Aprendiendo a Quedarse.

By Mabib_

1.1M 65.1K 3.8K

Abril sabía que no tenía que meterse con un chico como él, había algo detrás de sus ojos verdes que escondía... More

Sinopsis.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.

12.

28K 1.4K 19
By Mabib_

Pasamos un rato más arriba del árbol hasta que nos bajamos y caminos por los bosques iluminados, no había gente y caminar agarrada de su mano me hacía sentir bien, incluso cuando pasó su brazo por mis hombros y volvió a darme la mano para caminar, me sentí como una tarada por emocionarme internamente. La tensión que había entre ambos en cada beso y cada caricia estaba presente, pero prefería esperar y no arruinarlo de hacerlo por desesperación, cuando en realidad lo único que quería era conocerlo más.

— ¿No vas a entrar?

—No puedo, tengo que irme. —dijo y antes de que dijera algo o me bajara, me hizo acercarme a él y a su boca, para darme el que parecía ser el último beso de la noche. No quería dejarlo ir lo absoluto, pero logramos apartarnos cuando recobramos el sentido y la razón. —Nos vemos.

— ¿Cuándo?

—Espero que antes del viernes.

Asentí y le di un último beso para bajarme del auto y subir las escaleras de la entrada. Él se quedó hasta que estuve adentro y lo escuché arrancar cuando cerré la puerta. Entré a mi casa y en mi cuarto guardé la florcita que me había regalado adentro de mi agenda, me lavé los dientes y me cambié para acostarme, sin poder dejar de pensar en sus besos y todo de él, incluso cuando usaba su campera.


— ¿Que sugerís de menú Abru?—me preguntó Jime, mi compañera.

—No sé, ¿qué dice Kike?

—Digo que hagamos lasaña. —dijo Kike mientras entraba a la cocina y se acercó directo a saludarme. — ¿cómo estuvieron tus vacaciones Abril?

—Muy bien gracias. —respondí y empecé a hacer los pedidos, aunque faltaba para el mediodía la gente pedía el plato del día desde temprano, ya que el horario de oficina sólo les permitía buscarlo e ir almorzando en el camino.

Terminaba cansada y agotada por todo lo que demandaba mi trabajo, la semana se me pasó volando por lo concentrada que estuve en hacer las cosas bien cuando mi jefe más me lo exigía, solamente tenía que soportarlo pero empezaba a impacientarme cuando sabía perfectamente que era de las pocas que cumplía con todo. Intentaba verlo por el lado profesional, me estaba formando para el futuro, pero nada me hacía mejor cuando tenía mi rato libre para poder respirar un poco de aire.

Salí por la puerta trasera y empecé a caminar, pero antes de ponerme los auriculares escuché su voz y mi cuerpo entero se tensionó. Me di la vuelta y estaba donde me había amenazado básicamente para que no dijera nada, con la capucha puesta y el cigarrillo entre los labios esperando a que reaccionara. Caminé hasta él y no pude decir nada que me acercó a su cuerpo para besarme la sonrisa que de pronto me iluminó la cara.

—Hola.

—Hola. —murmuré y profundicé el beso sin abrir los ojos. Me agarré de sus brazos mientras me sostenía y lo seguí asegurándome de que no me iba a caer. Cuando me alejé un poco él tiró el cigarrillo que había estado alejando de mí y que por inercia no sentí en su aliento. — ¿Ya salís?

—No, voy a almorzar, salgo como a las cinco. —le dije y miré a mi alrededor, los edificios eran altos por lo que el lugar era sombrío y recordé cuánto miedo me había dado cuando se apareció aquella vez. —Acá me amenazaste.

—No te amenacé, te salvé la vida Abril.

—Qué exagerado ¿sólo por ver eso?

—Sólo por ver eso te podrían haber matado y ahí sí que no ibas a poder decir nada. —dijo y yo levanté una ceja ante su seriedad. .

— ¿Matado? ¿No era mentira? —pregunté y me miró incrédulo, lo que me hizo tener miedo de repente y lo miré confundida.

