Capítulo 7: Hermanas, besos y una estúpida resaca.
El día siguiente fue igual de entretenido que la noche del baile de bienvenida. Desperté en la misma cama que Summer, con un dolor de cabeza de los mil demonios y la misma ropa que el día anterior.
Lo primero que observé al abrir los ojos fue la cara de mi rubia amiga a unos pocos centímetros, logrando que me sobresalte cuando lanzó un largo y sonoro ronquido producido por su boca abierta. Algunos destellos de la noche siguiente se colaron en mi memoria y no pude evitar que se formase una tirante sonrisa en mi rostro al recordar la cercanía que se había producido con Freddie esa misma noche cuando me había besado. Pero mi sonrisa se esfumó tan pronto como llegó cuando logré encontrar otros recuerdos: Riley y Drake besándose dentro de la cabina fotográfica, esos extraños ositos de goma gruñéndome, Johnny dejando la fiesta de la mano de la princesa gitana, esa extraña escena con Summer y Patrick... Honestamente, era algo así como la bienvenida de un año increíblemente problemático, eso que oficialmente aún no comenzaban las clases.
Traté de incorporarme en la cama, pero simplemente logré que mi cabeza palpitara por el esfuerzo. Esa era la peor parte de las borracheras: la estúpida resaca. Tapé mis ojos al notar los rayos del sol infiltrarse en la ventana de la habitación entre las cortinas de color turquesa y zarandee un poco la pierna de Summer tratando de despertarla. Según el reloj de mi teléfono celular, eran aproximadamente las once de la mañana, y los sábados y domingos nos tocaba hacer fila en la cafetería para obtener nuestros almuerzos como simples mortales, puesto que no había ningún programa radial por transmitir.
Sin embargo, me aventuraba a pensar que la mitad del instituto se levantaría recién dentro de unas cuantas horas, según los estados de borrachera que había podido presenciar la noche anterior.
—Quita, tonta. —murmuró en voz casi inaudible, acompañada luego por un gruñido lento y perezoso.
—Hay algo que necesito hablar contigo. —me mordí el labio nerviosamente y ella me miró, abriendo un solo ojo.
—¿Qué quieres, Scar? —su voz sonaba como un largo quejido.
—Algo pasó anoche con Freddie...
Al notar el nerviosismo en mi voz, se incorporó se sopetón, para que luego tuviese que llevarse las manos en la cabeza entre gruñidos y maldiciones varias. Summer sabía lo que había ocurrido con Fred antes de las vacaciones, y ella había estado ahí para mí como la comprensiva mejor amiga que en realidad era, pero no imaginaba que algo ocurriera luego de que yo desistiera a intentar algo con él.
Sin embargo, mis planes cambiaron al verlo nuevamente.
Probablemente Fred no estaba tan cambiado como me parecía a mí, sino que a mis ojos era.... diferente. Diferente a como lo veía antes de ese inesperado beso.
Toda chica que lo observaba durante más de un minuto era una posible amenaza para mi, hasta el mas mínimo contacto con su piel hacía que mi cuerpo se volviese una gelatina y a decir verdad, no es como si tuviese intensiones de alejarlo de mi.
El torbellino de ideas que rondaban por mi cabeza no hicieron más que marearme, de tal forma en que tuve que agarrar mi estomago y mi boca con mis manos para no devolver todo el ponche etílico que tomé en mi momento de furia. Summer no tuvo la misma suerte que yo. Estaba desperezándose cuando, de la nada, le vino una arcada que provocó que llevara ambas manos a su boca: trastabilló con su vestido, cayó con fuerza de cara al piso, se dobló el pie y corrió al baño desesperadamente en plan de no vomitar en la nueva y peluda alfombra turquesa que había comprado a juego con sus sabanas y cortinas.
Me hubiese gustado reír por la situación, pero mi propio dolor de cabeza era suficiente para que aprendiera a mantener la boca cerrada. Nos tomó dos pastillas a cada una, una larga ducha caliente, un montón de maquillaje y lentes oscuros que nos viésemos presentables para salir al campus, pero el zumbido en mi cabeza no cesaba y Summer, además de la resaca, ahora tenía dolor en el tobillo.
