Fleur: Mi desesperada decisió...

By Ariana_Godoy

69.5M 6.9M 11.6M

[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con... More

Prólogo
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
Capítulo V
Capitulo VI
Capitulo VII
Capitulo VIII
Capítulo IX
Capitulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capitulo XIII
Capítulo XIV
Capitulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capitulo XX
Capitulo XXI
Capítulo XXII
Capitulo XXIII
Capitulo XXIV
Capitulo XXV
Capítulo XXVI
Capitulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capitulo XXIX
Capítulo XXX
Capitulo XXXI
Capítulo XXXII
Capitulo XXXIII
Capitulo XXXIV
Capitulo XXXV
Capitulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL (Especial I)
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo Final
Epílogo
¡Fleur: Mi desesperada decisión ya en librerías!

Capitulo XLIII

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By Ariana_Godoy

Capitulo XLIII

Sangre...

Tanta sangre en mis manos...

Muevo mis dedos frente a mi rostro, la sangre caliente deslizándose por ellos, resbalando por mis palmas hasta mis muñecas para caer al vacío.

Detente...

Esa voz suave... angelical...

Me giré pero a mi alrededor solo había oscuridad, ¿Dónde estoy?

Te devolveré ese mordisco, princesa roja.

La voz de Mason en la distancia hizo que cayera sobre mis rodillas, un fuerte dolor extendiéndose por mi cabeza, apretando mi craneo, haciéndome jadear en agonia.

No me interesas tu, me interesa Fleur.

Pierce...

Duele mucho.

Escuché pasos acercándose a mi, eran lentos y seguros, quien quiera que fuera no tenía apuro. Sosteniendo mi palpitante cabeza, me las ingenié para levantarme, tambaleándome de un lado a otro.

La luz volvió a mi alrededor, cegadora e imponente y ahí frente a mí estaba mi padre.

—¿Papá?— no podía creerlo, me apresuré hacía él, —Papá, mi cabeza duele mucho.

Al estar frente a él, mi padre sonrió y me abrazó, pero en vez de sentirme bien, fue lo opuesto, una sensación desagradable me invadió.

Mi padre besó un lado de cabeza para susurrar en mi oído, —Hola, zorra.

Antes de que pudiera reaccionar, un dolor punzante atravesó mi estomago y cuando mi padre me soltó, vi horrorizada el cuchillo de caza enterrado en mi estomago, sangre emanando rápidamente de la herida.

Mi padre alzó su mano para golpearme y solo pude observar como su puño descendía sobre mi rostro.

—¡Fleur!— abrí los ojos de golpe, gritando desesperada.

—¡No! ¡Sangre! ¡Hay mucha sangre!— me senté, revisando mi estomago con mis manos una y otra vez.

—Fleur, fue solo un sueño, estas bien.— esa voz suave... ese tono tranquilizador... —Mirame.

Me encontré con esos ojos grises que había comenzado a amar antes de que todo esto se volviera una locura.

—Pierce...— mi voz apenas era un susurro, sonaba carrasposa, mis mejillas mojadas por las lagrimas.

Él estaba sentado a mi lado en la cama, sus manos sobre mis hombros, su rostro estaba a apenas centímetros del mío, había olvidado lo hermoso que era. No sabía si era el miedo o el estado vulnerable en el que me había dejado esa pesadilla pero no lo aparté.

Lo abracé.

Pierce se tensó, probablemente sorprendido pero me dejó aferrarme a él. Enterré mi cara en la curva de su cuello, inhalando su olor, esa colonia que me había hecho sentir segura al principio y que por alguna estúpida razón aún lo hacia.

Solo unos segundos.

No quiero pensar, no quiero volver a la realidad por unos segundos.

Pero tengo que hacerlo. Volví a la cruel realidad poco a poco.

Al bajar mi mano ligeramente durante el abrazo, accidentalmente rocé la pistola que tenía en su cintura. Mi instinto de supervivencia se activó, y con cuidado la agarré de la empuñadura pero una mano fría tomó mi muñeca, deteniendome.

Pierce se separó de mi, alejando mi mano del arma. Ninguno de los dos había dicho una palabra, no había nada que decir, nada que no terminará en discusiones, dolor y aún más decepcion.

Nunca pensé que estaría en una situación donde el silencio no solo fuera una decisión, sino la única solución.

