Tu Eres Amelia

By KathyMirand

2.9K 262 542

Los reyes de la naturaleza abandonaron su reino para proteger a su pequeña heredera Amelia. Viven entre los... More

Sinopsis
Prólogo
1. Mi vida es solitaria
2. Déjame ser tu sombra
4. No puedo alejarme de ti
5. Siempre estaré para ti.
6. Extraña sensaciones.
7. Irresistible .
8. Fiesta
9. Descubriendo Misterios
10. El bosque.
11. Primo.
12. Primavera.
13. Descubrir la verdad.
14. Mundo desconocido.
15. No puedo.
16. No me mientas.
17. ¿Que me has hecho?
18. Un recuerdo fugaz
19. Verdad revelada.
20. Traición.
21. Sangre.
22. Reinos Ocultos
23. Presencia desconocida
24. Mi Salvación y mi Cura.
25. Prométeme
26. Dulce Voz.
27. Porque solo no podré.

3. Solo quiero protegerte.

151 11 49
By KathyMirand

Freno en seco tras escuchar esa voz, mi piel se erizó por completo, mis ojos solo están centrados en un solo lugar... En la sombra.  Justamente a la par mía, se identifica tan bien que puedo observar su fachada masculina.

—Mía ¿estás bien?— pregunta Chase, al acercarse a mi, junto con Lyla, sus manos cálidas se posan sobre mis mejillas, queriendo buscar  mi mirada la cual no la doy.

Me quedo quieta en mi lugar, procesando lo que acabo de acontecer. 

Su voz.

Escuché su voz ronca, profunda, suave. Sentir su aliento cálido en mi oreja, es tan aterrador y a la vez una leve fascinación se acrecienta dentro de mi, pero con la misma la deshago. Entonces me lanzo hacia a Chase en un abrazo inesperado, no respondí a su pregunta, lo único que quiero es sentirme protegida, él me corresponde algo torpe pero finalmente envuelve sus grandes y fornidos brazos alrededor de mi, atrayéndome más hacia él con fuerza.

Él es como el hermano que nunca tuve. Y sentir el toque cálido que emana su cuerpo, me hace ser consciente que él esta aquí, y lo que sea que estoy experimentado solo sea una mala jugada de mi mente. El timbre de entrada suena, anunciando que es hora de entrar, se separa lentamente de mi.

—Es hora de entrar— susurra en mi oído, asiento algo torpe, todavía conmocionada por lo que me había sucedido minutos antes. 

Entonces avanzamos en silencio hacia nuestras respectivas aulas de clases. Lyla y Chase son como mi hermanos, en los momentos más difíciles ellos han estado allí, para ayudarme. En cambio, podrán ser todo para mi, pero no tengo el valor necesario para comentar acerca de esto. 

Inseguridad a que no me crean y me tomen como una loca, aunque no lo estoy. Tengo miedo a decirles sobre esa sombra y los susurros que he escuchado de ella.

Inseguridad y miedo.

Dos simples cosas por las que no sé si decir la verdad.

—Nos contarás lo que te sucede— pregunta Lyla, aunque parece más como una orden que pregunta. Asiento levemente pensando las palabras concretas que diré.

Llegamos al aula y nos sentamos en nuestro respectivos asientos, quedando yo en medio de ambos. La clase transcurre en paso tortuoso y no he podido dejar de pensar en esa sombra, por mas que intento enfocar mi atención hacia el profesor, me sale mal. Involuntariamente mi mente se desplaza hasta ese punto para torturarme con esa voz que se ha quedado grabada en mi memoria.  Repitiéndola una y otra vez.  En mi desesperación me levanto de mi asiento y pido permiso al profesor de historia para ir al baño, quien imparte la clase con devoción, me concede el permiso y sin mas, me encamino hacia la salida del salón.  

Atravieso el pasillo solitario de mi colegio sin ver ninguna alma en ella, por un instante el miedo recorre dentro de mi otra vez, imaginando que me suceda lo mismo. Llego al baño y me acerco al lavabo, enjuago mi rostro tratando de despertarme un poco, tal vez  la situación de mis padres me ha tenido un poco abrumada. Trayendo el recuerdo de su advertencia: "no salir de casa por las noches".

Ni que quisiera salir, pensé en ese momento sin tomar en cuenta lo mucho que me afectará esa jodida regla.

Enjuago mi rostro un par de veces tratando de refrescarme tan físicamente como mental.

—No seria bueno que una princesa como tú saliera de casa— otra vez esa voz.

