El silencio que reinaba en casa era gratificante, aunque misterioso. Me había pasado toda la noche pegada al teléfono esperando algo, cualquier cosa, un mensaje, una llamada, un telegrama, una foto o incluso un vídeo. Cualquier cosa que me indicara que todas las personas que me importaban seguían vivas. Pero nada de eso había llegado, ni la más mínima noticia. Y no estaba del todo segura de si eso era bueno o malo. Y no era solo que ellos no me enviasen nada, era que ni siquiera me respondían a lo que yo enviaba. Bajé a la cocina ya vestida con la ropa que me iba a poner y me puse a hacerme un termo de colacao, cuando Stiles y Malia entraron por la puerta.
-¿Qué narices ha pasado?¿Estáis bien todos? ¿Por qué narices nadie me ha contestado al teléfono ni me ha avisado?- Les encaré.
- Tranquila, Diana, respira. A Tracy le dio un ataque psicótico y quería matar a todo el mundo y en especial a la madre de Lydia, pero ahora está muerta.
- Unos tíos con máscaras la atacaron.- Añadió Malia.
- Lydia salió herida y ahora está en quirófano. Liam está bien, por cierto, encontró más agujeros a parte del de Tracy, pero no tiene ni idea de quiénes estuvo en esos
- Madre mía... ¿estás bien?- Le pregunté a Stiles .
-Sí, estoy bien.- Dijo él con pesadez.
- Estúpido Mieczyslaw...- Dije llamándole por su nombre completo, lo cuál hizo que me mirase mal, y yendo a abrazarlo.- La próxima vez contéstame al teléfono.
-¡Estaba paralizado! Literalmente paralizado.
-¿Mieczy qué?
-Es Polaco.- Contestamos ambos a la vez.
- Creo que iré a ver a Liam.
- ¿Estás segura?
-Sí, tengo que hablar con él.
-Igual deberías descansar un poco, te ves cansada.
- Pero tengo que ir a clase, y tu también.
Una vez llegué al instituto me encaminé a mi taquilla, cogí mi libro de francés y me fui a la clase correspondiente, lo extraño es que no vi a Liam en todo el día, pero sí que tuve un encontronazo muy extraño con Theo. Yo iba caminando por el pasillo mirando el móvil mientras le mandaba mensajes a Liam, pero no me contestaba; cuando Theo salió abrupta-mente del baño dándome un golpe con la puerta.
-¡Au!- Me quejé, mientras sobaba la zona golpeada
- Lo siento, lo siento mucho, no quería golpearte Diana.
-No te preocupes, pero espero que no me salga un moratón, no me favorece el morado, ¿sabes?- Él se rió ante mi mal chiste.
-¿Estás bien? Te noto...frustrada.
-¿No querrás decir que huelo a frustración?
-Bueno, eso.
-Estoy bien, solo algo molesta. Liam lleva sin dar señales de vida desde ayer por la tarde. Se que está bien, pero después de lo que pasó ayer en la comisaría no puedo evitar estar preocupada.
-Yo me tengo que ir, pero si quieres podemos quedar otro día, para hablar.
-Bueno...
-Genial, ya nos vemos. Adiós.
-A...dios- Ya se había marchado corriendo antes de que yo pudiese acabar de despedirme.
Fue muy extraño, normalmente no se va así tan de repente, por lo menos no cuando está conmigo. Siempre intenta pasar todo el rato hasta la siguiente clase y me acompaña, a no ser que esté con Liam. Por lo que su reacción de hoy fue muy extraña, aunque él es bastante extraño.
-Querida Diana, pero si estás aquí.- Hayden me sobresaltó por la espalda.
- Joder, Hay, que susto me has dado.
-Lo siento, pero llevas 10 minutos mirando tu móvil. ¿Qué narices ocurre contigo?
-Liam no me contesta desde ayer a los mensajes, ni a las llamadas. Y estoy bastante segura de que está mirando el móvil.
-Sabes, Liam es un imbécil, te lo advertí cuando empezasteis pero no me hiciste ni caso y ahora estás pagando por no escucharme.
- Ya te pedí perdón por eso, él también, creí que ya lo habrías superado.
- Sí lo he superada, pero no le he perdonado, si el muy gilipollas cree...
- Hayden..- La corté.
