—Tengo entendido señor Bongiovi, que el día del incidente de Halloween la policía lo interrogo –abrió un legajo amarillo y paso sus ojos entre las hojas— según declaro, no estuvo en el instituto, salió hacia una pista de hielo en el centro de Londres, testigos dicen, lo vieron con una chica atractiva
Swarek suministro la información.
—El doctor Bred expuso que llego con una lesión en el tobillo –me encogí de hombros, si el lo decía debía ser verdad— dijo usted que había sido por... ¿por resbalar en la pista?
Pestañeó incrédulo casi burlandose de la respuesta que antes le había dado.
—¿Reconoce a Becka Roberts?
El detective Morton tiro otro legajo sobre mi regazo con una rudeza que apaciguaba, estaba abierto como si fuese normal mostrar información tan penosa como esa, unas fotografías salían a colación esparciéndose, me incline ligeramente hacia el frente un poco dudoso, y por un segundo desee con toda mi fuerza haber estado ciego, aunque amaba demasiado ver el mundo.
Lo que alguna vez fue una chica ahora era un cadáver en estado de descomposición. Su piel estaba pálida, tenía hematomas y algunas livideces según parecía en la parte lateral izquierda, su cuerpo se encontraba desmembrado en algunas zonas, y una mancha oscura apenas se esparcía sobre su abdomen plano, cada fotografía captaba algo en específico, iban desde su rostro inerte, sus brazos, piernas, abdomen, espalda, de cada lesión, una mostraba un pequeño agujero de entrada con quemaduras justo en la frente, pase a la siguiente mostraba su nuca con el agujero de salida. El estómago se me hizo nudo, ¿yo había hecho eso?, ¿tan enfermo estaba?, ya no quería ver más.
Me replante la pregunta en silencio, ¿la reconocía? Estaba seguro que no, al menos no ahora, pero sabía que sí. Recordaba a Becka Roberts porque llevaba varios años en el Campus estudiando leyes, era una alumna problemática, a la que le tendí la mano amablemente. Pero no recordaba los últimos meses, posiblemente, todo había cambiado. Me dí cuenta que lo ultimo que podía recordar lucidamente era finales de agosto-principios de Septiembre... y ya era Noviembre. Pensar en todo lo que podía haber sucedido sin saberlo, me atemorizaba.
Sí. –dije. — ¿Qué le ocurrió?
Cuestione casi en un susurro. Morton me observo mal.
—El asesino siempre vuelve a la escena del crimen, ¿tu manera de hacerlo es que te lo cuenten?, ¿eh?, ¿es así como te entusiasmas?, ¿te gusta? —Swarek coloco su rostro muy cerca del mío mientras me hablaba junto a la oreja con un tono acusador, amenazante, mi quijada se comprimió y al parecer la de él también. Su camarada lo empujó hacia atrás apartándolo de mí, ambos dieron un vistazo fugaz hacia las ventanas que daban al pasillo en el hospital —Muy bien Bongiovi, te lo diré... asesinaste a esa chica, le propinaste una paliza, la llevaste lejos solo lo suficiente para asegurarte que nadie escuchará ni viera nada, después le diste un tiro y eventualmente la dejaste sin vida en el bosque para que los carroñeros acabaran con ella y no dejaran evidencia, pero no paso el tiempo suficiente como para que eso ocurriera. ¿Por qué la mataste?
—¿Por qué creen que lo hice yo?
Repare en que nadie me había dado detalle de eso, los otros apenas y me ayudaron diciendo que había sido un mal momento de mi vida por eso no lo recordaba, además del arma ¿pero qué otra evidencia tenían para ligarme a mí? Sin el cuerpo, les quedaría tan solo la maldita arma y eso tal vez no les seria suficiente, o probablemente sí, pero ha como veía les hacía falta el móvil del crimen.
—Bien... esa es una buena pregunta –Morton contesto esta vez con tono pasivo. Ciertamente era el más centrado y de mejor compostura en esta sala— además del hecho que usted no se encontraba en el campus la noche de Halloween y lo vieron con una mujer, y encontraron el arma en su escritorio, algunas personas dijeron que solían verlos juntos desde que la chica inicio la universidad, supongo tendrían un amorío, una amiga y ex compañera de Becka dijo que ella estaba entusiasmada con un hombre, y ¿sabe cuál era su nombre?... –hizo una breve pausa dirigiendo sus ojos a la ventana que daba hacia las afueras del edificio— John Bongiovi. –se giró para ver mi rostro intentando cachar algún ademan mío que me delatara. Pero aquello no era sorpresa, yo sabía que la ayudaba, ella era buena conmigo solamente. Pero aún pienso sobre aquella "buena amiga" que menciono... ¿quién podría ser? La cabeza me dolía tanto...
