[1] Up In Flames | Teen Wolf...

By IsaStilinskiMartin01

234K 18.3K 4.6K

|PRIMER LIBRO DE LA SAGA DE CLARK| |PRIMER LIBRO DE LA SAGA WOLVES| 《 We feel warmth in the cold corners, Eye... More

Sinopsis
Canción del libro
Cap. 1 |Midnight walk|
Cap. 2 |Derek Hale, ladies and gentlemen|
Cap. 3 |First day|
Cap. 4 |Friends? Enemies!|
Cap. 5 |And it is fire|
Cap. 6 |The Change|
Cap. 7 |A family secret|
Cap. 8 |Protect you|
Cap. 9 |I'll send you to hell myself|
Cap. 11 |Full moon party|
Cap. 12 |Stay by my side|
Cap. 13 |Restlessness|
Cap. 14 |Birthday night|
Cap. 15 |The Alpha is coming|
Cap. 16 |All will be well when you wake up|
Cap. 17 |Never leave|
Cap. 18 |Long overdue war|
Cap. 19 |A song of light and savagery|
Cap. 20 |Prom night|
Cap. 21 |Evil burning to the ashes|
Epílogo
Extra

Cap. 10 |Up in flames|

6.2K 637 203
By IsaStilinskiMartin01

—AHÍ LO TIENEN. TODA LA VERDAD.

Dejo salir un tembloroso y minúsculo suspiro sólo para volver a aguantar el aire bajo la intensa mirada de mis mejores amigos, callados y tensos con el ceño fruncido. Uso toda mi fuerza de voluntad para ignorar las emociones que fluyen a través de ellos hacia mí, temiendo lo que descubriría si le presto la más mínima atención a sus sentimientos.

Mi cabeza gira y gira hecha un tornado de pensamientos y ruido blanco que inquieta cada uno de mis sentidos. No sé qué más puedo hacer además de encogerme consumida por una ola de varias emociones que sólo sirven para confundirme. Siento cosquillas recorrer el cuerpo ante la urgencia de moverme.

De huir.

¿En qué estaba pensando, honestamente?

Tía Catty tenía razón. Dios mío, mi propia madre tenía razón; debí haber mantenido el secreto así, como un secreto. Scott y Stiles no son malas personas, eso lo sé, pero haberles revelado la verdad de mi familia implica una gran responsabilidad sobre mis hombros. Otra responsabilidad más que añadir a la lista que estaba comenzando a crecer con el pasar de los días.

—Pruébalo.

Levanto la cabeza de golpe ante la voz de Stiles, ojos bien abiertos, y Scott arquea una ceja hacia él en una pregunta silenciosa.

Abro y cierro la boca, tomada con la guardia baja, mareada por el nido de emociones.

—Pruébalo, Clark —repite él, severidad endureciendo sus palabras—. Demuéstranos lo que eres. Aquí y ahora.

Supongo que es justo... ¿no? Stiles es la persona más escéptica que conozco, más que Derek incluso, y hasta que no tenga puntos concretos que confirmen sus teorías, nada es válido para él.

—De acuerdo —acepto, más para mí misma que para mis amigos—. Vamos afuera.

Los tres salimos al patio trasero de Stiles en silencio, un tipo de silencio inquieto que hace que me pique la piel. Pongo una distancia moderada entre nosotros y es cuando los tengo frente a mí a unos pasos de distancia que de repente el arrepentimiento y la cobardía vuelven a abrirse paso a través de mi mente, nublando mis sentidos.

Venir aquí, revelarles el secreto y ahora estar a punto de mostrarles algo que estoy muy segura que será la gota que derramará el vaso entre nosotros son razones que alimentan mi inseguridad, y ahora mismo no hay nada que desee más que la tierra me trague completa.

Pero ya estamos aquí... y no hay vuelta atrás, ya no. Esa puerta se cerró en el momento en que abrí la boca.

Respiro hondo, sorprendiéndome por lo difícil que es llenar mis pulmones de aire. Dios, estoy tan tensa. Una vocecilla dentro de mi cabeza chilla, alertándome de lo erróneo que es todo esto.

—Quédense donde están, ¿sí? Podrían salir lastimados —advierto y los veo intercambiar miradas confundidas.

Oh Dios, esto no es fácil...

—Escuchen, está bien si se asustan. Está bien si entran en pánico. Pero, por favor, por lo que más quieran, intenten no apartarme, ¿sí? Son mis mejores amigos y no los quiero perder —la voz me falla al final y tengo que morderme la lengua para que el dolor absorba las lágrimas que estaban por salir.

