Luego de la misteriosa llamada, lo primero que vino a la mente de Elizabeth era que alguien la estaba siguiendo y que ese alguien podría ser el asesino.
Al día siguiente, en el trabajo, Elizabeth prefirió mantener eso en secreto, no quería alarmar a sus compañeros así que decidió dejar el asunto de la llamada a un lado y comenzar con la búsqueda de Lucy, la chica desaparecida de ayer.
Todos los agentes y ciudadanos de Adelaida se unieron a la búsqueda de la chica, sin muchas esperanzas de encontrarla con vida.
Pasadas las doce del mediodía se detuvo la búsqueda por un momento para que todos pudieran almorzar.
Un amable hombre de cabello oscuro y ojos color zafiro llevo varias hieleras con hamburguesas y refrescos para las personas que estaban ayudando y luego se fue sin decir nada.
Todos comían tranquilamente y la chica que repartía la comida estaba a punto de terminar. Al entregar las últimas hamburguesas notó algo extraño al fondo de la hielera y al parecer era una nota que decía:
Ahora Lucy estará en cada uno de nosotros, buen provecho.
Algo desconcertada llamó a Elizabeth quién al leer la carta se dio cuenta que era lo que estaba sucediendo
— ¡Todos dejen de comer! — gritó Elizabeth.
— ¿Qué sucede? —preguntó Richard.
—acaso no se han dado cuenta, ¡se están comiendo a Lucy! —gritó alterada.
El semblante de las personas cambió súbitamente al oír eso, tiraron la comida a un lado y mientras unos vomitan otros asombrados trataban de asimilar la noticia.
— ¿a qué te refieres, porque lo dices? —preguntó desconcertado.
—A esto —le muestra la nota —no le bastó al maldito con matarla sino que nos hizo buscarla en vano y luego esto —dijo alterada.
—No lo puedo creer—dijo en shock.
—Richard ¿quién trajo esta comida? —preguntó Elizabeth.
—No lo sé, era un hombre alto, caucásico, de ojos claros nada más vino y el dejo allí —dijo intentando recordar.
— ¿no sabes su nombre? —dijo atónita.
—cálmate Elizabeth, él simplemente dejó las cosas y se fue, quién iba a pensar que pasaría esto
— ¿pero cómo puedes tomar esto tan a la ligera eh?, comimos carne humana, no sabemos quién hizo esto y para colmo tú no haces bien tu trabajo —dijo enfurecida.
—Está bien Elizabeth —dijo apenado —llamaré a los forenses y...
— ¿para que los vas a llamar?, todas estas personas acaban de comerse a Lucy, ya no tenemos rastro de ella, esto es inaudito.
—esto no se va a quedar así
Luego de ese escabroso momento Elizabeth y Richard fueron a la comisaría a reportar lo sucedido mientras, del otro lado de la ciudad, algo malo estaba por pasar.
. . .
Una joven de cabello oscuro, rostro de ángel y una mirada que parecía el mismo cielo salía de clases en la universidad cuando un hombre alto, cabello castaño claro, piel blanca y unos asombrosos ojos verdes se acercó a ella para pedirle una dirección.
—disculpa, ¿como llego a esta dirección? —saca un mapa y le señala el lugar.
—Solo camina unas cuadras arriba, giras a la izquierda y listo —dijo amablemente.
—gracias, quieres un café —preguntó el lindo chico.
La chica se había enamorado del sujeto a primera vista, y con esos ojos y ese cuerpo atlético y masculino quién no.
—Si —dijo sonrojada —vamos
—qué bien que dijiste que sí, eres una chica muy linda y me gustaría conocerte más, ¿cuál es tu nombre?
—Lizbeth, mi nombre es Lizbeth, ¿y el tuyo?
—mi nombre es Jordan, gusto en conocerte, pero no perdamos tiempo y vamos
Ambos comenzaron a caminar rumbo al café, y al parecer Jordan no estaba tan perdido como parecía ya que conocía el muy bien el camino hacia allí
(En el café)
—Jordan, ¿puedo preguntarte algo?
—si no hay problema
— ¿vives aquí?
— ¿en el café? —dijo bromeando.
—no, me refiero a la ciudad, ¿eres de Adelaida?
—sí, ¿porque la pregunta?
—no por nada, iré al baño vuelvo enseguida
Al regresar, ya habían traído el café sin embargo Jordan se notaba algo extraño.
—Lizbeth lo siento, se me hace tarde, no podré tomarme el café aquí, tengo que irme
—no hay problema, vámonos juntos, yo también tengo que regresar a casa
—Qué bien vamos —dijo Jordan.
Salieron del café y en camino conversaban sobre cosas triviales sin embargo Lizbeth notó que habían tomado otro camino.
— ¿ya no irás a la dirección que me pediste?
—ya es algo tarde, seguro ya está cerrado pero no importa, puedo ir otro día
— ¿porque vinimos por aquí Jordan?
—pensé que querías ir a mi casa
—no dije eso, pero igual vamos
Lizbeth no podía decirle que no a esa hermosa cara sin embargo será algo de lo cual no se podrá arrepentir.
Llegaron a casa de Jordan, estaba en un lugar muy silencioso, era una residencial con casas muy preciosas pero muy alejadas una de otra.
