1
Pasó aproximadamente una semana desde el funeral de Edith, los oficiales habían vuelto a hacerles un par de preguntas más luego de eso, pero terminaron por creerse el teatro de niño desconsolado y chica traumatizada o algo así, por lo que los dejaron en paz.
Oliver agradeció que su abuela no hubiese aparecido a reclamar su custodia. Todo parecía haber vuelto a su habitual calma, bueno casi calma, había veces en que notaba a su reina algo ida u otras demasiado alerta. Tal vez no era tan fingido lo de estar traumatizada.
Esa misma noche la halló, recorriendo la casa como si esperara encontrarse con algo... o alguien. La veía inquieta, allí sentada al borde del sofá como si se preparara para salir corriendo en cualquier momento.
-¿Katrina? -La miró, como si quisiera meterse en su mente y ver que pasaba allí.
Ella se sobresaltó al oírlo, no se había dado cuenta de en que momento él se le había acercado. Inmediatamente sonrió, queriendo ocultar lo que pensaba.
-Nada, Liver, nada, solo pensaba tonterías -Respondió mirándolo de regreso.
Él alzó una ceja, le fastidiaba cuando le mentía de forma tan estúpida.
Ella se pregunto ¿debía preguntarle sobre sus amigos "imaginarios" o debía dejarlo como una simple alucinación?
-Es solo que... -Ella comenzó, removiendo ligeramente las manos- Ehm... Liver... ¿Podrías decirme como son tus amigos? Ya sabes quienes, ehm.. Wally, Tucker... -
-Y Luca -Completó el pelinegro, mirándola extrañado "¿Porque pregunta por ellos?"- ¿Como son en que aspecto?
-Físicamente -
-Uhm... Bueno, Wally es algo más alto que yo, pero no mucho, tiene el cabello castaño rojizo, sus dientes parecen como de película de terror... Esas donde los monstruos tienen largos y afilados colmillos en lugar de dientes normales
"-¿Esto te parece falso?... -Walter alzó el rostro ligeramente, enseñándole las marcas de asfixia en su cuello- ¡¿O esto?! -Se abrió la camisa mostrando un sangriento agujero en su pecho, donde debería ir el corazón."
Katrina contuvo sus ganas de mostrar como la descripción de Oliver le afectaba, si los tres coincidían... Entonces ellos si eran verdaderos, no eran solo alucinaciones de su mente.
-Tucker... A Tucker le faltan los ojos -Continuo como si nada el niño- En lugar de eso solo hay dos cuencas vacias y oscuras... Su cuello esta roto, no me ha dicho porque. De hecho ninguno me ha explicado el porque de sus heridas... Luca las cubre con su cabello oscuro y largo, además de que suele usar un suéter morado oscuro, sus prendas esconden las quemaduras.. -Pensativo, era la primera vez que se ponía a pensar realmente en porque ellos parecían haber recibido heridas mortales.
Por otro lado, la rubia se quiso jalar el cabello o arañarse el rostro. La casa estaba maldita, esa fue su conclusión. Tenía que llevarse a Oliver de ahí ¿pero a donde? O tal vez podría llamar a un padre para que bendijera la misma, no era muy creyente pero si esos chicos que había visto eran fantasmas al igual que Adam y Adrien... Algo debía hacer, ese era su deber.
-¿Querida? -La llamó al notar que nuevamente se había quedado ida.
-H-hay que llamar un cura -Murmuró mas para si misma que para que el chico la oyera.
Sin embargo, él la escuchó y frunció el ceño. ¿Para que quería un cura? Él no creía en esas paparruchas.
2
El hombre de negro traje caminaba tranquilamente por la mansión, alimentándose de esa paranoia que la única mujer en la casa, actualmente, estaba sintiendo. Era fascinante, le resultaba fascinante el poder quebrar la cordura de las personas con tal facilidad.
-¿Este quien es? -Luca fue quien habló, mirando con algo parecido al desprecio a Mr. P.
-Parece nuevo aqui -Wally se mofó, con su habitual sonrisa burlona- Habria que enseñarle quienes mandan aqui ¿no creen?
