Insulin by Mink (NamGi)

By MinkBangtan

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YoonGi no quiere que NamJoon se entere de lo que siente por él por dos razones poderosas que lo dejan con poc... More

1. ¿Nervioso?
2. ¿Cómo pudo haber dicho eso?
3. ¿Por qué?
4. ¿Vas a sentarte?
5. ¿No era posible, cierto?
6. ¿Cuándo vas a decirle?
7. ¿Hacia dónde debemos ir?
8. ¿Por qué no lo compruebas por ti mismo?
9. ¿Joder, es que acaso estaba soñando?
10. ¿Confías en mí?
11. ¿Acaso estás ansioso?
12. ¿Hyung...?
13. ¿Cómo qué clase de cosas?
14. ¿En qué momento había cambiado tanto?
15. ¿Por qué justo eso?
16. ¿Por qué habría de importarte?
17. ¿Qué pensarían de él?
18. ¿Debería estar feliz o llorar como un idiota?
19. ¿No estaba siendo demasiado tonto?
21. ¿Acaso perdía algo con intentarlo?
22. ¿Qué significaba?
23. ¿Por qué todo comenzaba a sentirse tan diferente?
24. ¿Era real?
25. ¿En qué piensas, hyung?
26. ¿De nuevo?
27. ¿Quizás amando demasiado?
28. ¿Acaso no era así de generosa la vida?
29. ¿Solo sugestión o mal presentimiento?
30. De lo que estoy hecho.
31. Insulin somos nosotros

20. ¿Debía ser valiente, cierto?

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By MinkBangtan

Habían pasado un par de días desde su viaje a Daegu y habían sido dos de los peores días de su vida. No tenía cabeza para hacer nada más que no fuera pensar en las palabras del idiota de NamJoon. Lo que más le daba cólera a YoonGi, era que se estaba ahogando en un vaso de agua.

Trataba de ser objetivo al respecto. NamJoon era joven y YoonGi también lo era, ambos nunca habían sido fieles con nadie, al parecer, ahora ambos sentían atracción por el otro... bueno, NamJoon sentía atracción, él sentía miles de cosas. Si se era objetivo, se podría decir que tener sexo era algo que podría pasar entre ambos y eso no implicaba que NamJoon tuviera que "elegir" entre ninguno de los dos chicos. Las personas lo hacían todo el tiempo, dicen querer a alguien pero no pueden mantener sus manos alejadas de cualquier otra persona que esté dispuesta a seguirles la corriente. Era normal en Seúl y era normal en cualquier parte del mundo, no había por qué hacer todo un drama de eso.

Pero YoonGi no estaba conforme. Él nunca se había enamorado antes, pero eso no significaba que creyera que enamorarse fuera imposible. El amor para YoonGi era algo más platónico que terrenal, por eso creía que si alguien amaba a alguien más, no podría siquiera pensar en besar a otra.

Intentó ser objetivo y entender que no todos pensaban así, mas no pudo. No podía dejar de pensar que NamJoon sólo quería utilizarlo; talvez si nunca lo hubiera escuchado diciéndole a Jin que lo quería, quizás él se hubiera dejado llevar por sus instintos. Vamos, no era ciego, eso era exactamente lo que había deseado hacer con NamJoon desde que esa mañana cualquiera se había despertado sabiendo que la irritación incómoda en su pecho era culpa del chico. Lo deseó desde ese minuto, no podía ver a NamJoon sin pensar en cosas pervertidas y fue muy difícil aguantar todas esas veces en las que Nam estaba cerca y él no podía tocarlo.

Pero...

Ahora podía tocarlo.

NamJoon se estaba ofreciendo en bandeja de plata y la oferta era tentadora y al mismo tiempo egoísta. Pero también existía esta otra cosa que parecía complicar la situación, no sólo era el hecho de que Nam se había rehusado a ser penetrado,  sino que esperaba que YoonGi lo recibiera con los brazos abiertos, sin cuestionamientos y Min no podía hacerlo, no podía.

