Aliados del Amor 01 *Libertin...

由 VannyFerrufino

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A sus veintitrés años de edad y en su quinta temporada, lo más atractivo que Lisa Stanton, hija de los marqu... 更多

Capítulos de muestra.
Nota.
Sinopsis.
Prólogo.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Disponible En Amazon
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16.
Capítulo 17
Capítulo 18.
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Ya en Bolivia

Capítulo 11

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由 VannyFerrufino

Distinto.

El primer roce fue casi mágico, él la trató con una delicadeza abrumadora, sin embargo, cuando se separaron el siguiente besó fue más demandante, más exigente y con un suave roce de su lengua supo que tenía que separar los labios. Sus lenguas se enredaron hasta encontrar el momento exacto en el que tenían que impulsarse para congeniar; y fue así como ese beso la derribó, la derritió en sus brazos y le dolió que lo hubiera cortado mientras repartía unos más sencillos por su vientre.

Se cohibió al sentir donde estaba, pero los ojos se le llenaron de lágrimas al percatarse que él besaba cada una de sus imperfecciones, las lamió como si fueran la cosa más deliciosa que tuviera a su alcance, las besó con una ternura hechizante y las acarició como si su textura fuera lo más hermoso que pudiese tocar.

—Gracias. —No decirlo estaría mal, él merecía saber lo feliz que la estaba haciendo en ese instante.

No se detuvo. Siguió y esta vez regresó hacia sus ojos, lamiendo sus lágrimas con ternura.

—Siempre creí que Windsor arruinó mi vida.

Ahora sí dejó de moverse, y Lisa lo sujetó del rostro.

—Pero tú... Mmm... —Se arqueó al sentir como algo la invadía con una lentitud aplastante—. Eres... —¿Por qué tenía que hacerlo en ese preciso momento? Así no podría hablar—. Yo te... ¡Ah!

Dolorosa. La penetración fue espantosamente dolorosa.

Lo abrazó por el cuello y ambos esperaron por varios minutos, él besando su hombro en silencio y ella planteándose cómo demonios se debía decir que lo quería, se suponía que eso era algo sencillo, ¿por qué a ella le estaba costando? Lisa estaba segura que amarlo sería fácil después de aquel encuentro, solo necesitaba deshacerse de todos los recuerdos que Windsor le generaba.

—¿No te gusta que hable de Windsor?

Él salió con lentitud y volvió a ingresar.

—Ha... —parpadeó varias veces cuando el cubrió los labios con la mano. Él le giró el rostro y en cuestión de segundos tuvo sus labios sobre los suyos.

Lo besó como si no hubiera un mañana y, ¡santo cielo!, él le hizo el amor como si ese fuera el último día de su vida. Cada embiste fue más gloriosa que el anterior, cada caricia la elevó hasta el cielo y la hizo perderse en su calor. Él se aferraba a ella como si fuera su único punto de apoyo mientras gruñía y gemía roncamente, en cambio Lisa, era un cantar más agudo, más lastimero, más melodioso para él.

Con los cuerpos sudorosos, las visiones empañadas por el placer, ambos tomaron impulso y gimieron alto cuando alcanzaron su orgasmo. Este se desplomó quedando junto a ella y jadeantes buscaron recuperar algo de aire, el conde aún estaba en su interior, no se había retirado del todo.

Aturdida por todas las sensaciones que sintió, Lisa se cubrió el rostro, apenada.

—No puedo creerlo.

Él la abrazó por el vientre y la cubrió con el ropaje de la cama sin decirle nada.

—Acabo de entregarme a ti. —Lo abrazó por el pecho aprovechando que él la apegaba a su cuerpo—. Seré tu esposa, tu mujer, nadie podrá separarnos.

Se sonrojó ante su silencio. Tal vez no era normal hablar después de este acto.

—Gracias —repitió con suavidad enterrando el rostro en su pecho—. Adoré tus caricias, tus besos y tu entrega. Ha sido la mejor noche de mi vida, amado mío.

Él la abrazó con increíble posesión, y lentamente fue cerrando los ojos, consciente de que Hamilton le acariciaba la espalda con lentitud y delicadeza, como si adorara tocar cada rincón de su piel.

