Luego de atormentarme toda la tarde y toda la noche pensando en una manera en la cual confesarle mis emiciones y sentimientos a ella decidí que una carta era lo mas lindo, poético y lleno de emociones aunque haya dicho lo contrario, otra manera de hacerlo no tengo.
Tampoco es como si fuera mi última opción, otras de las que tenía era pedirle a alguien que infiltre un virus con una nota que diga: "Le gustas a Nate Rowan" pero ella lo vería como un chiste de mal gusto y por eso descarté esa opción.
Una nota, seria eso, solo me faltaba pensar donde y cuando dársela para que pueda ser especial y no pueda quedar en ridículo.
"No espero que me ames, no espero que me quieras o me hables, solo quiero que sepas que me traes loco hace años. Tú me has hablado, aconsejado y ayudado, pero aún así creo que no logro distinguirme entre el resto de colegiales que hay aquí. Conozcó tus gestos, se que cuando estas nerviosa comienzas a tocar los objetos que hay a tu alrededor, cuanto estas enfadada arrugas la nariz y se forman tres pliegues a cada lado de ella. Puede que me tomes como un completo acosador, pero tu me fascinas
Primera razón: amo tu cabello"
Cerré la patética carta dentro del sobre, sin firma, no había por que decir que era anónimo. La guarde dentro de la mochila y baje para mirar la televisión.
[...]
—Nate, ¿que haces aquí?— escuché la voz de Taylor.
Le hice una señal para que haga silencio, pues, había prácticamente gritado en mi oido, volví a dirigir mi mirada mas allá de el bebedero donde Pam comenzaba a abrir su casillero.
—Oh, ya entendí, Romeo — dio una leve risa y concentró su mirada al igual que yo.
La carta casi cae al suelo pero ella logró atraparla antes, la observó un momento, dejo su bolso en el suelo y prosiguió a abrir el sobre.
Su cara no mostraba desagrado, tampoco emoción, solo estaba allí abriendo el sobre, comenzó a leerlo y pude notar como se mordía el labio inferior, ahora parecia emocionada.
—¡Chicas, chicas, miren esto! — llamó a sus amigas que iban pasando.
Sus amigas leyeron la carta y tambien parecían emocionadas de que a Pam le ocurriera algo asi, que tuviera un admirador.
—¿Ya podemos irnos? — Taylor parecía impacientarse de estar allí parado espiando un grupo de chicas, quizás se sentia como un acosador.
Asentí y fuimos a clase. Claro que yo tenía una estúpida sonrisa en mi rostro, a causa de saber que ella habia leido y posteriormente guardado la primera carta de varias que le escribiré.