Ahí estaba el chico de ojos grises, de cabello negro con su cara varonil y atractiva. El chico que había jugado con mi mente y mis sentimientos. Él que aunque siempre portaba una expresión vacía, sus ojos me decían que había algo bueno en él, algo genuino.

Lo odio.

Mentira.

Pero quiero odiarlo y eso es más que suficiente.

Pierce me dio una sonrisa de boca cerrada, y su mano viajó al arma en su cintura, lo observé con cautela sacarla de la funda y sostenerla en su palma, —¿Buscabas esto?— me la ofreció, dejándome fría.

—No voy a caer en tus juegos.

—No es un juego, si la quieres, tomála.

No moví ni un dedo, Pierce suspiró, tomando mi mano y depositando la pistola en la misma. La agarré, sintiendo lo pesada y fría que era.

La apunté hacia Pierce, apretando mis labios, mi dedo tembloroso en el gatillo. Pierce tomó mi mano para guiar el arma a su pecho, —No tienes puntería así que tu mejor oportunidad es dispararme a esta distancia, así no fallarás.

—Probablemente no esta cargada.

Pierce sonrió y tomó mi mano con el arma, apuntando hacia el techo y me forzó a apretar el gatillo, la fuerza del disparo empujó mi mano hacía abajo pero el sonido fue lo que me hizo brincar, —Esta cargada.

Pierce volvió a apuntar su pecho, —Si quieres acabar conmigo, hazlo. Tú fuiste mi comienzo, es justo que seas mi final.

—¿De qué estas hablando?

Escuché pasos apresurados en el pasillo y segundos después Mason y Adam entraron al cuarto, el alivio en el rostro de Adam era obvio mientras Mason portaba una sonrisa torcida.

—¿Divirtiéndose sin mi?— Mason hizo un puchero.

Tomé el arma con ambas manos, y apunté a Pierce con determinación, —Alejáte de mi.

Pierce levantó sus manos y se puso de pie, uniéndose a Mason y Adam.

Adam habló por primera vez, —Fleur, baja el arma antes de que te hagas daño.

—¡Calláte!

La sonrisa burlona de Mason y la indiferencia de Pierce eran gasolina para mi rabia, ¿Por qué no estaban asustados? ¿Por qué no rogaban por sus vidas?

¿A caso estaban tan seguros de que no jalaría el gatillo?

Miré a Pierce a los ojos, —No se que mierda estas jugando pero cometiste un error al darme el arma, ahora me van a dejar salir de aquí, o juro que les dispararé.

Mason dio un paso hacia mi, sonriendo, los hoyuelos en sus mejillas apareciendo, —Hazlo.

—No me retes, Mason, que después de todo lo que me han hecho pasar...— apreté el arma, —Después de arrebatarme a mi familia, no lo dudaré.

—Estas dudando ahora.— Mason comentó, —Dispara.

Esos ojos de colores diferentes que me habían parecido fascinantes cuando los vi por primera vez estaban cargados de un brillo de diversión que me indignada.

¿Todo es un juego para tí, Mason?

Apreté el arma con rabia, observándolo acercarse a mí, —¡Alejate! ¡Mason, aléjate de mi!

Él me sonrió, —No vas a dispararme, bonita.

—No estes tan seguro.

Se acercó hasta que me obligó a presionar el arma contra su pecho, inclinando su rostro hacia el mío para susurrar en mi cara, —Entonces, dispara.

—No tienes ningún jodido aprecio por tu propia vida.

—Mi vida...— él suspiró, —Quisiera decir que temo a la muerte, pero, ¿Por qué habría de hacerlo? El cese de existencia es simplemente el final de este juego perpetuo al que llamamos vida.

—Estas loco.

—¿Oh en serio?— actuó sorprendido.

Los dos nos miramos a los ojos directamente a la expectativa. Solo necesitaba mover mi dedo sobre el gatillo y acabaría con él, se lo merecía, traté de pensar en mi familia, en lo mucho que él los había hecho sufrir, necesitaba esa rabia, esa sed de venganza para dispararle.

¡Solo hazlo, Fleur!

No fue él...

Una voz fría, pero muy parecida a la mía susurró en mi mente, confundiendo. En esa fracción de segundo que vacilé, Mason me quitó el arma rápidamente y se dio la vuelta devolviéndosela a Pierce.

