Fleur: Mi desesperada decisió...

By Ariana_Godoy

69.9M 6.9M 11.6M

[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con... More

Prólogo
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
Capítulo V
Capitulo VI
Capitulo VII
Capitulo VIII
Capítulo IX
Capitulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capitulo XIII
Capítulo XIV
Capitulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capitulo XX
Capitulo XXI
Capítulo XXII
Capitulo XXIII
Capitulo XXIV
Capitulo XXV
Capítulo XXVI
Capitulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capitulo XXIX
Capítulo XXX
Capitulo XXXI
Capítulo XXXII
Capitulo XXXIII
Capitulo XXXIV
Capitulo XXXV
Capitulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL (Especial I)
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capitulo XLIII
Capítulo XLV
Capítulo Final
Epílogo
¡Fleur: Mi desesperada decisión ya en librerías!

Capítulo XLIV

1.2M 129K 194K
By Ariana_Godoy


Capítulo XLIV

Me estoy volviendo loca.

Y lo se, porque estoy comenzando a ser como ellos. Observaba en silencio cada una de sus expresiones, cada gesto, cada mirada intercambiada, analizando, tratando de darle sentido a todo esta demencia. Luchando por encontrar razones, motivos, debilidades.

La única diferencia era que por más que intentara actuar como ellos, no era como ellos y jamás lo sería, era mucho lo que podía imitar o intentar copiar, todo tenía un limite.

Sin embargo, lo poco que había notado tenia que servir de algo.

Mason.

Él era el más peligroso de todos, no se tomaba nada en serio, todo consistía en un juego para él, sin importar que tan torcido y sangriento pudiera llegar a ser. Además, él era extremadamente inteligente, esa habilidad de manipular y descifrar a las personas podía llegar a ser aún más peligrosa que cualquier habilidad física.

Pierce.

Él era impredecible, volátil detrás de esa mascara de frialdad. Pude notar lo inestable que podía llegar a ser cuando algo no salía como él quería o cuando algo le molestaba. Pierce era más fácil de afectar en ese aspecto. Lo peor de él, era que por más que lo intentará no podia sentir miedo cuando estaba con él, eso lo hacía aún más de cuidado.

Y Adam...

Él era la debilidad de ellos tres, eso me había quedado claro. Su humanidad, sus claras emociones monstrandose claramente en sus expresiones, en sus palabras. Lo había visto dudar y cuestionar tantas veces esta situación y esa era mi única ventaja.

Pierce y Mason eran imposibles de superar si quería escapar de aquí pero Adam, él era otra historia.

Si, usalo, Adam puede sacarte de tí.

Esa voz fría dentro de mi cabeza había estado molestándome desde hace unos días, ¿Era mi consciencia? ¿O finalmente había alcanzado el punto de no retorno? ¿Estaba loca?

Adam te ama, usa esa amor, seducelo y obtendrás lo que quieres.

Eso había intentado hacer estos días, poco a poco hablaba con Adam cada día, pequeñas palabras que se convirtieron en conversaciones. No sería creíble si lo seducía de un día a otro, tenia que ser algo gradual. También me aseguraba que ni Mason ni Pierce supieran que estas conversaciones estaban ocurriendo, les tomaría unos segundos descubrir mis intenciones.

de hecho, en los últimos días todo lo que había hecho era esquivar a esos dos. No les hablaba, ni siquiera los saludaba cuando me los encontraba en el pasillo o en la cocina, Mason siempre me daba esa sonrisa burlona cuando me veía como si el supiera que eventualmente le hablaría, como si se tratara de ver cuanto tiempo aguantaba con este silencio, como si fuera un... juego.

Eso era Mason Stevens, un manipulador, psicopata, ansioso por algo que lo entusiasme, algo entretenido y desgraciadamente ese algo era yo.

Pierce me estaba dando mi espacio, sin presionarme, aunque podía sentir su paciencia agotándose con el pasar del tiempo.

Luego de darme un ducha, y ponerme unos shorts y una blusa sin mangas, me sequé el cabello con la toalla frente al espejo. Mi reflejo me sorprendió, me veía... sana. Ya no tenía las mejillas tan hundidas ni ojeras bajo los ojos. Mi piel estaba mejorando su contextura. Fisicamente, estaba mejorando, Mason se había encargado de eso: comidas balanceadas, pastillas para dormir cuando no logró conciliar el sueño, hasta había intentado sesiones terapéuticas conmigo pero me negué.

No obstante, mi estado mental seguía igual de caótico y confuso. Odiaba la forma en la que la rutina me hacía sentir que esto estaba bien cuando no lo estaba en lo absoluto.