Por otro lado, estaba Jin. Su mente había estado llena del tipo también. Lo había analizado, una y otra vez y se había cuestionado tantísimas veces por qué no pudo ser él. SeokJin parecía no tener una sola falla demasiado evidente. Era guapo, sí, era muy guapo. Sociable, Nam decía que era divertido. Amable, lastimosamente eso él mismo lo había comprobado. No hallaba una sola cosa que fuera suficiente mala como para puntuar que NamJoon estaba equivocado al quererlo y eso lo hacía sentir peor.

La relación entre ellos en ese último par de días había estado tensa. Casi no habían cruzado palabra y aunque anteriormente había odiado que NamJoon saliera a los bares, estos días había deseado por ratos  que lo dejara sólo, pero Nam no parecía querer alejarse.

No le gustaba ver lo desanimado que lucía su dongsaeng, nunca le había gustado que Nam se sintiera mal por algo, por eso siempre lo hablaban y él trataba de ayudarlo. Sin embargo, no podía ir ahí y consolarlo, ¿cómo podría hacer eso si eran ellos mismos el problema?

Quiso pensar que Nam se sentía mal por lo estúpido que había actuado, incluso se permitió pensar que talvez su dongsaeng había recapacitado y le pediría disculpas. No sabía por qué quería una disculpa, pero pasaba que la quería y lo que más le dolía era saber, aun cuando se hiciera ilusiones, que NamJoon no iba a dársela.

Eran las 9 de la noche, YoonGi había salido del trabajo hacía un rato pero había andado deambulando por las calles concurridas de Seúl por ya bastante tiempo. Quería llegar lo suficientemente tarde como para llegar a dormir sin excusarse. No podía ir al estudio, no le apetecía traer sus problemas al lugar que más paz le había dado, no cuando no tenía inspiración para nada.

Pensó en ir a algún bar, tomar algo que lo hiciese olvidar la punzante herida que sentía en el pecho, pero tampoco sentía los ánimos suficientes para ir a algún bar y pretender que no pasaba nada. Además, apenas era martes por la noche, se vería de nuevo como un borracho tomando un martes.

Luego de caminar un par de cuadras, vio un restaurante al fue un par de  veces cuando trabajaba en la cafetería. No había comido nada y su estómago comenzaba a hacérselo notar con unos sonidos bastante vergonzosos. Suspiró, sintiéndose algo derrotado y entró en el lugar.

El olor a carne y salsas  llegó al instante e increíblemente eso le animó un poco para comer algo con verdadero entusiasmo. Caminó hasta el área de pedidos y maldijo un poco cuando vio lo larga que era la fila. Al menos unas diez personas hacían fila en las cajas y otras más estaban esperando su pedido a un costado de la pequeña área.  Quizás sólo debería ir a otro lugar y comer tranquilamente su cena, no le apetecía la gente en ese momento.

Al final decidió quedarse en el local. Las personas alrededor lucían tan bien y contentas que tuvo incluso un ataque de envidia. Deseó poder sonreír normalmente y quiso tener a NamJoon en frente y abofetearlo por ser tan idiota. Él  lo había arruinado... no, YoonGi lo había hecho al esperar cosas que sabía, eran imposibles.

Cuando había escuchado que gustar de un amigo,  era algo triste de experimentar, nunca imaginó que fuera a ser así de loco. YoonGi se había sentido tan mal desde ese día en los baños y más aún luego de escuchar lo que el menor había dicho en Daegu, que no tenía ganas de hacer nada.

Le dolía estar cerca de NamJoon  y le dolía tantísimo estar lejos de él. Deseaba que por las noches se fuera de casa y lo dejara tranquilo, al mismo tiempo casi podía verse corriendo hacia él, inventando excusas baratas para que no se fuera y lo dejara sólo.  Sí, querer de esa forma a un amigo era una tortura. Es ser parte de la vida de alguien sin realmente serlo. Pasarse preguntando día y noche si quizás él, aunque sea por un instante, se había acordado de su existencia. Era una tortura que pudo ser el paraíso y terminó sin siquiera un agradable  recuerdo del qué aferrarse en las frías y largas noches.

YoonGi quería olvidar a NamJoon. Nam le dolía, le dolía y no deseaba que le doliera porque cuando uno quería, se suponía que  sólo debía sentir alegría.