Levanto mi rostro húmedo mirando hacia el espejo pero no hay nadie. Mi corazón comienza a palpitar demasiado rápido dentro de mi pecho.

Trago fuerte.

Giro mi cuerpo lentamente, con mis piernas temblorosas mirando hacia alrededor, apoyo mis manos sobre el lavabo tratando de mantenerme al margen y en equilibrio.

—¿Que qui-e-res?— titubeo nerviosa. Aprieto mi agarre en el lavamanos. Ni siquiera tengo idea el porque le hablo. Solo el sonido del latir desbocado de mi corazón, inunda el pequeño espacio.  

—Tranquila no me tengas miedo, princesa— dice, ignorando deliberadamente mi pregunta.  Por lo mas sagrado. Estoy loca. —: Solo soy una persona igual a los demás— afirma. 

Trato de buscar el punto exacto en donde proviene la voz. Con mi corazón en la mano comienzo a caminar despacio hacia la puerta, tengo ganas de llorar, de gritar, pero no lo hago. Solo me limito a caminar despacio hacia la salida.

—Mía, yo solo quiero protegerte— responde mi pregunta. La respiración se atasca en mi garganta y por un breve momento creí que caería en una crisis nerviosas, hasta que finalmente regulo mi respiración. Inhalo profundo pasando mis manos por mi cabeza, entonces me apresuro a salir de este lugar. Abro la puerta y salgo sin mirar atrás. Troto hasta llegar al salón y me siento en mi respectivo lugar, Lyla me mira ceñuda.

—¿Estás bien Mía?— pregunta en un tono preocupado.

—Estás pálida— dice Chase viéndome con preocupación. 

Niego repetidamente restándole importancia a sus preguntas no quiero que me ataquen, no ahora.

—Estoy bien— respondo en tono seco. 

Los chicos se mantuvieron en silencio en el transcurso de las horas, sin antes decirme "tenemos que hablar". Por mi parte me limitaba a verlos, siento que con solo dar una mirada estoy diciendo miles de cosas, miedo, pánico, confusión, sé perfectamente que todo esto es lo que reflejo.

Esa voz resuena en mi cabeza una y otra vez.

Mía solo quiero protegerte.

¿Protegerme? ¿De quién o de qué?

Mis manos empiezan a temblar provocando que mi lápiz que sostenía, cayera al suelo sin percatarme que estoy entrando en un ataque de pánico, Chase recoge mi lápiz y en el preciso momento que me lo entrega suena el timbre de receso.

Los demás compañeros salieron del salón quedando solo nosotros tres.

Un frío recorre mi cuerpo transmitiendo miedo dentro de mi, mis manos empiezan a temblar, y mi pecho sube y baja por mi descontrolada respiración. 

—¡Oh Dios mío! Chase— escucho el chillido de pánico de mi amiga, pero no logro localizarla cuando siento que mi pecho se oprime y que mi respiración no llega a mis pulmones. —Haz algo, maldita sea. Tiene una crisis.

Unos brazos fuertes envuelve por completo mi cuerpo, y me estabilizan, sus manos toman mis mejillas y hacen que enfoque mi vista en el—: Mia, tranquila—. Su voz es como un eco lejano. Agarro en puños el cuello de su camisa, mientras que doy bocanadas de aire—: Respira despacio. Hazlo conmigo—. Inhala y exhala, trato de seguirlo a su ritmo parsimonioso. Entonces poco a poco mi respiración se regula a un ritmo normal. Chase finalmente me atrae hacia su cuerpo y apoyo mi cabeza en su pecho. Siento su manos acariciar mi cabello en un gesto conciliador, a la vez que susurra palabras. Unas manos pequeñas acarician mi espalda, levanto mi rostro y veo a Lyla sonriendo con ternura.

—¿Te sientes mejor?— sus ojos color miel reflejan lo aturdida que se ve por mi culpa.

—No quiero estar sola— digo, y me separo de Chase para abrazar a Lyla. 

—Ssh, tranquila Mía, no lo estás— dice acariciando mi espalda—: ¿Estás así por tus padres—asiento levemente sin mirarle a los ojos, es mejor que crean eso en vez de decir de lo que me está pasando.

—Vamos por algo de comer— dice Chase, poniéndose en medio de nosotras pasando sus brazos por encima de nuestros hombros. Sonrío ante su actitud en los buenos y malos momentos la comida jamás se olvidará. Para el es sagrado la hora de comer—: Por cierto Mía escuché que tus padres salieron del país— comenta mientras caminamos por los pasillos.

