Lentamente se levantó de la cama y comenzó a buscar a Se Hun. Esto no debería suceder. Se suponía que Se Hun debía entenderlo y creerle. ¿No había prometido que no acusaría a Lu Han antes de que hablara con él? Entre más lo pensaba, más desesperado se sentía. Se Hun tenía derecho a estar enojado, pero eso era todo.
Encontró a Se Hun en su despacho. Estaba bebiendo una copa de licor fuerte, cuando Lu Han entró al despacho. Se Hun solo negó con la cabeza tratando de decirle que no quería hablar con él. Como si Lu Han fuera a obedecer.
"Por favor, créeme Se Hun. No podemos terminar así. Nunca te he engañado. Si dudas de nuestra hija, entonces podemos hacer una prueba, pero no me dejes así." Lu Han suplicó mientras se acercaba a Se Hun.
"Estaba pensando en eso, pero por qué molestarse cuando ambos conocemos los resultados de esa prueba. Ella es tu hija, no nuestra, porque no es mía." Dijo Se Hun mientras arrojaba el vaso al piso rompiéndolo en pedazos. "¡Follaste con tu amante en mi propia cama! ¡En mi casa!" Gritó.
"¡Nunca te engañe! ¡¿Cómo te atreves a negar nuestra hija que no tiene la culpa?! Estoy casi en la fecha, Se Hun. ¡No puedes renunciar a ella!" Lu Han también gritó, enojado porque Se Hun era tan irracional.
"Por supuesto que no es su culpa que tenga un puto como madre. ¡Ahora sal de mi propiedad en este instante Lu Han, o te juro que los mataré a ambos!"
"No." Dijo Lu Han acercándose a Se Hun, pero Se Hun lo empujó. Sin darse cuenta de que lo último que Lu Han tenía en mente era prepararse para la caída.
Mientras caía Lu Han se llevó la botella de licor con él. El ruido hizo que todos entrar al despacho desde Tae Yeon hasta Sulli, quien solo sonrió al ver la escena.
"Tae Yeon dile a Donghae que lleve a Lu Han a su casa. Él se irá y nunca regresará."
La cara de Lu Han cambió en segundos. "Muy bien. Echarme de tu vida, pero cuando reconsideres todo y te des cuenta de lo injusto que eres conmigo, será demasiado tarde. No te permitiré ver a nuestra hija. No te necesito. Nosotros no te necesitamos." Dijo Lu Han mientras batallaba para levantarse, pero Tae Yeon le ayudo después de que él no pudo hacerlo.
Después de que Lu Han cerró la puerta de golpe, Se Hun no pudo seguir fingiendo. Lloró mientras arrojaba todo lo que había sobre su escritorio al piso.
"Hiciste lo correcto, Se Hun."
"¡Vete a la mierda!" Se Hun le gritó a Sulli y ella se fue.
Finalmente pudo llorar por la traición de la única persona que pensó que nunca iba a traicionarlo. Lloró y grito hasta que oyó que la camioneta se alejaba. Se levantó del piso y rápidamente miró por la ventana. Lu Han realmente se había ido.
Anocheció, pero no pudo levantarse del piso. Simplemente no podía creer que Lu Han se había ido y que hace sólo unas horas fue la última vez que volvería a verlo. Pero esto era lo mejor. Lu Han lo había engañado y él no podía tolerar las mentiras y las traiciones. Muchos de los trabajadores llamaron a la puerta, pero Se Hun no podían enfrentar a ninguno de ellos. Esto era demasiado para él. Lu Han, la única persona que esperaba que fuera honesta y sincera lo había traicionado de la peor manera.
Después de unas horas de estará mirando el lugar donde estuvo Lu Han, se levantó y salió del despacho.
Sulli todavía estaba allí. Esperándolo. Tal vez se lo restregaría en la cara, pero Se Hun no quería tratar con ella ni hablar de nada relacionado con Lu Han.
"Se Hun," Ella comenzó. "Lo siento por el dolor que está experimentando en este momento. Me gustaría poder aliviarlo o hacerlo desaparecer. Solo dame una oportunidad."
"Destruiste mi vida, Sulli, ¿qué te hace creer que te querré?" Preguntó Se Hun mirándola con sus ojos inyectados en sangre.