No espero por una respuesta; si lo hago, esto no terminará nunca. Así que tomo aire por la nariz, cierro los ojos para calmar los alocados latidos de mi corazón y mis manos se cierran en puños, y como anoche, llamo a mi poder.

Imagino zambullirme dentro de una fosa cubierta de agua tan negra como la noche. Me sumerjo y nado hasta el fondo en busca de esa chispa que le da vida a mi interior, nado y nado hasta que el aire comienza a faltarme y la presión me aplasta la cabeza. Pero no me detengo, no hasta que encuentro aquella pequeña chispa. Es una cosa diminuta, casi imposible de ver en el día, pero es lo suficientemente brillante como para visualizar en la oscuridad. Imagino que estiro una mano y atrapo la chispa dentro de mi puño.

Es como si moviera un interruptor de apagado a encendido y el calor dentro de mí explota. Ahogo una exclamación cuando siento el cosquilleo de anoche recorrerme el cuerpo, desconocida todavía a la sensación. Pero sonrío un poco, la vibración cobrando vida en mi estómago y mi piel zumba, pudiendo oír y sentirlo todo al mismo tiempo con extremada claridad.

Abro los ojos en el momento en que supe que estos brillaban de un naranja fuego.

No había tiempo para dar espacio a la punzada de dolor que sentí al ver que mis amigos retroceden cuando me ven; mi poder está llamándome, reclamando mi atención, y se la doy. Luz me rodea el corazón, se esparce por mi pecho y desciende por mis brazos, circulando en un suave zumbido en mis palmas. Sabiendo lo que estaba por venir, tomo una última bocanada de aire, rezando para no hacer un caótico desastre llameante cuando diera rienda suelta.

Las llamas danzan en mis manos, vivas y calientes, haciéndome sentir de la misma manera. Todo mi cuerpo tiembla por una especie de euforia que sólo puedo asociar con alivio y satisfacción. Hago movimientos delicados con mis brazos, fuego bailando de arriba abajo por mis antebrazos que luego se despliega una vez más hacia mis palmas cuando entrelazo los dedos, y cuando abro las manos, ahora tengo una bola de fuego.

La bola deja un rastro de humo en el aire y me quedo observando su vida, sintiendo su pulso como si sujetara un corazón en mis manos en vez de una bola llameante. Y una vez más en los últimos minutos, estoy nada más que maravillada por lo que puedo hacer, maravillada ante las posibilidades, y de repente el futuro parece insignificante y el presente se convierte en mi momento. Diminuto, aunque perfecto.

Pero efímero. Todo desaparece cuando mi mano izquierda se cierra en un puño y consume la bola de fuego; con parpadeo mis ojos brillantes también se apagan.

Y mi burbuja estalla cuando me doy cuenta de la mirada en mis amigos.

—¿Chicos...?

Scott y Stiles permanecen quietos justo donde están, a veinte pasos de distancia, y para mí se siente como kilómetros.

Trago saliva con dificultad.

—Por favor —suplico—. Digan algo, lo que sea.

—Es que... —jadea Scott, abriendo y cerrando la boca—. No sé qué decirte, Clark...

Entonces un olor me golpea.

¿Por qué Scott huele así?

Hay algo extraño en su aroma. Huele... Scott huele como Gray cuando se baña en la lluvia y no lo limpiamos una vez que su pelaje se seca, pero multiplicado al doble. Es tan potente que no sé cómo lo pasé por alto de entre la esencia de emociones que hay en el aire.

Doy un paso adelante para acercarme... y Scott y Stiles retroceden casi por instinto.

Me detengo en seco, al igual que mi corazón. Y luego otros aromas chocan conmigo, esta vez sus emociones.

Confusión. Angustia. Miedo.

Miedo... de mí.

—Me tienen miedo —susurro, tratando de que no se me quebrara la voz.

Ellos están asustados. Yo provoqué eso.

Lo esperé. Juro por Dios que me lo esperaba... y aun así...

¿Qué he hecho?

¿Cómo pude haber creído que esto era una buena idea, que todo saldría bien y mis amigos me creerían? ¿Cómo pude ser tan estúpida al pensar que pasaremos de esto como el pasar de una página y eso sería todo?

¿Cómo pude haber sido tan ingenua?

—No es no lo que tú crees, Clark —se apresura a decir Scott, los ojos abiertos de par en par—. Nosotros no... No estábamos pensado y sólo reaccionamos, ¿cierto, Stiles? —Scott le da una mirada fugaz al chico en busca de ayuda, pero Stiles...