- ¿...r, ...ñor, señor? - YoonGi reaccionó al llamado, al frente  estaba el cajero,  impaciente por tomar su orden - Le pregunto por lo que desea ordenar esta noche, señor.

-Mm... sólo deme una hamburguesa y una coca.

- ¿La hamburguesa la va a querer sencilla  pequeña, mediana, grande, de la casa, especial de queso, especial con tocineta, nuestra  grand hamb...?

- ¡Sólo una sencilla, gracias! - dijo, atónito por la rapidez con la que ese chico lo había asaltado a punta de menús  de hamburguesa y estaba tan sorprendido, que se olvidó por un rato de la absurda sensación helada en el pecho.

- ¿La coca cola la desea peque...?

-Una pequeña - interrumpió, temiendo que el tipo fuera a empezar de nuevo con su recital.

- Por supuesto  - dijo, casi incapaz de ocultar que a esas horas de la noche no parecía desear  ser amable con  nadie y menos con un cliente despistado - son ₩5900.

YoonGi pagó y se alejó un poco, no tuvo que esperar demasiado por su pedido y luego se dirigió a una mesa vacía.

Al rato de estar en el local, sintió su celular vibrar en el bolsillo, indicando una llamada. Últimamente había estado alejado de todo el mundo, así que sólo podían ser tres personas: su mamá, Taehyung o NamJoon.

Sintió nervios y escalofríos, sacó el móvil deseando que fuera Taehyung, era NamJoon, sin embargo. Las 10:01 p.m. bien, quizás ya debería ir yendo a casa.

Ignoró la llamada y depositó la bandeja en el recipiente de al lado. Con nervios y ya algo cansado, comenzó a caminar el trayecto a su casa. Estaba a unos 20 o 30 minutos, podría ir caminando y así llegar más tarde, pero la comida había hecho de la suyas y se sentía soñoliento. Tomó el primer bus naranja que encontró, todos pasaban por ese sector.

Unos minutos más tarde, cuando bajaba del autobus, se dijo que esa breve parada para cenar le había levantado los ánimos lo suficiente como para hacerle frente a NamJoon. Decir que no había contestado las múltiples llamadas del dongsaeng, era poco, aun así, se sentía mejor que hacía un par de horas atrás. Pensó que tantas personas en el local iban a estresarlo, pero fue todo lo contrario, le ayudaron a dejar de pensar tanto en sí mismo y por ratos, eso era necesario.

Cruzó la calle, suspiró hondo varias veces mientras avanzaba y con algo de resignación, abrió la puerta. Todo estaba en silencio y eso lejos de calmarlo, hizo que su corazón comenzara a latir de prisa. Se descalzó y puso sus cosas en el sillón de la sala, miró por unos segundos la puerta del cuarto y tras mentalizarse, la abrió.

Nada. No había nadie y la ausencia de ruido en absoluto, le dijo que Nam tampoco estaba en el baño. Suspiró, aliviado, las cosas habían estado muy incómodas entre ambos y hablar "normal" era algo que no había ocurrido. Pocas palabras, casi todas como respuestas a algo que el menor preguntaba.

¿Sería buena idea apartarse? Quizás debería buscar otro sitio. No quería arruinar su amistad, pero estar cerca no estaba precisamente funcionando bien.

Se cambió y se acostó. Revisó un momento sus redes sociales y apagó el celular, no queriendo ser despertado por otra llamada de su dongsaeng e ignorando las omnipresentes palabras en su teléfono: "4 llamadas perdidas de K. NamJoon"

*

La alarma lo despertó en la mañana. Tenía que ir a trabajar y aunque él odiaba madrugar, se levantó de un salto y casi corrió al baño... eso, antes de notar que la cama de NamJoon estaba vacía y no parecía haber sido usada del todo.

Sintió un vacío en su pecho. Eso sólo podía significar dos cosas,  NamJoon había pasado la noche con Jin o había buscado a alguien más en algún bar para satisfacerse. No negaría que ambas ideas lo horrorizaban, pero prefería que se hubiera quedado con Jin.

Ignoró la ligera rabia y decepción que sintió y se bañó apresuradamente, tenía la leve sensación de que NamJoon llegaría en cualquier momento.