—Abril si Dino se daba cuenta que estuviste ahí, ¿sabes todo lo que podría haber pasado? Creo que deberías estar agradecida que justo yo te encontré y borré cualquier evidencia de que viste ese lugar, y no te amenacé, te advertí que no digas nada porque si alguien se llegaba a enterar tanto vos como yo estábamos muertos.

Yo fruncí el ceño, era demasiada información para algo que creí que no era tan importante.

—Pero Ana dijo...

—Le pedí que te dijera que no digas nada, no es un lindo lugar a donde te llevó.

— ¿Qué es ese lugar?

—Es lo que viste y funciona como lo que es.

— ¿Y vos qué haces ahí, estás con ellos?

Empezaba a asustarme y más no saber si era algún tipo de narcotraficante, mi corazón iba demasiado rápido y casi que me agitaba, enterarse este tipo de cosas así en sangre fría no era nada bueno. Él rodó los ojos

—No, Dino es mi amigo pero es capaz de cualquier cosa y creeme cuando te digo que es capaz. —dijo serio y sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo, había estado en una cocina de cocaína y no sabía con quién trataba.

— ¿Por qué estás ahí siempre?

—Porque quiero, pero no estoy con ellos.

— ¿Quiénes son ellos?

—Boris y Dino son los dueños pero hay más jefes, todas las personas que van, la mitad son compradores, la otra mitad no sabe ni dónde están parados, como vos.

—Pero yo sé que es una...

—Sí, pero para ellos vos no sabes nada. —dijo acercándose un poco más a mí. —tienen cámaras en todos lados, por eso tenés que agradecer que yo te haya visto ahí y pude borrar todo los vídeos que puedan tener evidencias

De repente el estomago se me había cerrado y ya no quería ir a ningún lado. Él no me explicaba por qué estaba ahí y yo en serio podría haber muerto si decía algo, Ana sabía de eso por ende no era de las que no sabían dónde estaban paradas.

— ¿Y Ana?—pregunté con un hilo de voz, tragué saliva y volví a sentir el aire purificar mis pulmones. Levantó ambas cejas.

— ¿Qué te dijo exactamente?

—Que no diga nada.

—No, de ella.

—Que...no consume. —susurré y él se encogió de hombros.

—No sé qué tan amiga sos después de todo.

— ¿Por qué, qué sabes?—pregunté alarmada, negó y sacó de su bolsillo el paquete de cigarrillos.

—Nada que ella no te vaya a contar, yo sé perfectamente con quien trato, ¿vos?—dijo mientras encendía su cigarrillos. Había posibilidades de que Ana mintiera, pero con algo así lo veía difícil, sin embargo me importaba más la presencia de él en ese lugar que la de mi amiga, y era extraño.

— ¿Por qué los cubriste entonces si no sos parte de ellos?

—Para que no te maten. —dijo soltando el humo para el costado, tranquilo y pacifico como siempre. No me quedé conforme aún así.

—No entiendo qué haces ahí de todas formas.

— ¿Y qué hacías vos ahí?

—No me des vuelta la pregunta, porque no me cierra, sino sos un consumidor, ni un comprador o vendedor, ¿sos sólo amigo de Dino?

Suspiró frustrado y le dio una pitada al cigarrillo.

—Abril no soy un narco ni un drogadicto, puedo ser muchas cosas, pero no juego así.

Me quedé callada mirando hacia otro lado y pensando en dónde me había metido, aunque había pasado lo peor en ese lugar no pensé que iba a ser tan malo, al menos la gente era simpática y me hacían sentir bien, el único descontrolado era Kevin, pero sabía que no iba más desde que fue golpeado por Gian aquella vez, ni él ni sus amigos.

