Hija de la Muerte -Ganadora d...

By AMBresler

19K 2.2K 2.7K

"Tengo que tomar una decisión sobre el chico que amo, Gianmarco. Tengo que decidir cómo va a morir él." "Hija... More

A mis lectores
BookTrailer
Introducción -Fátima-
Reconstrucción -Fátima-
El Derrumbe -Fátima-
El Derrumbe Pt.II -Fátima-
Fantasmas Pt. I -Fátima-
Fantasmas Pt. II -Fátima-
Cama de Alfileres Pt. I -Fátima-
Cama de Alfileres Pt. II -Fátima-
Qué Soy -Fátima-
Típica -Fátima-
La Esquina Pt. I -Fátima-
La Esquina Pt. II -Fátima-
La Esquina Pt.III -Fátima-
Resonancia -Fátima-
Bahiana y el Cuadro Pt. I -Fátima-
Bahiana y el Cuadro Pt. II -Fátima-
Olivia Pt. I
Olivia Pt. II
Basta de Juegos Pt. I -Fátima-
Basta de Juegos Pt. II -Fátima-
En el Medio Pt. I
En el Medio Pt. II
Año Nuevo -Fátima- Pt. I
Año Nuevo -Fátima- Pt. II
La Asesina de Palermo -Fátima- Pt.I
La Asesina de Palermo -Fátima- Pt. II
Gen Errante
Hija de la Muerte -Fátima-
Aliada
Confesiones -Pt. I-
Confesiones -Pt.II-
Nunca Más
El Puente -Fátima-
Epílogo

Fantasmas Pt. III -Fátima-

401 62 110
By AMBresler






Supe algunas cosas sobre Rocío después de su muerte. Cosas que oí y cosas que leí en redes sociales. Creo que hay algunas que quedan a criterio de cada uno, pero otras parecían ser verdad.

Supe que había crecido sin madre ya que la mujer en cuestión la abandonó siendo una bebé para poder irse a cumplir su sueño de ser bailarina y pasar sus ratos libres en un casino. Jamás logró cumplirlo, eso también lo supe tiempo después: Terminó presa por intentar matar a la amante de su novio. Es increíble la cantidad de información que los noticieros amarillistas dan para decorar una tragedia que no necesita de más ingredientes para ser terrible en sí.

Supe que su padre la crio en un ambiente tóxico rodeada de alcohol, juegos clandestinos, apuestas y humo de puros. Supe que siempre llevaba a sus amigos, que algunos de ellos habían abusado de la niña, y que el mismo padre se contaba entre los abusadores.

Supe que enfermó gravemente a los doce años y que una mujer se apiadó de ella. Supe que la mujer la cuidó y anotó en un exclusivo colegio donde chicas adineradas y subidas a pedestales, chicas como yo, la acosaron durante meses hasta llegar al punto de golpearla y dejarla tirada a un lado de la calle sin llamar a nadie que fuese a ayudarla. Supuse que nadie la hubiese ayudado de todos modos, porque Rocío estaba sola. Aún más que yo.

Supe que a su funeral solo asistieron nuestros compañeros y los muchos amigos que ella tenía. No se dijo que era una abusiva, eso lo sabíamos quienes la conocíamos siquiera un poco, pero, a la hora de la verdad, eso no importó. Con todo esto, pude adivinar por qué fue cruel conmigo y, aún sin poder justificarla, sentí un nudo en el estómago.

Supe que lo que la mató fue el corte en la yugular.

Los noticieros nunca dijeron mi nombre. Las autoridades no me culparon. A pesar de eso, nuestros compañeros me señalaron con el dedo y yo supe que ellos tenían razón.

Ese 21 de noviembre llegué al colegio con la mente invadida por impulsos que estallaban en mis venas y un solo consuelo al que aferrarme: Faltaba poco para que las clases llegasen a su fin, no tendría que soportar aquella mierda por demasiado tiempo.

Todos querían meterse con la Princesa Rawson aquel día. Mi expresión de infinito odio fue lo que los obligó a desistir de las bromas más pesadas, pero sabía que era de mí de quien reían cuando yo pasaba, sabía que me señalaban en cuanto les daba la espalda, sabía que eso que estaban viendo en sus celulares era el video de la paliza que me dieron. Sabía que estaban deseosos de que alguien me incitara a pelear una vez más.

Llegué al primer recreo con la sangre hirviendo y las sienes latiéndome. Había soportado dos infinitas horas de cuchicheos y miraditas insidiosas. Mis puños se apretaban, mis manos sudaban y oía la sangre bombear contra mis tímpanos por la creciente furia. Sentía que me picaban los nudillos, quería estrellarlos contra algo.

No, no contra algo.

Contra alguien.

Llegué a los lavabos y me eché agua helada en el rostro, imitando lo que había visto hacer a mi madre cada vez que peleaba con mi padre y se encontraba demasiado molesta. Me sequé con la manga del suéter porque, como siempre, no había toallas de papel en aquel estúpido lugar. Salí del baño casi temblando por las fuerzas con que me estaba conteniendo mientras escuchaba los murmullos y las risas, mientras sentía las miradas y los dedos señalándome.