Pero NamJoon no llegaría ni en ese momento, ni en cualquier otro cercano. Cuando encendió su celular, una corriente de ansiedad lo recorrió al notar las 11 llamadas perdidas y un audio en la app de mensajería. Nunca había tenido tantas llamadas perdidas y se apresuró  a revisarlas.

Eran 6 de NamJoon, 4 de Jin y una de su madre.... ¿Por qué Jin lo llamaba? Abrió el mensaje de NamJoon y se sobresaltó cuando la voz en él fue de Jin y no NamJoon. Lo había enviado a eso de las 2 a.m.

"YoonGi, ¿por qué no contestas? Estuve llamándote toda la puta noche y ya estoy harto de esto, no sé  qué hacer ni a quién acudir. Estoy con NamJoon, yo no sabía que  padecía de una severa alergia al maní y le di un jodido postre y no sé qué pasó luego, él no podía respirar y se puso muy mal, todo fue tan rápido que..."

El corazón de YoonGi latió con fuerza. El estúpido audio no estaba completo  y con rapidez marcó el número de Jin, esperando que contestara y le dijera que solo había sido una ligera emergencia y que a Nam no le había pasado nada grave.

Sabía de las alergias de NamJoon, al maní y al cas. Nam le había comentado hacía mucho que era especialmente sensible al maní y él siempre había tenido cuidado de no darle ni dejarle ingerir algo que contuviera el alimento. ¿Cómo se le ocurre a NamJoon ir por la vida sin decirle a su pareja que es alérgico a algo?  Estúpido NamJoon, más le valía estar bien, ese bastardo debía estar bien porque sino YoonGi iba... YoonGi no sabría qué hacer.

Tomó sus cosas y salió casi corriendo de la casa, no sabía a cuál lugar debía ir, aun así corrió por las aceras, esperando que pasara algún autobús naranja.

- ¿Dónde está él? - dijo fríamente, apenas Jin contestó, después de llamarlo varias veces.

- Estábamos en el Hospital del Sur, pero le dieron la salida hace como una hora. Está durmiendo, estamos en mi casa. Él  está bien ahora, pero... YoonGi, yo pensé  que algo realmente malo iba a pasarle, él no podía respirar y se puso pálido y luego estaba todo rojo y yo... me siento tan estúpido.

La voz de Jin se oía como la de alguien que de verdad sentía culpa. YoonGi sintió alivio al saber que su dongsaeng estaba bien,  también logró sentirse un poco mal de que SeokJin se estuviera echando la culpa de algo que no sabía.

YoonGi vaciló, Nam estaba bien y en casa de Jin, talvez no debería ir.

- Voy para allá, mándame la dirección  por mensaje.

Optó por ir. Colgó y corrió a coger el bus que justo había llegado. Se sentía aliviado de que Nam estuviera bien, la verdad era que nunca lo había visto enfermarse por una de sus alergias, así que eso lo asustó un poco bastante. También comenzó a sentirse culpable, no contestó el teléfono porque no quería tener que hablar con él... Joder, NamJoon pudo haber muerto por una anafilaxia y él sólo ignoró su teléfono.

SeokJin vivía en un barrio acomodado no tan a las afueras de Seúl, no había tardado demasiado en llegar. Subió al apartamento indicado y tocó la puerta. YoonGi estaba ansioso, quería  correr a donde su dongsaeng y regañarlo por no haber informado a Jin al respecto.  ¿Cómo se le había olvidado comentar algo tan importante?

- Pasa, gracias por venir tan rápido - dijo Jin apenas abrió la puerta. Lucía algo cansado y parecía que acababa de tomar una ducha.

-Vine tan rápido como pude. ¿Qué pasó exactamente? - dijo, entrando cuando Jin le invitó  a pasar. El lugar era elegante, algo pequeño pero bien para un joven en sus 20's.

-Estábamos comiendo en un restaurante cerca del trabajo de NamJoon,  pedí un postre que se veía bien y bueno, comimos un poco antes de que comenzara a tener problemas. Me dijo que era alérgico y que no andaba su efi... efa... uh... su tratamiento.

-Epinefrina - agregó YoonGi. 

