Este es un libro que voy a traducir para ustedes, yo NO soy la autora. Todos los derechos a @thefreakoffreaks. Por si te lo preguntas... @thefreakoffreaks me dio permiso como la única traductora de su obra el día 21/02/2014
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Capítulo 14 - Solos en casa - Parte O2 - Completo
RIVER'S
No puedo dejar de sonreír ante lo que he escuchado, la molesta, irritante, sarcástica y rara Lea, ha vuelto. Aunque odie admitirlo, me alegra saber que pasaremos la tarde juntos, solo los dos, sin interrupciones. Si me pongo a pensar en el pasado (para ser exactos cuatro días atrás) ¿como es posible que nunca note a alguien como Lea en la escuela? Ella es buena, a ella no le gusta la atención. Ella quiere ser como cualquier estudiante normal, de lo contrario, yo la hubiera conocido antes de que se ''mudara'' a mi casa. Gracias a Dios, ella no es como todas las chicas que conozco (es muy agradable saber que existen chicas como Lea)
River... Suenas como un tío gay.
- Vamos a cocinar mi especialidad, pasta.- Digo, - A menos que salgas con que ''la pasta tiene muchos carbohidratos, no comeré eso.''- Lo ultimo lo digo con voz de chica.
Ella pone los ojos en blanco, tiene una expresión de diversión en el rostro. - Simplemente dime que hacer, Parker.-
Ella se inclina hacia la barra y pone los codos sobre está, apoyándose. Provocando que el tamaño de su escote aumente (la forma de la playera que lleva, no me ayuda mucho) Hace que los huesos de su cuello y que la parte superior de sus pechos (que dejan poco a la imaginación) Coloco una de mis manos sobre mi boca al toser, obligando a que mis ojos miren en otra dirección.
Lea, agradécele a Dios por la barra que hay entre nosotros.
- Bueno, tu puedes picar las cebollas.- Sonrío.
- Oh, solo quieres que llore ¿verdad?- Sus ojos se estrechan sin humor.
- Creo que te veras linda.- Juro que lo dije son pensar.
Al oír mis palabras, su cabeza gira violentamente en otra dirección. Pero eso no me impide ver sus rojas mejillas y como de poco a poco, toda su cara se torna de un color rojo. Nervioso, rasco mi nuca y giro sobre mis talones hasta el armario, me agacho para sacar una tabla y un cuchillo. Cierro el armario y me dirijo a Lea, quien me esta mirando fijamente.
- Clumsy, quiero que tengas mucho cuidado. No quiero que cortes uno de tus dedos.- Bromeo viéndola a los ojos. La observo y noto que ella tiene una cicatriz debajo de su oreja, y al instante me pregunto que le paso.
- Parker, no tienes que preocuparte por mi. Preocúpate por Georgia, tu novia.- Ella dice mientras que ve su reflejo en el cuchillo. Y en su rostro, aparece una sonrisa.
Suspiro, molesto. No quiero hablar de Georgia. Rodeo la barra y camino hasta el frigorífico. Yo se que a Lea le molesta Georgia, y no quiero hablar de Georgia. No quiero arruinar nuestra tarde. Por una vez en mi vida, no quiero ser un idiota, imbecíl, gilipollas o como a ella le de por llamarme.
Oh River... Ya te perdí.
Haciendo caso omiso a la voz de mi cabeza, abro uno de los compartimentos de el frigorífico y saco las verduras necesarias para la comida.
- Lea, en este momento no hay nadie que se preocupe por tí. Así que, para que no te sientas deprimida, yo me preocupare por ti.- Alzo mi voz para que escuche.
Con un montón de verduras, el paquete de pasta y varias cosas más, camino hacia la barra. No sin antes cerrar la puerta del frigorífico con una patada suave. Lea sigue mirando su reflejo en el cuchillo, su rostro carece de emociones.
- River, la gente como tu, no se preocupa por la gente como yo.- Ella responde con una media sonrisa.
- ¿Por que no?- Pregunto, frunzo el ceño al hablar. Dejo las cosas en la barra, a un lado de la tabla de cortar.
Ella coge una de las cebollas y la pone en el centro de la tabla de cortar. Entonces, me mira.
- Por que eres River Parker.- Ella dice riéndose. Pasa el cuchillo por el centro de la cebolla, partiéndola a la mitad.
- ¿Y? ¿Acaso eso significa que no podemos ser amigos?- Le digo, y me dejo caer sobre la barra. No dejo de mirar sus ojos.
- No. Pero no podemos serlo.- Sonríe y baja la mirada para seguir cortando la cebolla.
- ¿Por que?.-
- Por que...-
- No entiendo por que...- Digo.
- Por más cursi y cliche que suene, eres popular y yo soy alguien normal. Nuestros mundos sociales son completamente diferentes, soy la nerd y tu eres el mujeriego.- Ella explica, con la mirada puesta en la cebolla.
- Por el amor de Dios, no soy mujeriego ni juego con las chicas.-
- Okey, entonces... ¿como se les llama a los que tienen sexo con la mitad de la escuela?- Me mira con cansancio, en sus ojos hay una capa de lágrimas, sin embargo, ella no llora. Tal vez debería de cortar las cebollas en su lugar, ya que prácticamente, está llorando.
- Yo no hago eso, solo son rumores.- Digo.
