B O N N I E A N D C L Y D E
« They call them cold-hearted killers / They say they are heartless and mean / But I say this with pride»
—Y esta es tu habitación —anunció Theo, encendiendo la luz del cuarto. Los ojos de Rae se adaptaron lentamente.
No tenía mucho, pero aun así era la mejor habitación que había visto en su vida. Una cama matrimonial abarcaba casi toda la habitación, con un edredón color naranja a juego con las almohadas. Había un armario que aunque era pequeño probablemente sobraría espacio considerando lo poco que había traído. Tendrían que compartir el baño del pasillo pero eso era lo de menos. Era fantástico.
—Gracias —dijo Rae, realmente agradecida. La manera en que su voz casi se rompió al final la delató, pero Theo fue lo suficientemente educado como para no mencionarlo—. Tus padres realmente son geniales por dejarme quedarme —el sarcasmo no se perdió en su voz, y Theo sonrió de lado al notarlo.
—¿Te agradaron? —preguntó Theo, caminando alrededor de Rae como un depredador antes de alimentarse de su presa. Rae no se dejó intimidar, y en ningún momento perdió contacto visual con el chico.
—Parecen agradables. Ya sabes, quitándoles el hecho de que parecen aterrorizados de ti.
—¿Y tú? ¿Estás aterrorizada de mí?
—Me voy a quedar a dormir en tu casa, ¿no?
—Podría ser otro de tus juegos mentales, como lo de Allison. Stiles piensa que me tienes miedo.
—Stiles piensa eso porque yo quiero que lo piense.
—Vaya trabalenguas —se burló Theo—. ¿Pero es verdad?
—¿Cómo le tendría miedo a mi nuevo compañero de juegos?
—¿Disculpa?
—No quise que te quedaras conmigo porque necesitaba que escucharas lo que ellos decían de mí. Si pareciera que me agradas, sospecharían.
—Qué inteligente, Rae.
—Gracias, Theo. Ahora, ¿confían en mí?
—¿Qué te hace creer que te daré esa información? —Los ojos de Theo brillaron—. Mejor aún, ¿qué me darás a cambio por ello?
Rae parpadeó, mirándolo seductoramente batiendo sus pestañas. Se relamió los labios, y en un tono casi similar a un gemido, preguntó:
—¿Qué es lo que quieres? —Rae colocó cuidadosamente su mano en el hombro de Theo y peligrosamente acercó su cuerpo al de él. Theo sonrió, y se acercó a su oído.
—Quiero la verdad —inmediatamente, Rae lo empujó suavemente pero lo suficiente como para alejarlo—. Quiero la verdad —siguió—. Sobre todo. Sobre ti. Sobre Allison. Sobre Scott. Quiero saber tu plan.
—¿Cómo sé que no me venderás a Scott? —preguntó Rae, recelosa.
—Confía en mi —Rae soltó una carcajada sin humor alguno.
—Confiaría en Judas antes que en ti. Te diré mi verdad... si me dices la tuya. Creí que viniste a matar a un Alfa, no a hacerte su amigo.
—Podría decirte lo mismo, cazadora. Bien. Te lo diré. Solo porque seremos compañeros de juego.
—Podría mentirte —lo tanteó Rae—. Podría decirte un montón de mierda y no te darías cuenta.
—Igualmente. Supongo que tendrás que confiar en mí y yo tendré que confiar en ti.
—Hay peores formas de morir —Rae alzó las comisuras de sus labios apenas visiblemente—. Bien, ponte cómodo.
Theo se lanzó a la cama de Rae, tanteando el lugar a su lado. Ella puso los ojos en blanco pero sin protestar, se tendió a su lado.
—¿Y bien?
—Verás, Theo, Scott y su manada me creyeron porque el arte de decir mentiras consiste en decir verdades a medias. Conocí a Allison, pertenezco a un clan y la muerte de Ally me dolió como si una parte de mi alma se extinguiera —admitió—. Pero lo demás es... palabrería barata.
—Empieza.
—Nací en un clan donde naces o no naces con poder. Lamentablemente, yo no nací con él. Nací en el lugar más bajo de todos. La otra forma de obtener poder era haciéndolo tuyo, pero me era algo imposible. No podía competir contra chicos que comían bien y dormían en cuna de oro mientras yo luchaba por una comida al día y el suelo era mi cama. Pero eso no me hizo más débil. Me hizo fuerte. Mientras ellos iban a la escuela, yo entrenaba. Mi vida se volvió eso. Entrenar, entrenar, entrenar. No para acabar con seres sobrenaturales, sino con mis compañeros que se burlaban tanto de mí. Aprendí que las reglas no jugaban a mi favor, así que tenía que torcerlas un poco.
Lanzaron una convocatoria para ir a un curso a Francia. Lo ansiaba. Era una escapatoria perfecta. Pero yo no era tan buena luchando, y solo enviaban a los mejores. Así que lógicamente envenené a los buenos y me lavé las manos al respecto. Nadie tenía pruebas. Me mandaron, con otros chicos.
