Se solicita un amor

By Emmabk

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Alba Ciampi está decidida en hacer feliz a sus mejores amigas Andrea, Sofía y Luz a toda costa. Las cuatro ha... More

Se solicita un amor
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 06
Capítulo 7
Capítulo 8
AVISO
Capítulo 9

Capítulo 3

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By Emmabk

 Sofía

Mientras avanzamos, mis pensamientos siguen vagando y tratando de convencer a mi cerebro de que estoy haciendo lo correcto por el bien de mi familia… ¡A LA MIERDA! ¡Lo estoy haciendo por mí bienestar!

Tengo que demostrar que estoy asquerosamente enamorado o todo por lo que he trabajado caerá en manos del idiota de mi primo y será mi ruina. Will sigue mirando por la ventana mientras nos acercamos al lugar donde mi hermana nos citó. Siendo honestos, no creí que tendría que enfrentarme a mi hermana tan pronto, lo cual es un pensamientos total y completamente estúpido.

Trato de apagar mis remordimientos mientras pienso en todo lo que tengo que discutir con mi prometida, después de horas hablando con Will, decidimos que primero hablaría personalmente con ella y después sería la reunión con los abogados. Tras mandar un mensaje por octava vez en el día, llegamos a una colonia casi decente. Segura…o al menos así lucía.

—¿Vas a tocar o te vas a quedar parado como idiota? —Me dijo Will. Suspire y toque el timbre de la puerta marcada con un gran ocho.

Esperamos.

Esperamos.

Esperamos.

Se escuchó un pequeño ruido, alguien chocando con algo, alguien maldiciendo, alguien chocando con la puerta y alguien abriendo de golpe.

—¡Hermano! —Alba corrió y brincó a mis brazos. Me quedé inmóvil incapaz de procesar lo que estaba ocurriendo. Mi pequeña hermanita estaba feliz de ver mi asquerosa presencia, después de unos segundos la abrace con más fuerza.

Mierda. Extrañaba tanto a mi pequeña.

—Will…Hola.

—Hola Alba.

Tensión en el aire.

Mierda.

Por un segundo lo olvide.

—¿Podemos pasar? —Pregunte— Tengo un poco de frío.

—¡Claro!

Entramos al lugar, temí encontrarme con una escena de uno de esos programas donde exponen a la gente con sus casas totalmente destartaladas o llenas de cosas acumuladas…me equivoque.

El lugar era tan claro, muebles, paredes adornos, todo, absolutamente te daba una especie de paz y tranquilidad, a excepción de algo parecido a un corral para niños o algo así, mis ojos volaron a la pared donde decenas de fotos adornaban, todas de diferentes escenarios pero con la misma persona. En otro lugar había varios cuadros, al observarlos de cerca me di cuenta de lo que eran. Reconocimientos. Títulos. Certificados. Muchos. Demasiados para mi gusto, pero todos con el mismo nombre…y no era el de mi hermana.

—Pensé que te habías atascado en el tráfico o que te habías en una manifestación de los maestros.

—¿Disculpa? —Pregunté.

—Olvidado. ¿Cómo… —Un pequeño llanto nos interrumpió. —Perdón tengo que ver a mi angelito. —Caminó por el pasillo, de pronto el llanto se detuvo y la curiosidad de gano. Deje a Will en la sala mientras avanzaba por el pasillo y me detuve. Entre a una pequeña habitación pintada de azul con cientos de dibujos por todos lados, mi hermana se inclinó en la cuna y saco un pequeño bulto.

—¿Por qué tengo la sospecha que tú compraste esa manta?

—Porque yo la compre. —Dijo con orgullo mientras señalaba con orgullo una manta morada —Mi pequeño sobrino tiene que tener lo mejor y que mejor que una manta con el color más hermoso del mundo.

Me acerque mientras mi hermana se sentaba en una silla, unas manos pequeñas salían de la manta e intentaban tocar los mechones de cabello de Alba. Logré distinguir a un pequeño niño, usaba una especie de trajecito azul que le cubría todo el cuerpo, sus manos envueltas en una pequeños guantes azules, en su mano izquierda tenía un hilo rojo atado.

Me gustaban estas cosas. Los bebes eran fascinantes…o al menos por un momento. Pero eso nunca lo admitiría aunque me torturaran.

—Le agradas.

—¿Cómo lo sabes?

—Por qué se asusta cuando no conoce a las personas. Es muy tímido.

—¿Dónde está Sofía?

