No Quise Vengarme De Ti

Af Mila_Burton

299K 26.1K 8.5K

Si tuvieras que escoger, a quién sería más difícil lastimar ¿Al hombre que deseas con locura? ¿Al hombre que... Mere

Introducción
Rutina
Intimidad
Profesionales
Vacaciones
Matías
Cursi
Secretos
Amigos
Culpa
Cita
Decepción
Inesperado
Apasionado
Sorpresa
Antonio
Problemas
Perdón
Descuido
El Viaje
Volando
Bailando
Thor
Confesiones
Encuentros
Verdades
Confrontación
Organizado
Final
Póquer
Sufrir
Confesiones
Comienzos
Desacuerdos
Tramposa
Karma
Dudas
Confabulación
Sinceridad
Preocupación
Rabia
Adiós
Epílogo

Definitivo

5.4K 461 311
Af Mila_Burton

Dos semanas me demoró alistar mi viaje a París. Renuncié a mi trabajo, donde me hicieron una hermosa despedida sorpresa, llena de bombas y hasta con papayera. Entre todas mis compañeras creativas, ejecutivas de cuenta y medios, diseñadoras y hasta las encargadas del aseo se confabularon con Andrea para fingir mi secuestro después de la despedida y llevarme hasta el apartamento de mi amiga con los ojos vendados y todo. Entre los nervios y la risa me encontré con un trio de strippers vestidos al estilo francés esperándome en la sala del apartamento. Fue la primera vez que disfruté una fiesta sorpresa. Y nunca la olvidaré.

Antonio también me hizo una despedida, solo que la suya fue más discreta. Me invitó a un restaurante nuevo en plena zona rosa de Bogotá que quería conocer desde hace tiempo. Después de haber aclarado las cosas entre nosotros, nos habíamos vuelto los mejores amigos. Durante mis últimos días en Bogotá se comportó como se espera de un caballero; me acompañó a diligenciar papeles de la universidad y a ultimar detalles para mi viaje, hasta aceptó ir conmigo de compras. Iba a extrañarlo muchísimo, para ser sincera. Me habría encantado que nuestra relación hubiera sido así desde el principio, sin tantos enredos ni dramas. Tal vez todo sería diferente ahora.

Matías intentó contactarme varias veces. Incluso fue al apartamento de Andrea pero afortunadamente yo no estaba. A estas alturas ¿qué podíamos decirnos? Ya no valían los arrepentimientos ni las disculpas, era demasiado tarde para darnos una oportunidad. Si eso era lo que él quería, claro. Pero aunque él lo quisiera, yo estaba decidida a hacerme una nueva vida en París ¿cómo llevaríamos con éxito una relación a distancia si ni si quiera pudimos mantenerla de manera presencial?

♠♦♣♥

Antonio se ofreció a llevarme al aeropuerto pues Andrea se quedó con mi carro, pero no se lo permití, sabía que tenía mucho trabajo y en teoría ya nos habíamos despedido. Además odiaba las despedidas en los aeropuertos, eran demasiado clichés.

El Uber que tomé me llevó dos horas antes al aeropuerto. Tenía la costumbre de seguir las reglas, así que era bien exagerada con las sugerencias de las aerolíneas de llegar con anterioridad a la sala de abordaje. Siempre llegaba con demasiada antelación.

Como tenía acostumbrado hacer, busqué el Dunkin Donuts para comprar un paquete de seis donas y una malteada de fresa. Volar me daba un poquito de nervios y el azúcar me ayudaba a calmarlos. Cuando fui a pagar las donas, vi en una de las mesas a dos amigas jóvenes riéndose a carcajadas. Lily fue lo primero que vino a mi mente.

Cuando has vivido toda una vida de momentos especiales con una persona, son los pequeños detalles como estos los que más te hacen extrañarla. Sé que ella había cometido sus equivocaciones —aún me costaba perdonarla por eso— pero yo también tenía mis malas decisiones de las cuales arrepentirme. Tal vez debí despedirme de ella al igual que lo hice con mis demás amigas y compañeras de trabajo.

Tomé mi cajita de donas y mi malteada y me senté en una mesa mirando hacia la pista del aeropuerto. Me encantaba ver aterrizar y despegar esos aparatos tan imponentes; me recordaba las cosas increíbles que es capaz de lograr el ser humano.

—¿Puedo sentarme aquí? —dice una voz conocida que me aleja de mis pensamientos.

—Sí puedes —Le respondo.

—Gracias amiga —Lily se sentó en una silla frente a mí— ¿Me compartes una dona?

—Sabes que no podría decirte que no.

Sonrió. Sonreí.

—¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Andrea me lo dijo. Me llamó porque sabía que si mi mejor amiga, mi hermana, se iba del país, quisiera despedirme de ella —Se le aguaron los ojos al decir esto. Mis ojos respondieron imitándolos.