Con el cabello húmedo, salí de la habitación con cuidado, echando un vistazo a ambos lados: Nadie en el pasillo. Caminé sigilosamente hacia la habitación de Adam. No me molesté en tocar y simplemente entré, cerrando la puerta detrás de mí. Adam y yo siempre nos veíamos poco después del amanecer cuando Pierce estaba trotando y Mason durmiendo.

Adam me recibió con una sonrisa, sentado en su cama, —Podría acostumbrarme a esto.

—Solo hablo contigo porque eres el más sano de los tres, no te hagas ilusiones.

—Entiendo.

—Sigues siendo un asesino para mí y jamás podré perdonarte.

Él asintió, —Ya me lo has dicho.

Él no es un asesino...

Esa voz molesta en mi cabeza seguía haciendo afirmaciones que me hacían cuestionarme esto.

Me dirigí a la ventana de su habitación, la luz matutina colándose a través de la misma. Moví a un lado las cortinas para echar un vistazo afuera. La mirada de Adam se sentía pesada sobre mí.

—Te ves mucho mejor.— comentó, —No sabes cuanto me alegra eso.

Me giré hacia él, —Cualquiera pensaría que te importo.

Él arrugó sus cejas, —Tú sabes que si me importas, eres lo único que me importa.

—Tienes una jodida manera de demostrarlo.

Él suspiró, —No lo entiendes pero con el tiempo lo harás.

—¿Entender que? ¿Que planeaste el asesinato de mi familia con dos locos y destruiste mi vida? Y eso no fue suficiente, también me secuestraste y me mantienes aquí viviendo con ustedes.

Él se puso de pie, sus ojos negros llenos de determinación, —Nunca ha sido mi intención hacerte daño, algunas cosas... debieron pasar así.— él tomó un paso hacia mi, —Hay algo que si puedo asegurarte, y es que mis sentimientos por tí son genuinos, nada ha sido más real en mi vida que lo que siento por tí, Fleur.

Pues yo ya no siento nada por ti.

¿O si?

De todas formas, no podia decirle eso, no era parte del plan.

Provocalo, dale celos, menciona a los otros dos, esa es su debilidad.

—Si tanto sientes por mí, ¿Cómo es que estas dispuesto a compartirme?— sus hombros se pusieron rigidos, —¿Cómo es que no te molesta saber que ellos también van a tenerme?— sus manos se envolvieron hasta quedar en puños.

Bingo.

—Ellos no van a tenerte.— dijo entre dientes con molestia, —Se que tú jamás te interesarías de esa forma por ellos y que ellos no serán capaz de obligarte.

—¿No serán capaz de obligarme?— me reí con sarcasmo, —Estamos hablando de dos psicopatas, Adam, creo que deberías saber que limites no son algo que ellos tengan.

—Si tienen limites cuando se trata de tí.

Meneé la cabeza, —Supongamos que no hagan nada en contra de mi voluntad, ¿Y qué si se ganan mi cariño? Pierce y yo ya tenemos historia, y ¿Si vuelvo a caer por él?

Adam no dijo nada, solo torció sus labios.

Así que seguí, —¿Podrías soportarlo?— no sabía de donde venía esta fuerza para decir estas cosas, —¿Verme con él todos los días? ¿Verlo tocarme, besarme, dejarlo hacerme suya en su habitación?

—Fleur...

Di una paso hacía él, mirándolo directamente a los ojos, —¿Podrías?

Adam apretó su mandíbula, estaba enojado, la rabia emanaba en olas de su postura.

Sigue presionadolo.

—Tal vez él te deje ver como me hace el amor y— Adam me agarró del cabello con fuerza, interumpiendóme.

—¡Calláte!

Su boca estaba a centímetros de la mía, su acelerada respiración rozaba mis labios.

Antes de que pudiera protestar me besó, con ambas manos empujé su pecho tratando de liberarme. Tenía que resistirme o él se daría cuenta de mi plan. Sin embargo, la familiaridad de sus labios no era algo para lo que estaba preparada.

He besado estos labios, muchas veces.

Adam me hizo retroceder hasta que mi espalda chocó con la pared detrás de mí, mis manos rindiendose contra su pecho.

Besálo, esta bien, déjate llevar.

Le devolví el beso, nuestros labios moviéndose juntos lentamente, podía sentir la rabia en su beso, los celos, la necesidad de hacerme saber que yo era solo para él. Él no quería compartirme, pero al parecer no tenía opción. Bien, podía trabajar con eso.

Lo empujé, alejandolo de mí, mis labios aún palpitando por su beso y salí de la habitación tan rápido como pude. Tenía que dejarlo confundido, inestable, así lo necesitaba.

Al llegar a mi habitación, entré y cerré la puerta descansando mi espalda contra la misma. Mis dedos acariciaron mis labios que probablemente estaban enrojecidos.

Al levantar la mirada, solté un chillido de sorpresa.

Mason.

