Los Gatos Guerreros ~llegada...

By Mialp1507

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Una pequeña gata gris de ojos turquesa crece en un momento de armonía entre clanes, pero un día las batallas... More

AVISO IMPORTANTE
AVISO IMPORTANTE DOS
PERSONAJES
PRÓLOGO
CAPÍTULO DOS
CAPÍTULO 3
CATSAPP NAVIDEÑO
CATSAPP NAVIDEÑO 2
Capitulo 4

CAPÍTULO UNO

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By Mialp1507


—¡Despierta Pequeña nocturna!—Dijo Peueña ardilluela derrumbándose sobre ella. Pequeña nocturna abrió sus ojos.

—Sigo admirándolos —Dijo su hermana con una mirada curiosa. Pequeña nocturna la empujó para que saliera de encima de ella. Su hermana fue a despertar a sus otros hermanos.

La cachorra de hermosos ojos turquesa miró a su madre. Su pelaje era hermoso, otra de las reinas le había dicho antes de que abriera los ojos que el pelaje de su madre era como el sol, pero para Pequeña nocturna solo era hermoso, aún no había visto el "sol".

Caminó torpemente hacia su hermana. Solo ellas habían abierto sus ojos, y tenían dos días de nacidas. Sus hermanos estaban atrasados. Pero de pronto, Pequeña nocturna visualizo con el rabillo del ojo una especie de resplandor dorado y se giró. ¡Pequeño hornerino había abierto sus ojos!

Su madre se acercó al cachorro.

—Tienes unos preciosos ojos ámbar Pequeño hornerino —le dijo dulcemente pasandole su áspera lengua entre las orejas. Pequeño invernal llegó trotando con su madre.

—¡Abrí los ojos! —Dijo el cachorro emocionado—. ¿De que color son?

Corriente rayada sonrió y río suavemente.

—Tu tienes ojos azules como el río —le dijo. El cachorro sonrió y se abalanzó contra su hermano. Pequeña nocturna quería meterse en la batalla, pero a pesar de querer luchar con ellos, se acercó a Pequeña ardilluela.

—¿Podemos explorar? —le dijo con curiosidad a si hermana.

—¡Claro!— respondió esta con excitación. Corriente rayada no me permitió salir, me dijo que cuando todos abrieran los ojos podría.

—Pero yo ya había abierto los ojos— dijo Pequeña nocturna. Su hermana no respondió y se dirigió hacia su madre.

—¿Podemos salir ya?— le preguntó. Corriente rayada asintió. Pequeña ardilluela iba a salir corriendo, pero su madre la detuvo y comenzó a lamerla para limpiarla.

Yo puedo hacerlo sola. Pensó Pequeña nocturna. Y comenzó a lamer su pata con decisión. Daba amplios lametazos a su pelaje limpiando toda la suciedad.

—¡Muy bien!— Dijo su madre. Pero acto seguido comenzó a lamer vigorosamente a Pequeña nocturna para ayudarla. La cachorra se quejó pero su madre hizo caso omiso a sus pequeños ruiditos.

Al terminar con sus cuatro cachorros, Corriente rayada permitió que estos salieran al exterior. Las patas de Pequeña nocturna temblaban de excitación. Estaba apunto de conocer el lugar donde pasaría el resto de su vida, donde crecería, y donde sería guerrera.

Se aproximó a la salida de la maternidad. Pero se echó hacia atrás descartando la idea. Por alguna razón...tenía miedo.

Pequeña ardilluela salió saltando de la maternidad, seguida de sus dos hermanos. Pero Pequeña nocturna se quedó ahí, en la entrada, aún dudosa de si saldría o no. Su madre apareció detrás de ella y la cachorra pegó un salto.

—Ve— Dijo su madre. Y comenzó a darle empujoncitos con el hocico para animarla a salir. La pequeña cachorra se armó de valor y saltó fuera de la maternidad.

Había luz por todas partes y su pelaje estaba más caliente, ¡El sol lo calentaba!

Al acostumbrar la vista, vio a sus hermanos igual de impactados que ella. Habían muchos gatos, pero también había muchos arbustos. Y un enorme árbol en un extremo del claro. El campamento estaba situado en un frondoso bosque, muchos sonidos extraños sonaban allí. Muchos que Pequeña nocturna no conocía.

Se acercó a sus hermanos, antes de salir, Corriente rayada les había ordenado que no se separaran. 

—¡Miren eso!— Dijo Pequeño invernal señalando con la cola una gran grieta en una roca cerca del Árbol que había en un extremo del claro. Los cuatro cachorros corrieron torpemente hacia la grieta con curiosidad.

Pequeña nocturna se posicionó valientemente al frente de sus hermanos y se asomó por la entrada de la grieta.

—Yo que tu no entraría allí— Dijo una voz a sus espaldas. Pequeña nocturna se sobresaltó y se alejó de la grieta de un salto. El gato comenzó a reír.

