DOS PAÍSES Y UN AMOR

By UsenySanneh

25.2K 999 40

Ibrahim es un joven de 18 años de raíces gambianas que tiene claro que nada ni nadie cambiará su estilo de vi... More

CAPITULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18: Reencuentro.
CAPÍTULO 19: Tiempo y distancia.
CAPÍTULO 20: Contacto.
CAPÍTULO 21: Confusion.
CAPÍTULO 22: Bienvenido al otro lado.
CAPÍTULO 23: Noticia inesperada
CAPÍTULO 24: Maquinación.
CAPÍTULO 25: Impensado.

CAPÍTULO 4

1K 48 0
By UsenySanneh


Narrador

Dos tardes después, en la que no hacía ni mucha calor ni mucho frío. Parecía como si los dioses del olimpo hubiesen puesto fin a la titano maquia, y con eso se lograba estabilizar un poco el clima, permitiendo así que la gente gozase temporalmente de ese día. Alagi despertaba después de una pequeña siesta, resultado del cansancio acumulado que le hacía moverse lentamente, tambaleándose de un lado para otro hasta llegar al pasillo, que estaba repleta de un humo que provenía de un incienso de origen africano. El incienso desprendía un olor muy aromático, pero a la vez difícil de respirar por la cantidad de humo que despojaba. Se cruzo con  Fátima que se encaminaba hacia el salón.

- Fátima, ¿y tu hermano? –Preguntó el hombre con los ojos entreabiertos. 

- No sé, desde que he vuelto del cole no le he visto -Contesto sin voltear a verle.

- Vale, pues vamos a rezar que ya es la hora –Dijo Alagi mientras se iba hacia el baño. 

 - !Voy! espera, tengo que ayudar a mama a instalar el Facebook en su móvil.

 - ¡Fátima venga, rápido! –Dijo la madre desde el salón, impaciente por ya tener el Facebook instalado.

Alagi negó con la cabeza y se rio.


Narrador

La PlayStation era la encargada de captar la atención de Ibra y sus amigos. Se habían quedado a hacerle compañía a esa pequeña maquina durante toda la tarde. De vez en cuando subían a casa de Omar que estaba a una calle de la de Ibra, a un portal de Mamadu y a una esquina de la de Carlos para matar el tiempo y conversar sobre sus cosas. Hoy le tocaba a Omar, pero otro día podría ser uno de los otros cuatro. Carlos se puso en pie indignado luego de perder una partida y se dirigió hacia el lavabo, provocando las risas de Ibra que le miraba y desviaba su mirada hacia la ventana, desde donde podrías ver a los niños jugando y pasándoselo bien. Una mezcla interracial y de diversidad cultural. En uno de los bancos estaban los africanos de diferentes países que se reunían para criticar a otros, mirando hacia el otro lado de la plaza, donde unas ancianas daban de comer a unas palomas. 

- Joder Omar, se nota que tus padres no están, si no te estarían llamando a cada rato–  Dijo Carlos, observando a este que no separaba su vista de la pantalla.

- Wollahi, mi padre se ha ido a la mezquita a rezar y mi madre no sé dónde está –Contesto Omar.

- Hablando de eso, ¿Habéis rezado en todo el día? –Preguntó mientras se sentaba y le tocaba el hombro a Mamadu.

- ¿Carlos, te has limpiado las manos antes de tocarme? -Se aparto con rostro asqueado y encendió su cigarrillo. 

- Yo ya he rezado –Le recordó Omar.

- ¿Y tu que, Ibrahim? – Pregunto Carlos y fijándose en como sus manos tecleaban con fuerza los botones del mando. 

 - Mi pregunta es ¿A caso no nos has visto rezar en el comedor? –Soltó una risa forzada y le miro de reojo sin entender a que venia esa pregunta.

- Tienes razón -Contesto Carlos con el placer de saber que había sacado de quicio con esa pregunta.

- Es uno de los pilares fundamentales del islam –Añadió Mamadu que se encontraba tumbado en la cama fumando plácidamente.

- !Mierda! Me has desconcentrado Carlos –Tiró el mando encima de la cama y se froto la cabeza de rabia -!Que rabia! - Añadió Ibra sin poder contener su frustración.

- Gol, gol, gol, gol, gol – Dijo repetidamente Omar, tras haberle marcado el segundo gol a su amigo.

