seis

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Pasaron dos dias en los cuales Pam no se rendía, esta vez tuve cuidado al guardar mis cuadernos en la mochila y ponerla debajo de mi asiento. Dos días en los cuales Taylor y Laura me incitaron a dejar el jueguito de las cartas y decirle todo de un vez. Dos días en los cuales tengo la tercera carta guardada en mi mochila.

No es que este tardando en dársela por que no quiero parecer un loco por la tercera razón diciendo la palabra "ardiente" algo que no se encuentra en mi vocabulario, sino que seria poco entretenido recibir cartas todos los días, hay que dejar un poco de suspenso.

Además de que estoy buscando el momento perfecto para dejarla, ahora mismo Pam parece un águila, siempre rodeando su nido, proteguindolo.

Bueno, eso es lo que esta haciendo ella con su casillero y mesa en todo momento, por eso no encontré oportunidad aún.

Tampoco quiero dársela a Taylor o Laura por que corren el riesgo de que alguien los vea y le saquen información, lo cual harían por un poco de comida. Son traicioneros.

Luego de pensar y pensar recordé que ella viene en auto hasta el colegio, ese era el lugar, ella no se esperaría la carta allí obviamente.

[...]

Pagarle a un chico dos grados menor que yo no fue mucho, el problema fue explicarle que debía hacer y como. Luego de varios minutos lo había hecho, había colgado el sobre en su parabrisas y recibió su recompensa.

Para este momento era ultima hora. Tocaba clase de biología y Pam llego tarde, note que tenia la hoja escrita en su mano. Al llegar al salón habló brevemente con la profesora, Pam caminó hasta la mitad del pizarrón y hablo para todos.

—Chico anónimo que me veia en las clases de debate, no quiero que te vayas y dejes esta emocionante experiencia irse. No se si me arrepentiré al saber quien eres, pero seguramente no te juzgare por lo que decidiste hacer ya que fue muy valiente. Quedate aquí, no necesitas ir a otro lugar por que aquí esta todo lo que necesitas. Quizás, y en algún momento tambien te necesite.

Toda la clase estaba mirándola, ella a medida que daba su comunicado miraba a todos, pero en ningún momento se detuvo en mi, si no que siguio pasando la mirada entre todos los alumnos.

»Eso era todo, gracias.

Se sentó en su lugar y la amiga de al lado comenzó a hablarle.

Sonreí en mis adentros, ella se había preocupado por mi, lo había hecho, tal vez, el chico anónimo de las cartas le atraiga tan solo un poco y ahora que ella sabía como responder mis cartas era hora de darle el comunicado final.

Cinco Cartas, Cuatro Razones.Where stories live. Discover now