- Vale, lo siento. ¿Sabes que deberías hacer? Venirte conmigo al Sinema. Lo inauguran hoy, creo que deberías venir conmigo y cogerte un pedo de la virgen, pasar de Liam y liarte con algún jugador de fútbol buenorro y estúpido.
- Tengo novio Hayden. No le voy a poner los cuernos solo porque no me conteste al móvil.
-A saber que está haciendo él desde ayer.
- Gracias amiga, tu sí que sabes cómo levantar el ánimo y la moral.
-Lo siento, pero es verdad.
-¿Sabes que? Tu idea no es tan descabellada, quitando la parte de engañar a mi novio, estaría bastante bien desconectar un poco. Hace mucho que no me emborracho y creo que me lo merezco.
- Esa es la actitud. Genial, nos vemos a las 10 en la puerta trasera.
- Nos vemos a las 10.
Hayden trabaja en esa discoteca para ayudar económicamente a su hermana, ya que con el sueldo de policía no podía cubrir todos los gastos. Todo el mundo sabía que si le dabas $25 te colaba, claro que a mi me colaba gratis.
(...)
Me encanta maquillarme y vestirme para salir, es una de mis actividades favoritas. La ropa de fiesta me hacía ver mayor, y acompañada con mi maquillaje y mi actitud hasta mi hermano pondría en duda ,mis 16 años. Me encontraba delante de mi tocador decidiendo que hacer con mi pelo cuando mi móvil vibro.
Lili: "todo bien, estoy con Mason"
En mensaje de Liam me dejó aturdida. ¿De verdad qué después de ignorarme durante todo el día me responde solo con eso?
Diana: "Genial."
Mi respuesta breve y sarcástica fue recibida, leída e ignorada. Posé con más brusquedad de la necesaria el móvil encima del tocador y lo puse a cargar. Me di una mirada más al espejo y decidí dejar mi pelo suelto y salvaje tal y como estaba. Cogí mi pintalabios rojo con determinación y apliqué varias capas del mismo sobre mis labios. Después me fui hasta el armario y me puse a admirar mi ropa. Finalmente me decanté con un vestido negro simple, con sus tacones a juego. Una vez lista me di una última mirada al espejo y salí por la puerta. La discoteca estaba bastante próxima a mi casa, así que no tardé mucho. Mi hermano hoy se quedaba hasta tarde en la biblioteca y mi padre trabajaba, así que no tuve pegas respecto a mi atuendo.
La música se oía desde tres calles de distancia. Normalmente no iba a esa discoteca, ya que no es mucho de mi estilo, pero Hayden me había prometido alcohol y después del mensaje de Liam lo necesitaba. Llamé a la puerta y Hayden me abrió y su cara cambió a una cara de arrepentimiento.
-Antes de que entres, me vas a odiar.
-¿Qué ha pasado?
-Liam, está dentro.
-¿Qué? ¿Por qué? Si él no puede emborracharse.
- ¿Por qué no?- Dijo confusa.
-Lacrosse.- Dije rápidamente, dándome cuenta de mi error.
- Da igual, ha venido a acompañar a Mason, tu solo pasa de él. Hoy hay varios chicos interesantes. Está Brett.- Me comentó arrastrándome dentro.
-Me gusta como piensas.- Dije cogiendo un chupito de su bandeja
La música retumbaba en el local, el alcohol pasaba una y otra vez a mi alrededor y mis ahorros de los últimos tres meses volaban de mis manos. Iba bastante perjudicada, pero la ocasión lo merecía. A lo lejos pude ver a Brett alejarse hacia la barra, por lo que yo también me dirigí allí. Esperaba ansiosa a que Phil , el camarero buenorro sin camiseta, me sirviera mi querida ginebra con fanta de limón, cuando "accidentalmente" me choqué con Brett derramando su consumición.
-Vaya lo siento, que trope.- Dije riéndome con la lengua algo trabada.
-Diana, que sorpresa tu por aquí.- Dijo él, que al ser hombre lobo, no le afectaba el alcohol.
-Te he manchado, lo siento mucho.
.No te preocupes. ¿Dónde has dejado a tu trastornado novio?
- Ni lo sé,- Hice una pausa para tomarme un chupito que llevaba Hayden en su bandeja y poniéndole $10 en la misma.- ni me importa.
