Antes de seguir con su plan, Jonathan le puso firma a su macabra obra y luego preparó todo para irse a trabajar.
Del otro lado de la ciudad Elizabeth y Richard seguían analizando el último cadáver que encontraron sin ninguna prueba más que la marca del ojo en su muñeca.
—no puedo creer que aún no hemos encontrado a ese desquiciado —dijo Richard molesto.
—calma Richard, hay que estar tranquilos, este es probablemente el caso más grave que hemos llevado hasta ahora, no hay tiempo para berrinches —dijo con firmeza.
—lo siento Elizabeth, pero no puedo creer lo perturbado que está ese sujeto, mira lo que le hizo a esta chica —dijo señalando el cadáver —hay más gente en peligro y aún no tenemos nada concreto —dijo frustrado.
—estos no son simples asesinatos, debe haber algo más oculto —dijo Elizabeth pensativa.
— ¿por qué lo dices? —dijo Richard.
—todas las víctimas son rubias, de ojos azules y muy atractivas...
—Igual que tú —interrumpe Richard.
—jajá, que gracioso — dijo con sarcasmo —como sea.
A todas les saca el corazón y les deja la marca de un ojo, todo esto es parte de un patrón que espero comprobar si aparece otra víctima —dijo Elizabeth.
— ¿y si tal vez no es así?
— ¿A qué te refieres?
—me refiero a que si las muertes en realidad no están conectadas.
—Podría ser, aunque no descarto algo más —dijo Elizabeth.
— ¿Cómo qué? —dijo Richard.
—Nada olvídalo, vamos, al parecer tenemos un reporte de una chica desaparecida, — dijo mientras revisaba su celular —seguro tiene que ver con el asesino al que estamos buscando.
—no perdamos tiempo, en marcha.
Luego ambos fueron a la comisaría de la ciudad para hablar con el novio de la chica que estaba desaparecida.
Al llegar al lugar, se dirigieron al escritorio del comisario donde estaba el joven y de inmediato comenzaron a interrogarlo.
El joven tenía un brillante cabello castaño claro y unos asombrosos ojos azules y al parecer se veían muy preocupado o al menos eso parecía.
—buenas tardes, soy la agente Elizabeth, ¿cuál es su nombre?
—Soy Joe, necesito ayuda, mi novia... —dijo asustado.
—ya sabemos está desaparecida —interrumpe Richard —así que ahórrate eso y mejor dinos ¿cuándo fue la última vez que la viste?
—fue el viernes por la noche, ella quería salir con sus amigas a una fiesta pero no podía dejar que sucediera, discutimos un poco y luego se fue y no la he vuelto a ver desde entonces.
— ¿y porque discutían?
—yo no quería que fuera a la fiesta, ya sabe, con los rumores de un asesino en la zona no podía dejar que arriesgase su vida.
—vaya, con que sabe del asesino, ¿y cómo se enteró de ello si ni siquiera ha salido en los medios? —dijo Elizabeth.
—bueno yo —dijo titubeante. —yo vi como un tipo arrojó un cadáver al basurero hace algunos días y eso me preocupó.
— ¿y porque no nos avisó eso antes?
—tenía miedo que algo me pasara a mi o a mi novia
— ¿cuándo sucedió eso?
—el sábado por la noche
—una última pregunta, ¿cómo luce tu novia?
—rubia, alta, piel blanca y ojos verdes
— ¿verdes? —dijo Elizabeth asombrada.
—si ¿por qué?
—por nada
— ¿tienes una foto de ella? —dijo Richard.
—Si tomen —le entrega la foto —espero les sirva de ayuda
—claro, no se preocupe, enviaremos a varios agentes a buscar por la zona, no descansaremos hasta encontrarla, por ahora puede irse.
—Muchas gracias —dijo sonriente.
—muy bien Richard vamos tenemos que...
Justo antes que terminara la oración una chica entró desesperada a la comisaría
La chica era una sensual pelirroja quien tenía una cara de angustia que denotaba en su mirada color miel.
—cálmate, ¿qué te sucede?
—mi amiga está desaparecida deben ayudarme ella...
—si ya sabemos, se fue a una fiesta y no regresó, su novio nos contó eso.
—no, no, no, Ella, no tiene novio
— ¿tu amiga no es Laura Michaels?
—no, ella se llama Lucy Harrison.
—o sea que tenemos a dos personas desaparecidas —dijo Richard.
—algo no está bien Richard, vamos, no hay tiempo que perder
Luego de hablar con la chica salieron de inmediato a buscar refuerzos para comenzar la búsqueda pero Elizabeth sentía que algo no tenía sentido en todo esto.
—no lo sé Richard, algo no anda bien
— ¿A qué te refieres?
—ese chico se miraba muy extraño y...
El radio transmisor sonó y una oficial dijo:
—patrulla 369 me copia. Cambio
—sí, te copio ¿qué sucede? Cambio
—hay un 3315 en la calle Warren, necesitamos que vengan de inmediato. Cambio
—vamos para allá. Cambio y fuera
Luego de la llamada, Richard y Elizabeth se dirigieron a la escena y se toparon con algo realmente macabro.