—Maravillosa manera de empezar el día.— Mason comentó, a punto de cruzar la puerta se giró para mirarme, —Debo admitir que te ves sexy con un arma.

—Vete a la mierda.

Mason me guiñé el ojo, —Por supuesto.

Adam dio un paso hacia mi, —Fleur...

Alcé mi mano, —No.

El dolor del rechazo fue claro en su expresión, —El desayuno esta listo, baja pronto.— dijo antes de irse.

Pierce se quedó ahi, solo observándome.

—¿Qué quieres? ¿Jugar conmigo de nuevo? ¿Demostrar que soy una idiota que no es capaz de dispararle a los asesinos de su familia?— apreté mis puños a mis costados, —¿Es que a caso no me has humillado lo suficiente?

Pierce no dijo nada, solo me miró, enfureciéndome aún más, —Si no tienes nada que decir, solo largate.

Pierce ladeó su cabeza, —Aún tienes sentimientos por mi.

Eso me tomó por sorpresa, —¿Qué?

Tomó dos pasos hacia mi, —Dices odiarme pero no puedes y eso te enfurece.

—No te me acerques.

Él no se detuvo, forzándome a retroceder hasta que la parte de atrás de mi rodillas tocó la cama detrás de mi, —A pesar de todo, no puedes evitar sentirme de la forma en la que te sientes por mi.

Lo odio, lo odio, es un asesino.

Sigo repitiéndome en mi cabeza una y otra vez.

Pero Pierce no me dejó pensar, me agarró de la cintura con fuerza con un brazo, pegandome a él, luché tratando de liberarme, —¡Suéltame, Pierce!

Él me dio esa sonrisa torcida característica de él, —Te extrañé, Fleur.

Antes de que pudiera decir algo, usó su mano libre para agarrarme del cuello y estampar sus labios contra los míos.

Esos suaves labios que eran tan familiares y que había besado tantas veces, aún se sentían bien contra los míos pero no podia responderle, luché contra esa sensación de bienestar y lo empujé.

Pierce retrocedió, sonriendo, lo abofeteé con toda la fuerza que pude, —No vuelvas a hacer eso.

Pierce seguía sonriendo, —¿Por qué? ¿Te da miedo no poder controlarte y que puedas responderme?

Había olvidado lo arrogante que él podía llegar a ser.

—Solo sal de aquí, déjame en paz.

—Esta bien, baja a desayunar, no te tardes.— ordenó, —A menos que quieras que Mason suba por tí.

Le di una mirada asesina antes de verlo desaparecer por la puerta.

Mason Stevens.

Estaba disfrutando de la vista basta y solitaria frente a la casa después de dejar a Pierce allá arriba con Fleur. Necesitaban su tiempo a solas para ponerse al día después de ese show de la pistola. Fleur se veía tan bien con un arma, me preguntaba si podría llevarla a cazar algún día.

Cazar unos cuantos animales... o tal vez... personas.

Sonreí para mi mismo, imaginandolo.

Fleur y Pierce estaban solos y la verdad no me molestaba en lo absoluto, ¿A quién si parecía molestarle? A Adam, no dejaba de moverse de un lado a otro frente a mí, bloqueando la vista cada unos cuantos segundos.

Molesto, siento-de-todo Adam...

Suspiré, —Se que me voy a arrepentir de hacer esta pregunta, principalmente, porque me importa una mierda la respuesta pero actuaré como un buen hermano, ¿Te pasa algo, Adam?

—No debimos dejarlos solos, viste lo que pasó, él le dio su arma. Pierce es inestable como tu, no esta segura con él.

—Adam, los celos no son solo una baja expresión de carencia emocional sino que también bastantes molestos.— comenté, —Además, no hay lugar para ese sentimiento tan estúpido en esta situación. Ella no es tuya, es nuestra.

—Ella era solo mía al principio, yo la vi primero.

—Suenas como un adolescente,— tomé el puente de mi nariz, fastidiado, —Ahorrame el drama juvenil, tu accediste a todo esto, ¿Tengo que recordarte porque?

Murmuró entre dientes, —Por su propio bien.

