J E N N I F E R ' S B O D Y
« I am going to eat your soul... and SHIT IT OUT, Lesnicky! »
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Había algo aterrorizante sobre estar en ese lugar. No era solamente que la guarida de los doctores del terror fuera este lugar subterráneo donde la luz del sol no tocaba, que el olor a sangre y descomposición inundara el ambiente o las camillas con los múltiples experimentos de los doctores, esperando a ser transformados en monstruos. No. Lo aterrorizante eran los doctores en sí. Theo pensaría que debía de estar acostumbrado a ellos, después de haber pasado la mayor parte de su vida con ellos. Sin embargo, aún le inspiraban un temor profundo que se había encargado de suprimir, de mantenerlo adentro. El miedo era algo que Theo no podía permitirse.
—Necesito más tiempo —les dijo a los doctores, viéndolos caminar por el lugar con sus máscaras puestas. Ninguno le prestó atención—. ¿Me están escuchando? Necesito más tiempo.
—Perigeo-sizigia —dijo uno de ellos, con la extraña voz que los caracterizaba.
—La superluna —añadió otro.
—Lo sabremos en el perigeo-sizigia.
—¿Qué pasa con Hayden? —insistió Theo.
—Fracaso —respondió uno de ellos, simplemente.
—No, no, no. No para mí.
—Los fracasos comprometen el grupo del experimento.
—Quité a Scott de su camino. Hice todo lo que querían —exclamó Theo, comenzando a perder la paciencia—. Ahora necesito a Hayden viva.
—Intrascendente.
—Me prometieron una manada.
—No te prometimos nada.
—¡La necesito viva! —gritó Theo.
Lentamente, todos los doctores dejaron de hacer lo que hacían y voltearon a encararlo.
La sangre de Theo se heló por completo. Miedo. Tenía miedo. Con ojos brillosos y sin atreverse a parpadear siquiera, Theo dio un paso atrás. Uno de los doctores caminó hacia él, deteniéndose a poca distancia del chico.
—Solo hasta el perigeo-sizigia —advirtió uno de los doctores, no dejando lugar a respuestas. Theo asintió, intimidado, dando media vuelta para irse.
Justo antes de salir, uno de los doctores lo llamó.
—Deberías cuidar a la chica —dijo detrás de él. De alguna manera, Theo supo que no estaba hablando de Hayden. Hablaba de Rae. Era una amenaza.
Sin voltear, salió, diciéndose a sí mismo que no debía de preocuparse por la cazadora cuando en realidad el pensamiento de que estuviera en peligro le daba aún más miedo del que alguna vez había sentido.
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—¿Seguro de que Parrish lleva los cuerpos a ahí? —preguntó Theo a Stiles, entrando a la biblioteca. A su lado, Rae leía silenciosamente en su teléfono más información sobre el Nemeton en un viejo libro que había descargado.
—Lydia dice que eso sueña —respondió Stiles.
—Si Lydia encuentra el Nemeton, también encontrará a Donovan —observó Theo. Rae se detuvo, al mismo tiempo que Stiles. Ambos voltearon a ver a Theo.
—Dilo más fuerte, creo que no te escucharon en China —siseó Rae, agradeciendo que no hubiera ningún hombre lobo en la biblioteca.
—Lo lamento —se disculpó Theo—. Solo lo pensé.
—Y también encontrará a Josh —dijo Stiles.
—¿Sabes? Tal vez debería de hacerlo —se encogió de hombros—. Creo que todo es diferente para Scott después de lo que le hizo a Corey. No creo que nos culpe por defendernos. Sé que no te culpará.
Algo en Theo había cambiado, y Rae se dio cuenta. Tal vez las cosas lo harían también. Tal vez, más pronto que tarde, Rae tendría que empezar a ver por sus propios intereses. Claro, eran un equipo en ese momento, pero era momentáneo. Tal vez Theo ya había empezado a formar un plan, y no la incluiría a ella.
Stiles se quedó callado por un buen rato, mirando a la nada. Regresó a la realidad cuando Rae, frunciendo el ceño, lo tomó del brazo.
—Ey, Stiles, ¿sigues aquí? —preguntó, preocupada.
—Estoy bien —farfulló Stiles.
—Theo, ¿puedes ir a traerme una soda? —dijo Rae, mirando fijamente a Theo. Él entendió la indirecta, y aunque no le gustó, asintió dejándolos solos a los chicos.
—¿Tú qué dices? —inquirió Stiles, ansioso, una vez que Theo estuvo lejos. Rae se relamió los labios, pensativa.
—No lo sé —admitió—. Solo sé que tengo tu espalda cuando todo esto pase. Si Scott se entera, o no, estamos juntos en esto.