—Si, es sobre el trabajo por obligación tenían que viajar a Inglaterra, ya que era algo urgente—respondo simple, ya que mis padres fue lo único que me relataron.

—¿Y tú como sabes?— inquiere Lyla viendo fijamente al ojiverde de mi amigo.

—Mi papá trabaja con los padres de Mía en la misma empresa— responde obvio rodando los ojos obteniendo un -ahh- por parte de mi amiga.

Llegamos a la cafetería y compramos nuestras cosas. Nos encontramos en una mesa los tres comiendo, más Chase que parece que el mundo se le acabara si no termina antes su desayuno, por mi parte sostenía el jugo en mi mano viendo hacia un punto fijo, me limitaba ver a los chicos y en algunos casos asentía cuando era necesario o lo hacía por pasar desapercibida ya que mi mente me está matando por dentro lento y dolorosamente.

Simplemente no puedo olvidar lo que me sucedió, ni esa sombra, ni su voz tan atractiva pero a la vez espeluznante, sin embargo, me estoy considerando como una loca. ¿Alguna chica normal de dieciséis años pasa por estas clases de situaciones? En mi caso supongo que soy la primera, ya que las demás solo se dedican a hablar del chico que les gusta como por ejemplo a mi amiga Lyla que está embobada por Stan, el chico de la heladería.

—¿Cómo dijiste Mía?— pregunta, sacándome de lo absorta que me encontraba en mis pensamientos.

—Hummp— respondo mirando hacia la voz que me interrumpió encontrándome con los ceños fruncidos de mis dos acompañantes.

—Acabas de decir que Lyla está embobada por Stan— dice Chase incrédulo, mirándome fijamente con sus grandes ojos verdes. Abro mis ojos sorprendida a lo que acabo de escuchar. Estuve pensando en voz alta.

Maldición. 

Sólo a mi me pasa estas cosas.

—Deja de maldecir— me reprocha la castaña —: ¿Dime por qué dijiste eso? De que estoy embobada por Stan.

—¿Me llamaron?— pregunta una voz en mis espaldas, observo a Lyla y a Chase que por poco y sus ojos salen rodando de sus cuencas de tan abiertos que los tienen.

Como si todo fuese en cámara lenta me volteo para encontrarme con un personaje de figura alta, cuerpo muy definido, subo mi vista encontrándome con sus ojos verdes como el olivo y su cabello castaño totalmente desordenado.

—¡Stan!— exclamo sorprendida haciendo derramar mi jugo sobre la mesa. Bufo, girando la mitad de mi cuerpo para limpiar el desastre.

—Tranquila ¿Tan feo soy?— pregunta irónico acercándose para ayudarme.

Sonrío tímida.

—Ha estado muy nerviosa— explica mi amiga viéndome seria.

—Bueno chicos; solo quería invitarlos a una fiesta en mi casa este viernes por la noche— anuncia el gran codiciado Stan sentándose a la par mía.

—Perfecto— chilla Lyla con una gran sonrisa en su rostro —: Allí estaremos.

—Gracias— responde Chase.

—¿Y tu Mía?— me mira.

—Yoo. No sé— respondo. 

—Sólo no falten— dice, se pone de pie  y antes de alejarse le regala un guiño a Lyla, esta se le enrojece sus mejillas. Una vez que se ha retirado Stan, reparo mi atención en los  chicos. 

—Casi y pierdo mi dignidad por tu culpa— me acusa la castaña.

—No es para tanto— me defiende Chase.

—Estás loco—  exclama.

—Solo serías una más del montón— dice encogiendo sus hombros.  Lyla se pone de pie dando un fuerte golpe en la mesa sobresaltándonos.

—Ni se te ocurra pensar eso Chase Manderson— espeta, arrastrando sus palabras con enojo y con esa misma desaparece de nuestro campo de visión. Nos quedamos estáticos por unos minutos, le doy una mirada de reojo al ojiverde que tiene sus puños  apretados sobre la mesa haciendo ver sus nudillos blancos. Su mandíbula esta apretada con fuerza, como si estuviera a punto de golpear algo. 

El timbre suena, pero no decido mover mis piernas.

—Vete Mía— escupe con fiereza, apoyo mi mano sobre la suya dando un suave apretón en ella. Se que esta enojado, así que me levanto de mi asiento, desapareciendo de su campo de visión. 

