gracia a Poché y a Juan Carlos
—Se me ocurre algo, ¿por qué no invitas a Mario para que venga un día de estos y hacemos algo lindo? —Propuso Juan Carlos a su hija mayor que ahora estaba con una sonrisa de oreja a oreja
—Me parece perfecto, Pa —Dijo Poché con ánimo -Pero ya le he insistido mucho, y su madre no está muy de acuerdo en que viaje tan lejos solo —
—No tiene que venir solo, Poché —Añadió su padre con otra sonrisa —Puedes decirle a su familia que también venga, y también puedes decirles a tus otros amigos de Medellín —
—Eso voy a hacer —Dijo Poché sonriente —Gracias Pa —Dijo la chica mayor antes de que su teléfono celular se iluminara con una llamada desconocida, la cuál Poché contestó con muchos ánimos pensando que se trataba de Mario otra vez.
—¿Ahora si puedes hablar? ¿O me vas a cortar de nuevo? —Dijo Poché al teléfono como una broma para su amigo.
—Hola Poché —Dijo la voz de un hombre que Poché no sabía quién era, de lo único que estaba segura es que no era Mario.
—¿Hola? —Dijo Poché confundida —¿Con quién hablo? —
—¿Acaso ya no reconoces mi voz? —Dijo el hombre haciendo a Poché dudar de todo —Soy Germán Calle, Poché —Se rio el hombre, Poché tragó en seco.
—Ah, hola Germán ¿Qué tal? —Respondió Poché con asombro, algo de vergüenza y se preguntaba que hacía Germán Calle llamándola a su numero de celular, no comprendía de donde lo había conseguido —Perdón, no lo reconocí —
—No te preocupes Poché, está bien —Dijo Germán del otro lado del teléfono —Mira, te llamo para lo siguiente —Añadió el hombre mientras Poché se preguntaba que sería lo que el hombre le iba a proponer, era extraño todo en ese momento —Mi hija Daniela está planeando una fiesta para esta noche, nada formal, un par de amigos celebrando nada en especial —Continuaba diciendo Germán, y Poché no sabía hacia donde se dirigía con esas palabras —Sería un placer si tu nos acompañaras esta noche, estoy seguro que a Dani le encantaría verte ahí —
—¿Me está invitando? —Preguntó Poché a algo que era obvio.
—Si, Poché, te estoy invitando a que vengas, obvio si tú quieres —Respondió Germán y Poché no sabía que decir ni que responder, primero porque la llamada la había tomado por sorpresa y segundo porque no era una chica de ir a fiestas, de hecho, prefería mil veces quedarse en casa pintando, dibujando o haciendo algo más productivo.
—No... No lo sé, tal vez —Dijo Poché con nerviosismo —Si, tal vez llegue —
—Bueno, espero que lo hagas, te vamos a estar esperando Poché —Dijo Germán haciendo dudar a Poché de muchas cosas —Nos vemos, adiós —Añadió el hombre antes de colgar el teléfono
—¿Y....? ¿Quién era? —Preguntó Valentina a su hermana mayor que estaba mirando a su teléfono fijamente
—Germán Calle —Respondió la hermana mayor a su hermana menor que estaba sentada en el sofá junto a su padre
—¿Para qué te llamaba Germán? —Preguntó Juan Carlos extrañado de la situación
—Me invitó a una fiesta en su casa que organiza Daniela Calle—Respondió Poché aún mirando a su teléfono celular mientras su padre se ponía en pie.
—¿Vas a ir? —Dijo Juan Carlos a Poché con intriga en su pregunta.
—No creo —Respondió la chica con duda en su voz —No me gustan mucho las fiestas, además no tengo el outfit para ir ni... —
—Si tienes el outfit para ir —Interrumpió Valentina a su hermana mayor Está en esas bolsas que compramos hoy en la mañana —
—Nada de eso se presta para una fiesta —Dijo Poché a su hermanita que se levantó a buscar entre las bolsas algo para Poché —No Vale, no me desordenes la ropa —
—Mira este vestido tan lindo Poché —Respondió Valentina mientras mostraba el vestido liso que Poché se había comprado un par de horas atrás.
