Justin Bieber.
El fuego se expande dentro de mí, ella se cuela bajo mi piel y es imposible de sacar. Aunque quisiera —Y no quería. —no se podría. De alguna manera se sentía bien todo esto.
La imagen de ella jugando con su cabello, ondulándolo o tirándolo hacia atrás toda la tarde apareció en mi mente, sus ojos de gris abrasador que me miraban fijamente, la manera en que los revoleaba disimuladamente y sus pestañas que se batían inconscientemente cada vez que no sabía que decir. Sus labios rosados moviéndose al compás del ruido de su voz — Aterciopelada y suave. — sus balbuceos, y sus sonrisas. Los gestos de sus manos cuando hablaba, parecía pensarlo un segundo y dejaba las manos sobre su regazo nuevamente, pero a los segundos nuevamente estaban explicando sus palabras como si tuvieran vida propia, eso parecían frustrarle. El ruido que hacía con su pie chocando contra la cerámica del suelo y luego pedía perdón. La manera en que pasaba suavemente la mano sobre su ropa alisándola como si fuera seda, e irguiéndose demasiado.
Todo eso y más la hacía única.
Y de repente se encontraba sonriéndome como si fuera la única persona en el mundo, como si fuera su salvación, como si ella esperara algo de mí que yo no sé que tengo. Y batía sus pestañas en mi dirección, me coqueteaba sin palabras, solo con miradas. Y me afectaba, realmente me afectaba.
Entonces cuando yo menos lo esperaba me doy cuenta, las palabras de mi padre, me estoy consumiendo en el fuego, me estoy consumiendo en ella.
Ya no era solo yo, era ella y yo. Ya todo estaba dicho.
Ella se esfuma, ya no está. Ahora estoy en penumbra en mi habitación, en soledad, solo con la compañía de la fiel luna. Solamente estoy a dos puertas de lo que podría considerarse potencialmente el amor de mi vida y no podía hacer nada al respecto. Ella no me pertenecía, pero yo si a ella, justo en el momento en que la vi supe que me había convertido suyo y de nadie más.
Y ahora claramente estoy delirando.
Necesito un vaso de agua.
O que mejor sea una cerveza.
El frío tacto con el suelo me paraliza temporalmente, pero nuevamente estoy en camino hacia la cocina en busca de mi cerveza, la luz amarillenta esta prendida de modo que me acerco lentamente y me encuentro con la criatura más bella que alguna vez he visto dándome la espalda, tiene la cabellera negra en una alta cola de caballo sobre su cabeza, una minúscula remera blanca que deja al descubierta la parte superior de su espalda, —Esperen, ¿Ese es un lunar? Definitivamente lo es. — y un short que dejan ver sus piernas infinitas. Ella tiene la jarra de agua que mamá siempre deja en la heladera para refrescar.
—Tus padres no te enseñaron a que es de mala educación espiar. —Dijo sin mirar para atrás, me sobresalte y camine lentamente hacia ella con el paso lento.
—Supongo que sí, pero no les hice caso.
—¿Con que niño malo eh? —Ella río levemente y fue como la mejor melodía del mundo.
—Eso creo. —Lo resumí bastante.
—¿Quieres agua?
Yo negué con la cabeza mientras iba hasta el refrigerador y revisaba las latas de cerveza. —Tomare una de estas.
—Como quieras. —Me sonrió levemente.
La mire con ternura mientras miraba hacia abajo jugando con sus manos, me senté frente a ella. — ¿No puedes dormir?
—Siempre tengo problemas los primeros días. —Eso parecía sintetizarlo todo para ella.
Estudie sus palabras un par de segundos. —¿Así que sueles quedarte en otras casas?
—Solo cuando mi padre tiene negocios que atender y no me quiere revoloteando sobre él. —Vaya, parecía tenerlo muy claro.
—¿Y tu madre? —Eso pareció afectarle, la postura rígida y erguida que había sacado de escena ha vuelto a aparecer y esta vez como papel protagónico.