—No le mientas, Scott. Díselo. Dile lo aterrado que estás, igual que yo —Stiles me mira directamente a los ojos y yo sacudo la cabeza, retrocediendo—. Tengo miedo de lo que pueda hacernos. Eso que hiciste no es normal. ¿Qué mierda eres, Clark?

No es normal.

No es normal. Como si fuera un fenómeno. Como si fuera un...

Un monstruo.

Intento pensar, hiperventilando. Piensa, Clark. Piensa, piensa, piensa. ¿Ahora qué?

Tengo que irme de aquí... ir a casa. He puesto en riesgo a mi familia y ahora... Ahora ellos van a llamar al sheriff Stilinski y le contarán todo.

Existe la posibilidad de que el sheriff Stilinski los tome por locos y que los chicos le están gastando una broma de muy mal gusto—como usualmente ve las intrusiones de su hijo—, pero hay oídos que todo lo oyen y bocas que todo lo dicen, y es increíblemente abrumador lo rápido con lo que un susurro, un rumor, puede convertirse en una noticia y afectar a las personas que menos desean ser afectadas.

De repente estoy pisoteando hacia el interior de la casa y una ola de rabia hace que la sangre me corre a mil kilómetros por hora cuando los dos saltan lejos de mí para dejarme pasar. La sangre ahora me zumba en los oídos al llegar a la habitación de Stiles para recoger mis cosas y maldigo por lo bajo ante el estúpido temblor de mis manos.

—Clark —llama Scott, pero su voz es lejana, opacada por el bullicio en mis oídos—. ¡Espera un segundo, por favor!

—No, tengo que salir de aquí.

—Clark...

—No puedo estar aquí un segundo más.

Odio cada mísero temblor en mi voz, lo expuesta que me siento.

Estúpida, estúpida, estúpida Clark.

—¡No puedes irte así! ¡Tienes que dejarnos explicarte!

Lo encaro y no paso por alto cómo Stiles se mantiene bajo el umbral de su puerta, a numerosos pasos de distancia.

—No, está bien —le digo a Scott, voz ronca, conectando miradas con él—. Les dije que estaba bien si me temían y lo decía en serio. No se los puedo prohibir. Es sólo que... Simplemente no quería ocultarles esto.

Stiles por fin explota.

—¿No quería ocultarles esto? —exclama—. ¿No querías ocultarnos esto, cuando nos ocultabas que Derek Hale y tú se conocían? ¿Es en serio?

Y con eso, yo también exploté.

—¡Que yo conozca a Derek es mi problema, porque es mi vida! Mierda, incluso si soy amiga de John Cena, es mi asunto. Que yo tenga mis razones para ocultar mi relación con Derek y su familia no les importa a ninguno de ustedes dos.

—Pero se supone que los tres somos mejores amigos. ¿Sabes lo que eso significa?

—Esto no tiene nada que ver con ser mejores amigos.

—Yo creo que sí, en realidad —Stiles entrecierra los ojos.

Oh, no. No dejaré que me haga esa mierda.

—Stiles, acabas de verme disparando fuego con mis propias manos. Esto no es una maldita broma —siseo, indignada—. Un paso más cerca y podría haberte quemado vivo, ¿y lo único que te importa es el puto Derek Hale ahora mismo? ¿Hablas en serio?

—Ella tiene razón —dice Scott con ojos suplicantes hacia el otro chico—. Todo el asunto de Derek es lo de menos, amigo.

Stiles se ríe entonces, una risa amarga y para nada algo que él haría.

Pero claro, este comportamiento tampoco es propio de él.

—¿Estás de su lado? ¿Yo soy el malo aquí?

—Amigo, ¿de qué diablos estás hablando?

—¡Ella es nuestra mejor amiga, Scott! Se supone que no mantenemos secretos entre nosotros...

Stiles —advierte Scott entre dientes.

—Pero claro, uno de nosotros tenía que ser la excepción, ¿no?

Estoy hirviendo por dentro. Y eso no es bueno.

—¿Ya olvidaron lo que le pasó a su familia cuando todo Beacon Hills nunca deja de mencionarlo? Los Hale murieron en un puto incendio. Quemados vivos. Derek sobrevivió, pero ¿a qué maldito costo?

—Eso no cambia nada, Clark —replica Stiles con indiferencia, como si la mera existencia de Derek no le importara.

Y supongo que no lo haría, ya que no lo conoce. Stiles no es cercano a él como yo.

—Yo creo que sí, en realidad. Porque Derek es mi familia. No me voy a disculpar por querer respetar su privacidad.

Stiles abre la boca, pero Scott lo interrumpe en segundos.