"Porque sabes que soy la única que te quería antes de que te hicieras rico. Te quiero a ti Se Hun. No quiero tu dinero. Solo te quiero a ti."
Se Hun debería haberla empujado, pero ella estaba allí y ansiosa de hacerlo olvidar a Lu Han y su traición. Dejó que lo besara. Sus labios no eran tan suaves como los de Lu Han. Los de ella estaban agrietados y tenía un tinte de limonada. Su piel era áspera y seca por estar fuera demasiado. Sabía diferente. Simplemente ella no era Lu Han y Se Hun la apartó.
"Pude haber echado a Lu Han, pero aún estoy casado con él y seguiré siéndole fiel hasta que nos divorciemos." Le dijo Se Hun y Sulli sólo expresó su enojo levantando sus brazos.
"¡Dejó que otra persona lo follara! ¿Por qué no puedes simplemente hacer lo mismo y tomarme ahora!" Gritó ella.
"Si me amas tanto como dijiste. Esperaras hasta que me divorcie." Dijo Se Hun antes de irse, dejando a Sulli enojada y desesperada. Todo lo que ella quería era a Se Hun. Nada más. Sólo lo quería a él.
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Lu Han no había dejado de llorar desde que salió de la casa. Donghae continuó mirándolo preocupado por la joven madre. No sabía cómo hacerlo parar. Parecía exhausto. Demasiado agotado para su condición. Donghae se preocupó por la bebé. La forma en que Lu Han discutió no era saludable.
Donghae detuvo la camioneta frente a la casa de sus padres y poco a poco comenzó a sacar las maletas de la camioneta cuando oyó que la puerta de la camioneta se cerró de golpe.
"No lo hagas. No quiero quedarme aquí Donghae. Ellos sólo me obligaran a volver con él y no creo que pueda perdonarlo jamás. Él me humilló. Negó a nuestra hija incluso antes de que ella naciera. Por favor, llévame a la terminal de autobuses."
"Pero Se Hun me dijo que te dejara aquí."
"Se Hun ya no puede darme órdenes. Si está demasiado preocupado acerca de dónde enviar los documentos del divorcio, dile que no se preocupe. Que yo los enviaré. Ahora, por favor Donghae llévame a la terminal de autobuses. Ya no quiero estar aquí." Dijo Lu Han y Donghae no pudo decir que no. No cuando Lu Han se veía tan roto y tan triste.
"Está bien, pero por favor llama a Tae Yeon o alguien para avisarle que está a salvo. Ella se preocupa demasiado por ti."
Lu Han asintió y ambos subieron a la camioneta de nuevo. Ninguno de los dos habló. Lu Han aun lloraba en silencio mientras Donghae continuaba conduciendo. Una vez que estuvieron en la terminal, Donghae lo ayudó con su equipaje, abrazó al pobre muchacho y le deseó lo mejor.
Con el poco dinero que tenía compró un boleto para la capital. Una ciudad muy lejana donde continuaría con su vida. El viaje fue un infierno. No por lo que pasó con Se Hun, sino porque su hija seguía moviéndose sin descanso. Era como si supiera lo que sucedía y también estuviera molesta. Sin importar cuánto se frotó el vientre Lu Han, su hija se negó a detenerse. Ahora no solo estaba llorando por lo que Se Hun había hecho, sino porque su hija lo estaba lastimando de una manera que no sabía que era posible.
Fue un largo viaje en el que su hija lo pateó y le dio puñetazos la mayor parte del tiempo. En el momento en el que llegaron, eran las primeras horas de la mañana. Casi dos días desde que tomó el autobús. Se habían detenido demasiadas veces y eso solo hizo el viaje más largo. Él no tenía a nadie aquí para que le proporcionará refugio. Ya no tenía dinero y no sabía que iba a hacer. Lo único que tenía algún valor era su anillo de bodas, pero no quería renunciar a eso todavía. Sería demasiado doloroso dejar ir lo único que probaba que estuvo casado con Se Hun, pero ahora solo eran su hija y él, y tenía que hacer todo lo posible por su hija.
Terminó encontrando una habitación realmente barata y la dueña una señora mayor, tuvo la amabilidad de darle algo de tiempo para empeñar su anillo. Sabía que no obtendría mucho por el anillo y también debía buscar un trabajo pronto. Tener un bebé no era barato y todavía tenía que conseguir el dinero para su cesárea. Ya no tenía a Se Hun, así que no podía depender de él para pagar los gastos de su hija.
