Conquistando a Jeremy (BG.5 L...

By darlis_steff

7.1M 855K 811K

Si hay algo que Naomi Kanet y Jeremy McQueen pueden afirmar es que a veces dejar atrás el pasado no es tan se... More

Conquistando a Jeremy
Prólogo
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Dieciséis
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veinte
Capítulo Veintinuno
Capítulo Veintidós
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro (Penúltimo)
Capítulo Veinticinco (Final)
Epílogo

Capítulo Quince

253K 30K 31.3K
By darlis_steff



Capítulo Quince.

Jeremy.



10 de julio, 2014.

—Siento que es mi culpa—aseguro una vez dejo de masticar el delicioso almuerzo que Naomi preparó.

—Siento que esta conversación ya se vuelve vieja. Encontraré un nuevo trabajo, Jeremy, no es fácil, pero sé que daré con algo. Tampoco era mi trabajo soñado, quizá solo es el puente para llegar a un trabajo que me haga feliz.

—Pero es que me hace sentir mal que ella te despidiera debido a mis acciones.

—También me despidió porque no tengo un pene que hundir en ella.

—Yo tengo uno—bromeo—, pero no es que planee hacer uso de él con ella—tomo el último bocado de mi comida.

—Sé que tienes un pene...

—Sí, cierto que lo viste.

— ¿Te gustó la comida?

—Excelente cambio de tema—río.

Más salsa de las albóndigas cae sobre mi camisa y eso la hace reír. No sé muy bien en dónde se supone estamos en este momento Naomi y yo con respecto a un «nosotros», sin embargo se siente bien el hecho de que ella sepa sobre mi pasado.

Estuve investigando sobre el pequeño rubio de mi falsa paternidad y descubrí que de hecho aun cuando es hijo de Mary Hudson, vive con su hermana más joven, rodeado de amor y comodidad, por lo que no tuve que hacer ninguna intervención cuando la propia hermana de esa mujer lo ha salvado de cualquier malestar que pudo obtener viviendo con su madre biológica.

Naomi señala la comisura de mi boca y paso mi pulgar retirando la salsa antes de lamerla, doy un sorbo al jugo antes de hablar.

— ¿Qué es lo qué te gusta? Tal vez si unimos todo lo que te gusta, encuentres tu trabajo soñado.

—Creo que no van unidas las cosas que me gustan.

—Vamos a intentarlo.

—Me gusta el arte, me gustan los horarios flexibles, me gustan los niños, me gusta cocinar, creo que podría gustarme mucho viajar...

Me gustan los rubios—prosigo en un mal intento de imitar su voz. Enarca una de sus cejas— ¿Vas a decirme que no te parecemos una cosa fogosa los rubios?

—Depende de a qué rubios te refieras, nunca fueron lo mío, la verdad.

—Ah, porque como eres este delicioso chocolate no nos das ni una mirada a nosotros los rubios, que también tenemos un corazón, y hemos tenido que vivir con una mala fama terrible.

— ¿Mala fama? —parece divertida, una de las cosas que más disfruto es lograr esas sonrisas en Naomi.

—Sí. A las chicas rubias suelen muchas veces llamarlas tontas y a los chicos muñecos superficiales.

—Ah, pobre Jeremy, tener que lidiar con tales estereotipos, seguro pasas mucho tiempo llorando por ser rechazado debido a tu naturaleza rubia.

—Es terrible, a veces solo abrazo mis piernas y me meso en una esquina de mi habitación pensando que tal vez todo cambie si pinto mi cabello.

—Qué payaso—se ríe poniéndose de pie y comenzando a retirar nuestros platos, la ayudo y la sigo hasta el lavaplatos en donde tras un poco de insistencia me deja hacerme cargo.

—Pero en serio, tienes muchas cosas que te gustan, de algún modo puedes conseguir algo con eso.

—Supongo— me observa— ¿Viniste hasta aquí para alentarme debido a mi aún estado de mujer desempleada?

—Sí y porque ya sabes que me gusta verte.

— ¿No tienes trabajo que hacer?

—Sí, pero siempre tendré tiempo para complacer a mi corazón.