—Poché, tienes que ir a esa fiesta —Insistió Juan Carlos a su hija mayor —Esta es una gran oportunidad para que te reencuentres con tus antiguos amigos —
—Seguramente van a ir todos tus ex compañeros de MISI —Dijo Valentina con una ceja arriba haciendo muecas.
—No me interesa saber sobre mis antiguos compañeros en MISI —Respondió Poché a su familia—Ellos no eran ni siquiera mis amigos —
—Claro que eran tus amigos, muchos iban a la casa cuando vivíamos con tu madre —Dijo Juan Carlos con determinación.
—¡Claro que no! —Respondió Poché frunciendo el ceño
—¡Claro que si! —Dijo Valentina a su hermana, insistiendo en lo que pensaba.
—Tú ni siquiera habías nacido Vale —Respondió Poché riendo
—Pero si eras amiga de ellos, tú me lo has contado —Respondió Valentina riendo
—No eran mis amigos, y si los llevaba a la casa era por asuntos de obras de teatro o musicales o lo que sea... pero no eran mis amigos —Aclaró Poché a su familia.
—No importa si eran o no tus amigos, deberías ir Poché —Dijo su padre alentándola a explorar y experimentar algo nuevo que Poché sabía que podría cambiarle la vida en Bogotá
—No lo sé —Dijo Poché aún con dudas.
—Si, Poché, deberías ir —Dijo su hermanita aún haciendo muecas que le causaban mucha gracia a Poché, en ese mismo instante Poché recibió otra llamada a su celular
—¡Hola Pochas! Perdón, pero la llamada se me cortó —Dijo Mario del otro lado de la línea
—Ughh ahora no Mario, bye —Dijo Poché antes de colgar la llamada y mirar a su hermana y a su padre que la miraban esperando una respuesta concreta
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En la casa de Calle se daban las mejores fiestas, los vecinos ni siquiera se quejaban del ruido, porque secretamente esperaban que la familia los invitara. Una de las muchas razones del porqué Calle era tan popular era por sus increíbles fiestas en su increíble casa, todos amaban ser amigos de Calle para que algún día ella los invitara a su casa a celebrar algo. Toda la tarde las personas que trabajaban en la casa de los Calle se dedicaron a decorar, cocinar y preparar las cosas para la fiesta, literalmente Calle les daba un tema y ellos seguían las instrucciones de la chica, y de alguna manera siempre resultaba perfectas.
—Entonces yo le dije que no me comprara el Prada, primero porque casi que todo el mundo ya lo tenía y segundo porque...—Hablaba Paula, mejor amiga de Calle mientras la fiesta estaba en su máximo esplendor de la diversión, Paula siempre ha sido amiga de Calle, sin embargo, no fue hasta ese mismo año en que se hicieron tan cercanas la una a la otra. Paula era de una familia con mucho dinero también, no tanto como los Calle, pero si tenían su legado, además Paula era muy buena con el maquillaje y la moda, era todo lo que complementaba a Daniela.
—Oigan, algún día ustedes van a ser mis novias —Decía Johann, un buen amigo de Calle
—Y algún día tu vas a dejar de tomar guaro —Respondió Calle haciendo a Paula reír
—Te ves tan tarado Johann —Respondió Paula antes de besar al chico en la mejilla y reír
—¡Guapaaaaaas!—Gritaba otro amigo de Calle a lo lejos
—¿Y bien? ¿Quién invitó a los monos? —Preguntó Mariana, otra de las mejores amigas de Calle mientras se acercaba a donde estaban las chicas.
—Recuérdame nunca más hacerlo —Respondió Calle y todas rieron antes de darle un sorbo a su bebida —¿Les gusta la fiesta? —Preguntó Daniela a sus amigas
—Ay si obvio gomi, ¿Qué no ves a todo el mundo? —Respondió Mariana a su amiga
—Calle solo hace la pregunta como una formalidad, o sea, ella sabe que siempre la da con las fiestas —Dijo Paula guiñando el ojo a Mariana.