Sin embargo, el curso no era como lo imaginé. Siempre me sentí excluida, pero pensé que era por no tener la vida de los demás. Cuando llegué ahí, me di cuenta de que nunca iba a pertenecer en ningún lugar. Los chicos me miraban raro, las clases eran demasiado avanzadas para mí y pronto mi escape se volvió un infierno. Hasta que la conocí.
Si la hubieras conocido... Allison era un ángel. Era la persona más graciosa del mundo. Y amable. Y hermosa. Se acercó a mí, como si nada. Empezamos a hablar. A los pocos días, ya éramos amigas.
—¿Por qué presiento que eran más que amigas? —inquirió, sospechoso. Rae sonrió, aunque la sonrisa no le llegó a los ojos.
—Allison y yo estábamos bastante curiosas al respecto. Comenzamos una especie de romance ese verano. Fue divertido. Ella quería olvidar todo sobre Scott y los hombres lobos y yo quería olvidar lo que era ser yo. Salíamos todos los días, pasábamos las noches juntas... Para Allison fue un juego, una travesura... Para mí, fue mi primer amor. Tuvimos nuestro primer beso ese día de las fotos en la feria. En la última, ella me besó. Ella. De ahí siguieron bastantes más. Fue devastador para mí cuando nos separamos. Es cierto que intenté mantenernos en contacto, pero era difícil y era claro que ambas queríamos cosas diferentes. No creo que ella me haya querido ni un poco de la manera en que la quise.
—¿Cuál es la mentira detrás de todo eso?
—No hablamos de cosas de cacería. Nunca tocamos el tema de si estaba bien o mal. Nunca se enteró de cómo era yo en realidad. Le di la versión de mí que ella quería, aunque sí sabía que las cosas iban demasiado mal en mi clan y me dijo que podría venir a Beacon Hills cuando quisiera. Lo pensé, varias veces. Dejar todo. Empezar de cero. Pero entonces pasó algo... Y tuve que quedarme. Tenía qué —Theo no pasó por alto que no mencionó qué fue lo que sucedió pero lo ignoró—. Empecé a entrenar más duro. A dormir menos. A ser la mejor en todo. Ellie, mi novia, se cruzó en mi camino cuando su familia se mudó a mi clan. Algo totalmente inusual pero que pasó.
Ahora, adelantando el tiempo para explicar por qué estoy aquí... En mi clan, tenemos que pasar varias pruebas para pasar a la prueba final. La última que hice fue matar a un Alfa. Lo hice sin problemas. Ahora, lo que tengo que hacer, es matar a un monstruo. Podría ser cualquier cosa en realidad. Podría matar a otro Alfa. El problema es que depende de lo que mate definirá mi posición en mi clan. Si llevo algo sencillo, simple y aburrido, seguiré siendo Omega. Si llevo algo sorprendente, fuera de lo común y difícil de atrapar, seré una Beta.
—Pero tú no eres de las que se conforman.
—No. Por eso quiero algo peligroso. Algo increíble. Algo que haga que todos en mi clan se caguen. Al principio quería lo que Tracy fuese. Parecía raro. ¿Ahora? Quiero una de esas criaturas con casco que vi. Tal vez las tres. Me niego a ser una Omega. Theo, esto va a salvar a mi familia y a mi. Mi futuro. Lo necesito.
—Suena a que esos tipos son imposibles de matar si las sometieron a Malia y a ti.
—¿No fue eso lo que dije que quiero? No me voy a ir a casa sin el premio mayor. No puedo matar a gusto sin ganarme el favor de Scott y su confianza. Pero si al final de mi tiempo, no he atrapado a nadie... el verdadero Alfa será mío.
—Vas por buen camino, Rae —la felicitó Theo. Rae sonrió felinamente.
—Ahora tú, guapo.
—Mi hermana murió cuando era pequeño —empezó a decir Theo. Rae lo miró curiosa, notando como la respiración de Theo se entrecortaba por un segundo. Se preguntó si había sido un desliz genuino o solo jugaba con su mente—. No voy a hablar de eso.
—Lo entiendo —cedió Rae como si nada ante la mirada incrédula de Theo—. Lo noté. Tú respetaste las cosas que yo no quise contar. Está bien.
—Las criaturas que viste —siguió Theo—. Se hacen llamar los Doctores del Terror. Ellos hacen a adolescentes como Tracy volverse monstruos. Los modifican genéticamente. Vendrán más como ella, lo sé por seguro.
—¿Cómo?
—Yo soy una quimera. Esa es mi mentira. No soy un hombre lobo de verdad.
—¿Y tú verdad?