Ve hacia otro lado, sonrío sabiendo que no sabe qué responderme. Termino con los platos y me giro, bajo la vista a mi camisa, sí que es un desastre. Sonrío teniendo una grandiosa idea.

Comienzo a deshacerme de los botones de mi camisa y eso completamente atrae la atención de Naomi.

— ¿Qué estás haciendo?

—Debes prestarme tu lavadora, no puedo volver a la oficina con mi camisa así.

— ¿Molestaría a tu colega Amanda?

— ¿Qué tiene que ver Amanda? —Río—Al menos que estés muy celosa, pero tranquila bonita, solo tú me derrites.

» ¿Puedes o no puedes prestarme tu lavadora?

—Está bien, dame la camisa.

Se la extiendo procurando tocar sus dedos en el proceso, ella sacude su cabeza y se aleja ordenándome que espere en la sala. Me acerco a su ventana para echarle un vistazo a mi auto y me topo con unos binoculares viendo hacia este lugar, pero de inmediato se desvían. Entrecierro mis ojos, pero la persona se aleja. Cierro las cortinas. Puede que haya visto mal, después de todo estoy en el piso cinco, sin embargo estaré más atento.

Escucho a Naomi caminar y me giro dándole una sonrisa. Suelo sonreír más de lo normal a su alrededor.

— ¿Por qué sigues recibiéndome en tu apartamento?

— ¿Por qué me agradas?

—Porque te gusto demasiado, está bien, en algún momento te sentirás lista de decírmelo en voz alta.

Nos vemos fijamente por largos segundos, particularmente me concentro mucho viendo sus labios pensando en cuánto quiero un beso. Me siento como quizá debí sentirme en mi adolescencia si hubiese tenido la oportunidad de ir a conquistar a alguna de las chicas que despertaron más que mis hormonas adolescentes. Antes solía fantasear sobre cómo hubiese sido mi vida si solo hubiese sido un adolescente normal que perdía su virginidad con una dulce novia o descarada compañera de clases en lugar de un chico cuyo padrastro vendió. Dejé de tener esos pensamientos porque me di cuenta que me lastimaban intentando recrear momentos que no pasaron y que no recuperaría.

—El problema no es admitir que me gustes.

— ¿Cuál es?

—Me gusta ser libre, es nuevo, aterrador y confuso, apenas estoy descubriéndolo. No quiero atarme nunca más, solo la idea de pensarlo me aterra y me hace sentir claustrofóbica, así que ¿Qué puedes esperar de alguien que no quiere darle un vistazo nunca más al compromiso?

—Bueno...

—Tú eres un hombre de relaciones, estabilidad y romance; y no creo que alguna vez esté preparada para eso. Siento que le cerré las puertas a cualquier posibilidad.

Por un momento me deja sin palabras, porque los hechos y hazañas demuestran que soy fatal para la cosa de una noche, de una aventura, todo mi asunto pasado me enseñó a ir en busca de sexo con sentimientos, relaciones que tuvieran un significado para mí, no un contacto vacío que luego me recordara a lo triste que es solo ser usado por sexo.

Naomi no se ve del tipo de mujer de una sola noche o aventura, Naomi solo parece como una mujer que lucha firmemente para mantener a los hombres a raya, incluso si ese hombre soy yo, incluso cuando parece que le gusto al menos la mitad de lo que ella me gusta a mí.

Pero en su mirada hay cierto destello, es como si quisiera espantarme, pero aun así temiera terminar alejándome del todo. Es todo muy confuso.

El teléfono de su apartamento suena y ella se aleja para responder, la observo brevemente antes de suspirar y pasar las manos por mi cabello. La verdad es que ya no sé qué hacer, comienzo a creer que podría estar cruzando la línea de intenso fastidioso. Quizá no se trata de convencerla, si no de aceptar que no está dispuesta.

Pero se siente como rendirse. No se siente bien.

El nuevo timbre del apartamento de Naomi suena y cuando observo por el pequeño ojo mágico sonrío, es Grace, sin embargo dejo de hacerlo cuando lo primero que me dice es que cree que alguien la está siguiendo.