—Lily...

—No, por favor. Déjame hablar a mí primero ¿sí? —Me interrumpió— Sofi, estoy aquí porque no quiero que te vayas a París pensando que soy una persona tan detestable. Sé que mis acciones así lo dicen, pero de todo corazón te pido que me perdones. Y sabes que no le pido perdón a cualquiera. A nadie, de hecho.

Eso lo sabía muy bien, ella siempre había sido demasiado orgullosa como para pedir disculpas así hubiera cometido la peor de las faltas.

—Para perdonarte debo entender bien qué fue lo que pasó —afirmé—. Nunca supe por qué te involucraste con Carlos después de que terminamos, de hecho no me has confirmado si lo que él me dijo es verdad, que tú fuiste la que propició todo y que empezaron lo suyo antes de que él y yo termináramos. No sé lo que pasó con Matías, la verdad no sé si puedo confiar en ti.

—Amiga...no sé por donde empezar...yo —Era como si las palabras no llegaran a su cerebro. Suspiró para empezar a hablar—. Bueno, comenzaré por el principio. La verdad es que todo lo que Carlos te dijo es cierto, y lo hice a propósito.

La ira empezó a subir a mi cabeza, pero traté de permanecer calmada.

—¿Por qué lo hiciste?

—La verdad es una tontería. Hasta me da vergüenza contarte... —Ocultó su rostro con sus manos por un momento— ¿Te acuerdas de Jaime Loaiza?

—¿No es el niño que estudiaba con nosotras? —pregunté insegura, la verdad el nombre me sonaba pero no recordaba muy bien quien era.

—Sí, el de los ojitos claros.

—¿Qué pasó con él?

—¿Recuerdas el campamento que hicimos a Girardot cuando teníamos unos doce años? Ese en el que Martina se rompió un brazo —Asentí con la cabeza, ella continuó—. Yo estaba muy enamorada de Jaime pero no se lo dije a nadie. Cuando ya todos se habían dormido en el campamento, me di cuenta de que él seguía despierto y salí de mi carpa para ir a hablar con él. Bueno, lo admito, la verdad es que pensaba darle mi primer beso. En fin, el caso es que lo seguí y descubrí que se encontró contigo detrás del árbol grande donde estaba el campamento y los vi besarse.

—¿Qué?... —Yo ni recordaba ese beso, aunque fue el primero. Supongo que nunca le di tanta importancia a las primeras veces— Ah sí...

—Pues sí, y pues yo no podía tolerar que tú hubieras tenido tu primer beso antes que yo, y sobre todo con él —Rió fuerte—, en ese entonces me sentía mucho más linda que tú, así que supongo que eso me caló fuerte. Era muy caprichosa y mimada en aquel entonces ¿recuerdas?

Claro que recordaba. En realidad, de adulta seguía siendo caprichosa y mimada, aunque no a ese nivel. 

—No fue una decisión que tomara y ya —continuó—, sino que a partir de ese momento cuando te veía con alguien, me atacaban las ganas de quitarte cualquier pretendiente, y supongo que el tiempo no curó ese impulso tan infantil. Así fue con Carlos, igual con Antonio ese día en la discoteca, y con Matías...

—¿Estuviste con Matías? —La dona que me acababa de comer amenazaba con devolverse.

—¡No! ¡¿Cómo se te ocurre?! ¡Por supuesto que no!

La miré como diciendo ¿pues tú cómo crees que se me ocurre?

—Ok, sí, admito que hice de todo para llamar su atención, pero él nunca cedió. Te amaba de verdad. Aún te ama.

«Ya para qué», pensé.

—Así que eso fue todo... —afirmé.

—Sí, amiga, lo siento. No quise vengarme de ti.

Nos quedamos mirándonos fijamente durante un momento, hasta que ambas rompimos en carcajadas.

—¡¿Arruinaste mi vida amorosa por Jaime Loaiza?! —pregunté entre risas— Ni que fuera lindo...

—Sí amiga, lo sé, ¿lo has visto ahora en Facebook? ¡Está horrible!

Más carcajadas. La gente ya nos estaba mirando muy raro, pero no nos importaba.

—¿Sabes que todo habría sido distinto si me hubieras dicho que Jaime te gustaba?

—Lo sé, lo sé. No sé por qué nunca lo hice. ¡Soy la peor persona del mundo! ¿Podrás perdonarme? —Lo dijo haciendo pucheros que me hicieron reír nuevamente.

—¿Tú qué crees?

Se levantó de su silla emocionada y me abrazó con demasiada fuerza.

—Te amo demasiado, amiga —confesó.