—Al parecer debo recordarte nuestras razones, todo este teatro, todo lo que planeamos e hicimos fue para que ella culpará a un asesino, para que la policía me culpará y jamás dudará de ella, y para que podamos tenerla aquí con nosotros, por si en algún momento esa personalidad asesina decide manifestarse, podamos controlarla antes de que pueda volver a asesinar.

—Pero ella nos odia, ¿Por qué no podemos decirle la verdad?

—Vaya vaya, eres más egoista de lo que pensé.— me levanté, —¿Quieres decirle la verdad? ¿Quieres decirle que ella mató a sus padres y me ordenó matar a su hermanita? ¿Que todo este tiempo ha sido una gran hipócrita llamándonos monstruos asesinos cuando ella fue la que lo hizo?— pausé por un segundo, —¿Quieres destruirla de esa forma solo para ver si ella muestra gratitud por lo que hicimos por ella y así puedas regocijarte en su amor?

Adam bajó la cabeza, y yo seguí, —Ella no va a volver a amarte simplemente porque le digas la verdad, ella es una persona diferente ahora, ha pasado por mucho, y profesionalmente te digo, que Fleur no puede manejar la verdad, la destruiría.

—Jamás haría algo que pudiera hacerle daño.

Puse mi mano en su hombro, —Lo se, así que debes controlar estas emociones mundanas que tienes, ¿Quieres que vuelva a quererte? Empieza desde cero.

Le di la espalda y me senté, podía sentir sus ojos sobre mi, —¿Y que ganas tu con todo esto?

Poder observarla, estudiarla, ver como lucha contra todo su ser para no sentir nada por las personas que supuestamente le arruinaron la vida y verla fallar.

Fleur tiene la mente mas fascinante que he analizado, como puede una sola mente ser el hogar de dos personalidades tan diferentes, como pudo olvidar años de abuso y crear un mundo donde todo era perfecto en su hogar.

Adam aún esperaba mi respuesta, —Divertirme un poco, cuando me aburra me iré.

—No te creo, formaste parte de esto, te dejaste culpar falsamente como un asesino en serie que será buscado por mucho tiempo, ¿Todo por diversión? ¿No sientes nada por ella?

Me eché a reir a carcajadas, Adam frunció el ceño, —¿Me dejé culpar falsamente? ¿Quién crees que era el asesino en serie del momento? Solo tomé crédito por una familia extra que no asesiné.

Adam me miró horrorizado, —Tú... esas otras tres familias, por Dios.

—Dejemos el drama, además, mis víctimas siempre eran familias problemáticas, drogas, armas, prostitución, personas que ya no tenía salvación y solo se dedicaban a infligir pena y dolor. Solo hice un poco de limpieza en este mundo olvidado.

Adam tomó asiento, —No se como tu y Pierce pueden ser como son.

—Podría decir lo mismo de tí.— sonreí, —No puedo negar que a veces me pregunto como sería sentir esa empatía que todos ustedes tienen que es un concepto ajeno para mí. Esa curiosidad se desvanece cuando veo lo patéticos que pueden llegar a ser por eso.

—Claro, olvidaba que te crees superior a nosotros.

—No me creo superior, lo soy.

Pierce asomó su cabeza por la puerta principal, —Desayuno ahora, ella bajará pronto.

—Rapunzel baja de su torre.— dije, levantandome.

Adam me da una mirada de pocos amigos, —Creo que tu oscuro sentido del humor es lo que menos me agrada de ti.

—Te diría lo que menos me agrada de tí pero en general, no me agradas así que.— me encogí de hombros, pasándole por un lado a Pierce.

Hora de desayunar en familia.

xx

Nota de la autora: Capitulo largo para recompensarlos por la espera. Tal vez (Porque cuando escribo todo es impredecible) el próximo capítulo sea el ultimo y luego un epilogo. Se que no están listas para el final, yo tampoco pero se acerca cada vez más y todo lo bueno termina en algún momento. 

Muchas gracias por la dedicación y el amor que le han dedicado a estar historia. No pensé que sería recibida con tanto cariño. 

Dejen aquí lo que piensan sobre los tres principes oscuros: Adam, Pierce y Mason. 

No olviden mis redes sociales Twitter: Arix05 Instagram: Ari_godoy Youtube: HeyAriana

Los quiero, pequeñas bolas de cabello.

Ariana G. 

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