- Sí, así que lo llevé al hospital más cercano, a mitad del camino comenzó a ponerse muy mal,  le costaba muchísimo respirar y se puso súper  rojo, decía que tenía náuseas y jadeaba horrible y... - Jin suspiró - el médico  dijo que unos minutos más y su vida hubiera estado realmente en riesgo.

YoonGi sintió escalofríos. NamJoon siempre decía que no era nada demasiado grave y ahora pasaba esto. ¡Ese imbécil iba a oírlo!

- Gracias.

Dijo YoonGi y en realidad lo sentía. No podía ni imaginar lo que sentiría si a Nam le hubiera pasado algo, dolía de sólo pensar en la posibilidad. Jin no respondió, asintió lentamente y tras ofrecerle café y decirle que Nam  estaba descansando, se sentó con él en el sillón.

YoonGi se sentía realmente incómodo. Jin nunca había sido de su agrado y menos cuando tomaba en cuenta los acontecimientos de los últimos días. No tenían nada de qué hablar y tampoco era como si en realidad deseara hacerlo. En sí, entre menos tratara  a SeokJin, menos tendría que  lidiar con la idea de que esa persona a sólo unos centímetros  de su cuerpo, le estaba arrebatado a NamJoon sin siquiera saberlo... y sin siquiera hacerlo, pues el chico nunca estuvo verdaderamente en sus manos.

Aún así, Jin se las ingenió para mantener una ligera conversación. Las noticias en la gran pantalla de la sala, llenaban un poco los segundos de absoluto silencio y YoonGi se aferraba a su taza de café, deseando que el tiempo pasara rápido y NamJoon  descansara lo suficiente como para pedirle a Jin que lo despertara.

- ¿Hyung? - se congeló al oír la voz de su dongsaeng a sus espaldas. Deseó dar un suspiro, cerrar sus ojos y mentalizarse para voltear a verlo. No podía, Jin tenía sus ojos clavados sobre él y no podía exponerse de esa manera.

Mantuvo su cara seria y su respiración tranquila, fingiendo que no sentía fuego en el pecho.

Iba a voltearse a verlo cuando sintió los brazos de su dongsaeng sobre sus hombros. Se sobresaltó y tardó unos segundos en darse cuenta de que su chico estaba abrazándolo desde atrás. Olía a medicina y hospital y aún así YoonGi pensó que incluso ese olor en él, era agradable.

Todo en él tembló y trató de no ver a Jin; NamJoon dijo algo por lo bajo que bien pudo haber sido un "gracias" que no entendió muy bien. El abrazo se intensificó y su corazón golpeó con más fuerza cuando la mejilla de NamJoon rozó su propia mejilla.

- Estás bien.

Dijo, era estúpido afirmar lo obvio pero no creía poder decir más que eso. Sus ojos ardieron y supo hasta ese momento, que si Nam hubiera muerto, una parte inmensa de sí mismo hubiera muerto con él.

- Estoy bien - afirmó Nam y su voz sonaba triste. ¿Quién se entristecía al decir que estaba bien?

Min se permitió levantar sus manos y tocar con cuidado los brazos enrollados en sus hombros y cuello. Dio unas ligeras palmadas en ellos y luego sólo los dejó ahí. Pensándolo bien, debería dejar de darle palmadas a su dongsaeng, siempre eran vistas como una especie de demostración de aprecio amistoso y ya era más que obvio para ambos, que no sólo era amistoso.

Se quedaron en esa posición por largos segundos, se estremeció internamente cuando Nam dio un suspiro y el aire tibio se coló por su propia ropa. Sintió escalofríos recorrerlo y se felicitó por mantenerse quieto. No podía ignorar que Jin estaba a centímetros de distancia.

- ¿Por qué te dejaron salir tan rápido? - preguntó, ya sería demasiado obvio e incómodo no tener una conversación. Aun así, sentía un vacío confuso en su estómago.

- Dijeron que podía ir a casa y que estuviera alerta. Ya habían pasado unas 7 u 8 horas desde que me pusieron la inyección.

NamJoon suspiró lentamente una vez más y luego quitó  con cuidado sus brazos. Min se sintió algo vacío pero como el buen actor que ahora parecía ser, se las ingenió para mantener su cara relajada.