Bromeo un poco sobre las razones por las que no tengo camisa, por supuesto que Naomi lo aclara todo, luego bromeo un poco sobre Ethan porque siempre será divertido colgarme un poco sobre el hecho de que el hombre que despreciaba las relaciones ahora se encuentra felizmente nadando dentro de una. Conversamos otro poco más antes de que Grace decida ir por su laptop al auto alegando que es muy despistada.

—Ella se veía un poco asustada ¿Crees que quizá no ha comido? —pregunto tomando mi camisa seca que ahora me entrega. Las maravillas de la secadora.

—No creo que quiera comer sola.

—Podemos fingir que no comimos, pedir comida china y luego decir algo como «bah, se me fue el apetito» ¿No es un buen plan?

—Seguro—ríe.

—Iré a sugerirle casualmente que comamos comida chica. Ahora vuelvo.

Hay decisiones de las que siempre me sentiré en paz y orgulloso. Esta es una de ellas. Cuando bajo y llego hasta el estacionamiento, en busca de Grace, algún puto enfermo está atacándola, algo filoso va a contra su garganta y reacciono por instinto.

Cuando corrí a Paul de nuestra casa, me di cuenta que hay un gen en mí que bajo situaciones de ira no puedo controlar. Cuando estoy molesto y siento la sensación amarga de la injusticia parece que no razono y que golpeo sin darme cuenta. Está es una de esas pocas veces, porque no siento dolor mientras la piel de mis nudillos se magulla golpeando a este tipo que atacaba a Grace, estoy seguro que él me da un par de golpes, pero ni siquiera los registro.

Sin embargo hay una alarma en mi cabeza diciéndome que es suficiente, que éste no soy yo. Que yo no soy violento y ya he ayudado lo suficiente, dudo que él pueda escapar.

Tomo profundas respiraciones intentando controlarme mientras me ubico dentro de mi propia mente, sacudo mi cabeza, volteo a ver a Grace y ella está temblando, su rostro luce golpeado.

—Grace, soy Jeremy, lamento que vieras eso... ¿Estás bien?

Ella gime con lo que suena mucho como dolor e intenta sentarse, de inmediato la ayudo. Parece desorientada preguntando qué pasó. Saco mi celular y llamo a Naomi siendo breve sobre cómo necesito que venga justo ahora. También llamo a emergencias.

—La ayuda viene en camino, debo soltarte para atar las manos de ese sujeto, en caso de que despierte ¿Está bien?

Asiente con la cabeza y Naomi no tarda mucho en llegar, ellas hablan en susurros mientras yo me agacho y reviso los bolsillos del tipo. Mi furia vuelve cuando encuentro soga, otro juego de navajas, cloroformo, pañuelo, droga que, sé, usan para muchos casos de violaciones, para dopar a jóvenes que no tendrán la voluntad de moverse pero sí de sentir cada maldita cosa que les hagan y una jeringa que no luce ni siquiera nueva.

— ¿Cuándo será el día en el que las basuras de tu tipo no decidan intentar contaminar a otros? —Mascullo—Te espera un montón de mierda, Ethan no estará feliz y honestamente le daré toda mi ayuda, imbécil.

— ¿De dónde has sacado cuerda, Jeremy?— pregunta Naomi viendo la soga en mis manos.

—Él las tenía en su bolsillo, junto a otras cosas que no querrás saber—sacudo mi cabeza—. La ayuda ya está en camino.

No despego la vista del hombre, dudo que él vaya a huir cuando está tan golpeado, pero me niego a cualquier posibilidad de que eso ocurra. A veces me entristece saber que mientras me hago cargo de encerrar a personas como él, otros miles se están formando, pero si me rindo tampoco ayudo; solo me queda aceptar que quizá mientras encierro a unos cuantos ayudo a algunos.

Alzo mi vista y creo ver de nuevo a alguien observándonos con binoculares, entrecierro mis ojos, pero ya no está. Vuelvo mi vista a Naomi que acuna a Grace contra ella diciéndole que todo estará bien. Qué manera de joderle el día a alguien. Estoy cansado de la basura humana y sé que nunca dejará de abundar.