—Es suficiente —gruñe él, un sonido poderoso que incluso yo hago una pausa por un segundo.

Stiles lo mira y entrecierra los ojos, retándolo.

Bajo la mirada a mis manos cuando siento el cosquilleo en mis palmas.

Contrólate, Clark. Contrólate.

—Si haberles ocultado sobre Derek es lo que tanto les molesta, pues no me arrepiento de nada —digo, sintiendo las esquinas de mi boca curvarse en una sonrisa opaca—. Pueden ser mis mejores amigos, pero hasta las amistades tienen un límite. Ustedes no tienen por qué saberlo todo de mí.

Stiles se ríe.

El muy bastardo se atreve a reírse.

Oh, ahora sí que estoy furiosa.

—Clark tiene razón. —Scott lo mira por encima de su hombro—. Sabes que sí. No tenemos que estar discutiendo por algo que no es tan importante...

—¿Que no es importante? ¿Te volviste loco? —reclama Stiles, enfadado hasta el punto de que sus orejas están rojas—. ¿Acaso ser una criatura sobrenatural lanzallamas no es tan importante? ¿No viste lo que ella puede hacer?

—Ah, ¿ahora te importa que sea medio dragón?

—¿Qué pruebas tienes que lo confirmen? ¿Qué me puedes decir que me haga creer lo que dices? ¿Qué tienes que pueda negar que no eres una híbrida de nacimiento? —Stiles se relame los labios, lo que parece como si estuviera preparándose para su último ataque.

—Pero sí lo soy, sí nací siendo una híbrida —replico—. Es sólo que no lo supe hasta hace dos días...

—No es cierto —niega Stiles—. Eres una mentirosa, Clark. Una farsa.

—¡Stiles!

A lo lejos, todavía puedo escucharlos discutir, pero es como si estuviera parada a metros de distancia a pesar de que todavía los tengo frente a mí. Toda mi ira, mi miedo y mi desesperación ahora están casi silenciados, reemplazados por dolor, solo dolor. Y el dolor tira de mí, lejos, lejos, lejos de ellos.

Vagamente, en una sensación extracorporal, recuerdo que entonces salí de la casa. Recuerdo caminar y caminar a través de la noche ya caída, cada paso como pisar cristales rotos descalza mientras avanzo por un camino hecho para pecadores, abrumada por el peso de mis propios errores. Lo recuerdo porque todo lo que conozco es dolor y el dolor es implacable e inolvidable, rompe cada pequeño hilo que me mantiene unida hasta que me agoto, hasta que estoy a segundos de estallar en una explosión abrasadora.

Recuerdo haber encontrado el desprendimiento rocoso, recuerdo ver el familiar sendero que lleva a casa y recuerdo caminar hacia adelante, evitándolo. Recuerdo caminar, caminar, caminar hasta llegar al final del bosque y el acantilado es intimidante, pero no siento miedo. Sólo dolor, justo en el centro de mi pecho. Es aplastante, se siente como si le hubieran hecho un agujero y me hubieran abierto el corazón.

Es así, apretándome el pecho, que recuerdo haberme arrodillado respirando aire caliente, nada más que un calor abrasador irradiando de mí. Recuerdo el fuego rugiente creciendo y creciendo hasta que llegó a mi cabeza y la necesidad de estallar fue todo lo que sentí, aparte del dolor.

Así que lo hice. Exploté.

Y no me detuve hasta que me sentí totalmente vacía.

Bueno, esto sí que estuvo intenso. ¿Quién quiere matar a Stiles? Levante la mano.

Si estuvieran en el lugar de Clark, ¿cómo se sentirían ustedes? Y si estuvieran en el lugar de Scott y Stiles, ¿cómo creen que reaccionarían ustedes?

Déjenmelo saber en los comentarios.

Love,

Wolf Queen

Continue Reading

You'll Also Like

36.1K 3.4K 20
Fue la primera vez que Chifuyu tuvo el corazón completamente destrozado. BajiFuyu <3 Espero que disfruten la historia <3
111K 5.5K 63
Segunda parte del Fanfic protagonizado por la doctora Ashley Brooke y el Doctor Derek Shepherd. Tras todos los obstáculos que han superado para estar...
113K 6.4K 27
"Supongo que soy una mala mentirosa." |THE VAMPIRE DIARIES| ©2017 ||fanswriters||
235K 20.1K 31
❝ A pesar de la sangre que ha derramado y del dolor que le ha causado; ella lo amaba, lo seguiría haciendo durante toda su vida ❞ Etapa [1] Captain A...