Estaba seguro de que Halsey lo hizo a propósito, si sólo hay una mujer aquí, y era ella. ¿Que pretende? ¿Que nos besemos entre nosotros? Que ni lo sueñe porque eso no va suceder. Nunca.
― ¡Es tu turno, Halsey! ―dijo Brendon, emocionado. Creo que el alcohol lo había afectado, porque el odiaba jugar estas mierdas, al igual que yo.
― Bien, aquí voy ―Halsey giró la botella mientras sonreía de manera exagerada. Estaba como... hiperactiva.
― Este juego es una mierda ―me queje.
― ¡Callate ya será tu turno! ―recibí un manotazo por parte de mi mejor amiga.
La botella se detuvo justo en frente de Spencer.
― Bien, tienes estas opcio... ―Brendon no terminó de hablar porque Halsey se lanzó arriba de Spencer, para besarlo sin vergüenza alguna. Y era obvio que lo haría, si se notaba que le encantaba, y más que ahora estaba alcoholizada.
― Halsey...
― ¡No me jodan recién empiezo! ―gritó separándose de Spencer, aprovechó para tomar aire y siguió besándolo. Todos parecían disfrutar viéndolos a ellos besarse, excepto Tyler, que seguía con la misma cara de horror desde que vio a Halsey bailar arriba de la mesa.
Después de un largo, pero largo tiempo, ambos se separaron y se reincorporaron en la ronda. Brendon giró la botella, diciendo que le daría un beso con lengua al que le tocara, incluso si era yo. Traté de no reír mordiendo mi labio inferior, la botella giraba hasta que paró justo delante de nada más y nada menos que Dallon. Esto iba a ser interesante.
― No puedes cambiar, tienes que hacerlo si o si. ―informó Hals―. O recibirás un castigo.
― ¿Y que castigo sería ese? ―preguntó Brendon.
― Mmm no lo sé, ¿correr desnudo en la calle con el frío que hace? Piénsalo.
― Al diablo con esto, Dallon ven aquí.
Creí que sólo bromeaba, pero cuando Brendon tomó a Dallon de la manga de su chaqueta me dio a entender que no lo decía en broma, para nada. Entreabrí la boca sorprendido, mirándolos a ambos, no me causaba asco, sólo me mantuve quieto en mi lugar observando como sus labios se movían, y como sus lenguas luchaban entre ellas.
― Esto se parece a un video porno que vi hace un tiempo ―confesó Halsey mirando emocionada la escena. Yo fruncí el ceño.
― Ew, ¿te gusta el porno gay?
― Si ¿A quien no? ¡Hey, Tyler! ¿A ti te gusta, cierto? ―ella se dirigió al castaño, quien estaba cruzado de piernas jugando con la manga de su jersey.
― ¿Q-Qué? ―exclamó rojo de la vergüenza―. Yo n-nunca vi... p-porno.
― ¡Oh pues te encantara! A todo el mundo le gusta.
― A mi no ―dije rápidamente.
― Si, por ahora ―se rió en mi cara y le dio otro sorbo al vaso de cerveza que sostenía.
― Espera, ¿Que quieres decir con "por ahora"? ―pregunté, pero no obtuve respuesta.
Entre besos y más besos por parte de todos, me tocaba a mi, era mi maldito turno y lo peor es que si o si tendría que hacer "7 minutos de gloria" con la persona que me tocara. Puede que estaba ebrio, pero lo suficientemente consciente de mis actos, giré la botella con algo de nerviosismo, sentía las miradas de todos mis amigos ebrios, y hasta la mirada inocente de Tyler.
"Cualquiera menos Tyler" repetía una y otra vez en mi cabeza. No me importaba que me tocara con Brendon, él entendería perfectamente y no haríamos nada, y con Halsey... bueno, debía admitir que estaba buena, pero era mi mejor amiga y si llegase a pasar algo todo se tornaría bastante raro, y no quería eso. La botella comenzó a disminuir de velocidad y mis ganas de vomitar aumentaban.
Y como si la vida me odiara, la botella se detuvo justo en frente de Tyler.
― Prefiero el castigo ―apresuré en decir. Ellos rieron.
― El castigo es que Tyler debe darte una nalgada ―Brendon soltó una carcajada.