-Chicos, no creo que él sea... -Tucker por su parte no parecía convencido de aquello.
Tarde, puesto que Luca se había arrojado sobre el hombre, pero este se lo sacudió como si fuera un molesto insecto y le causó dolor, un dolor terrible, como si estuviera reviviendo el momento en que las llamas lo consumieron quitándole la vida. Mr. P le enseñaba una sonrisa llena de maldad, le producía placer ver como el patético fantasma se retorcía sintiendo un fuego que no estaba allí, un dolor que ya no debería poder sentir.
-¡Hey, tu, dejalo! -Wally le estuvo por atacar tambien pero fue detenido por Tucker, quien ahora veía a Mr. P con miedo.
-Insignificantes... -Rugió el hombre de traje dejando libre de su poder a Luca, quien cayó al suelo desconcertado.
Los tres fantasmas miraron al ente. No comprendían quien era, ni como era capaz de causar dolor a alguien que ya estaba muerto. A Tucker se le pasó por la cabeza que era un maldito demonio el que ahora había invadido la casa, lo único que les faltaba, ¿pero porque de tantos lugares hubiera elegido la mansión Pritzker?
-Se creen lobos pero no son más que corderos...-La voz del hombre, gruesa, intimidante, sonaba casi burlona ante ellos.- No tienen idea de lo que un verdadero lobo es capaz de hacer...-Su mirada de fijo en Wally y este casi por instinto, uno absurdo realmente, retrocedió. Una sonrisa cruel apareció en el rostro del sujeto de traje.
Pronto el muchacho sintió como algo lo asfixiaba, sus ojos se abrieron enormemente, veía a Edith sujetando la cuerda contra su cuello otra vez, los pulmones ardiendo por un oxigeno que ya no necesitaba pero que sentía que sí. Boqueó como un pez fuera del agua sin entender qué diablos estaba ocurriéndole ¡Estaba malditamente muerto! ¡¿Cómo carajos era posible que sintiera que se quedaba sin aire?! ¡¿Por qué sentía que moría otra vez?! Comenzó a desesperarse mientras Luca lo miraba paralizado, sin entender tampoco.
-¡Basta! ¡Ya no! ¡Déjelo, por favor! –Tucker, con miedo, pidió.
Wally dejó de sentir esa sensación tan extraña de revivir su muerte. Se quedó quieto, miró a Mr. P sin expresión alguna. Sentía que estaba en presencia del mismo diablo. El hombre soltó una carcajada que le recorrió la espina dorsal. Estando muerto, creyó que nunca nadie o nada volvería a causarle miedo, pero ahí estaba el hombre de traje... Ese que lucía parecido a Adam Pritzker, haciéndole sentir cosas imposibles y que a este punto de su existencia había dejado olvidadas.
-¿Qué es usted?...-Parecía ser que el único que se atrevía hablar aún era el chico de cuello quebrado. Sintió un escalofrió cuando el ente maligno posó su oscura y profunda mirada en él, sus ojos eran negros como pozos sin fondo, poseían la profundidad de alguien que ha vivido demasiado tiempo para ser un humano normal que falleció.
Tanto Luca como Walter cruzaron miradas y luego la desviaron hacia Tucker, esperando a que este comenzara a retorcerse y chillar, esperando que sintiera su muerte también, tal como a ellos les había pasado cuando el ser los había mirado.
Nada. Mr. P le dedicó una suave sonrisa llena de dobles intenciones al chico que se encogió en su lugar, confuso al no sentir dolor ni nada.
-Yo soy el peor lobo que te puedas topar...-Su voz era profunda, hechizante- Y me visto con la piel del cordero para mi naturaleza disimular...-
Tucker desapareció, al igual que sus dos compañeros eternos. El hombre miró un poco alrededor con desinterés, a este punto conocía la casa como la palma de su mano, y finalmente también desapareció.
3
Cuando el timbre sonó, Katrina esperaba que fuese el padre Raphael del barrio vecino el que había llegado, pero cuán grande fue su sorpresa al ver a esa mocosa que parecía arrimársele a su Liver en el funeral de Edith.