***

2 de agosto, 2014.

—Retrocede un momento—pide Andrew cerrando su ojo mientras Jeff, intentando trepar por su cuerpo, deja un pie sobre su pecho y una mano sobre su nariz—. Te gusta ésta chica.

—Naomi—le digo.

—Esa sexy belleza morena. La acompañabas a sus clases de baile, de yoga, almorzaban, te fuiste con ella en una escapada a Brasil, hubo un poco más que besos. La enseñaste a confiar en ti, ella sin embargo aún tiene sus reservas. Atacan a Grace y la ayudas, luego almuerzas otro día con Naomi, estás diferente. Y listo, si te vi no me acuerdo.

—Ese es un resumen bastante bueno—aplaude Doug sonriendo cuando el pie de Jeff ahora va al hombro de Andrew cada vez logrando más su propósito—. Así se hace, hijo.

—Estaba al borde de parecer un idiota intenso que no entiende cuando alguien lo rechaza.

—Bueno, ahora eres un idiota blandengue que se rindió a mitad de la lucha, honestamente, ibas ganando—se queja de la mano de Jeff ahora en su ojo para luego reír cuando él logra escalar otro poco más—. Pero te entiendo, no todo el mundo está listo y preparado para estar con una morena así de maravillosa, enamorarse y lograr conquistar el tipo de amor loco y apasionado que todo lo vale.

Me quedo en silencio solo observándolo mientras retira a Jeff de su rostro y lo vuelve a poner en el punto de partida: su regazo, por supuesto que mi sobrino asume el reto de nuevo y una vez más se lanza a la aventura de escalarlo. Andrew me da una media sonrisa.

»Lo entiendo, la situación te quedó grande, una pena. Estoy seguro de que hubieses sido feliz.

— ¿Cómo te soportan? —presiono el puente de mi nariz con mis dedos—Eres como una molesta voz de la conciencia haciéndome sentir mal.

—Todos pasamos por eso—asegura mi hermano antes de bostezar y acostarse en el suelo.

—Solo hice un punto—Andrew se encoge de hombros—. No es que yo tenga razón ni nada.

— ¿Dónde puedo apagarte? Ya no quiero que sigas siendo mi consciencia.

—Qué idiota—se ríe—. Solo te sientes culpable de tu lamentable excusa para venir a lloriquear con nosotros. Si ella se hubiese sentido acosada o que eras muy intenso, simplemente te lo hubiese dicho.

» ¿No se te ocurre que no te decía nada porque le gustaba tenerte a su lado? Tú sabes que salió de una relación terrible, si la asustara tu cercanía te hubiese mandado lejos, pero ¿adivina? Tú solo te fuiste.

—Eso es rudo, Andrew. Vas a hacer llorar a mi hermano.

—No me fui. Solo le doy la oportunidad.

— ¿De qué?

—De decidir qué es lo que quiere. Porque la entiendo, pero también quiero que ella me entienda, porque yo estoy dispuesto a esperarla siempre y cuando ella me garantice que en algún momento estará dispuesta a intentarlo.

»Quiero ser justo con ella, pero también quiero ser justo conmigo mismo, porque estar en la cuerda floja no me hace bien.

—Bueno, ahí, campeón, esa ha sido una excelente razón. Era todo lo que debiste decir en un principio, que le das la libertad de hacer sus elecciones.

—Entonces ¿No crees que lo arruiné distanciándome?

Andrew ríe como si le contara un buen chiste, en consecuencia Jeff también ríe como si lo entendiera.

—Claro que la cagaste, solo que es una cagada con clase. Como diría Dexter «puedes limpiar la mierda en la que te acotaste siempre y cuando rocíes flores».

— ¿Qué se supone que significa esa frase Dexteriana?

—Que incluso cuando parece que lo arruinaste, puede arreglarse porque en parte hiciste lo que creíste correcto—guarda silencio—. Bueno, esa es la interpretación que yo le doy o puede que Dexter solo se refería a otra cosa. Tendría que preguntarle.