Ibra rehuyó la mirada de Omar para no seguir viendo su rostro burlón por el golazo que le había metido y pauso la pantalla. Sus ojos se abrieron como platos al mirar por la ventana. Notó que su corazón empezó a latir más rápidamente. La sensación de euforia incontenible se apodero de él, la estaba viendo, volvía a ver a la misma chica que vio dos días antes en el portal de su piso, a la que veía acercarse, mirarle, sonreírle y saludarle en sus pensamientos. Tragó saliva y se acercó todavía más a la ventana –Es ella –Pensó. Seguía observando como cruzaba la plaza con una bolsa en la mano hasta desaparecer en una esquina. 

- Azzi (Negro), tú te vas a romper el cuello así, anda reanuda el juego que te meto el tercero - Omar le agarro el mando y reanudo el juego.

¿Qué has visto pillín? -Preguntó Carlos.

 Nada, pensaba que era mi hermana la que estaba jugando en la plaza –Desvió su mirada hacia la pantalla y le quito el mando a Omar.

 Estoy viendo angelitos por aquí... –Musito Mamadu que ya estaba afectado por la cuarta calada.

 Yo si te haré ver angelitos, pásame eso tonto –Contesto Carlos tirándole una zapatilla.

Narrador

La familia cenaba intercambiándose miradas en un ambiente que crepitaba tensión producida por la presencia de Ibra, que no era muy bueno comunicándose en esas situaciones, sus padres no sabían de que temas hablar con el ya que se mostraba distante con ellos. Las familias Soninkes comían en silencio, una muestra de respeto hacia un momento en el que todos los miembros se reunían para comer en un mismo bol que era el centro de atención de todos, donde se hallaba el mafegerte cocinado por Ñuma, que dejaba escapar humo que se desvanecía a través del aire de lo caliente que estaba. Era un plato típico de Gambia, salsa de cacahuetes con arroz que le otorgaban un aroma agradable y un gusto adictivo. Fátima notó el ambiente muy calmado, fijándose en todos, y se animó a animar el ambiente.Se acercó al bol y dijo;

 - Ma hoy el Mafe te ha salido mejor que el del otro día –Mientras se ponía la cuchara en la boca con un poco de comida.

De vez en cuando Fátima soltaba comentarios de este tipo para romper el hielo y también para romper la tradición de comer en silencio, por lo que a veces recibía broncas de su tío Idrissa, cuando venía de visita.

- ¿Insinúas que no siempre cocino bien? –Preguntó la madre mientras cortaba la carne con la mano. 

Fátima soltó una risita y observó a Alagi que estaba tan concentrado comiendo, que parecía que hubiese perdido la noción del tiempo. Fátima volvió a mirar a su madre y se rio de aquel escenario.

- Pues mira como disfruta el Jefe -Volvió añadir Ñuma engulléndose el trozo de carne que había cortado

- ¿Pasa algo? –Pregunto el patriarca con la boca llena, mirando a las dos. 

- No Ba(Papa)  Alagi, nada nada –Dijo la niña disimulando su risa.

Alagi volvió su mirada hacia Ibra, que seguía comiendo, ignorando lo que ocurría a su alrededor, pendiente de ese bol enorme. De vez en cuando desviaba su mirada hacia la televisión, por una serie nueva que estrenaban. Por arte de magia Alagi dejó de comer y se froto las manos con la mirada todavía clavada en Ibra, tratando de decirle algo importante pero que también tenía dudas de si sería una buena idea o no, pero asumió que era el hombre de la casa y que debía hacerlo. 

- Ibrahim. 

Ibra no contestó. 

- Ibrahim –Dijo con un tono más elevado.

- No estoy sordo –Este dejo de comer.

- Pues cuando te llame contéstame, por favor -Le sugirió el patriarca.

 Ibra negó con la cabeza, con una sonrisa sarcástica al tiempo que le miraba y volvía a enfocar su atención hacia el bol. 

Alagi prosiguió –Ibra tu madre ha hablado con uno de tus tíos de Gambia, sobre casarte con una de sus hijas –Dijo con un tono relajado. Este se detuvo de nuevo y plantó su mirada desconcentrada sobre los de Alagi, miró a su madre con la misma mirada, que hacía ver como si no hubiera oído nada y volvió la mirada hacia a su padrastro de nuevo.

- ¿Que? –Preguntó con voz vacilante. 

Aquel discurso había dejado confundido a Ibrahim, un escalofrió recorrió su cuerpo que se transformo en una reacción química de emociones que iba aumentando su temperatura corporal a medida que asimilaba lo que acababa de oír. Volvió a preguntar para confirmar lo que había oído.

-¿Que has dicho? -Dejo la cuchara encima de la mesa.