Rodeó el sillón y el corazón de YoonGi latió más fuerte. Primero vio las piernas de su dongsaeng avanzando a un costado y luego, cuando se dijo que sería tonto no voltear a verlo, alzó  su mirada, justo para encontrarse con los ojos de NamJoon viéndolo fijamente.

- Creí que dormirías más, por eso no te desperté -  dijo Jin, YoonGi casi olvidó que estaba ahí.

Se preparó para ver lo que seguía a continuación. Nam iría a Jin y se darían esos besos rápidos que solían darse cuando estaban al frente de él. Nam se acurrucaría en Jin y comenzarían a hablar de lo asustadiza y rara que fue la situación.

No lo hizo. Por sorprendente que fuera, NamJoon se sentó  en el asiento del costado derecho, a un lado de YoonGi.

- Me desperté con sed y luego vi que hyung había venido - Min realmente odió esa sonrisa tierna que se posó en los  labios del menor cuando mencionó "hyung", incluso creyó que lo vio ruborizarse por un segundo. - ¿Llegaste hace mucho?

- Hace como media hora - añadió Jin en su lugar, se levantó del sillón y miró  al menor - ¿quieres un jugo o algo de agua?

- Agua está  bien, muchas gracias.

- No puedes ir por la vida ocultando que tienes una alergia severa - dijo YoonGi cuando Jin se alejó hacia lo que suponía, era la cocina.

- ¿Me estás regañando? - preguntó el menor y YoonGi se tomó unos segundos para responder.

- Por supuesto que lo hago. Si hubieras sido más cuidadoso, hubieras preguntado por los ingredientes del postre o Jin lo hubiera hecho, en dado caso.

La sonrisa de NamJoon se desvaneció lentamente, casi como si intentara ocultar lo que sea que hizo que se borrara, en primer lugar.

- ¿Dices que estabas preocupado por mí? - YoonGi casi se ruborizó.

- Claro que estaba preocupado por ti, pensé  por unos segundos que habías muerto. - Min se estremeció ante el recuerdo. Cualquiera podría sufrir de alergias, no cualquiera tenía alergias severas y más aún, no cualquiera era NamJoon. Por supuesto que había estado preocupado, coño, él  casi había llorado y de todo.

Era tan raro estar hablando luego de un par de días de casi cero interacción, era incómodo, doloroso e increíblemente reparador. Había necesitado eso, después de todo.

- Lamento haber sido tan descuidado. Realmente no estaba poniendo demasiada atención.

- Es tu salud, siempre debes ponerla por delante de todo. Incluso yo pongo más atención que tú y ni siquiera soy el enfermo.

- Lo sé  pero es difícil cuando... - Nam se quedó callado y YoonGi frunció el ceño, incluso más cuando su dongsaeng se ruborizó un poco.

- ¿Cuando qué? No hay excusas, sabes que si no prestas atención a lo que tocas o consumes, algo malo podría pasarte. ¿Qué  es más importante que cuidar de ti mismo?

- Es que... hyung, no podía pensar en otra cosa que no fuera... - Nam se detuvo, como si no quisiera seguir hablando pero YoonGi tragó grueso cuando él volteó a verlo de nuevo, intensamente  - no sé cómo haces para seguir tan normal. Prácticamente hemos sido extraños estos días y no dejo de pensar que me gustaría ser cómo tú, me gustaría que la idea de perderte no estuviera matándome. Ni siquiera puedo pensar con claridad y es obvio que no iba a analizar lo que tenía o no ese estúpido postre.

Min se quedó inmóvil. No sabía cómo tomar las palabras del menor, no sabía siquiera cómo debería sentirse. ¿Estaba echándole la culpa o realmente estaba siendo sincero?

- ¿Tratas de hacerme sentir mal por tu reacción alérgica? Ni siquiera estaba ahí.