¡Este si que era un buen comienzo del año escolar! ¿A que si?
Bajamos las escaleras como autómatas entre quejidos, y al bajar la situación no mejoró. Es como si el campus hubiese sido invadido por una horda de zombis adolescentes con gafas oscuras que gruñían y maldecían a cada paso que daban. Me sentía dentro de The Walking Dead, solo que sin la adrenalina y el miedo que producía la posibilidad de que un zombi te coma la cara. Tratamos de llegar a la habitación de los chicos, pero desistimos a medio camino y optamos por echarnos con Summer en el pasto, bajo la sombra de un gran árbol.
—¿Qué cosa tenías que contarme? —gruñó mientras se sacaba los lentes y se recostaba en el pasto.
Nota mental: El alcohol pone gruñona a Summer. O, más bien, la resaca.
—¿Recuerdas que anoche Fred vino a buscarme y parecía enojado? —asintió— ¿Y que me arrastró afuera? —volvió a asentir— Como que nos pusimos a hablar.
Ella elevó las cejas. Sabía perfectamente que no se trataba sobre eso.
—¿Sobre qué? —preguntó, de todos modos.
—Dijo que le confundía. Que primero lo defendía y después me enojaba por que los ositos de goma lo secuestraron.
—¿Los ositos de goma lo secuestraron? Scarlett, ¿de qué mierdas me estas hablando?
Suspiré, y opté por contarle resumidamente todo lo que había ocurrido. Una banda de ositos de goma llevándoselo lejos de mi, Sue McGregor llamándome estúpida y luego poniendo cara de haber visto a la mismísima muerte, las de Debate disfrazadas de conejitas play—boy mirándome como si yo tuviese la peste.
Summer arrugó la nariz y rompió a reír a carcajadas, y pude observar algunas lágrimas bajando por su mejilla. Casi olvidó que tenía resaca, pero entonces una fuerte punzada la obligó a arrugar la cara y volver a recostarse lentamente. Karma, pensé.
—¿Y qué ocurrió luego? —prosiguió, mirándome con la cabeza ladeada.
—Dijo que estaba celosa por que no tenía el coraje de decir que sentía algo por algo pero que no le quería ver con nadie más. —finalicé con una media sonrisa.
El rostro de la rubia se había transformado: sus ojos estaban abiertos de par en par y su boca era una perfecta "o".
—¿Y entonces...?
—Entonces me besó.
Llevó sus manos a su boca, sin poder ocultar una sonrisa, y saltó sobre mi cuerpo comenzando a golpearme y gritar efusivamente que "la princesa y el cerebrito se enamoraron".
No estaba enamorada de Fred, en realidad.
Es decir, me gustaba mucho y no podía controlar mis hormonas cuando le veía. Y quererlo, por supuesto que lo quiero, ha sido mi amigo por más de tres años, además de que él es una persona fácil de querer. Pero entre sentir eso y estar enamorada de él como tal había un abismo, no estaba en ese nivel.
Pero yo no sería quien rompiera la burbuja de felicidad en la que se encontraba Summer.
—¿Te imaginas lo bonitos que serían sus hijos? —Soltó de pronto— Algunos coloraditos y otros morenos, con tus pecas y sus ojos oscuros. Su inteligencia y tu sagacidad. Su altura y tu sonrisa. Su obsesión come—libros y tu... drama.
¿Primero estábamos enamorados y ahora ya estaba esperando algunos hijos coloraditos y otros morenos con Freddie? Como dije en un principio, Summer se caracteriza por ser... efusiva. Ella apresura y fuerza todo, incluso ha forzado nuestra amistad, lo que adoro de ella por que está en su esencia pero, vamos. Esto ya era mucho.
—Lo estas haciendo de nuevo —murmuré entre dientes mientras ella apretaba más el abrazo.
—¿El qué?
—Apresurar las cosas, Sparkie —ella ladeo la cabeza como si fuese un cachorrito—. Te digo que me besé con Freddie y tú ya estas casándonos.
