—Elixir...—Dijo Darrelle hipnotizando con la vista de la sustancia intangible.
—Quien hubiera imaginado que esta cosa se crearía con la unión de nuestra sangre hirviendo a la batalla—Diana sonrió.
—Entrégame eso ahora mismo.
— No lo haré, en tus manos será muy peligroso y nuestra batalla aún no concluye.
— ¡Entonces te lo quitare por la fuerza! —Grito volando a una mayor velocidad.
Diana lo esquivo fácilmente, ahora que tenía el Elixir en sus manos la velocidad no era un problema además de considerar a Darrelle demasiado lento, una chispa divertida se plasmó en los ojos de Diana acompañada de una sonrisa triunfal, ansiosa de darle más pelea avanzo rodeada de la luz y choco sus fuerzas con las oscuras del dragón, esto colisiono la creación de más figuras celestes como las estrellas, la batalla fue tomando un ritmo de 500 años más, las galaxias tomaron forma, las nebulosas y los planetas.
—Cada vez que peleo contra ti se originan más cosas molestas—Gruño Darrelle debilitado.
La sangre del dragón y la de Diana sirvió para la creación del nuevo universo, esto gano más esperanzas para la joven bruja, mientras Darrelle solo deseaba arrebatarle aquel Elixir y destruir todo a su paso, la luz ganaba terreno en el inmenso universo infinito y la oscuridad quedaba más debilitada.
—Quiero que sigamos luchando Darrelle, ¿No estás emocionado de batallar? —Su entusiasmo de Diana se fue al máximo.
—Quiero destruirte y obtener ese elixir—Darrelle gruño.
—No te será posible si yo no te dejo—Se burló.
—Mocosa impertinente, borrare esa sonrisa de tu estúpido rostro—El dragón se aproximó a una enorme velocidad.
La joven bruja lo esquivo de una forma sencilla— ¿Eso es todo lo que puedes hacer?
— ¡Maldita! —Grito la creatura.
En una batalla donde la sangre era el principal ingrediente era beneficioso para Diana, ambas fuerzas salían heridas por los constantes choques, solo que Darrelle ahora resulto más herido en la batalla que la misma joven bruja. Faltaba que llegara la vida a los planetas cercanos, el tiempo y Diana terminaría su labor, no se explicaba porque entre pelea, sudor, heridas no se creaba la vida, necesitaba de ese último factor para terminar.
Diana se detuvo—Darrelle.
Él dragón dejo de moverse, estaba exhausto y herido de gravedad en todas partes de su cuerpo— ¿Qué quieres?
—Tu posees la magia de la necromancia ¿cierto?
—Sí, ¿Y eso qué? —Gruño.
—La clave para traer la vida a este universo es por medio de tu magia, necesito que lo hagas.
Darrelle enfurecido dijo—Niña insolente, a mí nadie me ordena que hacer.
—Entonces tendré que obligarte hacerlo—Tenso la mandíbula y con la luz celestial que la rodeaba avanzo a gran velocidad impactando sus energías con las oscuras de la creatura.
Como resultado Darrelle salió más lastimado con el impacto y de su enorme hocico escupió sangre.
— ¡Mierda! —Grito furioso— ¡¿Cómo alguien tan insignificante como tú me está causando estás heridas?!
—Te dije que no me subestimaras, ahora estas pagando las consecuencias.
Darrelle rechino los dientes, sus ojos ya no miraban a Diana con la misma excitación y deseos destructivos, ahora fue remplazando por el miedo, desesperación, desosiego, confusión, terror e impotencia, como golpe al estómago se lamentó subestimarla y no destruirla cuando antes pudo hacerlo, antes deseaba una pelea entretenida y la destrucción moral en la joven bruja pero todo había cambiado con la presencia de aquel elixir, Darrelle a toda costa codiciaba tenerlo. Sus ojos amarillos y brillantes fulminaban a la joven bruja mostrando algo de dilatación en ellos, pero sobre todo apreciaba el elixir gris que aún conservaba Diana en sus manos, eso le daba la fuerza suficiente para manejar la situación, si se lo arrebataba entonces ella bajaría la guardia y caería en la oscuridad de nuevo.
—Oye niña, quiero hacer un intercambio contigo—Dijo el dragón.
— ¿Un intercambio? —Repitió Diana sorprendida.
—Sí, yo traeré la vida usando mi magia de necromancia y a cambio yo quiero que me entregues ese elixir que tienes en tus manos—Miro el líquido intangible— ¿Qué dices? —Levanto la mirada hacia ella.
—Me niego—Contesto cortante
—Es una proposición e intercambio razonable, ¿Por qué te niegas a entregármelo?
— ¿Acaso no es obvio? —Comento irónica—Si hiciera eso te harías más poderoso y comenzarías una destrucción incontrolable de todo lo que se ha creado.
—Entonces quieres imponer condiciones—Dejo de hablar por unos instantes—Muy bien, si me lo entregas prometo que no destruiré nada, ningún cuerpo celeste será exterminado.
— ¿Y que hay con los seres vivos? —Pregunto aún llena de dudas.
—Ellos tampoco serán destruidos, nada que sea existente será tocado por mis flamas oscuras—Comento Darrelle extendiendo una sonrisa entre dientes.
— ¿Qué hay de lo que existirá a futuro? —Cuestione.
—No tocare ni un solo cabello de ellos—Aseguro borrando la sonrisa.