—Aun así, lo sitúa lejos del campus... ¿salir sin permiso, profesor? Usted sabia por lo que dijo, que había una fiesta, que todos estarían muy ocupados en sus vidas sociales, salió al bosque a asesinarla, ¿cuándo acabo se dirigió por una siguiente victima? ¿O acaso nos está mintiendo? Tal vez su tobillo no se torció por el hielo, quizás corrió tras ella, deseaba atraparla, pero huía cada vez más lejos cada que se acercaba a la bonita rubia... ¿No lo amo como quería?, ¿lo engañaba, profesor?, ¿lo dejo?, ¿Por qué lo hizo?... Becka Roberts desapareció un par de semanas antes, a mediados de septiembre para ser exactos. –Swarek tiro una fotografía más— la reconoce, ¿cierto?
—Si.
—¿Puede hablarme de ella?
Swarek cuestiono. Asentí un poco dudoso al respecto de lo que diría.
—Es mi alumna de primer grado. –dije sin importancia.
—Tengo entendido es nueva en el curso.
—Sí, ingreso algunas semanas después, quizá cuatro o cinco.
—¿Puede decirnos en qué fecha exactamente, Profesor?
Morton intervino después de caminar su tercera vuelta.
—No... no sé qué fecha con exactitud pero, a principios de septiembre.
—¿Va a terapias no es así?
—No lo sé.
—¿No la recuerda o sí?, decidalo.
—No la recuerdo enteramente, lo único que sé es que ingreso tarde al Instituto. No sé nada más de ella.
—Bueno, déjeme refrescarle la memoria. Ella es _____ Hardwick, Profesor Bongiovi. Ella toma terapia con Katy Fellon, a causa de su colega el señor Richard Sambora –Completo Morton, yo asentí sin interés— escuchamos que usted solía encubrirla.
Me sorprendí. Tendría sentido para mí si tan solo pudiera recordarla bien, tan solo memorice su rostro el primer día que entró a clase. No conocía más de ella, ¿porque habría de ayudarle?
—¿Entonces? –Swarek arqueo una ceja, se apoyó sobre sus brazos y de nuevo se acercó a mí— ¿Qué era? –dijo, me reto, lo sabía, el imaginaba algo — ¿Acaso pensaba enamorarla también?, eventualmente la mataría como a su alumna Becka Roberts, ¿siente una atracción por las alumnas? , ¿Qué de todo es?, cuando llego ________ Hardwick al campus y la vio por primera vez supo que debía de deshacerse de su antiguo pasatiempo para no crearse líos adolescentes de triángulos amorosos, y que mejor que desapareciendo a Roberts ¿verdad?, su madre nunca sospecharía porque Becka solía permanecer en el campus hasta concluir el ciclo, mientras que todos aquí pensarían que volvió a casa, después de todo era una chica con mala reputación, ¿a quién le importaría? ...¿Cierto señor Bongiovi?, ¿Pensaba matarla como a Becka Roberts? —Sus ojos oscuros permanecía fijos en los míos, en ningún segundo los aparto. Me recargue sobre el respaldo de la camilla.— ¿la chica de la pista era ______?
— Le respondería si pudiera recordarlo.
Conteste con un semblante serio.
No tenía miedo de mí, ni de lo que decía, tenía miedo de que tanto podían tergiversar mis palabras y atar los cabos sueltos a su antojo, así tuvieran que cortarlos y pegarlos en lugares en los cuales resultaba ridículo e imposible. La mirada hostil de Swarek no me soltó hasta que su compañero lo animo a ponerse en pie.
Espere unos segundos sentado bajo los ojos de ambos oficiales. Katy Fellon y Richie Sambora aparecieron por arte de magia. los detectives se irguieron ante la amenaza potencial.
—Mi cliente no dirá una palabra más. –Richie tendió una hoja en las manos de Morton.— Les repito, es incapaz de dar declaraciones, tiene pérdida de memoria, podrán seguir su interrogatorio cuando se reponga completamente. Eso es un dictamen médico forense.
Mire a Richie, agradecí a Dios infinitamente su llegada. Ambos detectives salieron echando humo y a zancadas firmes y de mucho peso. Anteriormente, había accedido a que me interrogaran -aunque eso iba a resultar en vano al menos para ellos- pero lo que buscaba no era defenderme a mi mismo, sino enterarme de primera mano que tan grande era el problema.