Observaba aquel pasillo sin ventanas repleto de estudiantes tarados, iluminado por las escasas luces de los fluorescentes, oscuro y deprimente, dañado y maldito. La sangre bombeaba en mis tímpanos y era capaz de escuchar el ritmo de mi corazón, que se encontraba tan acelerado y furioso como yo. Mi mente estaba en blanco. Estaba inundada por un líquido viscoso que se aferraba a las capas de mi cerebro y lo escarbaba para anidar allí y cegarme.

Rocío estaba junto a una vitrina hecha para contener treinta trofeos, donde sólo había tres. Estaba rodeada por sus amigas, de pie junto a Ana Paula. Hablaban por lo bajo y ella lucía molesta.

Sus ojos se alzaron hasta clavarse en mí como una estaca.

Era tal el desprecio que emanaba, que me despertó.

A veces me pregunto qué pensarían mis padres si me vieran. Si me vieron ese día, se sintieron muy decepcionados.

Debería haber ignorado a Rocío. Debería haber permitido que esa soga represiva siguiera aferrando mi cuerpo para contener mis instintos violentos. Debería haber ido al curso y soportar la humillación que sólo duraría dos semanas más.

En lugar de eso, caminé hacia ella, planté mis manos en sus hombros y la empujé contra la vitrina.

—¡¿Cuál es tu problema conmigo?! —le espeté. Me sorprendió que mi garganta no se rasgara por la potencia de mi propia voz.

Ella no mostraba esa superioridad con que me enfrentó en días anteriores. Lucía molesta, incluso cansada. Pienso, hoy por hoy, que tal vez ese asunto de los videos la molestaba tanto como a mí. No lo pensé ese día.

Comenzamos a pelearnos y a gritarnos. Nos empujamos y nos amenazamos. Sus amigas se apartaron al ver que dos profesores venían hacia nosotras para separarnos y, al oír sus voces, pensé que nuevamente tendría una discusión con mi tío cuando llegara a casa.

Mi vida era un infierno en ese momento. Las cosas sucedieron tan rápido que despertar cada día requería que yo me viese invadida por esos recuerdos que había recuperado y que me sintiese aturdida por todo lo que había dejado atrás. Miraba a mi alrededor y seguía sin lograr comprender por qué fui a parar a aquel lugar. Por qué debía vestir tan mal. Por qué no podía comunicarme con mi tío. Por qué mis compañeros me detestaban tanto.

Por qué Rocío quería hacer mi vida imposible.

Me lo gritaba en aquel momento, mientras los profesores me aferraban los brazos porque yo quería lanzarme sobre ella y destrozar su rostro:

—¡Te voy a hacer mierda, Princesa Rawson! ¡Mejor cuidate!

Y esa frase me despertó miedo, me despertó violencia, me despertó un deseo irrefrenable de poder hacer algo para detenerla porque, si hasta ahora había sido terrible, no quería enfrentar el infierno que ella estaba planeando para mí.

Mis profesores me detenían y prohibían que me defendiese con mis puños. Quizá yo no lo hubiese hecho, porque estaba asustada en aquel momento.

Aunque en mis oídos mi madre gritaba que no le deseara el mal a nadie mientras mi casa ardía en llamas, deseé tener el poder suficiente para poder ser yo quien enviara a Rocío al infierno.

Sí, deseé que ella muriera.

Deseé que fuese aplastada como una hormiga.

Deseé que su existencia frenase allí mismo para que no arruinara la mía.

¿Vieron esa película en que un montón de sucesos desafortunados se combinan para causar la muerte trágica y sangrienta de sus protagonistas?

Eso fue exactamente lo que sucedió.

El colegio al que yo iba era viejo y llovió mucho todos aquellos días. Córdoba pasaba por una larga temporada de tormentas eléctricas y la edificación se encontraba lo suficientemente dañada como para que el cielo raso se viniera abajo.

Eso fue lo que los noticieros dijeron.

Ustedes y yo sabemos la verdad.

Lo cierto es que, en cuanto el deseo de muerte se materializó en mi cabeza como una daga atravesando mi cráneo, un trueno retumbó en todo el lugar y un montón de escombros se precipitaron sobre Rocío. Sus amigas sufrieron daños menores, quizá ella tampoco hubiese salido demasiado herida si no hubiese caído sobre la vitrina con los cristales estallando. Su cabeza golpeó el suelo como una pelota al rebotar violentamente, seguía despierta para aquel entonces. Uno de los cristales se enterró en su cuello y ella permaneció en el suelo, sacudida por espasmos y bañándose lentamente en su propia sangre mientras la ambulancia llegaba.

Llegó tarde.

Rocío murió luego de varios minutos de agonía.

El colegio se convirtió en un torbellino de gente corriendo, gritando, llorando y padres arribando al lugar con los rostros descompuestos por el pánico.