Una chica estaba atada de pies y manos a una estaca de madera, la sangre chorreaba de su destrozado pecho haciendo un enorme charco del líquido carmesí, su cara lucía intacta a excepción de unos cuantos rasguños y un detalla aún más perturbador, sus párpados estaban costurados.
Su aspecto sumamente inquietante parecía sacado de una película de terror y la expresión que tenía su estático rostro era simplemente espeluznante.
A un lado de su inerte y destrozado cuerpo había un frasco con algo dentro y al verlo con detenimiento se dieron cuenta que eran un par de brillantes y ensangrentados ojos verdes
—Pero qué demonios pasó aquí —exclamó Elizabeth al ver la escena.
—al parecer la dejaron aquí por la mañana —dijo uno de los agentes. —El cadáver tiene un estado leve de descompresión por lo que parece que fue asesinada hace poco
—Bueno al menos encontramos una, falta la otra —dijo Elizabeth con sarcasmo.
—Ella es la chica, coincide con la descripción que el sujeto nos dio y mira —saca la foto —, sin duda alguna es ella.
—Algo anda mal, todo está pasando demasiado rápido, como si todo estuviera planeado —dijo Elizabeth.
—cálmate Elizabeth, no seas paranoica, dejemos que los forenses revisen la escena mientras nosotros vamos un rato de paseo, hace tiempo que no salimos y podríamos hacerlo ahora.
—hablas en serio Richard, acabamos encontrar el cadáver de una chica desaparecida y tú piensas en salir a comer. —dijo molesta.
—lo lamento Elizabeth, solo quiero que te distraigas un poco, todo esto te está afectando mucho y es momento que te relajes un poco
—Tienes razones Richard, vamos, creo que por hoy terminamos —dijo Elizabeth exhausta —lleven el cuerpo a la morgue, luego le daremos la noticia a su novio pero primero hay que asegurarnos que sea ella.
—entendido.
—Ya vez, no era tan difícil como creías —dijo Richard.
—tienes razón, ¿y a dónde iremos?
—es una sorpresa, tu solo acompáñame
—umm suena bien vamos
Luego Richard y Elizabeth salieron rumbo al restaurante Lorenzo a disfrutar de una agradable velada.
—aún con la ropa del trabajo luces divina.
—gracias Richard, debo admitir que está ha sido una noche única, y única porque no se repetirá hay mucho trabajo y...
Richard puso su dedo en la boca de Elizabeth para callarla y decirle:
—no hables y disfruta el momento
—está bien Richard, ¿y de qué quieres hablar?
—hablemos de ti, cuéntame, ¿cómo está tu familia?
—No tengo familia —dijo fríamente.
—lo lamento, ¿ellos murieron? —preguntó Richard apenado.
—para mí sí, no he vuelto hablar con ellos, y luego de lo que hice no los culpo
— ¿qué hiciste?
—sabes que olvídalo, tengo que irme
Se levantó de la mesa y cuando se puso de pie Richard la detuvo dándole un beso en lo boca
—Richard que...
—Aún no te puedes ir, falta el postre —interrumpió Richard.
—está bien, ¿qué comeremos?
—dijo un poco disgustada.
—Será una sorpresa, vamos a mi casa a ver una película y allá pruebas el postre —dijo guiñando un ojo.
—jajá gracias pero no, ¿quién crees que soy?, no trates de engañarme con trucos baratos, ya sé que es lo que quieres pero no lo tendrás, y si lo quieres tendrás que esperar, adiós —dijo Elizabeth enfadada y se fue.
— ¿pero cómo te irás a casa?
—Para eso existen los taxis — dijo subiéndose a uno.
Richard quedó asombrado mientras veía que Elizabeth se iba. Su plan de conquista falló.
Mientras Elizabeth iba camino a casa, su teléfono comenzó a sonar, pensó que era Richard insistiendo pero al ver que era un número desconocido la curiosidad la hizo responder:
—Hola —dijo dudosa.
—Lo que buscas está frente a tus ojos —dijo una misteriosa y profunda voz.
— ¿quién habla?
—esto apenas comienza...
— ¿qué clase de broma absurda es esta? —dijo molesta.
—tranquila, todo a su tiempo, por cierto, te veías muy bien con ese vestido rojo, combina muy bien con el azul de ojos —dijo la malévola voz.
— ¿qué es lo que quieres?
—Lo sabrás cuando lo tenga —dijo riendo.
— ¿Quién diablos eres? —dijo furiosa.
—Soy tu peor pesadilla —dijo la sombría voz.
—soy una agente policial y esto no se quedará así.
—Ya lo sé, sé todo acerca de ti y la verdad no me interesa, lo único que quiero es divertirme —dijo con una risa diabólica.
—espera a qué te encuentre infeliz, pasarás todo tu vida pudriéndote en la cárcel.
—eso jamás pasará —dijo riendo —no te confundas, nada es lo que parece...