Las clases pasaron en un tiempo lento, durante el día ninguno de mis amigos se dirigieron la palabra y eso en cierto punto me hace estar dividida entre ellos. En la salida Lyla se ofreció llevarme a mi casa, así que lo acepté, considerando que Chase no quiere vernos y que en estos momentos prefiere estar solo.

A veces el silencio nos hace sentir mejor.

Lyla estaciona su auto frente a mi casa, sus grandes ventanales al estilo victoriana hace llamar la atención, luciendo así la casa atractiva y hermosa. Para decir, la casa es amplia, demasiado espaciosa para solo tres personas que habitan en ella.

—Llegaré en la noche para hacerte compañía— informa, le doy una sonrisa de boca cerrada. 

—Gracias caramelito— sonrío—: Tu compañía me hará bien.

—Lo sé leaf— dice sonriendo. Bajo del auto despidiéndome de ella con la mano—: Nos vemos al rato— ella asiente y pone el auto en marcha. Me adentro a mi casa, el olor delicioso a comida me lleva de manera mecánica  hacia la cocina encontrándome con la señora Ariana.

—Buenas tardes Ari— saludo alegremente dando un beso en la mejilla.

—Buenas tardes preciosa— me responde de igual manera —¿Le sirvo su comida?

—Oh ya estuvieras Ari, muero de hambre— respondo dramática haciendo un gesto de desmayo.

Ella se ríe negando y sirve mi comida, después de comer y conversar con Ari decido ir a mi habitación a encerrarme a leer.

                                                                                      (...)

Me levanto de mi cama algo adolorida de mi espalda debido a la postura que tenia hace unas horas atrás, me quito mis lentes y los pongo en la mesita de noche, salgo de mi habitación y bajo las escaleras perezosamente, espero que Ari no se haya ido aún. Aunque en estos momentos su jornada de trabajo terminó. Llego a la cocina sin encontrar a nadie, en la mesa hay una nota que decía que en el microondas está mi cena.

Oh Ari siempre tan gentil.

Entonces enciendo el microondas para recalentar la comida. Apoyo mis brazos flexionándolos en el mostrador, ya que los siento entumecidos, me giro reposando la parte baja de mi espalda en el, cuando sucede, algo cálido, envuelve mi cuerpo, rodeando mi espalda. Un toque cauteloso y delicado. Parpadeo y soy vagamente consciente que no tengo a nadie en frente, sin embargo el toque da la certeza que es un abrazo. 

—No te vayas— susurra apretando su agarre, sintiendo la calor corporal extraña en mi cuerpo. Me quedo quieta absorbiendo lo que esta sucediendo, entonces con cautela subo mis brazos y los envuelvo a una cosa invisible que me ha estado atormentando en este día. Y me sorprendo al sentir la forma de un cuerpo presionarse con el mio. 

✂✂✂✂✂✂✂✂✂✂✂✂✂

Hola pequeñas y hermosas unicornis🦄

Aqui les traigo un nuevo capítulo😋

¿Qué tal? ¿Que les pareció?

Quién será esa sombra que tanto atormenta a nuestra querida Mia.

Espero que lo hayan disfrutado 7u7...

En multimedia tengo a una chica que abraza a un ser invisible lo cual me hace imaginar que asi fue el abrazo de Mía con el invisible.🙄🙄

📌Un aviso importante📌

No tengo fecha exacta de actualización, ya que estoy escribiendo en No Quiero Olvidarte. Asi que si me desaparezco es porque estoy en la otra novela, más con los trabajos del colegio y todo eso me estresa😳😬.

Así que la llevaré despacito😶.

Bien eso es todo😚😚 bye mis amores que tenga un lindo dia...

Besos por esta loca por los unicornios💋💋💋💋💋💋💋.

Kathy Miranda.

Continue Reading

You'll Also Like

11.5K 1.5K 25
Entonces ahora es el dueño de lo que tanto anhelaba desde niño. Pero solo le faltaba ser dueño de algo, no el ya era dueño pero tenía que recuperarlo...
1.1M 193K 200
《 Transmigré a la antigüedad para ganar dinero y criar a mi cachorro 》 Cuando despertó después de transmigrar, descubrió que se había convertido en l...
30.8K 4.8K 27
《 Transmigré a la antigüedad para ganar dinero y criar a mi cachorro 》 Continuación a partir del capítulo 200. Para leer la primera parte, busca la n...
19.7K 1.7K 52
Twilight al saber que la ex alumna de Celestia le robó la corona decide junto con Spike ir a recuperarla, para eso debe viajar a un mundo diferente a...