- No, jamás sería tan idiota para hacer eso. Pediste una explicación y te di mi explicación sincera. No tienes que decir nada al respecto, es sólo que no entiendo... - NamJoon buscó su mano y aún cuando Jin gritó desde la cocina que ya casi estaba el desayuno, NamJoon ni se inmutó - eres importante para  mí.  Soy un idiota y eso ni siquiera voy a intentar negarlo, pero no es necesario que me hagas a un lado... te dije que te necesitaba y es cierto, no importa si piensas que sólo miento. Pasar por esa estúpida reacción alérgica me hizo darme cuenta de lo rápido que puede irse la vida  y  que no quiero que...

- ¿Pasa algo? - YoonGi se sobresaltó al ver a Jin avanzando hacia ellos, traía una bandeja con algo humeante.

No sabía qué responder. Se sintió asustado y deseó apartar la mano de NamJoon de un manotazo, pero el tonto chico no había hecho intento de apartarse.

- ¿Qué pasa? - Jin repitió y puso la bandeja en la mesita de en frente. Fue entonces cuando NamJoon apartó lentamente su mano y dejó la mano de YoonGi en su regazo, deseando el contacto de nuevo. Adrenalina llegó a YoonGi y se puso se pie en un instante.

- Debo irme.

- Acabo de hacer el desayuno, no puedes irte, YoonGi.

- Me voy contigo - dijo el menor y eso sí le sorprendió, a ambos en realidad.

- No, la doctora dijo que tenías que tener reposo y que no debías exponerte demasiado - añadió Jin, claramente confundido.

- Tengo que ir a hacer algo.

- No tienes que ir  a hacer nada - dijo YoonGi, él debía reposar y Min también quería huir del menor lo antes posible. - Te ves agotado y aun estás algo sonrojado, es obvio que no puedes moverte aún.

- Es cierto, no hace ni tres horas que te dieron la salida. YoonGi, hice desayuno para los tres, ¿por qué vas a irte?

- Tengo que trabajar - mintió, él había llamado para avisar que no podría llegar al trabajo.

Min miró a Jin y luego a NamJoon. Odiaba ver esa expresión extraña en el menor, era como si Nam fuera un cachorro y YoonGi estuviera regañándolo. Se veía triste y sus ojos estaban demasiado brillantes como para ser natural. El corazón de YoonGi  se estremeció con dolor.

- Voy a irme contigo - dijo el menor seriamente, pero se notaba que no estaba tan seguro de poder lograr que YoonGi aceptara  - Te agradezco mucho, Jin, en serio que te has comportado increíble conmigo pero esto es algo que tengo que resolver.

Jin hizo cara de sorprendido, como si no pudiera entender qué  estaba pasando y en parte, era cierto.  YoonGi  se sentía mal, sentía que estorbaba y deseaba largarse de ese lugar.

- No tienes que hacer nada, puedes hacerlo después - dijo y miró a Jin - también te agradezco.

Cogió sus cosas y caminó fuera de ahí. Sentía que debía decirle a Jin que era mejor no volver a tener ningún tipo de contacto. Sería estúpido decirle al tipo que deseaba que su novio lo dejara y se fuera con él.  Sería egoísta y no por Jin, Jin no le importaba, sino porque NamJoon lo quería.

Caminó a la puerta y en serio que nunca se había puesto los zapatos tan rápido en toda su vida, ni siquiera recordaba la última vez que había optado por las escaleras en lugar del ascensor. Sólo deseaba  huir de ahí, si no lo hacía, corría el riesgo de quebrarse y no iba a quebrarse. No después de haber sido tan humillado en aquel baño.

Corrió por las escaleras, cuatro pisos lo separaban de la salida. Ignoró el nudo en la garganta y se odió  por lo sensible que había estado en este tiempo. Nunca había sido así  y ahora parecía que quería llorar a cada rato.

No huía por Jin. Lo hacía de NamJoon y por NamJoon. Sabía que Nam se había enamorado de alguien en el pasado y desde ese momento, parecía no querer tener nada serio con nadie. Pero YoonGi creía que Nam estaba experimentando su verdadero primer amor con Jin y eso automáticamente le quitaba cualquier posibilidad. No quería ser utilizado y sabía que en ese momento sólo sería eso con su dongsaeng, un objeto.