― ¡¿Que?! ¡Nadie dijo nada de una maldita nalgada!
― Ya lo decidimos, Josh.
Entonces me coloqué de pie cuando Halsey tiró de mi muñeca. Me guió hasta un pequeño armario, alejado de todos, Brendon traía a un Tyler sonrojado de la muñeca también, lo peor de todo es que él no se negaba ¿acaso yo le gustaba? Bueno, siendo sincero nadie se resiste a tremenda belleza.
― 7 minutos ahí dentro. ―dijo Halsey.
― Si quieren pasar a mayores, allá hay una habitación vacía ―señaló Brendon la escalera, Halsey le dio un empujon.
― Desearía romperles una botella en la cabeza. ―confesé apretando los puños.
― Mejor ve a romperle la boca a Tyler de un beso. ―mis dos mejores amigos rieron y se quedaron allí, esperando a que entrara―. De aquí no nos movemos hasta que entres.
No dije nada. Preferí guardar silencio.
Metieron a Tyler, luego Brendon practicamente me empujó. El ruido de la puerta siendo trabada me hizo sobresaltar. Mi espalda chocó contra una silueta pequeña y delgada. Tyler estaba detrás de mí, apenas giré ya que el lugar era pequeño, no veía un carajo.
― ¿E-Estas bien? ―pregunté al ver la cara de preocupación de Tyler.
― Este lugar es m-muy pequeño...―vi como su manzana de Adán se movía mientras tragaba saliva.
― Oh, no te preocupes pron...
― ¡No escucho ruidos de labios besandose! ―el grito de Brendon a través de la puerta me interrumpió―. Hasta que no se besen de aquí no salen.
― Ellos no van a enterarse ―susurré.
― ¿D-De qué?
― De que no nos besamos.
― P-Pero el juego...
― Un momento... ¿Tu no querías besarme? ¿O si? ―retrocedí hasta que mi espalda chocó contra la otra pared del pequeño armario.
― Y-Yo....
― Olvídalo ―lo interrumpí―. Esto es tu culpa. Si no hubieras venido ahora no estaríamos jugando a este absurdo juego. ¡Ahora no estaría aquí contigo en un armario oscuro! ―traté de no gritar lo suficientemente alto como para que los otros dos no escuchen.
― ¡Oye! ¡No es mi culpa! ¡Yo sólo quería divertirme y hacer amigos nuevos!
― Oh me parece perfecto que lo hagas, estoy orgulloso de ti. ¡Pero ellos son mis amigos! ―di un paso más adelante, tratando de intimidarlo. Y lo logré, Tyler retrocedió.
― No son de tu propiedad. ―dijo él mirándome a los ojos.
De repente el raro sueño que tuve con él vino a mi mente. Como me miraba de esa forma estando entre mis piernas, haciendome una mamada que, madre mía, era una maravilla. No sé si eran los efectos del alcohol o qué, pero comenzaba a calentarme y no me gustaba para nada estar a solas con Tyler. Mierda.
Seguramente ni dos minutos han pasado. Intenté pensar en otra cosa pero no podía, menos con Tyler teniéndolo tan cerca.
― Mierda... ―murmuré cerrando los ojos. El calor en mis mejillas comenzó a subir.
― ¿Estas bien? ―preguntó Tyler, su mano tocó mi brazo y rápidamente lo aparte.
― Si, yo... ―tomé el inicio de mi jersey y me lo quité―. Tengo calor, nada más.
― Oh.
― ¿Por qué los minutos pasan tan lento? ¡Quiero salir de aquí! ―agarré el cerrojo, que fue inútil porque Brendon trabó la puerta―. ¡Los odio! ugh, en especial a ti.
― Yo no te he hecho nada ―Tyler se defendió.
― Si que lo hiciste. ¿Quieres saber? ―volví a acercarme de manera amenazante. Él retrocedió.
― Si ―tragó saliva.
― ¿Quieres saber cuanto te odio? ¿Eh? ―apoyé mi mano en la pared, sobre su hombro. Y ahí estaba esa mirada nuevamente, sus ojos oscuros y brillantes, esas mejillas rosas y sus labios entreabiertos, algo me decía que para nada estaba asustado, lo veía... excitado. Oh mierda.
Y eso no era lo peor, si no, que yo también lo estaba.