Los siguientes días fueron dolorosos en todos los aspectos. Lu Han intento encontrar un trabajo, pero lo rechazaron una y otra vez por estar embarazado. Lu Han estaba listo para perder a la esperanza hasta que conoció a Sung Min. A pesar de que estaba embarazado y que pronto estaría listo para dar a luz, el hombre le ofreció un trabajo y una habitación pequeña donde podía vivir.
El trabajo no era tan exigente, pero lo obligaba a estar de pie durante largos períodos de tiempo y para el final del día, Lu Han lloraba de dolor. Tenía los pies hinchados y todo le dolía, pero tenía que ser fuerte por su pequeña. Todavía tenía que pagar el hospital y el abogado que le ayudaría con su divorcio.
Lu Han sabía que no tendría suficiente dinero. Le pidió ayuda al gobierno. Debería haber sabido que el gobierno solo lo vería como uno más y rechazarían sus solicitudes. Un trabajo se convirtió en dos cuando Lu Han cumplió ocho meses. Eran principalmente trabajos de cajero y recepcionista, pero cada cosa que hacia lo dejaba sin aliento. En la segunda semana de su octavo mes de embarazo, Lu Han renunció a ambos trabajos.
"No tienes que preocuparte. Puede que no te conozca Lu Han, pero me importas y mi esposo y yo estamos dispuestos a ayudarte, así que no te preocupes. Piensa en esto como un préstamo si no quieres tomar nuestro dinero."
"Creo que ahorre lo suficiente, pero si me falta algo, vendré primero contigo."
"No lo pienses dos veces. Siempre soñamos con tener el nuestro, pero no fuimos tan afortunados como tú."
Lu Han solo asintió y les agradeció antes de regresar a su pequeña habitación. Desde que podía recordar, lo tenía todo. Su habitación siempre fue espaciosa. Su ropa siempre era la más cara y si tenía hambre siempre podía conseguir algo de comida de las sirvientas, pero ahora apenas le quedaba dinero para comprar comida. Lo que una vez tuvo se convirtió en nada más que un recuerdo.
Durante la noche era cuando Lu Han pensaba más en Se Hun. A pesar de que quería odiar al hombre, no podía. Día y noche deseaba que viniera por él y le pidiera perdón. Las noches eran frías sin sus brazos alrededor de él y todo se estaba volviendo más difícil. Solo de pensar que su hija no viviría una vida como él, hacía que Lu Han deseara que su situación hubiera sido diferente. Se Hun nunca lo querría de vuelta. Ni siquiera si Lu Han pudiera probar que esto no era más que un gran malentendido. Había intentado buscar a Jong In y a Kyung Soo, pero parecía que no querían ser encontrados. Las únicas personas que podían aclarar este lío no podían ser encontradas en ninguna parte y con cada día que Lu Han pasaba sin Se Hun, su mente y corazón le decían que Se Hun no lo merecía. Que al menos debió dejar que le explicara, pero Se Hun no era más que un hombre celoso y orgulloso que no escuchaba.
A las treinta y seis semanas Lu Han hizo la promesa de nunca permitir que Se Hun conociera a su hija. Él la había negado incluso antes de que naciera. Había insultado a su propia sangre y carne, e igual que Se Hun era un hombre orgulloso, Lu Han también podía dejar que su orgullo tomara el control.
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Fue un infierno para todos los que se cruzaban con Se Hun. Ninguno de los empleados quería ser a quien le gritara por un simple error. Desde que Lu Han se fue, Se Hun se había cerrado en si mismo. La única persona que podía empujar sus límites y romper las paredes que había creado era el único responsable de todo.
Desde que Lu Han se había ido, ella asumió el control como la señora de la casa. Vestía ropa cara, que Se Hun había sido tan tonto como para comprarle. A todo lo que ella decía, Se Hun accedía. Muchos de los empleados creían esa era la manera que Se Hun había encontrado para poder vivir con la idea de no tener a la única persona que amaba más que a su propia vida.
El nombre de Lu Han estaba prohibido. A nadie se le permitía mencionarlo. Quien lo hizo, tuvo que lidiar con un furioso Se Hun.