—No lo sé.
—¿No lo sabes? —Justin eres malditamente curioso, cállate de una vez. Pude ver como sus ojos se cristalizaban y me maldecía por lo bajo. Oh dios, si llora no sabré que hacer.
No llores por favor, se fuerte.
—Ella murió. —Dijo simplemente levantándose de su asiento. Le tome el brazo antes de que se pudiera escabullir hasta las escaleras, disfrute del dulce tacto de su piel.
Me sentí terrible. —Oye, siento si dije algo que te molesto, no era mi intención.
Ella asintió comprendiendo. —Solo no te metas en cosas que no te incumben, Justin.
Genial.
Eres un maldito idiota Justin.
…
El viento chocaba contra mi cara mientras veía todo pasar rápidamente, Daemon me había retado a una carrera amistosa, claro que no sería para nada amistosa cuando patee su trasero en la pista. Él estaba por sobrepasarme, así que tome el acelerador y lo gire con fuerza, a los pocos segundos yo estaba más allá de el a unos cuantos metros, pero aún faltan dos vueltas. La carrera era amistosa, de modo que solo la hicimos de 4 vueltas y no como las habituales que hacíamos, 4 vueltas y 8 curvas medias, era fácil de pasar si conocías la ruta y como pasar los cambios, claro.
Amaba las carreras, y parecía lo único que podría relajarme en estos momentos.
Stacy estaba apoyada contra la valla que separaba la pista de carrera con su alrededor, es decir, con el público. Tenía su platinado cabello en una alta cola de cabello sobre su cabeza como la que tenía Olivia la noche anterior, y no puede ser ni comparado, entonces me maldigo pensando cómo puedo en siquiera comparar a Stacy, mi fiel compañera y amiga de toda la vida, con Olivia, a quien apenas acabo de conocer pero me ha flechado duro. No puedo pensar en Stacy de ese modo, el solo hecho de hacerlo parece inmoral, quiero decir, ella es como una hermana para mí, yo jamás podría verla como otra cosa, claro está. Tobías la tiene fuertemente agarrada de la cintura, ellos llevan año y medio saliendo, lo que es sorprendente y parece ser la relación más larga de ambos lo que la hace especial, es un gran logro por ambas partes, tolerarse mutuamente por año y medio es un reto, Stacy tiene un carácter fuerte y autoritario, al igual que Tobías por lo que chocan a veces. Yo siquiera puedo saber quién es el sumiso y quien el dominante en esa relación.
En la mínima centésima en la que me voltee para observar a Stacy en la valla Daemon me sobrepaso por apenas un metro.
En la última vuelta Daemon fallo en su última curva por lo que su Scooter dio un par de vueltas sobre su eje, me asombra que él no haya salido volando a quien sabe dónde. Ese fue un golpe duro.
Finalmente, la bandera a cuadros blancos y negros se agitó sobre mi cara. He ganado.
Bajo de mi Harley con aire triunfador y extiendo mi mano hacia Daemon, él la acepta, sabe en donde no meterse y eso me alegra. Ya tengo muchos problemas como para pelearme con Daemon por patear su trasero en una estúpida carrera que llamamos amistosa.
—Lo hiciste bien. —Le digo estrechando nuestras manos y el ríe.
—Podría haber sido mejor.
Ya lo creo.
Stacy me está esperando en la parte de detrás de las bayas, así que voy a por ella. —Bien hecho Bieber.
—¿Bien hecho? —Le recrimino en la cara. —Eso ha sido excelente, no he fallado en ninguna curva.
—Que no se te suba el ego.
—Como sea. —Digo saltando la baya para el otro lado hasta quedar a su lado.
Ella me mira de reojo y tengo que apartar mi vista de ella, ella tiene ese no-se-que con el que puede ver mi interior con solo una mirada, eso me asusta, y es muy conflictivo debo decir.