- Lo que has oído, tu madre y yo creemos que es hora de que te comprometas y hagas algo con tu vida -Dijo el padrastro sin titubear. 

- ¿Estáis bien de la cabeza? -Pregunto con una risa forzada intentando ocultar sus nervios y una indignación que se iba agrandando.

 - Ibra, muestra un poco de respeto lo hacemos por tu bien, para que el día de mañana puedas centrar la cabeza y cambiar como persona–Dijo elevando la voz.

- ¿Respeto? ¿Cambiar? ¿Quién eres tu para darme consejos? No eres ni mi padre - Vocifero de manera colérica sin ser capaz de controlar esa emoción de indignación que trataba de contener.

- Siempre te he tratado bien, aunque no sea tu padre de sangre siempre te he tratado bien, y merezco un poco de respeto Ibrahim–Dijo este señalándose elevando aun mas la voz que detonaba frustración. 

Las otras se quedaron mudas y al margen de aquella discusión, el ambiente se había vuelto más tenso, eclipsando el volumen del anuncio que salía en la tele. Fátima no paraba de mirar al uno y al otro con cara de preocupación con un sentimiento de miedo que la invadía mientras todo transcurría.

- Pues mi respuesta es ¡NO! no me casare con nadie... –Cogió la cuchara con rabia y lo metió en el bol de nuevo. 

- Es una muy buena chica, y si tu madre te lo recomienda es que realmente será buena para ti –Insistió Alagi con la mirada fija en él. 

Ibra no contestó. 

- Ibrahim, contéstame. Al menos piénsatelo, tu madre siempre quiere lo mejor de ti ya lo...–Antes de que Alagi terminara su frase Ibrahim ya había cruzado la frontera de los limites de su autocontrol. La rabia que llevaba cargando durante toda la semana dio a luz un ser totalmente encrespado y confuso, se levanto con furia y de la brusquedad de su giro, involuntariamente su cuchara que todavía estaba dentro del bol lo derrumbo al suelo tirando toda la comida  –Que no me toquéis los huevos. ¡Ya te he dicho que no! –Dijo a pleno pulmón y tartamudeando, eclipsando todavía aún más el volumen de la tele, que parecía más bien un murmullo a su lado. Fátima empezó a llorar del miedo por la reacción de su hermano. La madre que se ausentaba en habla pero no en presencia la acaricio en la cabeza para calmarla, ella también estaba aterrorizada – ¡No quiero que me vuelvas a hablar sobre matrimonios de gente que ni conozco, no eres mi padre! –Añadió tajante, cada vez elevando más la voz. Alagi se levantó lentamente, con una mancha de salsa en el antebrazo, mientras observaba como aquel chico había acabado con toda esa cena que tanto le había costado hacer a su madre, y todo la leña que le costó para forjar esa cena. 

- ¿Por qué, Ibrahim? –Preguntó con cara de circunstancias –Mira tu hermana como llora, solo tiene doce años, doce–Añadió mientras miraba a las dos mujeres. 

Ibra se movía sin parar, su corazón latía rápidamente al ritmo de sus sienes que palpitaban violentamente, y que no notaba por toda esa rabia acumulada.

- ¿Qué te ha pasado Ibrahim? -Volvió a preguntar Alagi.

- ¡Deja de hablar! –Grito Ibrahim.

- Tete por favor deja de gritar que me das miedo... -Dijo Fátima mientras se le derramaban las lágrimas -Has tirado toda la comida al suelo...-Añadió. 

La voz ahogada de su hermana entro suavemente por su oído, obligándole a mirarla con un rostro de rabia, sentada cerca de su madre que la seguía acariciando, derramando lágrimas y con una voz inocente y rota. Sintió que se le partía el alma, que el mundo se le caía encima, se sentía la peor cosa del mundo. Había hecho derramar lágrimas de dolor a su hermana, su ángel, esa niña alegre que siempre lo recibía con una sonrisa, hoy lo miraba con ojos desconocidos. La observó durante un rato y su expresión de rabia iba cambiando. Empezó a notar el violento latido de sus sienes en la cabeza al tiempo que también miraba a su madre, la comida que habia volcado en el suelo y la mirada confusa de su padrastro. El retrocedió, se dio la vuelta y desvaneció de toda aquella escena. 

Continue Reading

You'll Also Like

443K 35.5K 59
La experiencia me enseñó que las vidas perfectas no existen, pero la mía con Laura me hacía feliz. Sin embargo, nuestra vida de ensueño se convirtió...
87.6K 5K 154
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...
86.3K 2.8K 43
en esta historia seras Mia 🔞