—Esa Es la guarida de Estrella blanca—les explicó—. No pueden entrar allí sin su permiso

Los cuatro cachorros se miraron confundidos.

—¿Quien es Estrella blanca?— Preguntó tímidamente Pequeño hornerino. El gato volvió a reír.

—Tal vez los veteranos puedan explicárselos mejor —Dijo guiñando un ojo. Se volteó e hizo un gesto con la cola para que los cuatro cachorros lo siguieran a través del campamento.

El gato los guío hasta el otro extremo del campamento y se acercó hasta una pequeña montaña de tierra que tenía una entrada.

—Aquí es la guarida— Dijo el gato. Los cuatro cachorros no estaban decididos a entrar por su mala experiencia entrando donde no debían, por lo cual, antes de entrar exploraron los alrededores de la guarida cautelosamente.

—Entren ya, ¡Los veteranos no muerden! —Dijo el gato entre risas. Los cachorros se miraron entre sí con miradas de seguridad y se dispusieron a entrar en la oscura guarida. Pero antes de entrar, Pequeña nocturna se volteó y miro con sus enormes ojos turquesa al gato que los había llevado allí.

—Gracias —le dijo sin más. El gato esbozó una amplia sonrisa.

—Corazón ámbar a sus órdenes —Dijo amistosamente inclinando la cabeza ante la cachorra.

Pequeña nocturna entró por fin a la guarida siguiendo a sus hermanos. Estaba muy oscura pero poco a poco sus ojos comenzaron a acostumbrarse a la penumbra que inundaba el lugar.

Los cachorros visualizaron dos formas peludas en un extremo de la guarida. Una de las formas se giró inesperadamente y dio a ver unos hermosos ojos verdes que relucían en la oscuridad de la guarida.

La forma peluda se incorporó frente a los cachorros. Pequeña nocturna tenía miedo, pero lo ocultaba para no parecer débil frente a sus hermanos.

—¿A que vienen? —Dijo el veterano de los ojos verdes. Ningún cachorro respondió. El gato los miro pensativo por un instante, y luego sus ojos brillaron.

—Ustedes deben de ser los cachorros de Corriente rayada —Dijo el gran gato—. Yo soy Patas largas.

Los cachorros se relajaron un poco y se sentaron cómodamente sobre la blanda capa de plumas, musgo y hojas que había allí. La guarida era muy cálida y acogedora, al ser una especie de madriguera abandonada el calor se concentraba dentro y era perfecto para dormir cómodamente.

—A que vienen? —volvió a preguntar Patas largas. Los cachorros se miraron los unos a los otros para decidir quién hablaba con el veterano.

—Corazón ámbar nos dijo que tu podrías decirnos quien es Estrella blanca —Dijo Pequeña nocturna dando un paso al frente.

El gato comenzó a reír. Los cachorros se sintieron muy tontos por no saber quien era ese gato misterioso, pero de todas formas esperaron ansiosos a que Patas largas les explicara quien era.

—Miren cachorros, Estrella blanca es el líder de nuestro Clan. El es el que toma las decisiones. Hay que hablarle y tratarlo con respeto, y no de pueden cuestionar sus órdenes —Dijo Patas largas. Los cachorros se miraron entre si sorprendidos.

—Tal vez lo vean por el campamento, es un gato negro con una oreja blanca y ojos verde —añadió Patas largas recordando la imagen de Estrella blanca en su mente.

—¿Quieren que les cuente la historia de Estrella blanca? —Dijo el veterano. Los cachorros asistieron con ojos brillantes de curiosidad.

—Estrella blanca es hijo de la antigua líder del Clan del Lobo, Estrella melada. Ella era una hermosa gata melada y una noble líder. Pero un día un grupo de proscritos envenenaron la comida por la noche y Estrella melada se enfermó. Era una enfermedad mortal que nadie conocía y que le quitó las 6 vidas que le quedaban. Luego de eso Estrella blanca, su hijo, se quedó al mando del Clan para guiarlo y respetarlo con honor hasta que sus nueve vidas se acaben —contó a los cachorros con una expresión indescifrable.

Los cuatro cachorros lo miraron impactados por lo que acababan de descubrir.

—Tal vez Corriente fugas pueda explicarles mejor sobre esa enfermedad —Dijo otra voz desde las sombras. Esta voz era más ronca, por lo tanto debía de ser una gata más anciana que Patas largas.

Patas largas asintió con la cabeza. Pequeña ardilluela se acercó a los veteranos.

—Tal vez luego, ahora tengo hambre —Dijo a los veteranos. Estos soltaron risas amistosas.

—Vuelvan con su madre —les dijo la gata de la voz ronca saliendo de las sombras, ella era gris y su apariencia delataba su edad.

Los pequeños gatitos asistieron con la cabeza y salieron trotando torpemente de la guarida.

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