-¿Estás rebelde hoy?
-Solo quiero pasarlo bien.- Dije sonriéndole con picardía.- ¿Bailamos?
- Por supuesto.- Respondió tomándome la mano. Noté su mirada puesta en el lado contrario de la pista, así que yo también miré hacia allí, encontrándome con una mirada de desaprobación por parte de Liam. Mi respuesta hacia esa mirada fue ponerme a bailar de manera provocativa con Brett. Nos movíamos al son de la música, hasta que empecé a encontrarme mal, debido a la alta cantidad de alcohol que había ingerido. Brett me acompañó a una zona más apartada detrás de unas cortinas.
-¿Te encuentras bien?- Preguntó preocupado.
-Sí, bien.- Dije medio adormilada.
-¿Quieres que llame a alguien?
-Mason, busca a Mason o a Hayden, por favor.
-Voy tu mantente despierta, ¿vale? Cuenta has 200, ¿de acuerdo?
-1...2...- Ya se había ido.-3...4...-Perdí la cuenta, al cabo de un rato alguien entró, pero no tenía fuerzas para levantar la vista.
-Diana, mierda Di...- La voz de Liam se oía lejana y distorsionada.- Joder,Diana, eres tonta, tonta, tonta. Voy a sacarte de aquí,¿vale?
-I..imbclil-Traté de insultarle y de mantenerme despierta pero el sueño me venció y me caí dormida.
(...)
Traté de abrir los ojos. pero una brillante luz blanca me lo impedía. Podía escuchar una maquina de estas que registran los latidos del corazón, por lo que intuí que estaba en el hospital, pero no recuerdo como llegué aquí. Volví a intentar abrir los ojos, esforzándome para que se acostumbrasen a la luz. Pude identificar a dos personas sentadas en unas butacas. Creo que eran Stiles y papá.
-¿Papá?- Pregunté. Mi voz sonaba débil y rota, pero fue suficiente para despertar a ambos.
-Diana, pequeña inconsciente...- Dijo mi padre, no parecía enfadado.- Bebé.- Me ordenó. Yo obedecí, al lado del vaso había una pastilla, la cual también tomé.- ¿Mejor?- Asentí.
-¿Qué ha pasado?- Pregunté
- Has sufrido una intoxicación etílica. Eres una maldita inconsciente, ¿en qué diablos estabas pensando? No respondas, ya lo sé, estabas pensando en tí misma, como siempre. Últimamente actúas en tu beneficio y te da igual a quien le haces daño, te da igual aplastar a quien sea con tal de salirte con la TUYA.
-¡Stile!- Le reprendió mi padre cuando empezó a subir la voz.
- Pensé que eras más responsable...- Finalizó su sermón en voz normal otra vez.
-Nos tenías muy preocupados.
-Lo siento, yo solo quería..., lo siento- De verdad estaba arrepentida.- ¿Cómo llegué aquí?
-Liam te trajo, de no ser por él, probablemente estarías muerta, llegaste justo a tiempo.- Melissa McCall apareció por la puerta de mi habitación.- Está fuera, por cierto, pregunta cada 5 minutos si ya despertaste, a él también le tienes preocupado. A todos nos tenías preocupados.
-Lo siento. No era mi plan beber hasta la inconsciencia, solo quería alejarme de los problemas un rato.
-Lo entiendo, todos lo hacemos. Pero espero que tu también entiendas que estás castigada. A partir del lunes solo irás de casa al instituto, del instituto a casa. Directa.Y nada de visitas en casa.
-Está bien.
-¿Cómo que está bien? ¿Casi se muere y tu la castigas una semana solo?
-Stiles, ¿por qué no vas a tomar un poco el aire? Y dile a Liam que pase, querrá verla. Tu tienes cosas que hacer y yo trabajo, alguien debería quedarse con ella.- Ordenó mi padre. Stiles obedeció de mala gana y a los pocos minutos Liam ya se encontraba en mi habitación con la respiración entrecortada. Me miraba de arriba a abajo analizándome, escaneándome, asegurándose de que estuviese bien. Mi padre se fue y nos quedamos solos. Él me miraba, pero yo no era capaz de hacerlo. Por fin se armó de valor y rompió el tenso silencio que se había formado.