La oscuridad profunda e infinita no era algo que temiera. Ella, en innumerables ocasiones, lo recibió con los brazos abiertos, sin juzgar sus incomprensibles pecados. Él era la bruma de la noche, ella, su fiel e indiscutible cómplice. Lo vio siendo todo y no siendo nada. Fue testigo de cada lágrima que se deslizó por sus mejillas. Y silenció todas las atrocidades que alguna vez ejecutó.Sin embargo, no le pertenecía, le pertenecía a quien lo necesitaba. Y esta vez, no estaba de su lado. Lo que sea que cubriera sus ojos la convertía en lo único que podía ver.
Sus manos estaban atadas tras su espalda y el guardia que lo escoltaba apretaba su arma para que caminara rápido. No le permitieron decir una sola palabra, solo avanzar en silencio hasta llegar al lugar establecido.
No era la primera vez que lo hacía y no sería la última. Era lo acordado, así es como funcionaba para él.
Fue poco tiempo después, cuando al fin oyó aquel característico sonido. Una puerta con barrotes, posiblemente oxidada, se abrió ante él. Era el único chillido que había aprendido a reconocer, sabía que después de escucharlo, estaría a solo cinco pasos de la mazmorra. Ese era el nombre que usaba Liam para referirse a esos barrotes que le impedían acercarse a ella.
Y si no estuvieran allí, ya la habría liberado de un lugar tan horrible y nauseabundo. Su habilidad requería que no hubiera ningún objeto entre él y la persona que estaba tratando de teletransportar. Y sería ingenuo de su parte pensar que eso no había sido premeditado por Liam.
Se arrodilló impasible frente a los barrotes una vez que el servidor se lo ordenó. Y fue entonces cuando sintió aquella suave; pero helada mano rosar su rostro, un lánguido roce que dura segundos.
─ Tienes que acabar con todo esto, antes de que sea demasiado tarde.
Su voz aguda llega a los oídos de 99 como una caricia al alma, a aquella parte de él que necesita oírla para que así regrese la calma. Aunque el tono de su voz es quebradizo y su petición es envuelta en una mera suplica. Zayn se permite, por un corto instante, sentir algo de alivio.
─ Lo siento. No lo haré ─ responde.
Siempre es el mismo pedido, y en él esa posibilidad nunca se ha cruzado. No haría algo así, porque es su acuerdo. Y porque la mantendrá viva.
─ ¿Estás bien? No te han hecho daño ¿verdad? ─ interroga. Y todo es tan monótono y no hay forma de que no sea así; porque el servidor continua firme tras él. Y no puede decir mucho más.
─ Lo estoy. ¿Tú lo estás?
99 asiente uniéndose al silencio que se forma entre ellos cada vez que el otro no emite palabra alguna. Silencio que parece aplastarlos un poco más visita tras visita. Arrebatándoles fuerza y esperanza, llevándose algo más de ellos aunque Zayn no pueda saber realmente el qué.
Y anhela verla; pero es imposible, solo puede aferrarse a sus palabras, esperando que sean ciertas.
─ Esto terminará pronto. Te lo prometo ─ dice seguro, cuando se da cuenta de que el servidor se le acerca tirando de su ropa para que se incorpore ─ volveré, mantente fuerte.
─ ¡No! ¡No lo hagas! ¡Debes detener ese absurdo acuerdo! ¿Me oyes? ¡Zayn!
Y 99 es arrastrado en dirección a la salida, y no ofrece resistencia. Y los ruegos se pierden entre el chirrido de la puerta. La angustia se hace paso otra vez en él y la deja entrar; porque no tiene la suficiente fuerza como para no permitírselo y porque puede que tenga cierta debilidad ante ese sentimiento. Y junto a ella, lo acompaña el tormento y la ansiedad. Y lo sabe, merece sentir todo eso y aún más. Porque no ha hecho lo correcto en más de una ocasión y porque ahora mismo está siendo completamente egoísta.
Continúan avanzando hasta llegar a una puerta metalizada, o eso es lo que cree tras oír al servidor tipear seis dígitos y que esta se abriese. Siente la suela de las arruinadas botas del servidor impactar con fuerza en su espalda para que camine. Y lo hace, aun cuando el dolor permanece y parece expandirse por toda su columna.
