Mi sol a media noche. (Edward...

By inunoe

207K 11.9K 825

Esta es una adaptación de la saga Crepúsculo donde Bella tiene una hermana llamada Rebeca un año mayor que el... More

Prefacio
Forks
¡Gruñón!
¿Qué rayos le pasa?
Bonito cacharro
nieve
¿Vuelves a hablarme?
¿Me estás tomando el pelo?
Tenías razón, pero no te acostumbres.
La Push
Pesadilla.
¿A dónde vas ricura?
Realmente no me importa.
Has venido
Complicaciones.
Estás muy alegre esta mañana
El prado
Fanfarrón.
Confesiones
Ahora tú eres mi vida
Los Cullen
A solas, por favor
El partido
La caza
Despedidas
A la espera
La llamada
El estudio de ballet
El ángel
Voy a apostar a favor de Alice
Regreso a Forks
El baile
Segunda parte. Prefacio
Feliz cumpleaños
¡Maldita sea!
Accidente
Adiós
Será como si nunca hubiese existido
Volví a sentirme viva
Luz
Acampada
En busca del prado
Cambio

¿Osos?

4.4K 306 2
By inunoe

Todo el mundo nos miró cuando nos dirigimos juntos a nuestra mesa del laboratorio. Me di cuenta de que ya no orientaba la silla para sentarse todo lo lejos que le permitía la mesa. En lugar de eso, se sentaba bastante cerca de mí, nuestros brazos casi se tocaban.

El señor Banner entró a clase de espaldas llevando una gran mesa metálica de ruedas con un vídeo y un televisor tosco y anticuado. Una clase con película. El relajamiento de la atmósfera fue casi tangible.

El profesor introdujo la cinta en el terco vídeo y se dirigió hacia la pared para apagar las luces.

Entonces, cuando el aula quedó a oscuras, adquirí conciencia plena de que Edward se sentaba a menos de tres centímetros de mí. La inesperada electricidad que fluyó por mi cuerpo me dejó aturdida, sorprendida de que fuera posible estar más pendiente de él de lo que ya lo estaba. Estuve a punto de no poder controlar el loco impulso de extender la mano y tocarle, acariciar aquel rostro perfecto en medio de la oscuridad. Crucé los brazos sobre mi pecho con fuerza, con los puños crispados. Estaba perdiendo el juicio.

Comenzaron los créditos de inicio, que iluminaron la sala de forma simbólica. Por iniciativa propia, mis ojos se precipitaron sobre él. Sonreí al ver que su postura era idéntica a la mía. Correspondió a mi sonrisa. De algún modo, sus ojos conseguían brillar incluso en la oscuridad.

Desvié la mirada antes de que empezara a hiperventilar. Era absolutamente ridículo que me sintiera aturdida.

La hora se me hizo eterna. No pude concentrarme en la película, ni siquiera supe de qué tema trataba. Intenté relajarme en vano, ya que la corriente eléctrica que parecía emanar de algún lugar de su cuerpo no cesaba nunca. De forma esporádica, me permitía alguna breve ojeada en su dirección, pero él tampoco parecía relajarse en ningún momento. El abrumador anhelo de tocarle también se negaba a desaparecer. Apreté los dedos contra las costillas hasta que me dolieron del esfuerzo.

Exhalé un suspiro de alivio cuando el señor Banner encendió las luces al final de la clase y estiré los brazos, flexionando los dedos agarrotados. A mi lado, Edward se rio entre dientes.

-Vaya, ha sido interesante -murmuró. Su voz tenía un toque siniestro y en sus ojos brillaba la cautela.

-Y que lo digas- fue todo lo que fui capaz de responder.

-¿Nos vamos? -preguntó mientras se levantaba ágilmente.

-Ahora no tengo clase, sí que si me permite el caballero lo escotaré hasta su aula antes de ir a la biblioteca- dije.

Él se rio divertido y asintió.

-¿Te das cuenta de que todos nos miran?- le pregunté.

-Nos llevan mirando todo el día- dijo encogiéndose de hombros.

-¿Y te molesta?- pregunté preocupada.

-Para nada, ¿a ti?- me preguntó curioso.

-¿Qué si me molesta que me vean contigo?- dije incrédula- claro, a todo el mundo le molesta que le vean con chico atractivo e increíble.

-¿Piensas eso de mí?- me preguntó sonriendo.

-Solo cuando no frunces tanto el ceño- dije guiñándole un ojo.