Era inusual que alguien visitara el territorio de Oh, así que cuando el SUV negro se estaciono en la entrada de la casa, todos miraron desde la valla. Todos deseaban que fuera Lu Han porque entre más tiempo pasaba lejos de su esposo, más violento se volvía Se Hun.
"Vine a ver a mi hijo, Lu Han."
Nadie supo cómo responderle. Se veía molesta, sin embargo empujó a los empleados a un lado y entró en la casa como si fuera suya. Su esposo siguiéndola, parecía un perro de juguete. Tae Yeon siendo la única con agallas iba a responderle hasta que alguien la interrumpió.
"¿Lu Han no está contigo?" Todos los que lo conocían desde joven pudieron notar la diferencia del tono que Se Hun uso en su pregunta.
"¿Por qué Lu Han estaría con nosotros? Él es tu esposo. ¿Se supone que debes saber dónde está?" Dijo Soo Young mirándolo disgustada.
"Lu Han y yo estamos separados. Nos estamos divorciando." Respondió Se Hun y Sulli sonrió.
"¡Qué! ¿Cómo puedes hacerle eso a mi hijo? ¿Qué clase de hombre deja a su esposo embarazado cuando está a punto de dar a luz en unas semanas?"
"La hija de Lu Han no es mía, y por esa razón ya no son bienvenidos aquí. Por favor, márchense en este instante."
A pesar de estar confundidos y sin respuestas, los padres de Lu Han se fueron. Nadie quería hablar. Podían ver que Se Hun estaba enojado y todos le temían cuando tenía uno de sus cambios de humor.
"¡Donghae!" Gritó. Las venas en su frente eran visibles.
"Sí, señor." Donghae respondió bajando la cabeza.
"Joder, ¿No te dije que llevaras a Lu Han a casa de sus padres?"
"Él no quería quedarse allí. Él me pidió que lo llevara a otro lugar."
"¿Con Baek Hyun? ¿Kyung Soo? ¿Jong In?" Pregunto Se Hun cada vez más agitado.
"Me pidió que lo dejara en la terminal de autobuses. Lo vi tomar un autobús a la capital." Dijo Donghae lentamente.
"¡La capital! Está a ocho horas de aquí. ¿No sabes que está embarazado? Su cuerpo no sería capaz de manejar eso. ¿Con quién se va a quedar? ¿Incluso él tiene dinero? ¡¿Y si pierde a mi hija?!" Gritó poniéndose aún más agitado, salió rápidamente sin captar lo que había dicho. Fue Tae Yeon quien le sonrió a Sulli.
"Lo escuchaste. Su hija. Disfruta a Se Hun mientras dure porque tú y yo sabemos que Lu Han nunca hizo nada de lo que se le acusa. Una vez que su hija nazca, irá a pedirle perdón a Lu Han y adivinar quién será echada." Dijo Tae Yeon y se fue a terminar sus tareas.
"Sobre mi cadáver, Tae Yeon. Nunca permitiré que ese puto tome el lugar que debía ser mío desde el principio."
"Sabes que Se Hun nunca tuvo a sus padres. El no permitirá que eso le suceda a su propia hija. ¿Qué te hace pensar que Se Hun no lo buscará?"
Sulli solo sonrió y se rio." Se Hun y yo pasamos la noche juntos en su habitación. Si tengo suerte, llevare a su hijo dentro de mí."
Lo que Sulli no esperaba era que todos se rieran de ella. Hasta que Jessica le explico calmadamente. "¿Cómo te hizo suya, si Se Hun pasó toda la noche con nosotros tomando café? Sigue soñando Sulli, porque comparada con Lu Han, no eres más que la sirvienta de la casa."
"¡Soy la mujer de Se Hun!" Gritó Sulli.
"Estás equivocada. Sólo eres la chica que se niega a admitir que no tendrá un final feliz. Sólo eres la chica que es tan estúpida como para perseguir a un hombre que nunca te amara."
Su cerebro se negó a dejar de pensar en Lu Han. Todo tipo de preguntas aparecieron en su mente. Estaba preocupado. Lu Han no sabía hacer nada más que pedir dinero. Nunca había trabajado. Nunca había soportado el dolor del hambre. Se Hun sólo quería estar con él, pero no podía. Lu Han esperaba a la hija de otro y nada podría cambiar eso. Criar un niño que no era suyo nunca estuvo en sus planes.