No importaba qué tanto quería Kim a YoonGi, un amor de amistad siempre sería eso, amistad. Sexo de por medio, siempre sería eso, un plus carnal a una amistad. YoonGi no quería eso para él.  Quería al menor completamente para sí, quería que no tuviera deseos de mirar a nadie más, que pensara que YoonGi  era genial, inteligente, lindo... Sólo quería que Nam sintiera lo mismo y pasaba que Nam no lo hacía.

Casi chocó con una mujer en la salida del edificio cuando fue empujado. Se sobresaltó y se puso pálido aún cuando la corrida había hecho que le faltara el aire.

- No puedes  irte, tenemos que hablar. - dijo NamJoon, agarrándolo por los hombros.

- ¿Quieres saber qué pienso? Que estás llevando esto demasiado lejos. Te dije ese día en Daegu que no había razón alguna para hacernos esto, vamos a olvidarlo y vamos a superarlo. Es... frustrante ver que actúas como un niño.

- Yo no  actúo como un niño.

- Lo haces, ¿ has notado siquiera que no soy un juguete? Nam...yo no...

- Espera - interrumpió el menor, por fin quitando la presión en sus hombros y luego alejando sus manos de él -  no  quiero que discutamos esto aquí. Vamos a casa, ¿está  bien? Vamos a hablarlo tan tranquilo a como sea posible y entonces podremos  dar un veredicto de esto.

- No creo que tenga caso, ya sé lo que quieres.

-  Por favor, solo hablemos. He pensado muchísimo en estos días y he analizado demasiadas cosas... sé que para ti es fácil, pero yo no puedo simplemente hacer como  si no existieras.

¿Que para él  era fácil? ¿Cómo se le ocurría semejante cosa?

- ¿Por qué crees que es fácil para mí? ¿Debo recordarte que casi que me  dijiste que deseabas usarme como si fuera un prostituto o un rastrero amante?

NamJoon lució impactado por sus palabras, antes de lucir algo enojado.

- Jamás pensaría eso de ti. Que quiera tener sexo contigo, no significa que no te valore.

- Por supuesto que no significa eso, yo quise follarte y mira que  te valoro mucho -  espetó, cabreado de repente -  excepto que yo no sugerí convertirte en mi pequeño sucio secreto. No, yo en serio nunca  tendría intenciones de esconderte  y sabes, creo que ya esto no tiene sentido. Estamos peleando como idiotas por unas pocas veces en las que nos tocamos, ni siquiera hicimos mucho y ya esto parece haberse ido a la mierda.

- Si esto se hubiera ido a la mierda, como dices, no estaríamos discutiendo en este momento con tantas personas alrededor. - YoonGi se ruborizó y constató que varias personas caminaban cerca, un par de ellas incluso los miraban.

Suspiró. Talvez era hora de dejar todo eso atrás, no le diría a NamJoon que no sólo sentía deseo por él, pero iba a dejar en claro todo lo que necesitaba ser dicho.

- Está bien, hablemos.

NamJoon suspiró, al parecer aliviado y fue ahí cuando notó que el menor había salido de casa de Jin sin siquiera un abrigo. YoonGi deseó darle el suyo, pero tampoco lo andaba.

No negaría que era un saco de nervios y ansiedad en ese momento. Si ponía en un balanza lo que había obtenido  desde la primera  vez que se tocaron en el estudio, a pesar del placer conseguido, el dolor había sido tanto que  no parecía haber sido un buen trato.

Lo que más miedo le daba  era alejarse de NamJoon. YoonGi había mantenido siempre en secreto su deseo por dos razones muy poderosas. La primera, que NamJoon lo dejara luego de que tuvieran sexo o que lo rechazara de plano. La segunda, porque NamJoon nunca cedería ante su posición de activo en el sexo. Sonaría estúpido y egoísta, pero eso era importante para YoonGi. Simplemente no sería capaz nunca de tener sexo de otra forma que no fuera esa, quisiera dejar sus miedos atrás e intentarlo pero era asfixiante siquiera pensar en luchar contra su peor pesadilla.

Suspiró, cansado y dolido.

Era el momento. Iban a hablarlo, ya YoonGi sabía que  terminaría con  el corazón roto, pero se había estado desangrando de a poco y había descubierto que de esa forma, la agonía era eterna.

¿Debía ser valiente, cierto?

*

*

*

Mink Bangtan

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