Liberan sus manos y quitan la venda de sus ojos, solo para toparse con Payne, tan pulcro y neutral como siempre. Sus miradas chocan durante unos segundos antes de que el servidor decida hablar.
─ Puedes volver al Pabellón A. Ya he hecho mi parte.
─ No ─ Zayn dice con cautela observando los ojos de Liam con atención ─ No puedo regresar, no sin 76. Los demás mutantes esperan por él y eso es un problema.
─ No para mi ─ replica Payne.
─ Cierto; pero ¿Quién te protegerá si muero?
Liam recorre su mirada hacia el guardia, sacudiendo levemente la cabeza, para que se retire. Obedece al instante, dejándolos solos en el pasillo.
─ No me vuelvas a hablar así delante de un guardia. ¿Entendido?
Y ahí está de nuevo, lo que Malik cree fervientemente que se esconde detrás de los ojos de Payne. Un fulgor, algo corrupto que necesita salir. Algo más que atormenta al especialista, lo puede sentir en el aire.
99 asiente en respuesta. Y Payne decide continuar ─ Te permitiré llevarte a 76, se encuentra en la sala seis, test dos.
Zayn espera algo más; pero Liam le hace una señal con la mano para que se vaya de inmediato. Y eso es lo que hace, su cuerpo se desvanece en un espeso humo negro.
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La luz del sol golpea ligeramente en el vidrio de sus goggles reflejando colores imperceptibles en su cabello rojizo, mientras permanece apoyado contra una de las paredes del campo de práctica. Adrik está a unos metros de él, sentado en la espalda de un servidor, para evitar que se mueva. Sus botas se deslizan sobre el suelo seco, dejando allí las líneas de sus suelas.
29 deja escapar un largo silbido mientras sostiene en cada mano las dos armas que portaba el guardia para defenderse.
─ No creo que te importe si me quedo con ellas ─ comenta Adrik vagamente sin apartar su mirada de las impecables pistolas. Lleva una de ellas hasta la cabeza del guardia asiendo presión sobre su sien. El hombre se retuerce debajo de 29, y éste suelta una ruidosa carcajada ─ Vamos, no quiero utilizar una bala contigo, seria todo un desperdicio. Sólo tienes que decirme cuantos días quedan para los siguientes controles.
─ No lo sé ─ dice el servidor con la voz temblorosa y los ojos humedecidos de pavor.
─ Mientes ─ afirma Adrik ─ ¿Cuándo sucederá? ─ insiste ─ No importa cuánto evites el pensar en la respuesta, aun así lo harás, no puedes controlarlo, sólo sucede. Y esa información llegara a mí, quieras o no.
Y entre todos esos pensamientos de mutantes que se encuentran en el campo de práctica, que bombardean la mente de Adrik sin que él pueda hacer algo al respecto, lo escucha.
'tres días'
29 sonríe y voltea en dirección a Seth ─ Ya puedes ocuparte de él ─ dice al mismo tiempo que se incorpora llevándose con él las armas.
22 se acerca hasta el hombre que intenta, a duras penas, levantarse entre el estupor que le provocó la situación; pero es en vano. Seth apoya gentilmente una mano sobre su frente y el servidor cae completamente dormido.
─ ¿Cuánto tiempo dormirá? ─ pregunta; pero solo tiene una mirada de confusión en el rostro de 22 ─ Olvídalo.
El mutante se recarga sobre el húmedo muro notando como 22 imita su acción haciendo que sus hombros se choquen ligeramente. Adrik ignora eso hasta que lo oye hablar.
─ Una semana.
─ ¿Eh? ¿Dormirá una semana?
─ Si.
─ Eso es demasiado 22 ─ dice, mientras coloca el seguro de las armas antes de guardarlas dentro de los amplios bolsillos de su desgastado jogging camuflado.
─ Soñara. Le he dado la orden de soñar con algo que le haga sentirse como en casa.