- ¿Por que es difícil de creer?- Finalmente, una lágrima cae de su ojo izquierdo y la limpia con la manga de su blusa.
- Créeme, es enserio. Yo no tengo sexo con cualquiera.- Digo y me aclaro la garganta, - Tu me estas confundiendo con Jake.-
- Lo que digas River, lo que digas.- Ella suspira derrotada y suelta el cuchillo.
Yo quería hablar sobre lo que paso en la fiesta de Nick, pero ahorita no es el momento para hablar de eso (Lea parece estar más molesta que feliz conmigo) Pero eso no me importa: - Si yo no hubiera llegado a la fiesta de Nick, ¿te abrías acostado con él?- Le pregunto seriamente.
Ella deja caer dramáticamente el cuchillo sobre la mesa, y me fulmina con la mirada.
- Tu que crees, idiota.- Ella responde apretando los dientes
- Que no, tu no te habrías acostado con él.-
- Mierda River, no eres superman, ya deja de portarte como si fueras un héroe. Yo hubiera estabo bien con o sin tu ayuda.- Ella susurra enfadada.
- ¿Eso crees?- Niego con la cabeza al escuchar las estúpidas palabras de Lea.
- Sí.- Ella responde.
- Tu no lo conoces, no sabes como trata a las chicas. No sabes como se mete con ellas.-
- ¿Se mete con ellas de la misma forma que tu?- Ella dice.
- Maldita sea, yo no soy un mujeriego.- Golpeo mi mano en el mostrador, provocando que se escuchase un ''bang''. - Si no te has dado cuenta, yo tengo novia.-
- A la cual solo utilizas para el sexo, verdad. ¿O me equivoco?- Se ríe sin humor. Ella vuelve a centrarse en cortar la cebolla.
Con mi pulgar y mi dedo de en medio, masajeo los costados de mi frente. Así no planee pasar la tarde.
- ¿Crees que soy un puto mujeriego?- Le pregunto a Lea, tengo miedo de lo que me pueda responder.
Ella pone el cuchillo sobre la barra, pero ahora con mucho más cuidado. - Sí.- Contesta son rodeos.
¡Ha!, yo lo sabia.
- ¿Tu me odias?- Ya se de donde viene el problema, se que también responderá que si, pero bueno.
Al igual que en mis pensamientos, ella parece sorprendida por mi pregunta. Se muerde con nerviosismo los labios y mira para otro lado. Después de lamer sus labios ella me mira y responde.
- No.- Ella responde firmemente. Pensé que me odiaba.
Una sonrisa se enmarca en mi cara, provocando que mis dientes queden visibles.
- Bueno.-
- Pero no te emociones, no es como si dijera que me gustas ni nada.- Lea dice y sonrió. La amargada y sarcástica Lea ha vuelto.
- ¡Ay, eso duele!- Pongo una de mis manos sobre mi corazón, provocando su risa.
- Ah...- Ella se estremece y deja caer el cuchillo sobre la mesa. Ella tiene su mano derecha sobre la izquierda y mira su dedo índice con dolor. Entorna los ojos para ver su dedo y se da cuenta de que se ha cortado... que sorpresa. Una gota de sangre se desliza por su dedo.
- Genial.- Ella susurra sarcásticamente.
- Te lo advertí, no te vayas a cortar.- Suspiro y doy grandes zancadas hasta estar frente a ella. - Déjame ver.-
Ella sostiene cuidadosamente su mano mientras examina su corte. - Dios Lea, ese corte es profundo.- La agarro de la muñeca (ignorando las sensaciones que provoca en mi interior) y la conduzco hasta el fregadero.
- Todo es tu culpa, me estabas distrayendo.- Ella hace pucheros al hablar.
- Solo por mantener una conversación conmigo te cortaste, ¿tan distraída eres?- Levanto mis cejas en tono burlón.
- Eres exasperante.- Ella pone los ojos en blanco.
Me río, todavía tengo su muñeca entre mis manos. Cuando abro el grifo del fregadero, pongo la mano de Lea bajo el agua caliente, viendo como la sangre que sale de su herida fluye hasta desaparecer por el ducto del drenaje. Una vez que la herida esta limpia, sonrió satisfactoriamente, cierro el grifo y acaricio su herida.
- Siéntate en la barra.- Le digo.
Ella pone sus manos a cada lado, da un salto pero no alcanza. Me río de su fallido intento, recibiendo una mirada fulminante de su parte.
- Esta muy alto, no alcanzo.- Ella se queja molesta.
Doy un paso hacia adelante, y sin pensármelo dos veces, pongo mis manos a cada lado de su cintura y la levanto. Conmocionada y sorprendida, ella me mira con asombro, sin embargo yo solo evito su mirada. La esquivo y abro el armario en donde se encuentra el botiquín. Pongo el kit sobre la barra y lo abro. Si ella es capaz de distinguir el rubor que hay en mis mejillas, me golpeare de la vergüenza.
- Dame tu mano.- Ordeno mientras saco una bendita del kit.
- ¿Cual?- Ella bromea haciéndome sonreír.
No soy capaz de verla a los ojos, tomo su mano y coloca la bendita sobre su herida. Levanto la mirada y veo que ella mira su dedo pero está sonrojada.
Ella es dueña de una de las sonrisas más bonitas que he visto.
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DianaIssabel.