chapter 14

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La oscuridad profunda e infinita no era algo que temiera. Ella, en innumerables ocasiones, lo recibió con los brazos abiertos, sin juzgar sus incomprensibles pecados. Él era la bruma de la noche, ella, su fiel e indiscutible cómplice. Lo vio siendo todo y no siendo nada. Fue testigo de cada lágrima que se deslizó por sus mejillas. Y silenció todas las atrocidades que alguna vez ejecutó.Sin embargo, no le pertenecía, le pertenecía a quien lo necesitaba. Y esta vez, no estaba de su lado. Lo que sea que cubriera sus ojos la convertía en lo único que podía ver.

Sus manos estaban atadas tras su espalda y el guardia que lo escoltaba apretaba su arma para que caminara rápido. No le permitieron decir una sola palabra, solo avanzar en silencio hasta llegar al lugar establecido.

No era la primera vez que lo hacía y no sería la última. Era lo acordado, así es como funcionaba para él.

Fue poco tiempo después, cuando al fin oyó aquel característico sonido. Una puerta con barrotes, posiblemente oxidada, se abrió ante él. Era el único chillido que había aprendido a reconocer, sabía que después de escucharlo, estaría a solo cinco pasos de la mazmorra. Ese era el nombre que usaba Liam para referirse a esos barrotes que le impedían acercarse a ella.

Y si no estuvieran allí, ya la habría liberado de un lugar tan horrible y nauseabundo. Su habilidad requería que no hubiera ningún objeto entre él y la persona que estaba tratando de teletransportar. Y sería ingenuo de su parte pensar que eso no había sido premeditado por Liam.

Se arrodilló impasible frente a los barrotes una vez que el servidor se lo ordenó. Y fue entonces cuando sintió aquella suave; pero helada mano rosar su rostro, un lánguido roce que dura segundos.

─ Tienes que acabar con todo esto, antes de que sea demasiado tarde.

Su voz aguda llega a los oídos de 99 como una caricia al alma, a aquella parte de él que necesita oírla para que así regrese la calma. Aunque el tono de su voz es quebradizo y su petición es envuelta en una mera suplica. Zayn se permite, por un corto instante, sentir algo de alivio.

─ Lo siento. No lo haré ─ responde.

Siempre es el mismo pedido, y en él esa posibilidad nunca se ha cruzado. No haría algo así, porque es su acuerdo. Y porque la mantendrá viva.

─ ¿Estás bien? No te han hecho daño ¿verdad? ─ interroga. Y todo es tan monótono y no hay forma de que no sea así; porque el servidor continua firme tras él. Y no puede decir mucho más.

─ Lo estoy. ¿Tú lo estás?

99 asiente uniéndose al silencio que se forma entre ellos cada vez que el otro no emite palabra alguna. Silencio que parece aplastarlos un poco más visita tras visita. Arrebatándoles fuerza y esperanza, llevándose algo más de ellos aunque Zayn no pueda saber realmente el qué.

Y anhela verla; pero es imposible, solo puede aferrarse a sus palabras, esperando que sean ciertas.

─ Esto terminará pronto. Te lo prometo ─ dice seguro, cuando se da cuenta de que el servidor se le acerca tirando de su ropa para que se incorpore ─ volveré, mantente fuerte.

─ ¡No! ¡No lo hagas! ¡Debes detener ese absurdo acuerdo! ¿Me oyes? ¡Zayn!

Y 99 es arrastrado en dirección a la salida, y no ofrece resistencia. Y los ruegos se pierden entre el chirrido de la puerta. La angustia se hace paso otra vez en él y la deja entrar; porque no tiene la suficiente fuerza como para no permitírselo y porque puede que tenga cierta debilidad ante ese sentimiento. Y junto a ella, lo acompaña el tormento y la ansiedad. Y lo sabe, merece sentir todo eso y aún más. Porque no ha hecho lo correcto en más de una ocasión  y porque ahora mismo está siendo completamente egoísta.

BW-01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora