CAPÍTULO UNO

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—¡Despierta Pequeña nocturna!—Dijo Peueña ardilluela derrumbándose sobre ella. Pequeña nocturna abrió sus ojos.

—Sigo admirándolos —Dijo su hermana con una mirada curiosa. Pequeña nocturna la empujó para que saliera de encima de ella. Su hermana fue a despertar a sus otros hermanos.

La cachorra de hermosos ojos turquesa miró a su madre. Su pelaje era hermoso, otra de las reinas le había dicho antes de que abriera los ojos que el pelaje de su madre era como el sol, pero para Pequeña nocturna solo era hermoso, aún no había visto el "sol".

Caminó torpemente hacia su hermana. Solo ellas habían abierto sus ojos, y tenían dos días de nacidas. Sus hermanos estaban atrasados. Pero de pronto, Pequeña nocturna visualizo con el rabillo del ojo una especie de resplandor dorado y se giró. ¡Pequeño hornerino había abierto sus ojos!

Su madre se acercó al cachorro.

—Tienes unos preciosos ojos ámbar Pequeño hornerino —le dijo dulcemente pasandole su áspera lengua entre las orejas. Pequeño invernal llegó trotando con su madre.

—¡Abrí los ojos! —Dijo el cachorro emocionado—. ¿De que color son?

Corriente rayada sonrió y río suavemente.

—Tu tienes ojos azules como el río —le dijo. El cachorro sonrió y se abalanzó contra su hermano. Pequeña nocturna quería meterse en la batalla, pero a pesar de querer luchar con ellos, se acercó a Pequeña ardilluela.

—¿Podemos explorar? —le dijo con curiosidad a si hermana.

—¡Claro!— respondió esta con excitación. Corriente rayada no me permitió salir, me dijo que cuando todos abrieran los ojos podría.

—Pero yo ya había abierto los ojos— dijo Pequeña nocturna. Su hermana no respondió y se dirigió hacia su madre.

—¿Podemos salir ya?— le preguntó. Corriente rayada asintió. Pequeña ardilluela iba a salir corriendo, pero su madre la detuvo y comenzó a lamerla para limpiarla.

Yo puedo hacerlo sola. Pensó Pequeña nocturna. Y comenzó a lamer su pata con decisión. Daba amplios lametazos a su pelaje limpiando toda la suciedad.

—¡Muy bien!— Dijo su madre. Pero acto seguido comenzó a lamer vigorosamente a Pequeña nocturna para ayudarla. La cachorra se quejó pero su madre hizo caso omiso a sus pequeños ruiditos.

Al terminar con sus cuatro cachorros, Corriente rayada permitió que estos salieran al exterior. Las patas de Pequeña nocturna temblaban de excitación. Estaba apunto de conocer el lugar donde pasaría el resto de su vida, donde crecería, y donde sería guerrera.

Se aproximó a la salida de la maternidad. Pero se echó hacia atrás descartando la idea. Por alguna razón...tenía miedo.

Pequeña ardilluela salió saltando de la maternidad, seguida de sus dos hermanos. Pero Pequeña nocturna se quedó ahí, en la entrada, aún dudosa de si saldría o no. Su madre apareció detrás de ella y la cachorra pegó un salto.

—Ve— Dijo su madre. Y comenzó a darle empujoncitos con el hocico para animarla a salir. La pequeña cachorra se armó de valor y saltó fuera de la maternidad.

Había luz por todas partes y su pelaje estaba más caliente, ¡El sol lo calentaba!

Al acostumbrar la vista, vio a sus hermanos igual de impactados que ella. Habían muchos gatos, pero también había muchos arbustos. Y un enorme árbol en un extremo del claro. El campamento estaba situado en un frondoso bosque, muchos sonidos extraños sonaban allí. Muchos que Pequeña nocturna no conocía.

Los Gatos Guerreros ~llegada al bosque~ [SIENDO RE ESCRITA]Where stories live. Discover now