—Me gusta tu interpretación, estoy seguro de que esa es la idea.

—Solo no te rindas todavía, Jeremy.

—No lo hago.

— ¡Duuu! —Jeff grita, bajo la vista a mi hermano que finge roncar y hacer sonidos de puerco que tienen a mi sobrino riendo y llamándolo una vez más. Sin duda alguna, Jeff disfruta totalmente de las payasadas de su papá.

***

14 de agosto, 2014.

Amanda está dándome unos papeles, pero honestamente mientras ella se inclina intuyo que más que querer que vea el informe del caso, cuya opinión mía quiere, desea que vea su sujetador.

Amanda es una buena socia y hasta el momento nuestra firma va avanzando de manera óptima con la contratación de dos abogados más, uno de ellos civil y otro del área penal, sin embargo, si sus coqueteos siguen volviéndose más agresivos me veré en la obligación de tener con ella una charla incómoda.

—Tú velo y luego dime qué opinas.

—Está bien.

—Podemos tomar una copa hoy.

—No puedo.

— ¿Por qué?

—Porque tengo cosas que hacer...Por ahí.

Soy pésimo, terrible para romperle las ilusiones a las mujeres lo cual puede terminar metiéndome en problemas muchas veces. Amanda frunce el ceño y creo que va a replicarme, pero justo entonces la puerta de mi oficina se abrenmientras mi asistente jurídico le habla a alguien. Me estiro hacia un lado intentando obtener un vistazo más amplio que el escote de Amanda y mi boca casi cuelga abierta cuando encuentro a Naomi con ambas cejas enarcadas observando la muy comprometedora postura de Amanda contra mi escritorio.

Ya lo he dicho, soy terrible para romperles las ilusiones a las mujeres, muchas veces me ha metido en problemas y este podría ser uno de ellos.

Amanda se endereza y alisa su falda antes de sonreír, honestamente no es una mala persona, supongo que solo es una mujer decidida de llamar mi atención. Es una buena amiga, quizá no la mejor, pero aprecio su amistad y somos buenos colegas.

—Hola de nuevo...

—Naomi—completa la dueña del nombre acercándose y estrechando su mano.

—Un gusto verte de nuevo.

— ¿Si?

—Por supuesto, ya que Jeremy no habla mucho de ti.

—Eso es bueno, suficiente tengo con quitarle el sueño como para afectarlo también en su lugar de trabajo.

Ahora sí creo que mi boca cuelga abierta ante la audaz respuesta de Naomi, creo que Louis, mi asistente, ríe y lo esconde en una tos. Aclaro mi garganta enderezándome en la silla de mi escritorio.

—Si me dejaran a solas con Naomi, por favor.

—No olvides echarle un vistazo y avisarme, Jeremy. Estaré atenta.

—Está bien, Amanda. En cuanto pueda lo haré.

Ella y Louis salen de mi oficina cerrando la puerta detrás de ellos. Naomi observa mi oficina, cuando tratamos su caso, no había terminado de adaptarla a mí.

—Hola, Jeremy.

—Hola—le respondo.

—Podría preguntarte por qué no te he visto en un tiempo, pero podríamos argumentar que yo tampoco te he buscado ¿Correcto?

—Correcto—respondo siguiéndola con mi mirada mientras camina lentamente por el amplio espacio reparando cada detalle.

—Y podríamos decir que finalmente desististe y eso tiene que gustarme ¿Correcto?

—Absolutamente.

Se detiene frente a un pequeño rectángulo de corcho que contiene fotos, las evalúa.

—Parece que has viajado muy buenas veces—voltea a verme sorprendida—. Pusiste una foto conmigo en Brasil.

—Así es, me gusta atesorar las fotografías más impactantes e importantes de mi vida.

— ¿Has ido alguna vez a Dinamarca?

—No.

—Perfecto, porque es ahí a donde estamos dirigiéndonos.

Estoy desconcertado, ella da rápidos pasos hacia mí y deja caer una hoja. La tomo y leo rápidamente. Bueno, seguro hoy me entrarán muchas moscas en la boca debido a la cantidad de veces en la que ha estado colgando abierta.

