Era la mañana siguiente luego de conocer a Ross, tenía clases de danza temprano y estaba retrasada.
Andrea y yo íbamos juntas a una mi academia de baile y bueno, eran mis últimos días con ella antes de mudarse y quería pasar todo el tiempo posible junto a Andy.
Mamá además de ser doctora amaba bailar y siempre lo hizo, desde pequeña, era una gran bailarina así que cuando nos mudamos a LA decidió que abriría su propia academia de baile, así fue como fundó "Rhythmic Motion", su propia academia, en la cuál después nos hizo parte a Taylor y a mí pues compartíamos la misma pasión por el baile y ahora que ellas se habían ido a Colorado era yo quien se encargaba de impartir algunas clases y administrar todo, técnicamente era mi trabajo y Andrea me ayudaba.
Salí de casa corriendo y justo al salir me encontré con Ross a punto de subir a su auto.
Alcancé a mirarlo de reojo pero no me detuve, seguí corriendo. Si tenía suerte alcanzaba a tomar el bus, si no, tendría que pedir un taxi ya que de no ser así quería llegar aún más tarde. Por cualquiera de las 2 opciones debía correr.
—Buenos días _____— Ross me saludó amablemente cuando pasé junto a él.
Apreciaba su gesto pero iba tarde así que solo seguí corriendo, ignorando su saludo.
—_____, espera— gritó Ross a mis espaldas cuando yo ya estaba unos cuantos metros lejos.
Tenía 2 opciones, detenerme a escuchar lo que sea que quería decirme o simplemente seguir mi camino y evitar llegar aún más tarde...
Me detuve y me giré para mirarlo. Él comenzó a caminar hacia mí, sólo estábamos a unos cuantos metros de distancia.
—¿Puedo preguntar a dónde vas tan apurada? — preguntó con las cejas levantadas cuándo llegó hasta mí.
—Voy a una academia de baile y estoy retrasada. No puedo faltar pues son mis últimos días con mi mejor amiga y quiero pasarla bien con ella antes de que se vaya, además necesito organizar unas cuantas cosas— respondí con la respiración algo agitada.
Él parecía confundido pues no sabía quién era mi amiga ni porque tanta urgencia sobre a dónde iría pero aún así no me cuestionó nada.
—Bien, se que nos conocemos poco pero ¿Por qué no me dejas llevarte? Justo también estaba por salir, puedo dejarte en tu academia y de ahí me voy al estudio. Además, te debo una por lo de ayer— propuso.
¿Estudio? ¿Iba a grabar algo? Esto debía saberlo Andrea. Lo miré por unos segundos pensando en si debía ir o no con él, estaba muy indecisa.
—No quiero causarte molestias— respondí finalmente esperando que fuera suficiente para zafarme d él.
—No es ninguna molestia, de verdad. Déjame llevarte por favor, no seas tan terca otra vez— insistió.
Lo miré mientras mordía ligeramente mi labio inferior.
—Está bien, solo por esta vez y porque de verdad voy tarde— accedí después de unos segundos.
Lo seguí hasta su auto y subimos, le di la dirección a donde debía ir y él comenzó a manejar.
Todo el camino hubo un silencio bastante incómodo, solo quería llegar al lugar y bajarme del auto. Luego de unos minutos, llegamos.
—Gracias— le agradecí mientras bajaba del auto.
Él solo me sonrió y se fue.
No le di más importancia y entré a la academia, tuve que correr para llegar hasta el salón donde ensayábamos.
Ahí ya estaba Andrea esperándome y en cuanto entré ella corrió hacia mí a saludarme.
—Llegaste en auto, te vi desde la ventana— dijo sorprendida pues normalmente venía caminando pues no tenía auto.
—Me trajo Ross, se me hizo tarde y él se ofreció a traerme—Andrea intentó ocultar su sorpresa cuando mencioné que me había traído Ross pero no lo logró— Creo que dijo algo sobre que iría al estudio y le quedaba de paso traerme, creo que ir al estudio significa nueva música, si eso te sirve de algo— le guiñé un ojo.
Ella sonrió y sin decir más solo fuimos con las demás chicas pues la clase ya había empezado y todas se encontraban haciendo la coreografía que habíamos estado practicando estos últimos días.
Luego de unas horas ahí por fin terminamos, normalmente siempre nos quedábamos ahí hablando con las demás chicas pero esta vez no podíamos, Andrea se iría a Nueva York en 3 días y necesitaba ir a hacer sus maletas.
Nos despedimos de todas y solo nos fuimos, decidí acompañarla a su casa pues quería ayudarla a empacar un poco.
Cuando llegamos subimos a su habitación y comenzamos a empacar, simplemente no podía creer que estaba ayudando a mi amiga a guardar todas sus cosas para irse a vivir a otra ciudad, sería bastante difícil estar sin ella.
Andrea había sido mi única compañía todos estos años, cuando me quedé a vivir sola fue todo un proceso y ella siempre estuvo ahí para mí haciendo que no fuera tan difícil afrontarlo, ahora me tocaba aprender a vivir lejos de ella y no sabía si podría lograrlo.
—Creo que debo irme, quiero descansar — le dije a Andy cuando ya teníamos algunas maletas listas.
—Está bien, nos vemos luego— respondió para luego abrazarme.
Después de eso me acompañó hasta la puerta y finalmente salí de la casa.