—¿Qué te sucede? —Y allí esta. Ella sabe exactamente lo que me sucede solo que quiere que sea yo quien se lo diga. Eso no pasara Stacy.
Niego con la cabeza negando todo lo que ella está pensando y no me está diciendo. Al final, suspiro y la miro, eso solo significa una cosa, he abierto mi alma hacia ella. Y sé que puedo confiar. —¿Cómo lo supiste lo de Tobías y tú?
Ella está a punto de decir algo, puedo imaginar un millar de bromas sobre esto, pero ve mi cara de tortura y sé que va a callar y responder mi pregunta adecuadamente. — Hay algo muy diferente entre enamorarse de su apariencia y enamorarse de su esencia.
—¿Y cómo lo sabes? —Parezco un niño pequeño preguntando, es solo que es un tema que yo no sé.
Ella se encoje de hombros, lo que temía. —Solamente lo sabes.
¿Solamente lo sabes? ¿Y cómo es que voy a saber cuándo lo se si no entiendo lo que me está diciendo? ¿Cómo voy a saber si a ella le pasa lo mismo conmigo? ¿Tendré que estudiarla? ¿Será la manera en que ondula su cabello con su dedo, o como sus pestañas se baten lo que me dará la respuesta?
Tantas preguntas y ninguna respuesta.
—Tranquilízate Justin. —Me alienta Stacy. Imposible. —Sea quien sea la que te tiene así es una chica con suerte. —Oh Stacy, solo lo dices porque me aprecias como amigo y no quieres destruir mi ego. —Como sea, ¿Estás listo para el solsticio?
Mi cara de sorpresa total le rebela lo contrario. Ella ríe. —Claro que no, mira tu cara, ¿Lo has olvidado otra vez no es así?
Entonces se me ocurre algo.
—Lo siento Stacy, te veo mañana, tengo algo que hacer.
Aparque la motocicleta a un costado de la casa para que mi madre no notase que he salido en mi zona de castigo, tome la soga que había tirado a un costado y la arroje enganchándola en una rama que sobresalía del roble junto a la ventana de mi habitación. Trepe y entre por la ventana que había dejado sin seguro, cuando salí por la puerta de mi habitación hacia el pasillo Olivia justo estaba pasando por allí. Ella me miro inspeccionándome, sus ojos me miraban fijamente, tenía el ceño fruncido por ende la suave piel de su entrecejo se arrugaba y la hacía ver adorable, ¿Seguirá enojada por lo de anoche? Quería saber más, mucho más, pero necesitaba que ella abrá su mundo hacia mí, que me lo entregue en bandeja de plata y prometo que no la defraudare. Solo necesito que me abra las puertas de su mundo y todo fluirá, que no se cierre a mí.
Movió su boca de lado a lado sin hablar, y es que no hacían falta las palabras, sus ojos lo decían todo, estaba tratando de descifrar algo.
—¿Has salido? —Me pregunto con una sonrisa.
—He estado todo el día en mi habitación. —Me excuse. ¿Por qué me excuse?
—Pues yo creo que deberías ir y darte un baño antes de ir con tu madre. —Touch. —Hueles a puro y cerveza.
Bien hecho nena, bien hecho.
Antes de que pudiera irse a donde sea que se estaba dirigiendo antes la tome del brazo. —Oye siento lo de anoche. Yo nunca quise herirte o decir algo que te molestara.
Ella me miro a los ojos, por un momento hicieron contacto, estábamos tan cerca y a la vez estábamos tan lejos. — Solo no te metas en donde no te llaman. Tú no sabes nada.
Eso es lo que quiero hacer. Quiero saber todo de ti, pero tú te alejas. —Quiero compensarte.
—¿Qué tienes en mente? —Pregunto, es un buen paso, lo está considerando.
—Te propongo pasar el solsticio de verano conmigo ¿Que dices?
Ella abrió ambos ojos como dos omóplatos, de seguro no esperaba una invitación. ¿Fue algo apresurado?
Ella se quedó callada.
Oh vamos Olivia, contesta.