Noche y día sus pensamientos siempre eran sobre Lu Han. Ahora que sabía que Lu Han estaba en algún lugar solo y embarazado, estaba preocupado por él. Tal vez era el karma y Lu Han estaba recibiendo lo que se merecía, pero aún le dolía.
Si sus cálculos eran correctos, dentro de dos semanas Lu Han tendrían a su hija en sus brazos. Una hija que no era suya, pero que había amado desde que se enteró de la existencia de la pequeña bebé.
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El dolor que Lu Han sintió en su espalda lo molesto todo el día mientras ayudaba a Sungmin. Trató de ignorarlo, pero los pequeños espasmos de dolor hacían que fuera difícil. Sabía que estaba exhausto, así que se fue a dormir después de tomar un baño y relajarse. El dolor se detuvo por un momento y Lu Han descanso tranquilamente. Hasta que se despertó por un fuerte dolor justo debajo de su ombligo y en la espalda baja.
Gritó en silencio después de sentir una segunda contracción. Lenta y cuidadosamente se levantó de la cama. Fue entonces cuando lo sintió. Un súbito chorro de fluido que escurría por sus piernas.
"No, no, no. Es muy pronto." Dijo Lu Han mientras comenzaba a moverse.
No estaba listo. Su bolsa no estaba empacada y tuvo que hacerlo mientras cada contracción era más frecuente. No se suponía que sucediera así. Se suponía que su hija llegaría hasta dentro de tres semanas.
Trató de calmarse mientras llamaba a la única persona que pensaba que lo ayudaría. Tenía que intentarlo. También era su hija. Con los constantes gritos y gemidos, no se dio cuenta de que Se Hun ya había contestado el teléfono.
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Sulli se había ido a dormir después de que él le dijera que no harían nada. La envió de vuelta a su habitación y se sentó en su despacho con la copa del licor más fuerte que tenía, cuando sonó el teléfono. Al no tener paciencia, rápidamente lo levanto para evitar que despertara a Sulli.
"Hola." Respondió, pero para su sorpresa, lo único que podía escuchar eran gritos de dolor y una respiración pesada. No fue difícil reconocer su voz. Parecía que no sabía que Se Hun había tomado el teléfono.
"Oh Dios. Duele. Oh Dios." El resto se cortó cuando él gritó de nuevo y eso fue todo lo que le tomó a Se Hun para ponerse sobrio.
"Se Hun... Te necesito... Tengo miedo... Por favor. ¡Oh, Dios!" Lo escuchó decir, pero Se Hun tenía que ser fuerte.
"¿Por qué me llamas cuando sabes que no soy su padre? Llama a Jong In. Estoy seguro de que estaría eufórico." Dijo Se Hun y estaba seguro de que Lu Han lo había escuchado porque trató de decir algo, pero Se Hun le colgó.
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Lu Han solo miro el teléfono mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Esta fue la última gota. Él había terminado con Se Hun. Con una fuerza recién adquirida llamó Kyuhyun y le preguntó si podía llevarlo al hospital.
Después de dos horas de estar en el quirófano, Lu Han sostuvo a su hija en sus brazos por primera vez.
Fueron interrumpidos cuando entró la enfermera, con el portapapeles en la mano y una sonrisa en su rostro. "¿Nombre?" Preguntó ella.
"Ha Neul." Respondió Lu Han y acerco a la niña a él.
"¿Apellido?" Pregunto nuevamente la enfermera.
"Xi. Xi Ha Neul." Respondió Lu Han besando la frente de la bebé. Era tan pequeña. Tan delicada y Lu Han haría todo lo posible para que ella sea feliz. No necesitaban a Se Hun. Lu Han le había dado a Se Hun tiempo para reflexionar, pero no podía obligarlo a creerle. Todo se terminó entre ellos. Sólo eran ella y él ahora.
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NT: Sulli dice que quiere a Se Hun y no su dinero, sin embargo está demostrando lo contrario tal punto que se siente la señora de la casa (posición que ella sola se otorgó) y esta disfrutando gastando todo lo que puede. ¡Es una arpía!
¿Por qué Se Hun es tan manipulable y ciego?
¿Qué pasó con el beneficio de la duda?
¿Se Hun porque eres así?
¡¡¿¿Why??!!