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Rae se enteró de que estaba en lo cierto cuando Theo la jaló del brazo, llevándola detrás de los autobuses escolares. Lo siguió, cuidando de que nadie los viera. Si alguien lo hacía, probablemente deduciría que irían a besarse y manosearse en ese escondite, pero no estaba de más cuidarse.
Theo pareció pensar lo mismo, poniéndola contra uno de los desgastados autobuses amarillos, presionando su cuerpo contra el de ella. Al oído, le habló en susurros.
—Voy a actuar —susurró—. Mi tiempo se acaba y necesito hacer algo. Necesito saber si estás contra mí o a mi lado. Si estás conmigo, juntos acabaremos con Scott McCall. Yo quiero su manada, pero tú puedes arrancar su corazón si eso es lo que quieres —hizo una pausa, relamiéndose los labios—. Pero si estás contra mí... Si quieres el premio mayor para ti solamente... Entonces tendré que hacerte a un lado.
Theo alejó su rostro apenas unos centímetros, para ver a la chica a la cara. Para su sorpresa, Rae sonrió. Los ojos le brillaron de manera felina y alzó la cara, en señal de superioridad. No debería de estar sorprendido de que Rae fuera un paso delante de él y hubiera adivinado sus intenciones, pero no se decidía si eso lo excitaba o lo molestaba. Ambas, se decidió. Ambas. La chica lo volvería loco.
—¿Sabes cuál es la manera de ganar una guerra, Theo? —canturreó Rae, las palabras deslizándose como seda de sus labios.
—Estando en el bando ganador —respondió rápidamente, señalándose a sí mismo.
Rae chasqueó la lengua.
—Estando en ambos lados. ¿Sabes que Estados Unidos, en la Segunda Guerra Mundial, antes de adentrarse proveía de armas a la Unión Soviética y a Alemania? Estados Unidos ganó la guerra porque primero jugó con su comida. Jugó para ambos bandos, y un minuto antes de que el partido finalizara, se cambió al ganador. Eso es lo que haré. No estoy en tu contra, pero tampoco soy tu aliada. No estoy en contra de Scott y su manada, pero tampoco deberían confiar en mí. Voy a jugar contigo y con Scotty, y en el momento en que él tenga tu cuello a punto de desgarrarse o tú tengas el corazón de McCall en bandeja de plata para mí... Entonces decidiré de qué lado estoy.
—Eso no es justo —gruñó Theo, crujiendo los dientes.
—¿Cuál es la frase...? En la guerra y en el amor, todo se vale —Rae soltó una risita, al notar que Theo estaba más que furioso. Estaba matándola con la mirada, y no le hubiera sorprendido si le hubiera dado un golpe en ese momento—. Vamos, Theo. Me agradas. Pero me agrada más ganar.
Theo volteó para decirle algo, para gritarle, lo que fuera. Estaba molesto. Se sentía traicionado. Pensaba que Rae iba a decirle que estaba de su lado, pero claramente la había subestimado. Rae tomaba sus propias decisiones. Era egoísta. Solo buscaba su propio beneficio. Tomaba y tomaba y no regresaba. Era peligrosa.
No pudo decirle algo, pues lo siguiente que supo fue que los labios de Rae estaban contra los de él. Theo gruñó, azotándola contra el autobús. Sus labios se movían acaloradamente contra los de Rae, salvajemente sin importarle si la lastimaba. Rae tomó el labio inferior de Theo entre sus dientes, jalándolo hasta hacerlo sangrar. Lamió con la punta de su lengua la sangre derramándose por sus labios y lo empujó hacia el interior del autobus.
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—Si nos apuramos alcanzaremos a llegar a la siguiente clase —dijo Rae como si nada, retocando su delineador mientras Theo alisaba su ropa. Sabía que Scott y Malia rápidamente detectarían el olor a sexo desenfrenado que secretaban, pero para la mayoría de los demás estudiantes debían aparentar como si nada hubiera sucedido.
—Rae —la llamó Theo, antes de que saliera del autobús, tomándola de la mano—. ¿Era en serio lo que dijiste antes?
Su mirada no delataba nada, y Rae no podía descifrar qué era exactamente lo que pasaba por su mente. Por un momento, decidió ser honesta. No juegos. No mentiras. La verdad detrás de sus palabras.
