Maya y Farkle habían tenido una historia, una que en ocasiones preferían no contar. No porque no fuera hermosa - lo era - sino porque era difícil narrarla sin sentir algo, ver sus errores y dejar que las lágrimas recorrieran sus mejillas.
Quizás nunca se volverían ah enamorar, quizás nunca podrían estar juntos, quizás su amor no era tan fuerte como ellos pensaban, pero, aún así se amaban, estaban enamorados el uno del otro y podían sentirlo, una galaxia los invadía con sólo una miraba, ya fuera larga oh corta. Ahora, imaginen lo que sintieron con un abrazo, con tomarse de la mano, un beso oh esa noche en la que se amaron hasta el día siguiente.
Ellos lo sentían, sentían el Amor con todas sus letras en cada fibra de su ser, en cada toque. Y más sin embargo, nada de eso parecía suficiente, no cuando el mundo parecía conspirar en su contra.