Cuando llegamos frente a su clase Emmett estaba en la puerta esperándolo. Me volví para despedirme. Me sorprendió la expresión desgarrada, casi dolorida, y terriblemente hermosa de su rostro, y el anhelo de tocarle se inflamó con la misma intensidad que antes. Vacilante y con el debate interior reflejado en los ojos, alzó la mano y recorrió rápidamente mi pómulo con las yemas de los dedos. Su piel estaba tan fría como de costumbre, pero su roce quemaba.

Se volvió sin decir nada y se acercó a Emmett.

-Hasta luego Puma y Oso pardo- dije en un susurro sabiendo que ellos me escucharían.

Ambos se giraron para verme y entraron riendo en la clase.

Me fui a la biblioteca y aproveché para adelantar algunos deberes, le escribí una nota a Bella para avisarla de que me iría con Edward y se la dejé sobre su mochila en el gimnasio.

Antes de que las clases terminasen me dirigí al aula de Edward para esperarlo. Cuando la gente comenzó a salir él fue de los primeros junto a Emmett, este me miró y alzando una ceja divertido, le sonreí en respuesta, Edward nos observó y negó con la cabeza antes de acercarse a mí.

-Parece que le caes bien a Emmett- dijo Edward divertido poniéndose frente a mí.

-Y el a mí, siempre me han gustado los osos- dije.

Pude escuchar la carcajada de Emmett que se reunía con Rosalie dos clases más allá, ella se giró y nos miró a Edward y a mí, pude sentir que se debatía pero no supe identificar entre qué.

-Hola- musité mientras esbozaba una gran sonrisa al girarme para mirar a Edward.

-Hola- me correspondió con otra sonrisa deslumbrante-. ¿Cómo te ha ido en la biblioteca?

-Bien- dije- he terminado todos los deberes.

- ¿De verdad?, aprovechas bien el tiempo- dijo mientras caminábamos hacia el aparcamiento.

Edward envió levemente la vista y miró por encima de mi hombro, lo vi entrecerrar los ojos y miré hacia atrás para ver a Derek alejarse, parecía molesto.

- ¿Qué pasa? – le pregunté.

Aún tenso, volvió a mirarme.

-Hale me saca de mis casillas- admitió.

- ¿Por qué, te ha dicho algo?- pregunté.

-Piensa muy alto y no cosas agradables- dijo encogiéndose de hombros.

-Los pensamientos son libres Edward- dije- no puedes dejar que te afecte lo que la gente piense, sobre todo si lo puedes escuchar a todas horas.

El asintió y me miró dándome la razón, pero seguía con el ceño fruncido. Me paré frente a él cuando llegamos a su coche y se sorprendió.

-¿Qué ocurre me preguntó?- examinándome.

-No te muevas- dije mientras acercaba mi mano lentamente a su cara.

El no perdía detalle de mis movimientos y cuando toqué su entrecejo este se alisó y sonreí.

-Ves, así estás mucho más guapo- dije.

El negó divertido con una sonrisa antes de abrirme la puerta del coche.

-El coche de Rosalie es precioso- dije cuando estuvimos montados.

-Si es un buen coche- dijo.

-Es un BMV M3, es más que un buen coche- dije.

-Vaya, ¿sabes de coches?- me preguntó sorprendido.

-Se algo- dije encogiéndome de hombros- una vez ayude a Emmett y Rosalie con el todoterreno de Emmett.

-Si me lo contó Emmet- dijo Edward con una dulce sonrisa.

-Ahora que lo pienso, podrían haber aflojado la rosca sin que tuviera que ir a por la llave- dije.

-Bueno, en ese momento no podían delatarse- dijo Edward- fue muy atento por tu parte, nunca nos habían tratado así aquí.

-Eso es por qué no dejáis que se os acerque- dije- y no fue nada, cualquiera lo habría hecho.

-Hubo muchos que lo vieron y no hicieron nada Beka- dijo Edward.

Me encogí de hombros restándole importancia.

-Bien, ¿cómo haremos el sábado?- pregunté.

- A primera hora de la mañana del sábado estaré en el umbral de tu puerta- dijo.

-Humm... Que, sin explicación alguna, un Volvo se quede en la carretera no me va a ser de mucha ayuda con Charlie- dije.

Esbozó una sonrisa pícara.

-No tengo intención de llevar el coche- dijo divertido.

-¿Cómo?¿irás volando o algo así?- pregunté y el estallo en carcajadas.