—No es personal, ¿lo sabes? Me gustas —admitió—. Nunca he conocido a nadie como tú y sé que nunca lo haré. Pero esto no es sobre mí. Es sobre mi familia. Es sobre mi clan. No puedo permitirme que por tus ojos bonitos y tu increíble cuerpo ponga todo en riesgo. No voy a echar a perder lo que has construido, no voy a decirle a Scott lo que planeas. No soy una hija de perra —hizo una pausa, pensándolo mejor—. O bueno, no al menos en ese sentido. Pero si te descubren, voy a actuar sorprendida y como si yo fuera la víctima. Llámame si estás a punto de matar a Scott y me necesitas para hacerlo. Cuando estés a punto de ganar. Mientras tanto, me mantendré al borde.
Theo se quedó callado por un instante, procesando lo que Rae le acababa de decir. Su expresión era incapaz de ser leída, pero Rae no se dejó intimidar. Solamente se recargó en la puerta, esperando su respuesta. Finalmente, la volteó a ver a los ojos directamente, entrecerrándolos.
—Tal vez esté cegándome por tus ojos bonitos y tu increíble cuerpo —dijo, repitiendo las palabras de la chica—. Pero bien. Acepto. Aunque no es como si tuviera opción, ¿cierto?
—Cierto —rió Rae, bajándose del autobús de un salto y yendo a clases, sin esperar al chico—. Eres inteligente, Theo. No lo seas más, o tendré que matarte para eliminar a mi competencia.
Ambos sabían que a pesar del tono ligero de su voz, no estaba bromeando. Por un momento, Theo se quedó parado. Esto iba a acabar muy mal. Pero al menos ahora tenía otra razón para ganar: recuperar a Rae de su lado.
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—Necesito hablarte de algo —musitó Theo a Scott, en medio del silencio de la clase cuando notó que Rae iba al baño.
—¿Estás bien? —preguntó Scott inmediatamente, preocupado.
—No se trata de mi —negó con la cabeza—. Es algo que debí decirte hace mucho tiempo.
Inmediatamente, los ojos de Scott brillaron, su mirada cambiando para estar atento a las palabras del chico.
—¿Qué es?
La mirada de Theo bajó.
—Es sobre Stiles —hizo una pausa, casi como si le costara—. Y sobre Rae.
—Espera —lo interrumpió Scott—. ¿Escuchas eso?
Theo agudizó su oído, esperando oír lo mismo que Scott. Pronto, detectó el sonido.
—¿Es la policía?
—Es una ambulancia.
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Theo iba en el auto con Scott, directo al hospital de Beacon Hills, donde habían llevado a Corey hace unos minutos. El chico había comenzado a sangrar totalmente negro, señal de que no le quedaba mucho de tiempo. Conociendo a los Doctores del terror, probablemente iban a ir tras de él. Tenían que llegar rápido.
—¿De qué querías hablarme? —preguntó Scott, recordando las palabras de Theo en clase.
—Puede esperar —respondió Theo, evasivamente.
—Si algo anda mal, debes decirme —insistió—. Todos debemos de empezar a hablar de nuevo.
—Este no es el mejor lugar para empezar, Scott.
—¿Crees que me voy a enojar? —inquirió, confundido.
—No conmigo.
—Theo, puedes hablarme.
Theo se quedó callado unos instantes, como si estuviera debatiéndose entre sí decirle o no. Todo era un acto. Algo que había ensayado un millón de veces en su cabeza con un montón de posibilidades por si algo salía mal. La versión que le iba a contar a Scott había sido modificada dado a su última conversación con Rae, al haber asumido erróneamente que se colocaría a su lado sin dudarlo, pero aun así ya sabía exactamente lo que contaría.
—Abre la guantera —pidió Theo, luciendo conflictuado con sus pensamientos.
Scott lo hizo, encontrando ahí una llave para arreglar coches manchada de sangre. Reconoció el objeto inmediatamente. La tomó con una mano, mirándola fijamente como si contuviera un montón de preguntas.
—Le pertenecía a Stiles —dijo Theo, aunque Scott ya lo sabía—. La tiró en la escuela.
—¿Cuándo la tiró? —preguntó Scott, intentando controlar su voz. No sabía qué pensar, no sabía qué sentir.
—Cuando mató a Donovan.
Scott se tensó.
—¿De qué estás hablando?
—¿Recuerdas que Stiles se lastimó el hombro? ¿Que Rae se cortó la mano? Oliste la sangre. Viste la herida de Rae, por lo menos.
—Stiles dijo que el cofre del Jeep le cayó encima. Y Rae dijo que fue con un vaso.
—Pues no lo fue.
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mmm... ¿qué versión cree que le de theo a scott? traicionará a rae? ¿qué les pareció el capítulo? bastante centrado en theo, y probablemente el siguiente también lo sea, pero me gustó muchísimo lo que rae le dijo a theo sobre estar en ambos bandos.
no se olviden de votar, comentar y darle amor a la historia<3 las amo con todo mi corazón, chicas!