Al entrar, Lizbeth se sentó en el sofá de la sala mientras Jordan iba a su cuarto a dejar su cosas, Lizbeth se había ganado la lotería, un chico lindo y rico es algo que no podía dejar pasar.
Jordan se asomó al borde de la escalera y le dijo:
—tomaré una ducha rápida, ya vuelvo siéntete, como en casa,
—gracias, no hay problema
Lizbeth usaba su teléfono mientras esperaba a Jordan, cuando de repente escuchó un fuerte estruendo venir del piso de arriba
— ¡Lizbeth, ayúdame! —gritó Jordan.
Sin pensarlo dos veces subió a ver qué pasaba y al entrar en su habitación lo vio totalmente desnudo en el suelo, con su toalla a un lado y con una cara de dolor.
Lizbeth no sabía si ayudarlo o simplemente observar su escultural cuerpo, sin embargo hizo lo primero.
— ¿Estás bien?—preguntó asustada.
—un poco, tropecé y me golpeé la pierna
—que mal, déjame ver
—si no hay problema, aquí fue el golpe
Decía señalando su pantorrilla mientras con la otra mano tapaba su "paquete"
—Tienes una lindas piernas —dijo mordiendo su labio inferior—es decir, ¿te sientes mejor?
—Sí, aunque creo que el golpe fue más arriba, creo que fue aquí —dijo señalando su muslo.
— ¿aquí? —dijo Lizbeth acariciándolo.
—ooooh si allí —dijo Jordan aliviado.
—me alegra que te sientas mejor
—Y podría estarlo aún más si... —dijo pícaramente.
—sí ¿qué?—dijo Lizbeth.
Jordan la tomó de la barbilla y se acercó para robarle un beso, Lizbeth ni corta ni perezosa hizo lo mismo mientras aún tenía su mano sobre el muslo de él.
Las emociones comenzaron a brotar y Lizbeth pasaría uno de los mejores momentos de su vida sin saber que ese iba ser el último de ellos.
Jordan comenzó a desvestirla lentamente, sus fuertes y robustas manos acariciaban el suave y curvilíneo cuerpo de Lizbeth quién sentía como su todo su interior comenzaba a estimularse y como sus latidos se aceleraban con cada segundo que pasaba.
Jordan era un genio en la cama, sus caricias le ponían la piel de gallina a Lizbeth quién disfrutaba cada roce de dedos sobre su piel.
Lizbeth acariciaba el sexy y suave trasero de Jordan, él era un Adonis completo, sus hombros, su pecho su brazos, todo en él era perfecto y excitante.
Su enorme y hermoso miembro rozaba la entrepierna de Lizbeth haciéndola sentirse en el paraíso sin saber las cosas "divertidas" que vendrían luego.
Como todo un caballero, Jordan comenzó dándole un masaje en la espalda mientras la erección comenzaba al aparecer, la temperatura comenzó a subir y las cosas se podrían muy calientes.
—Voy a hacerte mía —susurró Jordan.
—Claro que sí, házmelo ahora —dijo Lizbeth excitada.
—la pasaremos genial en un rato
—Querrás decir ahora —dijo Lizbeth.
—si como sea, espero disfrutes este momento como si fuera la última vez que lo hicieras.
— ¿por qué lo dices?
—no preguntes solo disfruta
Dijo mientras comenzaba a besar su cuello y sus finos labios.
Ambos estaban cara cara y Lizbeth notó algo diferente en el rostro de Jordan
—Jordan, ¿tus ojos no eran verdes? —dijo mirando su azul y profunda mirada.
—eran lentes de contacto, las apariencias suelen mentir a veces, sin embargo, no te miento al decirte que la pasaremos de maravilla —dijo misteriosamente.
—menos plática y más sexo —dijo la fogosa Lizbeth.
Las cosas empezaban a ponerse divertidas, sin embargo, el verdadero juego estaba por comenzar.
Del otro lado de la ciudad, en la comisaría, Richard se preparaba para ir a casa cuando su teléfono comenzó a sonar.
El número desconocido lo hizo dudar un poco sin embargo contestó la llamada para saber de quién se trataba
—hola
— ¿Disfrutaron su almuerzo? —dijo una extraña voz.
— ¿Quién habla? —dijo asustado.
—soy quien menos esperas
— ¿qué clase de broma es esta?
—puedo notar el miedo en tu mirada, te ves muy asustado, deberías calmarte un poco
—ya basta, esto no es gracioso
—Tal vez para ti, porque para mí es muy divertido —dijo riendo.
—¿qué es lo que quieres, ya deja de hacer esto?
—sabrás lo que quiero hasta que lo tenga, sin embargo ten cuidado con ella, porque las apariencias engañan...
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NOTA
Gracias a todos por leer mi historia, ver su apoyo y ver que disfrutan mi historia me hace realmente feliz.
Lamento haberme tardado en actualizar, he tenido problemas de la vista ya que mi carrera exige que pase todo el día frente a la computadora haciendo que mis ojos trabajen de más sin embargo jamás dejaría mi mayor obra sin concluir y a ustedes esperando.
Espero les esté gustando todo hasta ahora, uno a uno los secretos comienzan a develarse mientras otros nuevos aparecen.
No olviden comentar sus especulaciones y opiniones y los invito a descubrir que quiere y quién es
Él asesino de ojos azules
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