—Ay, yo solo pregunto —Dijo Daniela con una sonrisa aún bebiendo de su vaso
—Oigan, ¿quién es esa? —Preguntó Matty otro de los muchos amigos de Calle que estaba en la fiesta
—Ay no es posible —Dijo Calle antes de darle el vaso a Paula y retirarse de donde estaba para ir a buscar a su papá
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Poché había llegado a la casa de los Calle, después de una larga charla con su familia, había tomado un Uber que la había dejado en la dirección incorrecta así que tuvo que caminar tres cuadras para llegar a donde estaba.
—Hola, ¿te conozco? —Preguntó Johann el amigo ebrio de Calle —Porque estás muy bonita —
—Eh, yo... —Trató de decir Poché, pero se vio interrumpida por Johann otra vez
—Yo se que te pongo nerviosa, solo tranquilízate amor —Respondió el chico incomodando a Poché.
—Estás ebrio —Respondió Poché mirando a Johann
—Y tú estás preciosa —Dijo Johann acercándose más a Poché
—No gracias —Dijo la chica alejando al amigo de Calle
—Suficiente vaquero —Interrumpió otro chico que venía con su amigo -Ya está bueno Johann, por allá te llaman —Dijo el chico el cuál Poché no conocía y Johann se marchó —Disculpa nuestro amigo, siempre se pone así de ebrio, pero te aseguro que cuando está sobrio es mejor jaja —
—Jajaja —Rio Poché con nerviosismo
—Mucho gusto, soy Sebastián —Dijo el chico sonriéndole a Poché
—Y yo soy Matty —Dijo el otro chico quien parecía ser su amigo
—Soy María José —Respondió Poché con una sonrisa
—No te preocupes María José, no estoy tratando de ligarte, —Rio —yo tengo novia, solo estaba tratando de ayudarte con Johann —Admitió Sebastián muy sonriente
—Gracias Sebastián —Respondió Poché
—Eres amiga de Calle? —Preguntó Matty mientras daba un sorbo a su bebida.
—Mmmm no precisamente —Respondió la chica con timidez y seguridad al mismo tiempo. Eso era algo muy extraño en Poché, a veces era la persona más segura en el universo, con una actitud muy fuerte pero muchas veces era tímida y nerviosa o simplemente combinaba esas dos cosas —Soy amiga de su padre —
—Ah eres amiga de Germán —Dijo Sebastián, quién no parecía dejar de sonreír nunca
—Si, algo así —Respondió Poché para luego mirar a todas las personas a su alrededor
—Bueno María José, si no tienes con quién hablar o así, Pues puedes buscarnos vamos a estar por acá con unos amigos —Dijo Sebastián y Poché no evitó sonreír
—De acuerdo, gracias —Dijo la chica antes de que Sebastián y Matty se retiraran
—¿María José "Poché" Garzón?—Preguntó otro chico que se acercó a Poché y que al parecer ya la conocía.
—¿Alejo?—Preguntó Poché antes de lanzarse a los brazos del chico —¿Cómo estás? ¡Hey! tanto tiempo sin vernos —
—Mírate que grande queestás Poché —Dijo Alejo y ambos rieron porque sabían que Poché aún estaba del mismo tamaño.
—Oye, ¿Qué haces aquí? —Preguntó Poché confundida —Pensé que te habías ido para Panamá —
—Si, regresé hace un año y me reencontré con esta gente —Respondió Alejo señalando a la "gente"
—¡Cool! —Dijo Poché sonriendo—Te he extrañado Alejo, literalmente eras como el único amigo que tenía en MISI —
—Aww —Dijo Alejo ante el comentario de Poché —Oye, ¿tomas? —Preguntó el chico y Poché no sabía que responder, porque no le gustaba tomar alcohol —¿O aún sigues siendo anticuada como antes jaja? —Se burló a lo que era una realidad
—Algo así —Respondió Poché mirando hacia abajo con pena.