Este es en serio un boleto de viaje para Dinamarca a mi nombre.

— ¿Me estás mandando lejos para no fastidiarte? Porque ya no lo estoy haciendo—trato de bromear, ella luce sumamente nerviosa mientras camina de un lado a otro con las manos unidas a la altura de su pecho.

—No estás yendo solo, vamos juntos.

—Creo que esta se lleva el título de la sorpresa del año.

—Tú me raptaste anteriormente y estaba en mi apartamento, pensando en que...Extrañaba verte—admite y respira hondo, detiene su caminata antes de retomarla—. Pensé en tus esfuerzos y todas las cosas lindas que has hecho por mí, yo nunca te lo he retribuido...

—No tienes que hacerlo.

—Así que —me ignora— tomé una de las decisiones más espontaneas de mi vida y te confieso que aquella vez que me diste tu pasaporte en Brasil como garantía, le tomé una foto, así que no fue difícil comprar el boleto—ahora se detiene y balancea sobre sus pies, todo lo que puedo hacer es observarla—. Así que entré en internet y había un montón de ofertas, pero la más atractiva y honestamente una de las más accesibles era Dinamarca.

»Quería un lugar que pudiéramos conocer juntos y puesto que no sé qué lugares has visitado, Dinamarca parecía una buena elección—ríe como alguien que ha hecho una travesura—. Usé algo del dinero de la indemnización por el divorcio que Ronald ha debido pagarme. Pensé que nunca tocaría ese dinero por venir de él, pero mientras me hago feliz y te agradezco todo lo que has hecho por mí se siente bien que los boletos sean como un gran «jódete» para él. Así que tranquilo, no estamos gastando mi dinero, digamos que él nos está pagando el viaje ¡Mierda! eso suena un poco perverso.

—Suena malvado de una buena manera—consigo hablar.

—Y...El vuelo sale mañana a muy tempranas horas y... ¿Quieres ser raptado? Quiero compensar lo indiferente, distante e insensible que pude llegar a ser contigo sin darme cuenta ¿Puedo?

Sus ojos me observan con fijeza mientras ubica sus manos juntas en suplica debajo de su barbilla y el puchero exagerado casi me tiene corriendo hasta ella para besarla.

Estoy en un absoluto estado de sorpresa. Por mi mente pasa el trabajo que debo hacer, si tengo alguna junta y cualquier cantidad de cosas que seguramente Naomi pensó cuando yo la rapté. Para ser justos, ella me está avisando con más tiempo del que yo llegué a hacer cuando fue a la inversa.

—Dinamarca—murmuro— ¡Mierda! Nunca he ido y honestamente nunca pensé en ir...Y con el dinero de tu exesposo lo cual es totalmente malvado de una manera encantadora—me pongo de pie y camino de un lado a otro como anteriormente ella lo hizo. Luego me detengo y volteo a verla.

— ¿Si? ¿Puedo? —parpadea continuamente—¿Por favor?

— ¡Demonios! ¿Por qué no? Lo que es igual no es trampa. Supongo que volaremos a Dinamarca.

Su sonrisa es amplia y me doy cuenta que le diría mil veces «sí» en cualquier contexto que dibuje esa sonrisa. Le devuelvo la sonrisa sin creerme está locura y sin siquiera plantearme qué podemos hacer nosotros en Dinamarca.

Supongo que tendremos días para descubrirlo.




Hola, damas y caballeros bienvenidos a la escapada número dos.

He aquí otro capítulo de esta linda parejita.

Espero les guste.

Un beso.


Continue Reading

You'll Also Like

207K 21.3K 36
La perfumista Rose Banks ha muerto. Y lo único que ha dejado como recuerdo es un perfume. Un único y último perfume que reside en las calles de Londr...
839K 37K 49
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...
481K 36.9K 54
El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock. Camille Watson, hija del gran piloto de la F1 tendrá que...
441 96 40
¿Cómo te sentirías si el amor de tu vida no correspondido hubiera muerto? Él está roto. Sin embargo, nadie nota que sea esa su razón para estarlo. C...