—Llegará pronto, tuvo algunas cosas que hacer.

Mientras Alba revoloteaba por todo el lugar con el pequeño niño en sus brazos, tuve la oportunidad de observar con atención las fotos de Sofía. La foto que mi hermana me había enviado había sido un poco confusa, en esa imagen se observaba una mujer hermosa, pero con una mirada llena de confusión a pesar de la gran sonrisa que proyectaba. Pero estas eran diferentes. En todas se podía ver a una mujer con una gran sonrisa y sus ojos reflejando alegría. Reconocí algunos lugares que había visto en fotografías: Sidney, Miami, Tokio y Florencia.

—Así que ella es mi prometida —Dije.

—¿Linda, cierto? —Pregunto Will.

—Es…interesante.

—¿Interesante? Bromeas. Tan solo mira todas las fotos, te puedo asegurar que no es la chica que solicitaste.

—Cierra la boca.

—¿Preocupado? —Se burló— Al parecer no esta en la categoría de “aburrida” como tú las llamas. Si la miras bien te darás cuenta que entra en la tan temible “Para siempre” categoría.

—¿Para siempre? ¿De que jodidos hablas?

—Te lo diré tan sencillo como sea posible para que tu lento cerebro lo entienda —Se acercó a mí hasta el punto de estar cerca de mi cara…aterrador— Te vas a enamorar de ella.

Lo empuje lejos mientras el reía a carcajadas. Sentí como la sangre se drenó de mi cara y tuve que contener las ganas de salir corriendo y regresar a la seguridad de mi bella Italia. Poca gente me conocía bien, de hecho, podía contar con los dedos de una mano a las personas que lo hacían y aún así me sobrarían dedos, y para mi mala suerte. Will era uno de ellos.

Decidí sentarme en la sala a esperar, mientras más lejos me mantuviera del idiota mejor. Los minutos pasaban y empezaba a sentir el Jetlag apoderándose de mi mente y de mi cuerpo. Cerré los ojos y todo se detuvo.

—Si todo sale como lo planeado, podremos empezar la construcción del nuevo hotel antes de lo planeado —Dije mientras miraba las gráficas en la mesa.

—Te felicito. Sabía que lo lograrías.

—¿Me felicitas? ¿Qué diablos te pasa viejo? Tú nunca me felicitas.

—Cierto. Tal vez esa sea la razón….

—¿La razón de que?

—Cambiemos de tema. Dime,  ¿Has hablado con tu madre últimamente?

—No. Sabes que solo me llaman cuando se les acaba el dinero. ¿Por qué lo preguntas?

El viejo suspiró y bebió de su café. Miró hacia su jardín como si tratara de encontrar las palabras para suavizar su siguiente orden. —¿Por qué simplemente no lo dices abuelo?

Se rió.

—Quiero que sientes cabeza.

—Sabes que no puedo quedarme en un solo lugar, tengo que viajar…

—No seas idiota.  Sabes muy bien a lo que me refiero.

—¿Por qué sigues insistiendo? —Pregunté exasperado— Llevas varios meses con la misma estúpida idea y mi respuesta seguirá siendo la misma.

—Francesco…

—No. Escucha viejo, no necesito una esposa y mucho menos una familia. Solo sería una pérdida de tiempo y dinero, y si algo he aprendido de ti es que nunca lo has necesitado. Además, si eso ocurriera perdería mucho tiempo que podría invertir en mejorar la empresa y los hoteles.

Suspiró.

—Tal vez no lo creas, pero hay ocasiones en las que hubiera preferido conservar mi matrimonio con tu abuela en lugar del éxito de la empresa. Como sea —Se levantó y me miró— Solo espero que no cometas los mismos errores que yo…ojala no sea demasiado tarde.

 

 

Desperté de golpe. Sentí una manta en mi cuerpo. Todo el lugar estaba oscuro. Respire con dificultad. Escuche un ruido al fondo, un llanto de un bebe. ¿Dónde jodidos estaba? Me tomó varios minutos recordar.

—Siento haberte despertado.

La voz de una mujer de asustó, levanto la mirada y vi una silueta moverse por la sala hacia la cocina. La luz se encendió. Un bip sonó. Me levanté, tuve que cerrar los ojos por la luz.

—Lo siento. Santi se despertó. Hay noches en las que duerme como un oso pero creo que sabe de ti, supongo que no le gusta que alguien este en su casa.

Abrí los ojos y la vi.

Maldito Will. Tenía razón.

 

Estaba jodido. 

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