Ahora dentro de mi cabeza, el nombre de _____ Hardwick merodeaba en mis pensamientos. Conocía su rostro, pero nada más.
— Al menos ese dictamen medico forense los frenará un poco para planear nuestra estrategia, que por lo que veo la de ellos es presionar e influenciar.
Katy habla con seriedad.
— Si se te ocurré algo, dispara — Richie repone agobiado. Le suelto una mirada molesta — Lo siento Jhon, no me fije, mal chiste...
— Olviden el bullying por ahora y sean maduros una vez en su vida — Katy nos reprende—
Me revolví entre las sabanas, mire por la ventana la luna llena, era simple, pero tan fascinante, por primera vez en mucho, me sentí bien. Bastian me había traído un emparedado y un zumo de naranja, pero no había probado bocado. Seguía pensando en John, si ya estaba recuperado, o permanecía igual, evitar sentirme así por él, era imposible, sé que no lo merecía, pero el amor que le tenia se reusaba a marcharse. Era incondicional, para mi mala suerte.
Pero Él fue el único que me tendió la mano cuando llegue aquí, que me trato bien, que me dio un poco de atención y cariño. Lo indispensable para sentirse el ser humano más feliz del mundo.
Llamaron a mi puerta por la noche, imaginaba que era Bastian, había estado viniendo cada cinco minutos a verme. No dudaba que les hubiera rendido cuentas a Rebecca y Daniel, además de Randall sobre mí. No me paré, no tenía ganas de verle nuevamente. Volvieron a insistir dos veces más.
—Policía, abran...
La voz fue reconocible, seguro que era el Oficial Swarek, ¿Qué noticias traería ahora? Me puse de pie y abrí. Acerté era él, junto a otro hombre más alto. Ambos miraron el interior de la habitación desaprobatoriamente.
—Oficial Morton–anuncio el hombre de cabello castaño y corto, yo asentí. Hice seña para que entraran, merodearon durante un segundo o dos. Después prosiguieron.
—________ ... te hablaré claro, — Swarek hizo una ligera pausa, para asegurarse que lo atendía— tus padres son tus representantes legales y me pidieron que te diera el aviso antes de hacer mi trabajo, así que haré eso primero... —Morton lo miro impaciente y nervioso a la vez, como si esperara algo.
—Lo escucho, Oficial.
Comencé a ponerme nerviosa, ¿"Antes de hacer mi trabajo"? Hizo seña para que tomara asiento, obedecí.
—Como sabes, las investigaciones siguen en pie... las pruebas de balística forense arrojaron datos, más de los previstos... el proyectil usado contra Bongiovi coincide con el arma, y con la usada en el homicidio de Beca Roberts, encontramos huellas dactilares...—se pauso, dirigió una mirada rápida a Morton, quien asintió.— pero solo tuyas. –Concluyo. Mi mundo se abatió. Se desmorono como lo hacía un edificio después de una catástrofe. ¿Era posible eso?, ¿solo huellas mías? Empecé a respirar de una manera agitada— Son solo tuyas, y una más que aún no logramos identificar porque es parcial. Pero no dudan que sea tuya también.
—Eso...—tragué saliva— eso significa que me llevarán otra vez, ¿cierto?
Los mire esperando un "No" rotundo. Swarek y Morton afirmaron con pesadez. Lisa Fellon entro corriendo –a como pudo— y se abalanzo contra mí, me abrazo fuerte, no sabía cómo se enteró tan pronto de que ellos estaban aquí.
— No dejare que te lleven, cariño. Me cuesta aceptar que Jhon sea un... —se interrumpió— tu tampoco lo eres.
—Directora Lisa –correspondí a su abrazo, después la aparte con delicadeza— yo no asesine a nadie, yo jamás intente matar al profesor Bongiovi. Estaré bien, ¿de acuerdo? Estaré bien
Repetí, intente tatuarme esas dos palabras en la piel para no perder la cordura, todo irá bien ________, me dije.
—Solo la llevaremos para interrogarla, y se quedará ahí hasta esclarecer la investigación.
—Eso, si no se topa con pared
Morton avergonzado de darle una mala a una mujer mayor.
—Oficiales... llévenla afuera sin ponerle las esposas, no quiero causar revuelo en el Instituto.
Dijo después de limpiar una lágrima fugitiva. Sonreí con ternura, y ella igual, deposito un beso en mi frente. Swarek yMorton aceptaron el trato.