—¿Té de limón o Pepsi? —Preguntó Alejo, sabiendo lo que era Poché
—Jajaja tráeme Pepsi —Respondió Poché con mucha risa. Mientras esperaba su bebida pudo notar a sus antiguos compañeros de MISI, no todos, pero habían muchos de ellos en la fiesta; después de unos segundos pudo ver a Calle acercándose a la pista de baile con una expresión molesta en su cara, Poché quiso ir a saludarla y agradecerle la invitación así que se dirigió hacia ella en medio de la multitud de jóvenes ebrios bailando al ritmo de la música que sonaba el DJ
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*Unos minutos antes*
—Dime que es una broma —Dijo Calle a su padre quién se encontraba en su oficina leyendo un papeleo
—Hola bebe, ¿cómo está la fiesta? —Preguntó Germán ignorando el comentario de su hija quien recién entraba tirando su puerta.
—Dime que es una broma papá —Volvió a decir Calle a su padre, muy enojada
—No tiene amigos Dani —Respondió Germán, sabiendo a quién se refería Calle con su comentario.
—A mí no me interesa si tiene o no tiene amigos papá, esta es mi fiesta y yo no la invité —Dijo Daniela muy alterada
—Has estado bebiendo —Respondió Germán mirando fijamente a Calle
—Papá tu no tienes derecho a invitar a la gente a mi fiesta, menos a la gente con la que no me llevo —Decía Calle con una mano en su frente tratando de tomar aire
—El otro día las vi conversando amablemente en el campo margarita, Calle —Admitió Germán mientras servía un poco de agua y se la pasaba a su hija
—Eso fue porque tu me obligaste a hablarle —Dijo Daniela mientras tomaba agua —De saber que ibas a tomar todo tan a pecho no le hubiera dicho nada —
—Daniela eres demasiado dramática —Comentó su padre mirándola —Es una fiesta, invité a Poché para que hiciera amigos, ella los necesita, no te estoy pidiendo que sean amigas ni nada, solo la invité. Punto —
—María José —Dijo Calle alterada —Su nombre es María José —
— ¿Qué te hizo María José para que la odies tanto? —Preguntó Germán atento y pensó que le había dado al punto, pero...
—Ser molesta —Admitió Calle antes de abandonar la oficina de su padre y dirigirse escalera abajo
—Oye, ¿dónde estabas?—Preguntó Mariana al ver a Calle bajando las escaleras y acercándose a ellos
—No me hables —Respondió Calle quitándole el vaso a Paula y bebiendo hasta el fondo de un solo trago.
—¡Wow! —Dijo Sebastián quién ahora estaba con las chicas —Calmada Daniela—Todos rieron —Ah oye mira es María José —Dijo Sebastián y Calle volteó a ver a la chica que se acercaba a donde ella estaba.
—No puede ser posible —Se dijo Calle en un susurro mientras la miraba.
—¡Hola Calle!—Dijo Poché a la chica quién la observaba de pies a cabeza
—Hola —Dijo Calle antes de irse de donde se encontraba, sin embargo, Poché la persiguió
—Oye solo quería agradecerte por la invitación, tu fiesta está muy buena —Admitió Poché con amabilidad, pero Calle la seguía ignorando mientras caminaba por la multitud
—¡Oye Calle!,¡hey!—Trataba de decir Poché, pero seguía sin ninguna respuesta, pensaba que Calle no sabía que ella seguía detrás.
—¡CALLE! —Gritó Poché pensando que realmente Daniela no la estaba escuchando y las personas que estaban más cerca volvieron a mirarla, incluida Calle —Gracias por invitarme a la fiesta —
—Yo no te invité —Respondió Calle y la sonrisa de Poché se desvaneció en cuestión de segundos, todas las personas que escucharon esa conversación se miraban entre sí y volvían a ver a Calle serios "¿Qué dijo calle?" "¿Qué rayos pasó?" "¿Wtf con Calle?" eran los murmullos que se escuchaban. Poché se ha sentido humillada en su vida muchas veces, una vez cuando fue la última en ser elegida para un partido de fútbol, otra vez cuando estaba en la feria con sus padres y quería un globo pero justamente cuando lo iba a comprar una niña se había llevado el último. Muchas veces había experimentado esa sensación pero esta era la primera vez en que su corazón era lo único que podía escuchar, la única vez en la que lágrimas amenazaban con caer, la única vez que le dio vergüenza ser ella, Poché nunca se había sentido así, y Calle fue la autora del peor momento de humillación.
*NOTA AUTORA*
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