-Hola, señorita Petrova –La sonrisa dulce de la niña le enfermó.
Quería cerrarle la puerta en la cara pero no se atrevía a ser tan descortés.
-Hola...Violet ¿verdad? Puedes llamarme Katrina –La saludó con una sonrisa leve.
-Sí, vine a jugar con Oliver, Katrina –Declaró sin perder esa aura infantil ante la adulta.
-Enseguida lo llamo, pasa, ponte cómoda mientras lo esperas –Dijo amigablemente dejándole lugar.
La pequeña con el cabello en trenzas pasó abrazando una muñeca a la que le faltaba un ojo consigo. La rubia cerró la puerta y fue a buscar a Oliver, que curiosamente se encontraba en la oficina de su padre, parecía meditar algo.
-¿Liver? –Lo llamó, captando su atención casi de inmediato, le sonrió- Violet te vino a visitar –
Automáticamente, Oliver hizo una mueca de fastidio. Nuevamente volvía a arrepentirse de no haberla asesinado, pero por alguna razón que desconocía no quería hacerlo, se preguntaba cuál era.
-Ya voy –Respondió levantándose del cómodo sillón que había tras el escritorio y caminó pasando a su lado.
Katrina lo siguió, después de todo era su tutora y debía ver que hacían. Si, bueno... esa era su triste excusa.
-¡Oliver! –La niña abrazó al chiquillo apenas terminaron de bajar las escaleras.
-Suéltame –Dijo el amoroso de Oliver, mirándola como si ella fuese un alíen.
Violet lo soltó pero hizo un puchero, parecía que iba a hacer un berrinche pero se detuvo cuando él tomó su mano, hasta Katrina se veía sorprendido ante esa acción. La mirada del chico se suavizo.
-No te enfades -Pidió amablemente y luego la jaló levemente, ambos se desaparecieron escaleras arriba.
La rusa se quedó allí de pie, sin entender que acababa de ocurrir. ¿Su ángel de hielo se había suavizado ante la chiquilla? Pero si él no se llevaba con otros niños, el mismo Pritzker se lo había dicho, no tenía interés en hacer más amistades.
Mr. P vio los celos que sentía la muchacha y sonriendo se acercó a su oido, ella no lo vería pero si podría oírlo.
-Ella no merece que tome su mano ¿verdad? ¿Y que tal si te arrebata al niño que amas? -Sonaba suave, un susurro.
La joven miró a sus lados al escucharlo. Ella no veía al ente de traje que estaba junto a su oido, siseando palabras venenosas que invadieron su mente. Se mostró confusa, pues aunque comenzaba a hacerse a la idea de que los amigos de Oliver eran fantasmas o algo así, esa voz que oyó no se parecía a la de ellos, tampoco a la amable de Adam, era una voz sin procedencia.
-Espero que el párroco llegue pronto... -Murmuro para si.
-¿Porque ese niño, tu amado pequeño, dejo que ella estuviera a su lado? ¿Y si planea hacerte lo mismo que a Edith? Seria un buen plan... Tu quitaste lo que él consideraba un obstáculo, ya no le sirves...
Petrova se sujetó la cabeza entre las manos, cubriéndose los oidos. No le gustaba lo que oía, más que nada porque tenía sentido. Oliver nunca le había dicho que la amaba igualmente, "querer" no es lo mismo. Ella lo amaba, y no saber si era correspondida...
Sacudió la cabeza.
-Basta, basta... Deja de pensar en eso... -Murmuró bajo. Le dolía pensar en eso.
Oh, Katrina, patética reina manipulada por un niño de doce años al que amaba.
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Hola! ¿Como están? ¿El capitulo estuvo algo flojo? Les prometo que el siguiente es mejor(?) o bueno, en mi opinión lo es xD
Como sea, espero que les guste. Voten y/o comenten por favor.
#Dato curioso 2: Edith estaba embarazada cuando Katrina le disparó.
IvetteBellerosse💋