La luz del sol buscó infiltrarse por la comisura de sus ojos y ella gruñó suavemente. Se removió con inquietud y un lamento adolorido brotó de su garganta por la punzada que le latigueó allí abajo. Dolía un poco. Las sábanas estaban a la altura de su cintura, sus pechos estaban a la intemperie y eso parecía importarle muy poco, estaba con su futuro esposo, no tenía que sentir vergüenza.

Sonrió al saberse tan desvergonzada y se abrazó a la almohada que tenía al lado de la suya. Poco a poco fue separando los párpados y parpadeó varias veces al no ver a nadie junto a ella. Frunció ligeramente el ceño y se volvió hacia el lugar del que provenía el olor a tabaco.

El miedo la invadió y se sentó tan rápido como pudo para cubrir su desnudez. Retrocedió sobre el colchón y las lágrimas se acumularon en la comisura de sus ojos.

Era una pesadilla, no podía ser él, Windsor no podía estar de brazos cruzados y con el aspecto desaliñado, apoyado en el poste del dosel de la cama, mirándola con fijeza.

—No, princesa —le dijo dando una calada a su cigarrillo—, no es una pesadilla.

—¿Por qué? —preguntó con un hilo de voz.

—Te dije que te casarías conmigo. Pensé que un beso bastaría para pactar el acuerdo, pero mira lo que me obligaste hacer.

—¿Tú respondiste mi nota? —Las lágrimas bajaron por su mejilla, acababa de perder a Hamilton.

—No me gustó lo que vi en la biblioteca, así que decidí usar mano dura. Sigo pensando que debería llevar mi pistola conmigo, mira que robar el primer beso de mi mujer.

—¡Eres un desgraciado! —le gritó fuera de sí y él apretó la mandíbula, no todo duque estaba familiarizado con ese tipo de insultos.

—Uno que te cogió muy bien.

Empezó a respirar con dificultad.

—No me casaré contigo, Marcus me aceptará... ¡Ah! —Se espantó cuando la sujetó del brazo y de un tirón la obligó a arrodillarse en el colchón.

—Pude tolerar que lo nombraras ayer porque no estaba en la posición de callarte, pero vuelve a llamarlo por su nombre y no querrás saber lo que haré con el conde.

Sollozó ahogadamente y negó con impotencia. No podía casarse con él, no cuando era el tipo de hombre que siempre quiso evitar.

¡Él no la amaba!

—Yo lo...

—Inténtalo siquiera —siseó y frenó sus palabras con el alma hecha añicos.

Acababa de traicionar a Hamilton y no podía hacer nada para revertir sus errores.

Estaba perdida.

La puerta del dormitorio se abrió y la sonrisa de Windsor se ensanchó de oreja a oreja. Los dos observaron a la marquesa de Winchester ahí, de pie con un semblante anonadado.

—Lisa... —musitó impactada y Windsor habló por ella.

—No se preocupe, lady Winchester, ya tengo la licencia especial.

Negó con desesperación y se aferró a las sábanas para cubrir su desnudez.

—¿Cómo? —susurró su madre y Windsor tiró de ella para sacarla de la cama.

Noelle palideció al ver la mancha de sangre en las sábanas blancas.

—Pienso hacerme responsable. Ustedes solo díganme cuando podremos hablar sobre la dote de su hija. 

MAÑANA NO HABRÁ CAPÍTULO PORQUE WATTPAD ESTARÁ EN MANTENIMIENTO. ESTE CAP TIENE MENOS VOTOS Y COMENTARIOS, POR LO QUE ESPERO ME AYUDEN A INCREMENTAR EL NÚMERO :D

MAÑANA SELECCIONO AL GANADOR DE LOS MEMES Y ESTA PERSONA PODRÁ LEER LOS 4 CAPÍTULOS DE RIVALES DE LA SEDUCCIÓN :D

Aquí es donde digo que cada uno decide si leer o no, como ya dije falta mucho que contar y Jaden aún no tuvo su oportunidad.

No olviden dejar su voto y comentario :)

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