Hicieron todo al pie de la letra, estando fuera, y con la reja del campus viéndonos la espalda, me coloco las esposas, su siguiente movimiento fue subirme a la parte trasera del auto.
En el trayecto no hable nada, respire por la ventanilla —que se encontraba completamente abierta— quizá el último aire fresco, mire las luces de la ciudad con tanto detenimiento del cual me sorprendí, disfrute de mi libertad momentánea, porque quizá sería la última vez.
No era estupida, sabía muy bien que en el mundo se cometían bastantes injusticias, las personas inocentes SOLÍAN ir a presión a cada minuto del día, mientras otros disfrutaban de su vida lujosa burlándose de las leyes. Rompiéndolas. Escupiéndolas. Porque sabían que jamás pagarían el precio.
Tal vez esa sería mi historia. Tal vez ese era el gran logro de mi vida. Estar presa. Aunque no lo dijeran, si no encontraban nada más, me acusarían de intento de homicidio y...entonces todo acabaría. Mi testimonio se iria a la mierda. Mis ojos se inundaron en lágrimas, no podía ver bien, se inundaron y entonces escurrieron hasta mi barbilla para después caer. Tenía miedo
Un hombre de nariz afilada se encontraba sentado frente a mí en la sala de interrogatorio. Su mirada era fría, inquieta, no me decía nada, no había sonreído desde que llego, se concentro en leer algunos textos.
—Encontramos tus huellas dactilares en el arma, _____. Intentaste asesinar al Profesor
Soltó sin preámbulos. Su voz rasposa inundo la habitación, su tono era una certeza, pero para mi era completamente falso. La investigación de aquella noche se había puesto en pie nuevamente, mientras había estado en espera de mis padres –los cuales aun no arribaban— logre escuchar a dos detectives hablar sobre todo esta investigación. Pensaban en que quizá estuviera ligado al caso de Becka Roberts, mismo instituto, un sospechoso el cual ahora era victima; les faltaban piezas, eso era más que claro, y debían rebuscar hasta en lo más remoto y ridículo. Si tenían que ampliar su campo de investigación lo harían sin cuestionarse nada.
—No –conteste— se que mis huellas están ahí porque es verdad que yo encontré el arma en un cajón del escritorio, pero jamás intente asesinarlo, SOLO quería defenderme.
La puerta del recinto se abrió, una silueta se asomo e hizo una seña para que el detective fuera hacia el. Sus manos empezaron a revolotear por los aires de una manera violenta, mientras que el otro sujeto intentaba conversar de una manera mas pacifica. Mi madre entro sin PEDIR un permiso, sus pantalones de vestir de color negro le ceñían las caderas, sabia que había venido de vuelo, en una aparición rápida por su forma de entrar poco sutil y educada. Camino hasta mí con una ira consumiéndole las pupilas.
—¡¿Cuándo dejaste que te tomaran las huellas?!
Grito. Quede aturdida, intente enfocar mi cabeza en algún recuerdo, ¿Cuándo me habían tomado las huellas?, vacile.
—La primera vez que me trajeron aquí. Me tomaron las huellas, porque...
—¿Estas tonta, acaso? , ¡No debiste! —interrumpió mi hablar sin tentarse el corazón, el detective volvió con aire dubitativo, se freno junto a mi madre— No más preguntas –aclaro— no pueden interrogarla sin su tutor, es menor de edad. Párate –me observo de reojo , obedecí sumisamente— Saben que solo tienen 48 horas para demostrar que mi hija quiso asesinar a ese sujeto, después de eso adiós. Mientras tanto, seguirá en el Instituto, comprobamos que no tenemos ingresos para volver a casa, y que ______ estudia, que no tiene antecedentes y toma terapias. Todo lo que requieran, lo hablaran conmigo antes. Ella ya dio su declaración antes, no hay nada nuevo que decir así que... creo que les bastara. TRABAJEN con eso. Con permiso
Mi madre me tomo del brazo halándome hasta la salida, me llevo hasta el auto, abrió la puerta y me arrojo en el asiento del copiloto. Me sentí como sus bolsos caros que después de tres semanas odiaba, y no tenía ni la mas mínima preocupación en cuidarlos, al final del mes, compraría otro nuevo.
Cruce mis brazos a la altura de mi pecho, mirepor la ventana cuando ella subió del otro lado. ¿Cuándo podría ser libre?,faltaba mucho para mis dieciocho y yo ya no aguantaba ni un segundo más.Esperaba con ansias ese momento. Mientras tanto solo aguardaría en silenciosentada en la butaca del copiloto. Piso el acelerador