Asintió y agachó la cabeza, luciendo aún más como un cachorrito. Uno herido. Y no pude evitar abrazarla.
—Hay algo más que debo contarte —dije recapitulando, volviendo sobre los pasos de la noche anterior. Lo que, déjenme decir, no era muy fácil de hacer cuando mi cabeza palpitaba como un tambor—. ¿Sabías que Rogers tiene una hermana?
Sus ojos se abrieron de par en par, su boca se había abierto nuevamente en una "o" y casi podía ver su mente trabajar a toda velocidad, con humo saliendo por sus orejas. Negó con la cabeza enérgicamente, dándome pie para que continúe hablando.
—Anoche hablé durante unos momentos con él y resulta...
—¿Anoche? —interrumpió.
—Si. Y entonces me dijo que en...
—¿Anoche hablaste con Rogers?
—Si, Summer.
—¿En qué momento? Por que no te he visto hablando con él —dijo la rubia mientras ladeaba la cabeza—. ¿No será producto del alcohol?
—No, Summer. Anoche hablé con Nick en la mesa del ponche, incluso nos embriagamos un poco juntos.
—¿Anoche?
—¡Por Dios, Sparkie! ¿Puedes dejarme terminar de hablar siquiera? —bufé, frunciendo el ceño. En ocasiones, solo en ocasiones, tenía fuertes impulsos por hacer que mis amigos se traguen todo el pasto de Ridgewell por lo tontos que resultaban ser a veces. Imagino que no soy la única que piensa esto, ¿verdad?
Ella levantó las manos al aire en son de paz y me dejó continuar hablando, por lo que agradecí con una sonrisa.
—Él me ha dicho que tiene una hermana menor pero que nadie sabía de esto por que ella no quiere soportar toda la "presión social" que implica ser pariente de Rogers.
—¿Qué clase de ser humano se avergüenza de ser hermano de Nick? ¡Seguro que debe ser físicamente perfecta, como él! —exclamó de pronto— Imagina lo popular que sería si...
—Ese es su punto —interrumpí la verborragia de mi amiga, que me miró ceñuda—. Al parecer, no quiere nada de eso.
Ella pensó unos segundos y luego se encogió de hombros.
—Entonces... ¿Hablaste con Rogers? —preguntó socarronamente, haciendo que juntara mis cejas— ¿Anoche?
De un salto me posicioné encima de su cuerpo, dejándola boca abajo en el pasto, mientras le gritaba "come pasto por maldita" y reía maléficamente cual bruja de Disney. Ni siquiera me di cuenta cuando pasé de estar encima de ella a estar en el aire, pataleando lejos entre los brazos de alguien. Comencé a moverme histéricamente, obligándolo a soltarme, mientras una risa muy familiar se oía detrás de mi cabeza. Solo me bastó con ver el color rojizo en las mejillas de Summer para notar que se trataba de Patrick.
—¡Suéltame, cara de nalga! —chillé. Y él se lo tomó demasiado literal. Por que en un abrir y cerrar de ojos caí sobre mi trasero, quedando sentada en el pasto con los ojos abiertos como platos— ¿Eres idiota o te caíste sobre tu cabeza de chiquito? —gruñí.
—Un poquito de esto, un poquito de aquello...
Bueno, al menos lo admitía.
—Permítame ayudarle, mi lady —dijo solemnemente, haciendo una reverencia en dirección a la nerviosa Summer que se mordía el labio inferior para no gritar.
En serio, podía verse desde donde yo me encontraba. Elevé las cejas sugestivamente a mi rubia amiga, quien me observó con cara de confusión. Vale, iba a decírselo, juro que estaba por decirle lo que había visto la noche anterior, pero no estaría de más mortificarla un poco en el proceso, ¿no? Después de todo, eso es lo que los amigos hacen.
Ella tomó su mano y se puso de pie al tiempo que se quitaba el pasto de los pantalones a sacudones nerviosos.
—¿Se puede saber por qué estabas haciendo que Sparkie comiera pasto, colorada psicópata? —me dijo divertido, haciendo que mi cara se contorsionara en un gesto de incredibilidad.
