Cuando la princesa estaba en tercer año, a meses de su coronación la academia fue incendiada, mientras miro a Allan subir a la nave de repuesto corro hacia el. No puedo dejar que se marche ahora.
- ¡Allan! - grito. - No puedes marcharte.
Si las cosas siguieran su curso. Allan habría partido pero no lo hace.
- No puedes marcharte - repito.
- ¿Qué?
- Henry te dejó. Tienes que estar oculto.
- ¿De qué estás hablando?
- Si Rachael es capturada. Ella va a dimitir. Si ella cae. Tú eres el heredero.
- De qué estás...
- Mira, no lo comprendo. Aria está protegiendo a la segunda heredera, y yo, la hija del guardia, tengo que retenerte.
- No.
- No, no puedo. Pero por favor Allan. Sal del juego.
- ¿Por qué?
- Por ésta vez. Sal del juego, ésta vez.