29 le sostiene la mirada, aparentemente no afectado. No es la primera vez que 22 hace algo así. No pregunta el motivo de porque lo ha hecho, porque sabe cuál será su respuesta.
"Reciben órdenes de arriba. Han presenciado cosas abominables y también las cumplen. Es lo que deben hacer, es su forma de sobrevivir. Obedecen, porque el miedo está en cada uno de ellos. Pero estoy seguro que si pudieran elegir, elegirían estar en casa. Como cada uno de nosotros".
Y Adrik está muy lejos de estar realmente de acuerdo con eso, pero lo acepta, porque Seth ha perdido demasiado. Y en más de una ocasión no ha podido distinguir un mutante de un servidor.
─ Louis ─ susurra 22.
Y eso es suficiente para que 29 vuelva a la realidad antes de fijar su mirada en los dos mutantes que salen del edificio y avanzan en su dirección.
28 camina con paso firme, dando zancadas como si tratara de correr o evitar a 120. Y si Adrik no lo conociera lo suficiente, se reiría de ello; pero no lo hace, porque por la forma en que 28 mantiene su mandíbula apretada y sus manos en un puño fuerte, posiblemente lastimándose aún más con su propia fuerza, solo puede significar una cosa. Está completamente irritado.
Una vez llegan hasta ellos, Louis se sienta en el suelo como si su cuerpo le pesara. Harry permanece de pie, dedicándole una fugaz mirada al resto de mutantes. Y concentrándose otra vez en 28.
─ De acuerdo, ¿alguna noticia de 76? ─ pregunta Adrik, posando sus ojos azules en Louis. El mutante parece notarlo porque, casi instantáneamente, le devuelve la mirada.
'Ni siquiera lo intentes. Sal de mi cabeza'
29 sonríe de lado y lanza su mirada hacia Harry. Esperando pacientemente a que él respondiera a su pregunta.
─ No. Pasamos la noche fuera de la habitación de 99; pero aún no ha regresado.
─ ¿Pasamos? ─ espeta Louis entre dientes.
Harry se encoge ligeramente de hombros antes de corregirse a sí mismo ─ Bueno, 28 lo hizo.
Milagrosamente había evadido esa insinuación por parte de Louis. Y el resto fue historia, literalmente.No recuerda exactamente cuándo se quedó dormido, pero lo hace. Y Harry duerme hasta el amanecer; siendo tan desconsiderado de su parte. Él es consciente de ello, porque fue idea suya, y Louis solo estaba allí, ayudándolo, por razones desconocidas. Y debió haberse obligado a mantenerse despierto, incluso cuando tenía los párpados pesados.Y Louis no trató de despertarlo y cuando 120 finalmente lo hizo por su cuenta, 28 todavía estaba allí.
La noche había transcurrido. En el rostro de Louis se marcaban notablemente sus ojeras y una de sus manos, con la cual disminuía el fuego que los iluminaba, con quemaduras recientes.
Y se disculpó innumerables veces, a pesar de que 28 había aceptado su disculpa solo para evitar que el mutante continuara siguiéndolo.
"Estoy en deuda contigo. Puedes um, pedirme lo que tú quieras" Había sugerido 120 en un momento de debilidad, o de desesperación. No lo sabía, lo que sí sabía es que quería agradecerle. Porque Louis no hacía ese tipo de cosas, y lo había hecho, por él.
"No lo estas."
Esa había sido su única respuesta.
─ ¿Muerta?
Harry deja sus pensamientos a un lado cuando la voz de Adrik llega a sus oídos.Ve a 28 asintiendo. Y entienda de quién están hablando.
─ Fue él, estoy seguro ─ afirma Louis.
─ Nunca ha lastimado a un mutante ─ réplica 29.
Louis guarda silencio por un momento. Y Adrik se queda atónito sin apartar la mirada de 28.
─ Lo sé, pero podría hacerlo si Payne se lo pidiera ─ finalmente responde.
Y Harry supo por la mirada de desconcierto de 29, eso no era lo que Louis estaba pensando realmente.
─ Nos estamos hundiendo. Están cayendo, uno por uno.
La voz de Seth es débil, pero sacude a los tres mutantes que, incluso si quisieran, no pueden evitar escucharlo.
─ ¿Quién será el próximo? ¿Quién languidecerá sin cesar dentro de una celda?
Adrik se lleva las manos a la cabeza rápidamente, cuando los pensamientos de 22 comienzan a aturdirlo. Son demasiados, lo dominan por completo, sintiéndose como propios.
─ Seth, cálmate, por favor.
─ Mientras el líquido insaciable invade sus entrañas. Consumiéndolo, con el simple consuelo de que la muerte será su única y definitiva salida, que terminará con toda la tortura. Los he visto... ─ murmura aún recargado sobre el muro, con su mirada perdida en algún punto del suelo.
─ ¿Qué... qué se supone que debemos hacer? ─ pregunta Harry, su mirada va de 29 a 22.
─ ¡Seth! ─ exclama Adrik, cayendo de rodillas y cubriendo sus oídos como si eso pudiese impedir que su habilidad continuase escuchándolo.
Louis extiende una de sus manos dirigiendo un ligero destello en la dirección de la pierna de 22, que rosa en la tela de sus jeans negros, haciendo que Seth reaccione y se concentre en el calor.
─ ¿Qué fue eso? ─ dice desconcertado hasta que se da cuenta de cómo Adrik intenta incorporarse ─ Lo siento. Ha vuelto a pasar, ¿verdad?
─ No te preocupes, todo está bien ─ responde 29 sonriéndole para que el joven mutante no se sienta tan mal por lo sucedido.
─ Lo siento ─ se disculpa de nuevo, alejándose rápidamente de ellos.
Adrik suspira resignado al verlo marcharse ─ Iré por él ─ dice en dirección a los demás antes de seguirlo.
Harry mira la escena completamente aturdido. Toma asiento junto a Louis, en completo silencio.
─ Lo que acaba de pasar ─ intenta decir, pero sus palabras se pierde en un siseo absurdo. Voltea para ver como Louis bostezaba ligeramente, y observa lo poco que queda de su vendaje luego de usar una vez más su habilidad. ─ ¿Cómo están tus quemaduras? Tú solo... ─ habla mientras inconscientemente extiende su mano hacia la de 28.
Louis la aparta al menor toque y se desliza un poco, para mantener una distancia segura. Haciendo que Harry viaje su mirada al espacio entre ellos ahora.
─ ¿Qué pasa con...
─ Déjalo, esta bien así, tú ahí y yo aquí ─ 28 responde brevemente.
─ No, no es eso ─ chasquea, observando las puntas de sus dedos, que arden unos segundos después de tocar a 28 ─ ¿Qué es lo que te hace desprender calor?
─ ¿Qué?
─ No lo haces todo el tiempo. Me he dado cuenta.
─ No sé ─ responde Louis, apartando la mirada de esos ojos verdes ─ No me pasaba antes, además...
28 se detiene abruptamente. Y la expresión serena de su rostro es reemplazada por una sonrisa lánguida y desquiciada. Harry dirige su mirada en la misma dirección y los ve. Allí, de pie junto a la puerta principal.
Zayn mantiene el brazo izquierdo de Niall alrededor de sus hombros, para ayudarlo a caminar, completamente ajeno a ellos.
─ ¡Niall! ─ exclama 120.
Y no sabe cuándo se levantó y empezó a correr hacia ellos.
76 gira débilmente ante el sonido de esa voz y siente los brazos de 120 envolver su cuello, o que hace que Zayn prácticamente se vea obligado a alejarse.
─ Eh, con cuidado, no estoy tan entero como me gustaría ─ advierte 76 correspondiendo a su abrazo.
─ Es bueno que sigas con vida ─ dice al fin aliviado.
Su amigo esta ahí, entre sus brazos, y no puede quejarse de nada.
Y en la distancia, Louis todavía está sentado en el suelo. Mirando la escena amistosa y absurda. Sin embargo, sus ojos azules están enfocados en otra persona. Un mutante que le devuelve la mirada.
99 lo analiza desde lejos. Y 28 parece alimentarse de la sospecha reflejada en esos ojos color miel.