Fruncí el ceño no muy segura de sus palabras— ¿Cómo puedo confiar en que cumplirás tu palabra?
—Niña, te lo estoy comprobando con este estúpido discurso, ¿Qué más esperas? —Replico enfadado.
—Entonces hagamos un hechizo para conjurar una promesa, si tú la rompes entonces serás destruido por tu magia, ¿Qué tal eso?
Darelle gruño—Debes estar bromeando, no me prestaré para que arrojes un maleficio como ese.
—Si quieres que te crea entonces haz caso, no tienes de que preocuparte si piensas cumplir con tu promesa—Se encogió de hombros mientras extendió una sonrisa.
Eso frustraba los planes del dragón oscuro, ¿Cómo obtendría semejante poder si no lo utilizaría en algo que más deseaba?, la destrucción y el caos formaban parte de su naturaleza oscura, no podía permitirse ser manipulado por un ser de la luz como ella, a este ritmo engañarla bajo otro plan resultaba imposible.
— ¡No haré tal cosa mocosa estúpida! —Grito furioso.
—Sabía que algo tramabas con esa promesa poco fiable, seres de la oscuridad como tú no son de fiar, eres ambicioso, abusivo, envidioso, orgulloso, egocéntrico y muy megalómano—Replico Diana entre dientes.
—Di lo que quieras—Se burló—Mientras no obtengas la magia de la necromancia y yo sí, te será imposible traer organismos vivos.
—Algún día haré que te arrepientas de haber rechazado mi propuesta—Ignoró la mueca burlona del dragón conservando la calma.
— ¿Algún día? ¿Qué es eso? —Pregunto con ligera curiosidad.
Diana no se sorprendió de la confusión en la creatura, mirarlo tan confundido era un sentimiento agradable, superior y seguro que se conservó en su corazón, un deseo de contarle los 365 días al año, las 24 horas del día, décadas, lustros, siglos, milenios, ciclos y los millones de años, el tiempo que paso batallando contra él, una necesidad de contestar a sus preguntas se profundizo en su conciencia, pero a ciencia cierta desconocía si esto abriría una brecha para su descontrolada destrucción de los cuerpos celestes, Darrelle deseaba volver a su soledad acobijado por la oscuridad y sin embargo Diana deseaba lo contrario, un dragón de la maldad como él jamás comprendería el sentimiento empático que los demás ejercen en la realidad, atrapado en su conformismo de la soledad solo acrecentaba más el enojo de Diana.
—Sabes Darrelle—Suspiro pesadamente—Me he dado cuenta que te odio con cada milenio que transcurre aquí.
—El sentimiento es mutuo—Sonrió Darrelle de una forma desafiante que a su vez fue amenazante—Como desearía terminar con tu vida de una buena vez, pero ese elixir te protege—Gruño.
—Yo deseo lo mismo pero la creación de la vida pende de un hilo, destruirte con mis manos sería demasiado fácil.
—Mira cómo está la situación, yo deseo ese elixir y tú deseas la vida—Dio una leve risita— ¿Por qué retrasas esto? Puedo hacer el trato contigo inmediatamente.
—Será porque confió demasiado en ti—Contesto sarcástica—Estamos en la cuerda floja porque ninguno de los dos podemos tener lo que el otro desea.
Darrelle emitió otro gruñido de disgusto, ambos estaban frustrados con su terquedad, solo que Diana era más paciente a la espera, la chispa de luz se eliminó más en ella, trato más que nada traer todo a la vida, una causa noble que el mismo elixir concibió en ella, desear tener algo pero no utilizarlo, la causa que mantenía la sustancia intangible a lado de la joven bruja, bastaba su nobleza y su corazón puro para obtener un poder inimaginable.
—Sigamos peleando y te demostrare que ese Elixir me pertenecerá—Contesto Darrelle mirando con furia y desprecio a su oponente.
—Entonces ven y atácame Darrelle—Extendió ambos brazos de una forma desafiante y con el movimiento de sus dedos le ordeno que iniciara.
La creatura perdiendo los estribos fue al ataque tras ataque, soltando sentimientos de impotencia, desesperación, odio, resentimiento y con un gran deseo de la aniquilación de Diana. La batalla se dio por otros 100 años más, pronto las fuerzas del dragón disminuían en algo insignificante, mientras la joven rubia se ocupaba de tomar lapsos de descansos con los segundos en que alejaba por unos instantes la bestia.
—Termina con mi vida de una vez—Dijo Darrelle con la respiración agitada y el cuerpo pesado.
— ¿Ahora quién es el que cae en la desesperación? —Se burló.
— ¡Cierra la boca! —Grito furioso.
— ¿Quién es el que suplica ahora Darrelle? —Pregunto Diana con irania que a su voz estaba excitada con los aires de batalla.
El dragón la fulmino, sus enormes ojos amarillos y colmillos afilados dando a caladas a su aliento frio e incoloro, los gruñidos bestiales y de resentimiento, algo en Diana hacía que experimentará muchas emociones y que al mismo tiempo jamás sintió, le daba un camino al sentido de su vida, si llegaba a morir en manos de alguien deseaba que fuera ella, la única que mostro interés entre el odio y la rivalidad fue esa joven bruja, algo en su interior quería creer que ella acabaría con su vida, no había un después, solo un ahora, con nadie quien termine con su existencia solo deseo batallar contra Diana y esperar que su deseo se cumpla.
Continuara.