—Vine buscando una manada. Lo que Scott no sabe es que no me iré sin ella y quiero la de él. Vine por la mujer coyote, cuyo primer instinto es matar. Vine por la banshee, la chica rodeada de muerte. Vine por la kitsune oscura. El hombre lobo con problemas de ira. Vine por Void Stiles. Scott no viene en el paquete y voy a deshacerme de él —hizo una pausa—. Pero como tú, necesito su confianza primero para que me dejen entrar al campo de juego.
—¿En qué términos quedamos? —preguntó Rae, pensando en voz alta—. Yo quiero la cabeza de uno de esos doctores, ellos son tus aliados. Tú quieres matar al Alfa, él es mi comodín.
—Puedo ayudarte a conseguir una de las quimeras —ofreció Theo. Rae chasqueó la lengua.
—No, no. Una vez que vi el premio gordo, no me conformaré con algo tan simple. Quiero uno de los doctores. Tal vez una quimera también. ¿Qué haremos con eso, Theo?
—La manada de Scott confía en ti. Necesito que hagas que confíen en mí. A cambio, nos cuidaremos las espaldas. Necesitamos un aliado. Nos necesitamos.
—¿Y qué recibo yo a cambio?
—¿Qué quieres?
—Vas a ayudarme a conseguir una de esas criaturas. Uno de los doctores.
—Hay algo peor que eso. Una quimera aún mejor. No me han hablado de ella, pero es peor que un doctor del terror —la tentó. Rae sonrió.
—No. Lo lamento, niño. Hasta no ver, no creer. Hasta ahora, quiero uno de los doctores. Uno. El que sea.
—Son peligrosos, Rae. En serio.
—Aww, te preocupas por mi seguridad. Adorable.
—¿Es un trato entonces?
—No. Te conté lo de Allison. Tú me contaste cosas vagas sobre ti. Quiero una confesión así de grande para que estemos a mano.
—¿Qué tal si te la debo? —Rae abrió la boca para objetar pero Theo la detuvo—. Te diré algo igual de grande. Lo prometo. Solo que no ahora —Theo se mordió el labio, pensativo—. ¿Qué tal si consigo traer a Beacon Hills a la loba del desierto? Imagina lo que diría tu Clan si matas a una celebridad prácticamente.
Los ojos de Rae brillaron al reconocer el nombre de la asesina.
—Presiento que elegí a la persona correcta para aliarme —Rae se puso de pie y caminó hacia la ventana para ver el cielo nocturno. En poco tiempo, sintió a Theo pararse y caminar hacia ella—. No me hagas arrepentirme, ¿sí? Prometo que si me juegas mal, te mataré lentamente —Rae volteó, quedando cara a cara con Theo.
Los ojos azul verdoso del chico casi la dejaron sin respiración. Afectada por su cercanía, Rae intentó dar un paso atrás, chocando contra la ventana. Theo dio otro paso hacia ella, acorralándola.
—Lo nuestro son solamente negocios —declaró Rae, orgullosa de que su voz no temblara ni un instante. Theo asintió, desviando la mirada a los labios entreabiertos de Rae.
—Ajá. Solamente negocios.
—Esto es en serio, Theo. No voy a poner en riesgo mi futuro solo por una calentura.
—Estoy de acuerdo —no obstante, las acciones de Theo delataban todo lo contrario. Tomó a Rae de la cintura, sin aviso alguno. Rae soltó un sonido de sorpresa al sentir la mano caliente de Theo contra su fría piel, erizándola por completo.
—Eres problemático, Theo. Y yo no quiero más problemas —Theo se relamió los labios. Como si de un imán se tratara, Rae bajó la mirada a ellos. Se preguntó qué se sentiría sentirlos contra su piel.
—Puedes negarlo todo lo que quieras, pero es claro que quieres esto —Rae se dio cuenta en ese momento cómo todo su cuerpo, traicionándola, se inclinaba intentando acercarse más a Theo.
—Solo eres una cara bonita.
—¿Lo soy? —algo se oscureció en la mirada del chico. Rae contuvo la respiración al sentir a Theo inclinándose hacia ella.
Con su nariz, recorrió el cuello de Rae. Ella cerró los ojos, tratando de ignorar la manera en que la hacía sentir. No podía pensar más que en que quería tenerlo lo más cerca posible. No le gustaba sentirse así. Se sentía vulnerable.
Abrió los ojos, sus pupilas tan dilatadas que sus ojos color chocolate parecían totalmente negros. Empujó a Theo, con tanta fuerza que lo hizo caer a la cama. Theo abrió la boca, pero en un parpadeo Rae estaba sobre él, a horcajadas, con una mirada felina y una leve sonrisa burlona.
—Esto no significará nada —declaró, antes de besar a Theo.
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Hola! Espero les haya gustado, prometo que el siguiente cap tendrán una escena intensa entre Theo y Rae (; Algunas ya sospechaban lo de Ally, y espero que no les caiga taaan de sorpresa o no les agrade. A mí me gusta bastante jajaja pero entendería si a ustedes no.
Por favor, no se olviden de comentar y votar, ¿si? las adoro xx