Caminé hacia mi casa y cuando llegué e intenté sacar mis llaves para abrir noté que no traía mi bolso conmigo.
Al principio me alarmé creyendo que lo había tirado o dejado en la academia, pero luego de unos segundos recordé que no lo traía desde el primer momento que entré al salón de danza.
Solo había un lugar donde pude haberlo dejado; el auto de Ross.
Seguramente por las prisas y porque realmente no podía pensar en otra cosa más que en qué Andrea se iría lo había dejado en el asiento.
Bufé, a veces podía ser muy torpe. Me encaminé hacia la casa de Ross, su auto estaba estacionado afuera así que supuse que ya había llegado y llamé a la puerta.
Una chica rubia y alta me abrió, se parecía bastante a Ross, era su hermana. Creo que se llamaba... ¿Rydel? Sí, creo que así era.
Casi podría decir que los ojos se le iluminaron al verme, como si me estuviera esperando y una enorme sonrisa se asomó en su rostro.
—Oh hola, creo que eres nuestra vecina, ¿cierto? — dijo la chica con mucho entusiasmo.
—Sí, me llamo ______ — respondí con una sonrisa también.
—Yo soy Rydel, mucho gusto — agitó su mano saludándome— ¿necesitas algo?
Había acertado, se llamaba Rydel.
—Buscaba a Ross — respondí.
Rydel levantó las cejas y formó una perfecta o con los labios al escucharme decir eso, al parecer le había sorprendido que viniera por Ross. Esperaba que no creyera que éramos algo más, jamás pasaría eso.
—Está en su habitación, le diré que baje. ¿Quieres pasar a esperarlo? — me dijo en un tono muy dulce después de unos segundos.
—No gracias, aquí estoy bien. Solo necesito preguntarle algo, será rápido— respondí.
La chica asintió y entro en la casa a buscar a Ross.
Había dejado la puerta abierta así que podía ver todo el interior de la casa, mientras esperaba a Ross empecé a examinar cada detalle de esta, acababan de mudarse ayer así que aún habían bastantes cajas llenas de cosas por todos lados, aún no terminaban de desempacar.
Mis ojos viajaron hasta una foto que estaba colgada junto al living y me quedé mirándola. Era Ross, Rydel y otros 3 chicos junto a 2 personas algo mayores, quienes suponía que eran sus padres, en la playa, hasta ahora solo conocía a Rydel y Ross.
Saqué mi celular y rápidamente busqué a R5 en Internet, en efecto eran sus hermanos y sus padres, el resto de los hermanos se llamaban Rocky, Riker y Ryland.
Ahora entendía porque la banda se llamaba R5, todos iniciaban con la letra R. Reí ante la ironía y obviedad de mi descubrimiento.
—Hola de nuevo — dijo Ross llegando a mi lado haciendo que me sobresaltara.
—Ho..ola Ross— guardé rápidamente mi teléfono esperando que no haya visto que lo estaba buscando a él y a su familia.
Me miró con una sonrisa burlona sin preguntarme más.
Se veía tranquilo, nada sorprendido por verme a comparación de su hermana, seguramente esperaba que viniera por el bolso.
— Ross... ¿sabes si dejé mi bolso en tu auto? Creo que en la mañana por las prisas bajé demasiado rápido y lo olvidé— mordí mi labio inferior.
Ross asintió.
— Sí, está en mi habitación. Iré por el — dijo y entró de regreso por el bolso.
Luego de unos segundos apareció de nuevo pero esta vez con mi bolso en manos.
—Aquí tienes— me lo entregó y lo tomé — cuando me di cuenta que lo habías olvidado ya estaba en el estudio y pronto comenzaríamos a grabar así que no podía ir a entregártelo, cuando salí intenté ir a buscarte a dónde te dejé pero ya no había nadie, ya era algo tarde y bueno, creí que vendrías por el después y lo bajé— contó.
—Gracias por guardarlo, por un momento creí que lo había dejado en otro lugar y que lo había perdido— respondí con un suspiro.
—No tienes nada que agradecer — sonrió — no quiero sonar atrevido pero... ¿Podrías darme tu número? Somos vecinos y bueno, creo que sería bueno que convivamos más y una buena forma para eso sería mantenernos en contacto, además creo que nos facilitaría todo en caso de necesitarnos justo como ahora.
Sinceramente me había sorprendido su petición y no pude ocultar la sorpresa en mi rostro, creo que incluso Ross lo notó.
Fruncí los labios en una fina línea recta.
—Sí, está bien— respondí, iba a darle mi número.
Ross sacó su teléfono del bolsillo de sus jeans y comenzó a hacer todos los movimientos para agregar un nuevo contacto, de reojo pude ver cómo me agregaba como "______✨" y después me hacía una seña para que le dictara el número, le dicté mi número y él lo anotó.
—Listo— dijo Ross mientras volvía a guardar su teléfono— ¿Te doy el mío o...
—Sí— no lo dejé terminar y respondí.
También anoté su teléfono mientras él me lo dictaba.
—Gracias, si necesitas algo no dudes en llamarme — dijo y asentí con una sonrisa.
—Bueno, debo irme. Muchas gracias otra vez — me despedí con la mano y caminé hacia mi casa.
La primera impresión que tuve de Ross como un chico torpe, arrogante y descuidado poco a poco se desvanecía, era todo lo contrario.