—Yo a ti, pendeja. Pero no puedo creer que haya tenido que pasar todo esto para que me contaras la verdad. ¿Ves? Me has hecho irme hasta París a ver si ahora sí puedo tener una relación normal con alguien.

—¡Eso espero! En serio espero que encuentres un francés estilo Olivier Martínez.

—¿Quién? —No tenía ni idea de lo que hablaba mi amiga.

—El actor guapetón ese, el de Infidelidad.

—¡Ah! Sí—Me encantaba esa película.

Suspiramos al unísono.

—Aunque si te encuentras un parisino así de lindo, me voy hasta allá a quitártelo...

—Te creo —respondí y ambas soltamos una fuerte risa pero fuimos interrumpidas por los altavoces de la sala de embarque que anunciaba que el siguiente vuelo en salir sería el mío.

Lily tomó mi bolso de mano y me acompañó hasta la puerta donde recibieron mi tiquete y documentos y me indicaron que podía abordar el avión.

Nos abrazamos muy fuerte por un largo periodo, hasta que una de las azafatas nos separó conmovida por nuestra despedida. Ambas estábamos llorando. Justo por eso era que no me gustaban las despedidas en los aeropuertos.

♠♦♣♥

Sentada en el avión, empecé a prestarle atención a todas las personas que se acomodaban en sus asientos. ¿Cuáles serían sus historias? ¿Qué les esperaba en su destino? ¿Qué me esperaba a mí? Me sentía positiva respecto a mi futuro. Sabía que en mi camino habrían grandes aventuras.

Perdonar a Lily me había quitado un peso de encima. Sé que no cualquiera lo hubiera hecho; la verdad yo misma estuve a punto de no hacerlo, pero analizando bien la situación llegué a la conclusión de que hice lo correcto. Guardar rencor solo perjudica a quien le da posada en su corazón, y yo no quería convertirme en un recipiente lleno de negatividad.

Ahora al volver a Colombia podría contar de nuevo con una persona que tenía cientos de defectos, pero miles de virtudes que hacían mi vida más alegre y completa. Después de todo, Lily siempre estuvo conmigo cuando la necesité.

Miré por última vez mi celular antes de ponerlo en modo avión, muy en el fondo de mí esperando ver un mensaje de Matías. Sentía que había cerrado capítulos con Antonio y Lily en los mejores términos, pero mi historia con él estaba inconclusa. De hecho nunca terminamos oficialmente. O a lo mejor sólo sufría de TOC y necesitaba darle un cierre a las cosas.

Ese pensamiento me hizo sonreír. La verdad es que aún lo amaba, pero no lo necesitaba en mi vida para ser feliz. Eso me hacía sentir orgullosa. Era una mujer fuerte, segura de mí misma que no dependía de nadie para cumplir sus sueños. Sin embargo seguía esperando ese mensaje que nunca llegaría.

Guardé mi celular en el bolso y lo puse debajo de mi asiento. Al levantar la mirada vi que se sentó a mi lado un hombre joven que se notaba muy nervioso. Gracias al cielo yo no sufría de acrofobia.

—Disculpe —dijo el hombre—, mi nombre es Luis, y le pido disculpas anticipadas si cuando el avión arranca me agarro de su brazo y grito como un bebé. Le tengo pánico a las alturas.

Su presentación me hizo sonreír.

—Mi brazo está a su disposición —Logré sacarle una sonrisa— Llámeme Sofi.

La azafata empezó a revisar puesto por puesto que estuviéramos acomodados, y pues yo me sentía mucho más que cómoda y satisfecha, no solo con el sitio en el que me encontraba sino con todos los aspectos de mi vida.

¡Hola a todos! Wow, nunca me imaginé que darle fin a esta historia sería tan difícil. Voy a extrañar meter en problemas a estos jajajaja. Pero lo que más extrañaré serán sus muestras de amor y odio, que me encantan y siempre me sacaban una sonrisa.

¿Qué les ha parecido el final? ¿Se lo esperaban así? Espero les haya gustado, pues lo hice con todo mi amor. Gracias por leer, votar y comentar. Todas sus muestras de cariño siempre han significado demasiado para mí.

Besos y abrazos a todos XOXO

Fortsæt med at læse

You'll Also Like

57.7K 5.9K 45
Después de lo sucedido con Daniel. Avril decide escribirle cartas pero estas no serían de amor, sino, son de dolor. Desde que Avril sospecha que su n...
301K 16K 48
Amelia regresa para demostrar que ha cambiado. Sin embargo, su nuevo trabajo como la asistente de Frank le traerá varios problemas. *** Luego de...
572 169 20
En manos de Bryan es el diario de Kat, una joven cuya vida está muy lejos de ser fácil, y su unica vía de escape es pensar en Bryan, el profesor de i...