Estaba sentado en el pequeño sofa al lado de la ventana, con sus manos detrás de su cabeza, estirado, relajado. Estaba en sus pantalones negros de pijama y una franela del mismo color, su cabello negro estaba húmedo, aún más desordenado que de costumbre.

Decir que estaba sorprendida no era suficiente, no me esperaba verlo a estas horas y mucho menos en mi habitación y con esa malicia en sus ojos que me asustaba.

Calmate, respira, es Mason, no puedes demostrarle nada.

Sus labios formaron una sonrisa de boca cerrada, —¿Diviertiendote tan temprano?

Tragué grueso, —¿Qué estas haciendo aquí?

Él bajó sus manos de su cabeza para descansarlas a los lados del sofá, —Es muy temprano para hablar de mí,— con sus manos se impulso para levantarse, —¿Por qué no mejor hablamos de tí, Fleur?

La manera en la que me dijo mi nombre, como me estaba mirando, su postura, su mirada todo apuntaba una sola cosa: Él lo sabia.

Él sabía lo que estaba haciendo con Adam.

Mierda.

¿Pero cómo? Fui tan cuidadosa.

Mantén la calma, hazte la idiota.

Era lo único que me quedaba.

Mason se quedó ahí parado, su altura intimidandome como siempre, sus coloridos ojos incitando, retándo. El silencio entre nosotros era pesado, cargado, y se estaba volviendo difícil respirar.

Necesito que se vaya.

—Sal de mi habitación, pensé que respetarías mi privacidad.— le recordé, tratando de sonar casual.

Ignorando los latidos de mi corazón, le pasé por un lado, dirigiéndome al closet del cuarto. No era muy grande pero si se podia caminar en el. Actué como si buscara algo dentro, necesitaba que se fuera.

Si él seguía aquí, no podría asegurar que él no encontraría la forma de confirmar lo que ya sospechaba de mí. Cuando no lo escuché, me giré hacia la puerta del closet y por segunda vez solté un chillido exaltada.

Mason estaba bloqueando la puerta, ambos brazos extendidos contra los bordes de la misma, —Sabes, me siento un poco insultado,— fingió una expresión dolida, —¿Por qué siempre me subestimas, Fleur? No pierdas tu tiempo jugando porque contra mi, nunca ganarás.

—No se de que estas hablando.

Mason sonrió abiertamente, monstrando sus dientes como un depredador y me sentía como una jodida presa en este espacio tan pequeño, —¿De verdad te vas a hacer la tonta?

Sus ojos se despegaron de los míos para seguir sus dedos que bajaban por el borde de la puerta en una caricia lenta pero calculada, —Hasta un idiota sabría que Adam es la debilidad de nosotros, esas emociones inútiles que posee.— meneó su cabeza,—No te sientas inteligente por ir por lo obvio, Fleur.

—No se de que hablas, Adam y yo tenemos historia, tal vez yo—

—¡No!— él le dio una fuerte palmada al borde la puerta, silenciandome, —No me mientas, es tan molesto cuando intentas ser más lista que yo.

—Adam es más idiota de lo que pensé si cayó por algo tan obvio.

—Por lo menos, él si puede sentir, no como tú.

Mason se rió abiertamente, su risa haciendo eco en el pequeño espacio, —¿Se supone que eso es un insulto?

Él dio un paso dentro del closet y yo retrocedí cobardemente, —Mason...

—¿Si, bonita?

—No te me acerques.

—Admítelo y puede que te deje tranquila.— el se acerco aún más, mi espalda encontrándose con la ropa en ganchos detrás de mi: No hay salida. El olor a jabón y champú llenó mi nariz, acabada de ducharse, y ya estaba demasiado cerca.

—No tengo nada que admitir.

Mason sonrió, los hoyuelos en sus mejillas apareciendo. Él cerró la puerta del closet detrás de él y apagó la luz, dejándonos a puerta cerrada en pura oscuridad. 

x----x

Nota de la autora: Este Mason... ¿Qué piensan de él?

¿Y de Pierce?

¿Y de Adam?

Muakatela,

A. Godoy. 

Continue Reading

You'll Also Like

3.7K 474 25
Olivia "Livy" Black, hija de Sirius Black y una muggle. Para su quinto año en Hogwarts no esperaba más estrés que el ocasionado por los T.I.M.O. Sin...
66.3K 4.9K 67
Segunda Temporada de Cambio de casa Despues de que las serpientes y los leones regresan a sus casas correspondientes, se abre un apuesta entre hombre...
188K 25.3K 55
¡Está listo! El set de Tortillaland se abre nuevamente ante la próxima temporada y tiene todo preparado para recibir a sus participantes. Desde los v...
41K 3.1K 19
he visto que muchos critican este ship y la verdad no entiendo porque a muchos les gusta el Dislestia. pero respeto su decisión. solo voy a escribir...