Ese momento se quedó grabado en mi retina, era la primera vez que lo veía reírse así y que fuese por mi culpa lo hacía mejor aún.

-No te preocupes, estaré ahí sin coche- aseguró cuando se hubo calmado.

Lo dejé correr. Tenía una pregunta más acuciante.

-¿Ya es "más tarde"? -pregunté de forma elocuente.

-Supongo que sí- dijo frunciendo el ceño.

Contuve el impulso de alisárselo, pero no quería distraerle mientras conducía.

Mantuve la expresión amable mientras esperaba. Paró el motor del coche después de aparcarlo detrás del coche de Bella, por lo visto ya había llegado.

-Y aún quieres saber por qué no puedes verme cazar, ¿no? -parecía solemne, pero creí atisbar un rescoldo de humor en el fondo de sus ojos.

-Bueno, si no te molesta contármelo- dije- en realidad estoy más curiosa sobre el porqué de tu reacción.

-¿Te asusté? Preguntó de buen humor.

-No, más bien me sorprendiste- dije- estábamos hablando tranquilamente y te exaltaste de esa manera.

-Lamento haberte sorprendido- dijo sincero y solemne- Fue sólo la simple idea de que estuvieras allí mientras cazábamos.

Se le tensó la mandíbula.

-Estaría mal, ¿verdad?- pregunté.

-En grado sumo -respondió apretando los dientes- Nos entregamos por completo a nuestros sentidos cuando cazamos, nos regimos menos por nuestras mentes. Domina sobre todo el sentido del olfato. Si estuvieras en cualquier lugar cercano cuando pierdo el control de esa manera.

Sacudió la cabeza mientras se demoraba contemplando malhumorado las densas nubes.

Mi rostro no reveló nada, la idea resultó escalofriante y me arrepentí de haber preguntado, ya que su buen humor pareció desaparecer, pero de repente nuestros ojos se encontraron y descargas de la electricidad como las que había sentido aquella tarde comenzaron a cargar el ambiente mientras Edward contemplaba mis ojos de forma implacable.

Mi respiración se agitó por la intensidad de la situación, me moría por besarle, pero al ver como solía reaccionar con un simple roce, me pareció precipitado.

-Beka, creo que ahora deberías entrar en casa -dijo con voz ronca sin apartar la vista de las nubes.

-Está bien- dije recuperando mi respiración normal- ¿nos vemos mañana?

El asintió y con una sonrisa abrí la puerta del coche, cerré detrás de mí sin mirar atrás. El zumbido de la ventanilla automática al bajar me hizo darme la vuelta.

- ¿Beka? -me llamó con voz más sosegada.

Se inclinó hacia la ventana abierta con una leve sonrisa en los labios.

-¿Sí?- pregunté encandilada por su sonrisa

-Mañana me toca a mí -afirmó.

-¿El qué te toca?- pregunté alzando una ceja.

Ensanchó la sonrisa, dejando entrever sus dientes relucientes.

-Hacer las preguntas- dijo.

Luego se marchó. El coche bajó la calle a toda velocidad y desapareció al doblar la esquina antes de que ni siquiera hubiera podido poner en orden mis ideas. Sonreí mientras caminaba hacia la casa. Bella me esperaba con un interrogatorio digno del propio FBI y contesté a todo lo que pude omitiendo detalles como que era un vampiro, le comente el hecho de llevarme su coche y accedió encantada, también me prometió ayudarme a ocultarlo de papá por ahora.

Edward protagonizó mis sueños aquella noche, como de costumbre. Pero el clima de mi inconsciencia había cambiado. Me estremecía con la misma electricidad que había presidido la tarde, me agitaba y daba vueltas sin cesar, despertándome a menudo. Hasta bien entrada la noche no me sumí en un sueño agotado y sin sueños. 

Continue Reading

You'll Also Like

82.3K 12.2K 9
"El deseo es poder..."
334K 45.4K 51
*Fueron los libros los que me hacían sentir que quizá no estaba completamente sola, y tú me enseñaste que el amor solo es una debilidad.* Isis descub...
62.8K 8K 36
Libro 2 "Bilogía tentación". Se puede leer sin necesidad de leer el libro anterior. ¿Qué pasa cuando el amor se encuentra al lado de una persona pr...
87.3K 5.1K 48
¿Qué nos perdimos entre Martin y Juanjo cuando no había cámaras? Basándome en cosas reales, imagino momentos y conversaciones que pudieron ocurrir. L...