Y yo escapé de allí con las manos sudando y el cuerpo drenado por el pánico, a la vez que muchos de nuestros compañeros me miraban de reojo al pasar. Fue una coincidencia demasiado extraña y algunos de ellos asegurarían que algo hice yo, pero no era eso en lo que estaba pensando en aquel momento.

Lo que pensaba era que no fue Dios. Fui yo.

Mi tío no estaba en el departamento cuando llegué y entré apresuradamente, golpeándome el hombro con el marco de la puerta al pasar. Me dejé caer en el sillón con los ojos desorbitados y la respiración acelerada. Oía sirenas desde allí, podrían haber sido por cualquier cosa porque Córdoba era una gran ciudad en constante movimiento, pero un solo eco se repetía en mi cabeza.

Soy yo, soy yo, soy yo...

La asesina soy yo.

No sé cómo lo hice, no sé por qué sucede así, pero sé que soy yo.

Me aferré el cuerpo como si intentase detenerme a mí misma y miré la pantalla del televisor apagado. El enchufe seguía tirado a un lado, exactamente donde yo lo arrojé luego de discutir con mi tío. Podía ver mi reflejo sobre la superficie negra. Visto allí, mis ojos parecían las cuencas negras de la muerte.

Aparté la mirada cuando el deseo de vomitar se apoderó de mí y me sobresalté cuando la puerta se abrió violentamente, dando un golpe. Mi tío estaba de pie ahí, con el rostro desencajado por el miedo y la frente perlada en sudor.

—¡Fátima! —farfulló al verme.

Tal vez fue al colegio luego de escuchar lo sucedido y se alarmó al no encontrarme. Lo vi allí de pie, manteniendo la distancia como si me temiera, sudando y pálido, con las manos temblorosas y recordé la pelea que tuvimos. Él era frágil, eso fue lo que comprendí, si yo me hubiese enojado más con él y hubiese respondido al impulso de desear que desapareciera, nada lo evitaría, ni siquiera el arma que él lleva en su cinto.

Y el solo pensamiento me hizo estallar en lágrimas.

—¡No quiero hacerlo más! —farfullé. La expresión de mi tío viró de la alarma a la perplejidad. —¡Ya no quiero esto, ya no puedo seguir así...!

Me cubrí el rostro con ambas manos y solté todo. Grité entre lágrimas y me descargué contra mis palmas como único soporte. Me había refugiado en la esperanza de que Dios me hubiese engañado el día en que la Tragedia de Rawson sucedió, pero estaba comprendiendo en aquel momento que eran demasiadas casualidades.

Oí a mi tío en la cocina. Me estaba preparando un té para que me calmara un poco. No me dio un abrazo y lo comprendí, porque yo tampoco me hubiese acercado a mí misma. Dios mío, ni siquiera quería estar en este cuerpo.

Mi nombre es Fátima Andreani.

Hoy por hoy tengo diecinueve años.

Algo sobrenatural se apodera de mí.

No soy humana.

En aquel entonces tenía sospechas y podría haberme engañado a mí misma para creer que aquellas eran casualidades, pero los sucesos que vinieron después terminaron por confirmarme que la asesina sí fui yo.

¿Cómo lo descubrí?

Fue dos semanas después de la muerte de Rocío, y, ¿les cuento algo? Aún puedo oír los gritos cuando cierro los ojos, pero no me arrepentí en aquella ocasión.

Prepárense, porque esa vez fue intencional.




Y finalizamos con Fantasmas! 

El próximo capítulo es "Cama de Alfileres" así que falta muy poco para que Gianmarco entre a la historia. Primero necesitábamos conocer la historia de Fátima, porque hay cosas que vamos a necesitar comprender cuando el adorable estudiante llegue.

¡Una vez más no puedo más que agradecerles por el apoyo! El día de hoy Asesina no sólo se encuentra en el puesto 64, sino que también llegó a 1K de visitas! Todo gracias a ustedes, los aplaudo y les mando tanto amor que no van a saber qué hacer con él!

La próxima actualización va a ser el Miércoles 31 a media noche, como siempre. Entre tanto, me encuentro trabajando en un proyecto del cual van a saber pronto! (Sí, estoy usando este espacio como autopublicidad, culpable)

Sin más, nos vemos el miércoles!

Besos y abrazos!

Continue Reading

You'll Also Like

1.8K 74 15
payasa de la deep web
12.4K 1.7K 60
Zara acepta el reto de su mejor amigo: invocar a Ashton, el supuesto dueño del circo que se manifestará para reclamarla como suya. *** El Circo de la...
40.8K 2.8K 32
"Y tú lograste ser la excepción de algo que jure no volver a sentir" Jean tenia el alma rota y dolida por su anterior relación, Darían una chica lle...
1.2M 143K 199
Este es un fanfiction. El trabajo original, así como los personajes pertenecen a la autora china Meatbun Doesn't Eat Meat. Datos de la obra original ...