¿Patrick Wilson tratándome a mí de psicópata? Wow, simplemente... wow. Yo no creía que existiera tan poca vergüenza en este mundo.
—Lo dice quien logró que el profesor Mayer dejara la escuela luego de que lo acecharas durante un mes seguido —sonreí yo, y el me miró con su típica cara de "yo no fui"—. Summer estaba pinchándome, en realidad estaba pidiéndome a gritos que lo hiciera, solo apresuré un poco las cosas...
—¿Te pidió a gritos comer pasto?
—Lo hizo.
—¿Summer?
—Ella misma.
—¿Summer te pidió a gritos?
—¡Si, Patrick!
—¿Comer pasto?
Demonios, eran tal para cual. Y yo tan estúpida para caer por segunda vez con la misma idiotez. En el fondo, me lo merecía. Ellos simplemente no dejaban de chillar, agarrándose el estomago de la risa, todo esto a costa mía.
—No es para tanto, son unos dramáticos, ¿lo saben?
Me miraron incrédulos.
—¡La señorita "participaré en toda actividad teatral de Ridgewell" nos esta llamando dramáticos!
—Bienvenido al mundo del revés, Patrick —canturreó Summer, haciéndome girar los ojos.
Ellos estaban totalmente probando mi punto, y ni siquiera se daban cuenta.
—Como sea —suspiré yo, observando mis uñas con renovado interés. Volvieron a reír. ¿Es que era el día de "riámonos de Scarlett"?
—¿Han visto a Freddie? —soltó Pat, cambiando velozmente de tema.
Entonces Summer me miró y guiñó un ojo, haciendo que me sonrojara un poco. Ahora era ella quien disfrutaba a costa mía. Bien jugado, rubia.
—¿Por qué preguntas? —Aclaré mi garganta.
—Anoche no pude dormir. Cuando me dirigí a su habitación para dormir ahí, nadie me abrió —gruñó él, pateando un poco de pasto con el pie.
—¿Cómo que no has dormido?
—Como que estaba por dormir, pero no pude. Duh.
—¿Qué hay de tu habitación?
—Johnny metió a una chica a la habitación y me ha dejado afuera —se encogió de hombros.
Este es el momento en el que, en los dibujos animados, la mandíbula del personaje cae hasta el suelo y sus ojos salen de sus orbitas. Summer se mostró sorprendida, sin duda, pero a mi me afectó un poco más que a la rubia por que, punto número uno, Johnny era mi mejor amigo; punto número dos, sabía a que chica había metido a su habitación, y eso no me agradaba para nada.
Juro por todos los Dioses que le patearé el trasero cuando vea a ese hueco rubio oxigenado.
—Como sea —carraspeo Summer, retorciendo nerviosamente sus manos—. No, no vimos a Fred.
—¿Qué pasó conmigo? —susurraron a mi lado, provocando que salte del susto.
Fruncí el ceño hacia mi amigo, llevando mis manos a mi corazón que latía desbocado. Él simplemente sonreía en mi dirección, con esa jodida sonrisa de dientes perfectos. Mierda, yo amaba ese tipo de sonrisas.
—¡Eso no ha sido gracioso! —le grité, pero el simplemente elevó sus hombros. Y se acercó a mí con rapidez: en un tris tenía su aliento golpeando mi rostro. Y dejó un fugaz beso en mi boca, mientras acariciaba mi mejilla. Y me dedico otra de esas encantadoras sonrisas, y los otros dos nos miraban sorprendidos, con las bocas ligeramente entreabiertas.
Y supongo que podía decirse que era oficial.
—¿Qué demonios acaba de pasar? —preguntó un contrariado Patrick.
Iba a ser un largo día.
N/A: ¡Hola, gente bella! Es viernes, y significa que hay nuevo capítulo. Espero que estén disfrutando de la novela.
En otras noticias, ¡ahora estoy en Instagram! Y estaré subiendo cosas relacionadas a Drama Queen así que no duden seguirme. Estaré leyéndolos.
Sinceramente suya, Lu.
IG: LucyintheskyWDD
Posdata: Patrick Wilson en multimedia.