Ana había dicho que cuando los chicos se juntaban a bailar o a festejar los fines de semanas, el lugar no funciona como lo que era, nadie era malo ni bueno, todos festejan algo. Todavía tenía mis dudas pero me olvidé completamente cuando Gian me acercó a su cuerpo haciéndome volver para de nuevo perderme, había tirado el cigarrillo y me agarró de las mejillas para besarme, frenético y despacio. Sus besos sonoros eran lindos y tenían los mismos efectos que los intensos, me hacían perder.

—Decime que vas a ir el viernes. —dijo entre besos, yo me aparté y respiré hondo.

—No lo sé, no me da buena espina ahora que sé me podían haber matado, me cuesta.

—Pero ellos no saben que sabes, nada va a pasar y no le tenés que tener miedo a nada de ahí, nunca te puede pasar nada.

—Casi me violan ahí, ¿es el mismo lugar que hablamos? —pregunté sarcástica, él acarició mi mejilla con su dedo.

—Eso no pasó y no va a pasar nunca más, ese enfermo no va a volver a acercarse a vos. —dijo muy seguro de sus palabras y bajó una mano a mi espalda para acercarme, mientras que la otra acarició mi mejilla. —por favor, no puedo verte siempre y al menos verte de lejos un rato es mejor.

—Encima no querés ni que nos hablemos, es estúpido lo que me pedís Gian. —me quejé, había dicho que no quería ni que mis amigas se enteraran de esto, así que suponía que sus amigos tampoco.

—No es estúpido, sabes que este no es mi estilo. —dijo cerca de mis labios. —no quiero que nos vean al menos las personas que nos rodean en ese lugar.

— ¿Y por qué no?—pregunté rozando sus labios con los míos, me dio un beso pequeño y negó.

—Porque no, nadie tiene por qué enterarse, a nadie le importa y no quiero que les importe.

— ¿Ni siquiera a mis amigas?

—No, porque una de ellas está ahí.

— ¿Y es realmente tan malo?—pregunté entrecerrando los ojos, no podía ser tan malo, él suspiró y me dio un beso corto.

—No, pero para mí no es algo normal, no quiero que nadie sepa nada de mi vida, si me cuesta con vos mucho más con los demás ¿entendés?

—Supongo que sí. —suspiré y le di un beso yo. —Se está terminando mi horario de descanso y todavía no comí, ¿al menos podes acompañarme?

—Sí. —dijo y me volvió a besar.

Analizándolo me daba cuenta lo introvertido que podía ser, era demasiado reservado hasta con su vida y en cierta forma tenía razón, yo no conocía a nadie ahí, ellos no tenían por qué enterarse si algo pasaba entre nosotros y después de todo mis amigas tampoco.

Lo que me importaba era saber qué mierda hacía Ana ahí y cómo llegó a ese lugar, si era algún tipo de consumidora o vendedora, quería averiguarlo. Volver a pisar ese lugar iba a tener que ser una de las bases de mi información, le tenía algún tipo de resentimiento sólo porque había pasado eso con Kevin y todavía me costaba superarlo, pero más importante era mi amiga.

Gian me dejó de nuevo en la parte trasera del restaurante y antes de irse volvió a pedirme que fuera el viernes, entendía como me sentía al respecto pero prometí hacer lo posible. Todavía no había mucho establecido entre nosotros pero sin pensarlo ni comentarlo, algo sabía que empezaba a formarse.

Continue Reading

You'll Also Like

1.5M 71K 59
-¡Tú tienes la culpa de todo esto! No sé como digerir todo lo que está pasando. No sé como empezar ni como terminar. La palabra "Culpable" me tortura...
81.1K 6.6K 51
[SAGA "ROMANOFF", LIBRO #2] Tierra #122503 ¿Y si... Spider-Man fuera el hijo de Black Widow? Peter Romanoff, tras ser adoptado por Natasha Romanoff...
15.7K 1.1K 55
Curiosidades de los personajes y de la creación de esta serie.
893 229 29
Amelia, hija de Anelim, Andreu y Dan hijos de Alexa y Dorian. Ambas familias son muy amigas y desde que sus hijos son pequeños van de vacaciones a un...